La semana pasada, cuando hablamos por teléfono; te dije “Mañana paso y charlamos, ta?”; me respondiste “Dale”. Pero no pasé. Porque tenía mucho trabajo. Me dije que total ya tendríamos tiempo para charlar.
Pero te fuiste sin avisarme, y esa charla nunca sucederá.
Te fuiste en la cálida noche del sábado,
Una noche de luz en este invierno helado.
Te fuiste haciendo lo que más amabas,
Tocando junto a tu cuerda de tambores.
Por momentos me parece que estoy por despertar de un mal sueño.
Cuantos momentos hermosos compartidos, cuántos mates nos hemos tomado juntos…
Y, a propósito de sueños, tantos te quedaron por cumplir.
Eras un idealista, un tipo sencillo, un tipo querido. Un tipo sincero. Eras muy frágil, y quizá te dejamos muy sólo.
No te digo que nos veremos pronto, porque ni vos ni yo creemos en la vida después de la muerte.
Hasta Siempre, Poti.
Te voy a extrañar.
Continúa