¿ Libertad de expresión ?
Anna Donner Rybak. Compañeros; hasta la victoria.

http://blogs.montevideo.com.uy/libre |  Agregar a favoritos  | 
Imprimir Recomendar Agrandar Achicar

08.03.2013 13:39 / Nunca Más

Pedradas

 

Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Y como tal, deseo dedicar el post a cierto grupo de mujeres silenciadas, cosificadas, que son tratadas peor que a los animales, las mujeres  musulmanas. En Afganistán, en Irán.

Porque el MUNDO clame por ellas.

Basta de silencios impunes.

Por esas mujeres.

La lapidación es un medio de ejecución (asesinato) muy antiguo, consiste en que los asistentes lancen piedras contra el reo hasta matarlo. Como una persona puede soportar golpes fuertes sin perder el conocimiento, la lapidación puede producir una muerte muy lenta. Esto provoca un mayor sufrimiento en el condenado, y por ese motivo es una forma de ejecución que se abandonó progresivamente —junto con medidas como la tortura— a medida que se iban reconociendo los derechos humanos.

Actualmente, este procedimiento está localizado principalmente en países de África, Asia u Oriente Medio donde se castiga a las personas que mantienen relaciones sexuales ilegales. La ejecución por lapidación suele llevarse a cabo estando el reo tapado por completo con una tela (para no ver los efectos), enterrado hasta el cuello o atado de algún modo mientras una multitud de personas le tira piedras. Está extendido especialmente en países musulmanes de corte social fanático-radical de aplicación de la sharia también denominado fundamentalismo islámico. (Fuente: wiki)

Lapidaciones en Irán

La pena de muerte por lapidación afecta de forma desproporcionada a las mujeres en Irán. Esto, es debido, en parte al hecho que las mujeres no tengan el mismo trato que los hombres ante la ley y los tribunales, lo que constituye una clara violación de los artículos 2, 3,14 y 26 del PIDCP. Incluso, en algunos delitos el testimonio de un hombre tiene tanto valor como el testimonio de dos mujeres, y el de las mujeres solas no se admite. (Fuente: Amnistía Internacional)

Uno de los casos en Irán. (Fuente: El País)

Una vez más los medios de comunicación se hacen eco de una sentencia de lapidación en un país de mayoría musulmana. En este caso se trata de la condena de Sakineh Mohammadi Ashtiani, una mujer iraní. Ante casos como este creo que los musulmanes españoles debemos hacer un esfuerzo de clarificación y mostrar claramente cuál es nuestra postura.

La lapidación es una práctica que no aparece en el Corán ni se justifica por el ejemplo del Profeta, pues él mostró su desaprobación. A pesar de ello pasó a los códigos de jurisprudencia medievales. La lógica que guiaba a los juristas de esa época es la de equiparar pecado con delito, confundiendo así de forma manifiesta los planos religioso y secular: todo acto considerado como una violación de los preceptos religiosos debe ser castigado por el poder político de turno.

Aún así, la condena a lapidación fue sometida a tales restricciones que hacían prácticamente imposible su aplicación. La arabista española Delfina Serrano, investigadora del CSIC, ha mostrado que no se tiene constancia de una sola aplicación de la pena de lapidación en toda la historia de Al Andalus. ¿Por qué? Porque esa condena no estaba ahí para ser aplicada, sino para prevenir el adulterio. En primer lugar, los adúlteros deben confesar su culpa, no pudiéndose considerar la maternidad como una confesión. En segundo lugar, son necesarios cuatro testigos presenciales, sin ser ninguno miembro de la familia de los encausados, ni tener asuntos o intereses con ellos. Por si fuera poco, los testigos tienen que ver el adulterio en acto, viendo el coito hasta el punto de que no se pueda pasar un hilo entre los presuntos adúlteros.

Para proteger a las madres solteras, en el Derecho musulmán existe una bella figura jurídica: la del "feto dormido", que descansa durante años en el vientre de la madre. Esta figura, que escandaliza a los racionalistas, no es obra de la ignorancia en cuestiones de gestación, sino una medida de protección inventada por los juristas para evitar problemas a las madres solteras. Por si fuera poco, la persona condenada por adulterio podía alegar todo tipo de atenuantes, como haber sido poseída por un genio o estado de locura transitoria.

En el islam nadie puede tomarse la justicia por su mano. Existe una tradición del Profeta en la cual un hombre le pregunta: "Mensajero de Dios, entonces, ¿si encuentro a mi mujer con otro debo ir a buscar cuatro testigos?" El profeta Mahoma contestó: "". Existen también una serie de prescripciones tendentes a proteger la privacidad de estos asuntos, tales como los castigos por calumnia. En la mayoría de los casos una acusación de adulterio acaba con el castigo del que acusa, dada la dificultad de verificarse. Es casi imposible verificar el adulterio, y el Corán nos conmina a aceptar el arrepentimiento en caso de que así sea: "Si se arrepienten y se enmiendan, dejadles en paz" (Corán 4:15-16).

Siendo así, es lógico que no se conozcan sentencias como la de Sakineh Mohammadi Ashtiani en países tradicionalmente musulmanes. En el sentir de la mayoría de los musulmanes eso no se corresponde al mensaje del islam, ni a la sensibilidad islámica, pues sabemos que "Dios se ha prescrito a si mismo la misericordia como ley" (Corán 6: 12). Esto hace que una sentencia como esta, ya cruel de por sí, se presente además como algo incomprensible. Por desgracia, nada de esto se corresponde con el modelo de islam autoritario impuesto por los clérigos iraníes, cuya visión del islam se corresponde a un programa político de control social basado en una visión represiva del islam, según la cual ellos son los representantes de Dios sobre la tierra, encargados de velar por la islamicidad de las costumbres. Este modelo de religiosidad represiva apenas oculta los intereses económicos de la clase dirigente, que se escudan en el islam para preservar sus privilegios.

En Irán no se está aplicando la sharía, ni siquiera ninguno de los grandes tratados de jurisprudencia islámica de la historia. Más bien, el islam esta siendo secuestrado para justificar la tiranía de los clérigos reaccionarios, que se otorgan a si mismos la capacidad de discernir entre lo correcto y lo incorrecto, considerando a la masa de los musulmanes como menores de edad, incapaces de decidir libremente su futuro.

Desde aquí pedimos a los responsables de la República Islámica de Irán que anulen la sentencia de lapidación a Sakineh Mohammadi Ashtiani, y que deroguen dicha ley, que solo puede ser considerada como una anomalía y una traición a los más básicos valores del islam.

(Por Abdennur Prado) autor de El lenguaje político del Corán (ed. Popular 2010).

Irán sopesa cambiar la lapidación de una mujer adúltera por la horca

Las autoridades judiciales iraníes aclararon este lunes que la mujer condenada por adulterio y sentenciada a morir lapidada podría finalmente no sufrir esta forma de ejecución, sino ser ahorcada. Un tribunal condenó en 2006 a Sakineh Ashtiani a ser lapidada por cometer adulterio, pero la indignación internacional, con una masiva campaña de apoyo, logró frenar las intenciones de Irán. Cinco años después de la sentencia, “no hay prisa, nuestros expertos islámicos están revisando el caso de Ashtiani para ver si la ejecución de una persona condenada a la lapidación se puede realizar por medio de la horca”, dijo a la agencia oficial de noticias, ISNA, el jefe de la judicatura en la provincia de Azerbayán Oriental, Malek Ajdar Sharifi. “La ejecución se llevará a cabo en cuanto nuestros expertos den su opinión”.

En 2006, Ashtiani, de 43 años y madre de dos hijos, fue condenada a morir lapidada por cometer adulterio durante su matrimonio y a 10 años de cárcel por asesinar a su marido en 2005, pena que finalmente quedó reducida a la mitad al considerar que su participación fue como cómplice. Según Amnistía Internacional, Ashtiani ya recibió 99 latigazos como sentencia.

La presión de la comunidad internacional provocó que en septiembre del año pasado las autoridades iraníes decidieran suspender la lapidación de Ashtiani, aunque después matizaron que no su condena no había sido cancelada, por lo que el caso simplemente estaba siendo revisado.

Ya el año pasado, las autoridades judiciales provinciales habían declarado que la ejecución se había detenido por “dudas humanitarias”, pero en ningún momento descartó que la ejecución se fuera a producir.

La sharia (Ley Islámica), por la que Irán se rige desde 1979, condena a morir lapidados a los culpables de adulterio y a morir en la horca a los culpables de asesinato, violación, tráfico de drogas, robo con arma y apostasía.(Portales de Internet)

Anna Donner Rybak © 2013



Inicio

Buscar
Buscar en ¿ Libertad de expresión ?

Sobre mí
Anna Donner Rybak nace en Montevideo el 21 de setiembre de 1966.Desde 1989 hasta 1996 es docente en UTU de Programación de Sistemas y de Lógica.En 1993 se recibe de Analista de Sistemas.Escribe desde 2000, diversos géneros: Cuentos históricos, cuentos de humor, Columnas de actualidad, Ensayos, Poesía y fantástico.

Categorías

Mis Links

Archivo


Contacto

¿Qué es RSS?