La causa de cualquier adicción, de cualquier índole, es escapar. ¿De qué? Y, de uno. De una realidad con la cual estamos desconformes.

“Me subí a la balanza enfrente a ese gran temor y vi el número.  Mis ojos saltaron, no lo podía creer; aumenté nueve kilos más de mi peso máximo, el máximo que alcancé en mi vida. Ese peso no es solo grasa, es el PESO QUE CARGO DE MI VIDA DE MIS PROBLEMAS DE MIS PENSAMIENTOS y de muchas cosas más. Pero, este es el lugar para los que día a día sufrimos la discriminación ya sea por una broma un insulto o por la misma sociedad tan estricta que nos rodea.”

El problema más grave no es la discriminación (que sí es CRUEL), sino la Salud.  El exceso de peso genera problemas circulatorios, es causa de infartos, deteriora los huesos, por cargar tanto. Es una limitación, a la hora de desplazarse, correr, saltar.

“Yo ya venía con sobrepeso, pero me excedí mucho. Canalicé exageradamente con la comida, de chiquita cuando estaba mal pensaba que si comía mucho me iba  a hinchar tanto que iba a explotar y no iba a existir más. Ahora,  sigo utilizando el mismo recurso: la comida como fuente de desahogo.”

“Trato de luchar contra vos, obesidad, pero sos un fantasma que me persigue y me gana, que no puedo desprender de mi. ¿Cuándo te irás? ¿Cuándo me dejarás vivir en paz? ¿Cuándo será el día que pueda mirarme al espejo?”

“Muchos se castigan con la anorexia, con la bulimia, o cortándose la piel, consumiendo drogas.  Yo no quería existir más, quería desparecer, pensaba que en otra vida iba  a ser más feliz”.

La división en grupitos: “Populares” vs “El Resto”.  Los unos, con cerebro de plástico, los otros, pertenecientes a esas minorías: intelectuales, artistas, tragas, negros, gordos, etc. Las Populares malvadas, clavando su puñal asesino.

(¿Sos linda e inteligente?; se sorprenden estupefactos, como si no se pudiese ser “todo” a la vez.)

Cuando yo estaba en la escuela, era miope. Usaba gruesos cristales, y me coreaban: ¡Cuatro Ojos Cinco Piojos! Cuánto nos dañan esos "inocentes" infantiles comentarios.  Nos sentimos cucarachas aplastadas, y tardamos años.  La autoestima queda para la m. es duro recuperarse.

Pero, esto no es una excusa. A pesar de que las películas nos muestras ídolos de plástico, todos visten bien y son divinos: tan divinos como irreales. Pero, una cosa no quita la otra.

Personalmente, nunca tuve un gramo de más, y eso no es un mérito, ni deshonra, tuve otros demonios.

La obesidad es un GRAVE trastorno de alimentación. Por otra parte, verse excedido de peso, es deprimente, reconozcámoslo. Mirarse al espejo, y ver puro rollo, sin poder distinguir la silueta. Tan nefasto, como evitable.

¿Pero, qué sucede cuando se cae a tierra? Allí está el Señor Espejo, que devuelve una realidad Negra, una silueta deforme. Sucede que el adicto obeso, ya se ha acostumbrado a percibirse distorsionado, pero igual, si se ve sin estar “prevenido”, se deprimirá. Verse bien es importante, en absoluto frívolo, y la autoestima tiene que ver,  con cómo uno se ve, tanto física como psíquicamente.

A la hora de seducir, uno sabe que de buenas a primeras, nadie lo va mirar; todo entra por los ojos. Con esto, no me refiero a que se debe medir 90-60-90, sino a otra cosa.

Salud Física y Salud Mental, están relacionadas. Y repercuten una sobre otra. Los hábitos  de un obeso, no son en absoluto saludables. Alimentación chatarra, falta total de ejercicio físico. (En su defecto falta de caminar o de correr o de nadar, o del deporte que quieran).
Yo, al menos me siento mil veces mejor después de cualquier esfuerzo físico, vale decir una buena caminata. Trabajo como mínimo ocho horas ante un escritorio, así que termino acalambrada. Una caminata hace que la sangre circule.