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09.08.2008 10:16 / Tíos interesantes
Beckett Toda la obra de Beckett está atravesada por la percepción de la tragedia que es el nacimiento. Frente a este dictamen lúcido y pascaliano de abandono, el hombre permanece excluido, sin tregua, al borde de la asfixia, en un espacio purgatorio, ni feliz ni desgraciado. Para el Irlandés, autor de Fin de partida, esta condición debe ser vivida pese a todo, plenamente, con vitalidad. Para esta vida, Beckett nos propone una coartada: la literatura o el arte, ellos pueden inyectar en el desastre algo tolerable, una onza de música y de aliento existencial. Pues como dice al final de El Innombrable: "hay que seguir, todo debe seguir"; hay que buscar un sentido, a pesar de todo.
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Sobre mí Con el perdón de Galeano: Bajo un escalón y baja dos, bajo otro y baja dos más... ¿para qué sirve la distopía? para eso, amigos, para bajar...
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