Mas Patrimonio !
Cuando el PATRIMONIO nos anima a escribir.

http://blogs.montevideo.com.uy/maspatrimonio |  Agregar a favoritos  | 
[1]  2  3  Siguiente >>
06.04.2010 15:55 / Mis artículos

Imprimir Recomendar Agrandar Achicar

Vista de la Plaza Hargain en fotografia de 1896

FRAY BENTOS, es una ciudad eminentemente portuaria. Nació gracias a su interacción con el río y gracias a las propiedades naturales de su profundo puerto natural abrigado por las barrancas de 60 millones de años de antigüedad. De hecho, esas barrancas enhiestas afrontando con su imagen la imponencia del ancho río Uruguay, desde hace más de 200 años que ven pobladores europeos sobre sus cimas. Porque antes fueron los aborígenes que recorrieron estas costas los que a sus pies dejaron los restos de modestos asentamientos.

Es de 1801 el documento más antiguo que hemos ubicado haciendo referencia a estos asentamientos. En un diario de reconocimiento fechado el 31 de octubre de ese año, se deja constancia : "Se marcó los ranchos de Fr. Bentos sobre la barranca".

Esas propiedades de puerto profundo y abrigado, pronto sirvió para que embarcaciones lo utilizaran para guarecerse o acaso para esperar carga y descarga de mercaderías del puerto de Gualeguaychú, cuando éste fue decretado único puerto de salida de toda la producción entrerriana y su puerto no estaba en condiciones de recibir barcos de cierto calado.

Ya en 1851 y hasta 1855 se registra importante movimiento portuario, deteniéndose incluso los barcos que desde 1854 comenzaron a hacer “la carrera” entre Salto y Buenos Aires. La zona de las barrancas, en tierra, comienza también a registrar movimiento. Aparte de la actividad de los leñadores y carboneros que aprovechaban la riqueza de los montes de madera dura. En 1857 debe establecerse aquí una línea de transporte por diligencias procedente diariamente de Mercedes, para traer pasajeros que se embarcaban en los pailebotes o para continuar viaje hacia la Argentina vía Gualeguaychú.

Este movimiento era tan interesante, que gestó en la idea del Dr. Isidoro de María, Vice-Cónsul de Uruguay en Gualeguaychú desde 1852, la de formar un pueblo ahí, prioritariamente un centro de control aduanero, porque de lo contrario, los propios funcionarios aduaneros argentinos obraban como si estuviesen en su propio país y cruzaban al embarcadero de Fray Bentos a cobrar los impuestos.

SE CONCRETA LA POBLACIÓN. Esta ajetreada actividad fue notada personalmente por el comerciante José Hargain, radicado por entonces en Gualeguaychú, quien con su familia, cruzó y se radicó sobre las barrancas, apostando a prestar servicio a los tripulantes y pasajeros de los barcos que, (según el propio Hargain) “fondeaban en un numero de 73 cuando yo estuve ahí...”

El impulso de Hargain, más las notas y gestiones de De María reproducidas en cartas y notas periodísticas (él mismo era periodista y fundador del primer diario de Gualeguaychú), dieron su resultado y los dueños de las tierras, la familia Hargain, decidieron construir un poblado en 1857, cosa que no se concretó “por carecer de dinero para tamaña empresa”.

Finalmente, se produce la fundación tan anunciada, debido al nucleamiento de comerciantes uruguayos, alemanes e ingleses que adquieren las tierras, donan parte de ellas al gobierno nacional y gestan un movimiento empresarial en el rubro inmobiliario. El 16 de abril de 1859, con el nombre de Villa Independencia, nace la población, que ya contaba desde casi dos años atrás, “la hostería de la Independencia” construida por Hargain en lo alto de la barranca, mirando al puerto.

Alrededor del desembarcadero (que era “un pequeño puerto de mar donde los barcos anclan mas cerca que en el puerto de Montevideo”, a decir del ingeniero George Giebert) comienza a gestarse la población, siguiendo el delineamiento hecho por el inteligente agrimensor inglés Guillermo Hammett, quien ya tenía preparado los planos desde 1857 cuando lo convocara la familia Haedo para la frustrada fundación.

Hammett había dejado una manzana dedicada a “plaza de frutos” justamente frente al puerto, para que sirviera de lugar de movimiento de cargas y descargas de mercaderías, movimiento de carretas y diligencias, etc. Es la actual Plaza Hargain. En su derredor se inició la construcción de casas de familia y comerciantes dedicados al movimiento portuario. Así aparecen, además de la hostería ya señalada de Hargain (ver antecedentes en “Historiografía de la Ciudad de Fray Bentos”), una posta de diligencias y hostería de Pons y Florenza y más tarde el “Gran Hotel del Universo” de Arnaud Monfort (construcción también existente hoy día, frente al edificio de Aduanas). La prensa montevideana también hacía propaganda al “Hotel del Puerto” de Vicente Fornari, ubicado en la misma zona.

Casas de habitación de familias importantes de la ciudad naciente, fueron también ubicadas en este estratégico lugar, como la hoy denominada “esquina de la proa” donde vivió la familia de don Juan de Dios Mendoza, importante ciudadano de accionar político durante la primera década de Villa Independencia. Allí se editó, el primer órgano de prensa local, “El Independiente”, de corta vida, hacia 1873. También cabe destacar la señorial casa de la familia Cánepa, cuyos dueños se dedicaron a negocios inmobiliarios, despachos de aduana, manejo de venta de pasajes en los barcos de la carrera, etc. Ubicada donde la familia Carminatti está proyectando construir un hotel, respetando adecuadamente las líneas y valor arquitectónico de este importante elemento del patrimonio citadino.

 

LA PLAZA HARGAIN. Esta “plaza de frutos”, vio pasar treinta años antes de convertirse en un paseo público adecuado para tal fin. Más bien fue un terreno baldío sin ninguna utilidad, respetando la idea del agrimensor Hammett en el plano original de Villa Independencia.

Eran épocas de deficiente luminaria callejera, no obstante el puerto de madera tuviera adecuada iluminación “mejor que en los puertos de Mercedes y de Salto” (según el diario “La Prensa” de Mercedes). Un viejo comentario de la época, recordaba al lugar como nido de malvivientes donde, cierta noche, unos desconocidos llevaron a don Arnaud Monfort al descampado y amenazaban con matarle si no decía dónde escondía sus libras esterlinas. Descubierto eso y alertando a la vecindad a gritos, una hija de José Hargain, salvó al pobre comerciante de su comprometida situación.

Justamente, cabe resaltar otra de las casas que aún hoy se mantienen y que reclama sea declarada dentro del patrimonio oficial de la ciudad, protegida adecuadamente: la casa de familia de José Hargain. Construida en 1862, se ubica en la intersección de las actuales calles 25 de Mayo y Lavalleja. En una de las rejas sobre las ventanas, figuran las iniciales de Hargain y el año en que comenzó a utilizarla.

En Julio de 1895 el Dr. Gaspar Creagh, yerno del ya fallecido fundador y benefactor de la ciudad, don Santiago Lowry, ofreció dinero, árboles y plantas para comenzar a mejorar la Plaza. En Junio de 1897, se comenzaron trabajos de delineación. Se colocaron árboles y bancos, previendo habilitarla al público para el verano de 1898. Se recibió entonces una importante donación de árboles y plantas del Gerente de la Liebig, don Otto Gunther, lo que se mandó comprar a un importador de Montevideo. Los bancos fueron confeccionados por el obrero don Vicente Mónaco.

Para el año 1899 la plaza en ciernes ya era visitada por el público y servía de paseo alternativo de quienes concurrían a la zona del puerto a esperar los paquetes. Actuaban las bandas de “La Estrella “ y “La Unión” ofreciendo retretas. Finalmente, se produjo la inauguración oficial en el año 1900, como parte de los actos en conmemoración del arribo del siglo veinte.

En 1903, cuando llega el presidente Batlle de visita a la ciudad, se observa que ya tiene iluminación, alguna ornamentación con árboles y está ya construida la balaustrada que da a la actual calle Herrera.

Hacia 1910, se produce un cambio sustancial, debido a que toda esta zona costera, incluyendo hasta las barrancas frente al actual club Remeros, las compra la MIDDLAND, compañía que trajo el tren mediante la extensión de una línea desde Algorta. De esta forma, la costa, que era una amplia playada donde los carreros concurrían a llenar sus tanques para vender agua a la población, fue ocupada por edificaciones y Villa Independencia tuvo una pinta “más de ciudad”. Lo mismo sucede por la misma época, al finalizar la primera década del siglo XX cuando se construye el edificio para la usina eléctrica.

 




23.07.2007 20:01 / Solo Patrimonio.

Imprimir Recomendar Agrandar Achicar

En defensa de las chimeneas.

Nota publicada en Julio de 2007 por Diario El Telégrafo de Paysandu (Uruguay)

Por Arq. Rubens Stagno.


¿Contaminación visual u orgullo nacional?

Los hombres contemporáneos a una época nos han transmitido visiones contrapuestas de los hechos que les ha tocado vivir. Algunas han sido imágenes sombrías y pesimistas, en tanto otras rosadas y optimistas. El análisis, con suficiente perspectiva histórica, permite ubicarlos con juicios de valor objetivos.
Por 1800 se van perfilando en Inglaterra profundos cambios en los sistemas de producción, que se influyen mutuamente con el incremento de la población y se extienden luego hacia distintos países. La historia ha denominado al período como «Revolución Industrial». Que contribuyó a resolver, entre otras necesidades, la alimentación y la vestimenta para miles de seres humanos, derivadas de esa explosión demográfica.

Inglaterra: Movimiento para destrozar las máquinas

Los nuevos instrumentos de producción fueron las máquinas. Por lo general funcionaban a vapor y ante su aparición los trabajadores textiles de Gran Bretaña organizaron un movimiento para destrozarlas, pues pensaban que les iban a privar de su medio de vida y, por ende, de su sustento.
El movimiento que se conoció como «ludismo», por el nombre de su líder (Ned Ludd), no tenía ningún programa específico de reforma política o en pro de condiciones de vida más humanas, como sí tuvieron otros movimientos que las reivindicaron, con justicia, en el transcurso del siglo XIX.
Uno de los principales historiadores contemporáneos, Eric Hobsbawm, ha expresado que «la Revolución Industrial señala la transformación más fundamental experimentada por la vida humana en la historia del mundo registrada en documentos escritos». Y ha quedado demostrado que la máquina es una herramienta que puede ser usada para liberar al hombre y lograr su felicidad al simplificar sus esfuerzos.

Transformación del paisaje natural

A partir de esa época comienza también a modificarse el paisaje natural. La población pasa a vivir en grandes conglomerados urbanos y surgen así nuevos programas edilicios: grandes espacios cubiertos, las fábricas que albergan las máquinas y sus instalaciones conexas y los almacenes que contienen los productos manufacturados. También son nuevos los componentes del sistema circulatorio: puertos, puentes y estaciones de ferrocarril.
En tanto, el hacinamiento y la falta de higiene en los barrios obreros, además de otros aspectos negativos del hábitat de las clases trabajadoras, llevaron a plantea- mientos teóricos acerca de cómo debería ser la ciudad del futuro. Interrogantes a las que dieron respuesta investigadores de distintas disciplinas.
Podríamos sostener que las chimeneas fueron uno de los elementos físicos destacados que caracterizaron el paisaje urbano de esa época de la Revolución Industrial, que también llegó hasta nuestras latitudes. Sin embargo, en un principio se pretendió disimularlas y a tal efecto fueron recubiertas por un ropaje formal decorativo, basado en estilos del pasado. Es que a las nuevas construcciones que estaban naciendo producto de los avances técnicos y basadas en el uso del hierro, el acero y el vidrio, no se las concebía en su desnudez estructural y funcional.

París: Protestas contra la Torre Eiffel

Cuando Eiffel propuso construir la hoy célebre torre en el casco urbano de París, los escritores, pintores, escultores y arquitectos de la época protestaron duramente, entremezclando conceptos despectivos hacia las chimeneas: «Nosotros, apasionados amantes de la belleza de París, protestamos enérgicamente contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel. Es necesario, para poderse dar cuenta de lo que se prepara, figurarse por un instante una torre vertiginosa y ridícula que domine París como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica». Pero en 1889, cuando se terminó e inauguró, muchas de aquellas reacciones contrarias se volvieron favorables.
¿Quién duda hoy de que «la sombra de la odiosa columna de hierro remachado», como se la calificó, resulta inseparable de la imagen urbana parisina y motivo de orgullo, como expresión y alarde de la alta tecnología que nacía, símbolo de las potencialidades de la época y de la nueva dimensión productiva? Tanto, que justo en estos días ha sido propuesta como una de las nuevas siete maravillas del mundo.

La revolución industrial en nuestras costas

El ritmo acelerado de desarrollo que se estaba verificando al otro lado del Atlántico tuvo su eco en las políticas económicas, de inversión de capital y libre comercio que se dieron en el Río de la Plata a partir de mediados del siglo XIX. El bajo río Uruguay no estuvo al margen de esa experiencia histórica.
Dice Don Esteban Campal: «... cuando aún no se habían acallado del todo los bombardeos de Tamandaré, ya estuvieron arribando a las desoladas playas de la Heroica, con las bodegas repletas, perezosos veleros de varios palos y jadeantes vapores de una sola y delgada chimenea».
Sirvieron a un fuerte volumen de intercambio de mercaderías, ya que en estas costas, se sostiene, se desarrolló la industria de la carne más importante del mundo. Cuando el departamento aún incluía a Río Negro, había al menos 7 grandes saladeros. Y desde la Aduana de Paysandú se centralizaban los despachos para atender sus exportaciones. Esta gran actividad saladeril atrajo capitales y fue motivo de la fuerte corriente de inmigrantes europeos que crearon riqueza y construyeron ciudades.
La construccion de muelles para sacar la producción, almacenes donde se concentraban los frutos del país y el silbato de las humeantes locomotoras a vapor le dieron al paisaje una conformación diferente. Y fueron las chimeneas las que permanecieron en pie, a modo de testigos mudos. Grandes mojones que indican, en ambas orillas del río Uruguay, los vestigios de una época .
El año pasado Fray Bentos conmemoró con júbilo los 100 años de la chimenea del Saladero Liebig, empresa que supo incorporar conocimiento y valor agregado a la incipiente industria de la carne, haciendo famosos en el mundo sus productos extracto de carne y corned beef.
Aquella construcción (hoy convertido en un museo de la Revolución Industrial digno de visitar), que originalmente tenía 45 metros de alto, formaba parte del complejo de la salida natural de gases de las 4 calderas «Stirtling», inglesas, que producían el vapor necesario para diferentes procesos de la fábrica y funcionaban a carbón de coke.

Chimeneas: nuestro motivo de orgullo

De mayor antigüedad aún es la chimenea del Saladero Santa María, en Nuevo Paysandú, que con sus más de 30 metros de altura está ahí, como un indicador para el navegante, para quien transita por el majestuoso puente «Gral. Artigas» o quien pasea por el paisaje agreste que ofrece la costanera Norte.
El siglo XX nos deparó un capítulo más avanzado de esa Revolución Industrial de escala litoraleña, cuando también a mediados de siglo Paysandú se convirtió en un polo de desarrollo agroindustrial, en lo que se denominó el «Paymilagro».
Paysandú se descubrió a sí mismo y ofreció, a la incorporación de capital y nuevas técnicas, su propio capital, constituido por centenares de técnicos y trabajadores altamente calificados, junto a los ciudadanos que lideraron con pasión la creación de riqueza.
Las grandes estructuras fabriles -algunas hoy vigentes, otras desgraciadamente desmanteladas- también dejaron mojones en el paisaje natural y urbano. Un ejemplo es la toma de agua de Norteña, recientemente iluminada, y otras varias chimeneas que son nuestro orgullo de sanduceros.
Hay historias que enseñan, como las relatadas, y de las cuales se pueden extraer conclusiones para el presente y el futuro. No sería objetivo ver color de rosa todo nuevo proceso industrial, ni sostener que afectan al medio ambiente con contaminación cero. Pero las garantías están dadas cuando el Estado y la sociedad lo somete a estudios antes de autorizarlos y después a monitoreos permanentes una vez ejecutados. Como se hace hoy día, de acuerdo a leyes nacionales que han significado un notorio avance en el control de la contaminación, ya sea por efluentes líquidos emanaciones de gases u otras.
Los términos despectivos con que fueron calificadas las chimeneas se traducen ahora en un nueva hipótesis: la de la «contaminación visual».
Es lo que se ha sostenido recientemente, con motivo de la construcción de una chimenea que es parte de un complejo industrial que producirá pasta de celulosa, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Fray Bentos y a 12 de la margen argentina del río Uruguay. (Aunque justo es decir que desde esa ubicación lejana solo se percibe en pequeña dimensión el perfil de la futura fábrica).
La arquitectura moderna, la que se enseñó en las facultades de esa rama en ambas márgenes, produjo notables obras de arquitectura industrial, como por ejemplo la Planta de Ancap en Nuevo Paysandú. Los componentes funcionales y arquitectónicos de esos nuevos programas, entre ellos las chimeneas, son y serán hechos fisicos-espaciales, fiel reflejo de la vida, el trabajo y el progreso de los pueblos. Testigos de una época capaces de «contaminar» de orgullo por el legado del pasado y de empuje a las presentes y futuras generaciones.

  




13.04.2007 21:05 / Solo Patrimonio.

Imprimir Recomendar Agrandar Achicar

TICCIH

El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial

Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial Julio, 2003


El TICCIH es la organización mundial encargada del patrimonio industrial y es asesor especial de ICOMOS en cuestiones de patrimonio industrial. El texto de esta carta ha sido aprobado por los delegados reunidos en la Asamblea Nacional del TICCIH, de carácter trienal, que tuvo lugar en Moscú el 17 de julio de 2003.

Preámbulo

Los primeros períodos de la historia de la humanidad se definen mediante las pruebas arqueológicas sobre cambios fundamentales en la manera en que las personas fabricaban objetos, y la importancia de conservar y estudiar la evidencia de estos cambios es algo universalmente aceptado.

Desde la Edad Media, las innovaciones en lo referente al uso de energía y al comercio que tuvieron lugar en Europa condujeron, a finales del siglo XVIII, hacia un cambio tan profundo como el que tuvo lugar entre el Neolítico y la Edad de Bronce, con avances suficientemente rápidos e importantes en las circunstancias sociales, técnicas y económicas de la fabricación como para que se le llamara revolución. La Revolución Industrial fue el comienzo de un fenómeno histórico que ha afectado a una parte cada vez mayor de la población humana, así como también a otras formas de vida del planeta, y lo sigue haciendo a día de hoy.

La evidencia material de estos grandes cambios posee un valor humano universal, y debe reconocerse la importancia de su estudio y de su conservación.

Los delegados reunidos en el Congreso del TICCIH del 2003, en Rusia, también quieren poner de relieve que los edificios y las estructuras construidos para actividades industriales, los procesos y las herramientas utilizadas y las localidades y paisajes donde se han ubicado, así como todas sus otras manifestaciones tangibles o intangibles, poseen una importancia fundamental. Todo ello debe ser estudiado, se debe enseñar su historia, se debe investigar su propósito y su importancia para darlo a conocer al público . Además, los ejemplos más significativos y característicos deberían catalogarse, protegerse y mantenerse, de acuerdo con el espíritu de la Carta de Venecia 1 , para el uso y beneficio de hoy y del futuro.

1. Definición de patrimonio industrial

El patrimonio industrial se compone de los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico. Estos restos consisten en edificios y maquinaria, talleres, molinos y fábricas, minas y sitios para procesar y refinar, almacenes y depósitos, lugares donde se genera, se transmite y se usa energía,medios de transporte y toda su infraestructura, así como los sitios donde se desarrollanlas actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso o la educación.

 

La arqueología industrial es un método interdisciplinario para el estudio de toda evidencia, material o inmaterial, de documentos, artefactos, estratigrafía y estructuras,asentamientos humanos y terrenos naturales y urbanos, creados por procesos industriales o para ellos. 2 La arqueología industrial hace uso de los métodos de investigación más adecuados para hacer entender mejor el pasado y el presente industrial.

El período histórico de principal interés se extiende desde el principio de la Revolución Industrial, la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la actualidad, incluida. Si bien también se estudian sus raíces preindustriales y proto industriales anteriores. Además, se recurre al estudio del trabajo y las técnicas laborales rodeadas de historia y tecnología .

2. Valores del patrimonio industrial

I. El patrimonio industrial es la evidencia de actividades que han tenido, y aún tienen, profundas consecuencias históricas. Los motivos para proteger el patrimonio industrial se basan en el valor universal de esta evidencia, más que en la singularidad de sitios peculiares.

II. El patrimonio industrial tiene un valor social como parte del registro de vidas de hombres y mujeres corrientes, y como tal, proporciona un importante sentimiento de identidad. Posee un valor tecnológico y científico en la historia de la producción, la ingeniería, la construcción, y puede tener un valor estético considerable por la calidad de su arquitectura, diseño o planificación.

III. Estos valores son intrínsecos del mismo sitio, de su entramado, de sus componentes, de su maquinaria y de su funcionamiento, en el paisaje industrial, en la documentación escrita, y también en los registros intangibles de la industria almacenados en los recuerdos y las costumbres de las personas.

IV. La rareza, en términos de supervivencia de procesos particulares, tipologías de sitios o paisajes, añade un valor particular y debe ser evaluada cuidadosamente.

Los ejemplos tempranos o pioneros tienen un valor especial.

3.  La importancia de la catalogación, el registro y la investigación

I. Todo territorio debe catalogar, registrar y proteger los restos industriales que quiera preservar para generaciones futuras.

II. Estudios de áreas y de diferentes tipologías industriales deben identificar el alcance del patrimonio industrial. Usando esta información, se deben crear inventarios para todos los sitios que se haya identificado. Estos inventarios deberían concebirse para ser fáciles de consultar y de libre acceso para el público. La informatización y el acceso en línea son objetivos importantes.

III. El registro es una parte fundamental del estudio del patrimonio industrial. Debe realizarse y almacenarse en un lugar público un registro completo de las características físicas y las condiciones de un sitio antes de que se haga cualquier intervención. Se puede obtener mucha información si el archivo se lleva a cabo antes de que un proceso o un sitio haya cesado en su actividad. Los registros deben incluir descripciones, dibujos, fotografías y películas de vídeo de objetos móviles, acompañados de documentación de apoyo. Los recuerdos de la gente son un recurso único e irremplazable que debe ser registrado siempre que sea posible.

IV. La investigación arqueológica de sitios industriales históricos es una técnica fundamental para su estudio. Debe llevarse a cabo en las mismas buenas condiciones que los sitios de otros períodos históricos o culturales.

 

V. Los programas de investigación histórica son necesarios para respaldar las políticas de protección del patrimonio industrial. Debido a la interdependencia de varias actividades industriales, los estudios internacionales pueden ayudar a identificar sitios y tipos de sitios de importancia mundial.

VI. Los criterios para evaluar edificios industriales deben definirse y publicarse para lograr la aceptación del público general a un nivel consistente y racional. Sobre la base de una investigación apropiada, estos criterios debes usarse para catalogar los paisajes, los asentamientos, los sitios, las tipologías, los edificios, las estructuras,las máquinas y los procesos supervivientes más importantes.

 VII. Los sitios y las estructuras que se cataloguen como importantes deberán protegerse por medidas legales lo suficientemente fuertes para asegurar la conservación de su importancia. La Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO debe dar el reconocimiento que se merece al enorme impacto que la industrialización ha tenido sobre la cultura humana.

VIII. Debe definirse el valor de los sitios significativos y establecer pautas para futuras intervenciones. Cualquier medida legal, administrativa o financiera necesaria para mantener su valor debe ser puesta en marcha.

IX. Los sitios en riesgo deben identificarse para poder tomar las medidas oportunas para minimizar el riesgo y facilitar esquemas adecuados para reparar o reutilizar los sitios.

X. La cooperación internacional es una manera particularmente apropiada de  conservar el patrimonio industrial mediante iniciativas coordinadas y compartiendo recursos. Deben desarrollarse criterios compatibles para compilar inventarios y bases de datos internacionales.

  1. Protección legal 

I. El patrimonio industrial debe entenderse como parte del patrimonio cultural en general. No obstante , su protección legal debe tener en cuenta la naturaleza  especial del patrimonio industrial. Debe ser capaz de proteger la planta y la maquinaria, los elementos subterráneos, las estructuras en pie , los complejos y los conjuntos de edificios, y los paisajes industriales. Las áreas de residuos industriales deben ser consideradas tanto por su potencial valor arqueológico como por su valor ecológico.

II. Las políticas para el desarrollo económico y la planificación regional y nacional deben integrar programas para la conservación del patrimonio industrial.

III. Los sitios más importantes deben protegerse completamente y no se debe permitir ninguna intervención que comprometa su integrid ad histórica o la autenticidad de su entramado. La adaptación armónica y la reutilización pueden ser una forma adecuada y económica de asegurar la supervivencia de los edificios industriales, y debe promoverse mediante los controles legales, los consejos técnicos, las becas y los incentivos fiscales adecuados.

IV. Las comunidades industriales que se vean amenazadas por rápidos cambios estructurales deben ser apoyadas por las autoridades gubernamentales locales y centrales. Se deben prever los riesgos potenciales al patrimonio industrial derivados de estos cambios y preparar planes para evitar tener que recurrir a soluciones de emergencia.

 

V. Se deben establecer procedimientos para responder rápidamente al cierre de sitios industriales importantes para prevenir la destrucción o el traslado de los elementos significativos. Las autoridades competentes deben tener poderes estatutarios para intervenir cuando sea necesario para proteger los sitios amenazados.

VI. El gobierno debe contar con organismos asesores especializados que puedan proporcionar consejos independientes sobre cuestiones relacionadas con la protección y la conservación del patrimonio industrial, y se les debe consultar en todos los casos importantes.

VII. No deben escatimarse esfuerzos a la hora de asegurar la consulta y la participación de las comunidades locales en la protección y la conservación de su patrimonio industrial.

VIII. Las asociaciones y grupos de voluntarios desempeñan un importante papel en la catalogación de sitios, en promover la participación en la conservación industrial y en divulgar la información y la investigación. Por lo tanto, son actores indispensables en el teatro del patrimonio industrial.

  1. Mantenimiento y conservación

     

I. La conservación del patrimonio industrial depende de la preservación de la integridad funcional, y las intervenciones en un sitio industrial deben, por tanto, estar enfocadas a mantener su integridad funcional tanto como sea posible. El valor y la autenticidad de un sitio industrial pueden verse enormemente reducidos si se extrae la maquinaria o los componentes, o si se destruye los elementos secundarios que forman parte del conjunto de un sitio.

II. La conservación de sitios industriales requiere un profundo conocimiento del propósito o los propósitos por lo que se construyó, y de los diferentes procesos  industriales que pudieron tener lugar en él. Esto puede haber cambiado con el tiempo, pero todos los usos anteriores deben ser investigados y evaluados.

III. La preservación in situ debe considerarse siempre como prioritaria. Desmantelar y reubicar un edificio o una estructura sólo es aceptable cuando es preciso destruir el sitio por imperiosas necesidades sociales o económicas.

IV. La adaptación de un sitio industrial a un nuevo como forma de asegurar su conservación suele ser aceptable, excepto en el caso de sitios de especial importancia histórica. Los nuevos usos deben respetar el material significativo y mantener los patrones originales de circulación y actividad, y debe ser tan compatible con el uso original o principal como sea posible. Es recomendable habilitar un área donde se represente el uso anterior.

V. Continuar adaptando y usando edificios industriales evita malgastar energía y contribuye al desarrollo sostenible. El patrimonio histórico puede tener un papel importante en la regeneración económica de áreas deterioradas o en declive. La continuidad que implica la reutilización puede proporcionar estabilidad psicológica a las comunidades que se enfrentan al repentino fin de una fuente de trabajo de muchos años.

VI. Las intervenciones deben ser reversibles y tener un impacto mínimo. Todo cambio  inevitable debe ser documentado, y los elementos significativos que se eliminen  deben ser registrados y almacenados de forma segura. Varios procesos industriales confieren un lustre que es integral a la integridad y al interés del sitio.

 

VII. La reconstrucción, o la vuelta a un estado conocido anterior, debe considerarse como una intervención excepcional que sólo es apropiada si beneficia a la integridad del sitio entero, o en caso de destrucción de un sitio mayor por violencia.

VIII. Las habilidades humanas involucradas en muchos procesos industriales antiguos u obsoletos son un recurso críticamente importante cuya pérdida puede ser irreparable. Es necesario registrarlos cuidadosamente y transmitirlos a las nuevas generaciones.

IX. Debe promoverse la conservación de los registros documentales, los archivos de las empresas, los planes de construcción, así como las especies de muestra de productos industriales.

  1. Educación y formación

I.La formación profesional especializada en los aspectos metodológicos, teóricos e históricos del patrimonio industrial debe impartirse en niveles técnicos y universitarios.

II. Se debe producir material educativo específico sobre el pasado industrial y su patrimonio para los estudiantes de primaria y secundaria.

  1. Presentación e interpretación

I. El interés y el afecto público por el patrimonio industrial y la apreciación de sus valores son las formas más seguras de conservarlo. Las autoridades públicas deben explicar activamente el significado y el valor de los sitios industriales mediante publicaciones, exposiciones, televisión, Internet y otros medios, proporcionando acceso sostenible a sitios importantes y promoviendo el turismo en áreas industriales.

II. Los museos especializados en técnica e industria y los sitios industriales conservados son dos medios importantes de proteger e interpretar el patrimonio industrial.

III. Las rutas regionales e internacionales del patrimonio industrial pueden remarcar la continua transferencia de tecnología industrial y el movimiento de personas a gran escala que puede causar.

[1] La ‘Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de monumentos y sitios’ (Carta de Venecia) de ICOMOS, 1964.

[2] Por conveniencia, 'sitios' se referirá a terrenos, complejos, edificios, estructuras y máquinas a menos que estos términos se usen de forma más específica.



[1]  2  3  Siguiente >>
Inicio

Buscar
Buscar en Mas Patrimonio !

Categorías

Mis Links

Archivo


Contacto

¿Qué es RSS?