¿ Libertad de expresión ?
Anna Donner Rybak. Compañeros; hasta la victoria.

http://blogs.montevideo.com.uy/libre |  Agregar a favoritos  | 
Imprimir Recomendar Agrandar Achicar

22.11.2012 15:27 / Un hombre llamado Nerón

Un hombre llamado Nerón V

 

V

En el salón destinado al trabajo esclavo no hay nadie. Nadie ha llegado, nadie, a excepción de Nerón García, el funcionario que más temprano llega al Ayuntamiento de Degollado.

Nadie excepto Nerón García y el crápula de Napoleón, el loro del Señor Alcalde de Degollado, que no deja de reiterar su estruendoso y malsano gorjeo:

-¡JuJu! ¡Nerón… c$%ón! ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!
-¡Loro hijo de pu%a!
-¡JuJu! ¡Nerón… c$%ón! ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!
-¡Loro de mi$%da!
-¡JuJu! ¡Nerón… c$%ón! ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!  ¡Nerón… c$%ón!
-¡La pu%a lora que te pa$ió!
-¡JuJu!¡Nerón… pu%o! ¡Nerón… pu%o! ¡Nerón… pu%o!¡Nerón… pu%o!¡Nerón… pu%o!
-¡Hacete el vivo Napoleón loro hijo de pu%a  que tenés los días contados!
-¡JuJu! ¡pu%a! ¡pu%a! ¡pu%a!
-¡Ya vas a ver loro hijo de pu%a con toda la cicuta que vas a tragar vas a quedar mucho más muerto que Sócrates!
-¡JuJu!¡Nerón Sócratés! ¡Nerón Sócratés! ¡Nerón Sócratés! ¡JuJu!
-¡Vas a tener una muerte más horripilante que la de Sócrates! ¡La cicuta te va a quemar el hígado loro hijo de pu%a! ¡Te voy a boletar loro hijo de pu%a! ¡Maldito lor/
-¿Ahora se te da por hablar sólo, García? – dice de pronto Aristófanes Gómez, el asesor del Señor Alcalde de Degollado que acaba de ingresar en el salón destinado al trabajo esclavo.

Desde el mismísimo día que nació, Aristófanes Gómez es un alcahuete. Un chupamedias. Vaya a saber en qué diablos habría estado pensado la madre cuando le eligió el nombre, quizá subyugada por aquel asunto de la media naranja, o sorprendida o azorada, la cuestión es que se cernía un extraño mito acerca de la sexualidad  y quizá sorprendida o azorada u horrorizada, quizá para que su primogénito le saliera bien machito la doña decidió ponerle aquel nombre tan ridículo.

El mito que habría dejado traumada a la madre de Aristófanes Gómez era que en la antigüedad los hombres tenían tres sexos, no dos como en estos días, el masculino y el femenino, sino que  además existía un tercero que era común a los otros dos, el andrógino hombre-mujer o hermafrodita. Las personas eran esféricas y tenían cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros que estaban situados en direcciones opuestas, cuatro orejas y dos órganos sexuales. Caminaban erguidas, según quisieran en una u otra dirección y cada vez que corrían, daban volteretas como los saltimbanquis, apoyándose sobre los ocho miembros de los que disponían. La explicación del asunto de los tres sexos venía a cuento de que lo masculino descendía del sol, lo femenino de la tierra y lo hermafrodita de la luna.  Aquellos seres eran terribles por su fuerza y su vigor y tan arrogantes eran que un día atentaron contra los mismísimos dioses. Fue entonces que Zeus y los otros debatieron acerca del destino de los hermafroditas y quedaron acongojados por un dilema existencial: no podían matarlos fulminándolos con un rayo como al gigante de Polifemo  porque entonces los hombres ya no les otorgarían más honores ni harían sacrificios por ellos. Pero tampoco podían darse el lujo de que siguieran siendo unos ególatras. Fue entonces que Zeus tuvo una idea sublime: “Me parece que tengo una estratagema para que continúen existiendo los hombres y dejen de ser insolentes: tiene que ser más débiles. ¡Los voy a cortar en dos con un enorme cuchillo de cocina “Tramontina”  y van a ser más útiles para nosotros y van a ser más débiles y van a ser más! Van a caminar erguidos pero con dos piernas y si siguen pasándose de la raya los voy a cortar de nuevo en dos y van a tener que caminar con una sola pierna y saltando.” Pronunciadas esas palabras, cortó a todos en dos, y a la mitad los dejó hombres y a la otra mitad los dejó mujeres.

Aristófanes Gómez mira a Nerón García como por encima del hombro con desprecio: altivo, arrogante, grandioso, magnífico, como muñido de una excesiva magnificencia y suntuosidad. De punta en blanco de acuerdo a la investidura que ostenta, al honor que le confiere ocupar el puesto nada más ni nada menos que de asesor del Señor Alcalde de Degollado, ataviado con impecable traje y corbata, Aristófanes Gómez es un histérico a la hora de vestir.  En su alcoba dispone de  un vestidor que alberga nada más ni nada menos que cien pares de zapatos, doscientos trajes hechos a medida por el mismísimo Giorgio Armani o Roberto Cavalli, quinientas camisas, quinientas corbatas, trescientos sweaters, trescientos cardigans, doscientos chalecos, ochocientos pares de medias, habiendo tenido el privilegio de viajar a la mismísima París o Roma o Milán, porque Aristófanes Gómez percibe una considerable remuneración en lo que concierne a viáticos sin rendición de cuentas al extranjero dada la jerarquía que le confiere la categoría y escalafón que ostenta, caratulados tales viajes bajo el asunto de “Misiones Oficiales”. Como corresponde al honorable asesor del Señor Alcalde de Degollado.

Tan histérico con respecto a sus atavíos ha resultado Aristófanes Gómez que su santa madre es agobiada con frecuencia por ciertas dudas y pensamientos pecaminosos, y entonces  más rápido que El Correcaminos dirige sus pasos hacia el altar de la Iglesia de Degollado con el afán de rezar dos padre y señor nuestro para que el Señor se apiade del alma del susodicho y que la elección de su nombre no resulte en vano.

Como perico por su casa, Aristófanes Gómez abre la puerta del despacho del Señor Alcalde de Degollado e ingresa al tan sagrado recinto, donde valga la redundancia, el perico de Napoleón desde su jaula de oro lo saluda con respeto y sumisión:

-Buenos días Aristófanes Gómez- dice el loro con elegancia.
-¿Buenos días qué? – contesta indignado Aristófanes Gómez.
-Buenos días Señor Aristófanes Gómez- repite el loro con majestuosidad.

El día en que el Señor Alcalde de Degollado trajo el loro al Ayuntamiento, el petulante de Aristófanes Gómez ni corto ni perezoso entrenó al tirano de Napoleón para así  todos los días regocijarse con aquel sublime ritual que el loro le otorga.

Ya son dos los funcionarios que han llegado al Ayuntamiento de Degollado: Nerón García y Aristófanes Gómez.

Y el plumífero de Napoleón, que no ha llegado porque nunca se ha retirado.

Anna Donner Rybak ©2012



Inicio

Buscar
Buscar en ¿ Libertad de expresión ?

Sobre mí
Anna Donner Rybak nace en Montevideo el 21 de setiembre de 1966.Desde 1989 hasta 1996 es docente en UTU de Programación de Sistemas y de Lógica.En 1993 se recibe de Analista de Sistemas.Escribe desde 2000, diversos géneros: Cuentos históricos, cuentos de humor, Columnas de actualidad, Ensayos, Poesía y fantástico.

Categorías

Mis Links

Archivo


Contacto

¿Qué es RSS?