El último sitio de la tierra
El peor día de la existencia no es el del fin del mundo, es el que le sigue...

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21.10.2009 16:17 / Movimiento en tu cabeza

LA OTRA CARA DEL HAMBRE...

Fuente: cualquiercosario.com

Desde la cima de su sillón apretado miraba su pantalla mágica, su caja boba y elegía la vida que más le gustaba: Cribs, MTV lo deleitaba, era una vida sobre joyas, elegancia y gente hablando cosas importantes relacionadas con el valor de un abrigo de piel, el valor de una ventana, o más aún sobre arte. Cómo serán los seres humanos que por un dibujo se pagaba con lo que se podría alimentar a millones de muertos de hambre, algo habrán hecho para que les toque morirse de hambre... en fin, tampoco uno sugiere con ese criterio que el arte no deba ser comerciado, a lo mejor lo que uno sugiere es en el por qué de la necesidad de todo mediatizarlo monetariamente, y hasta dónde es útil dicho atravesamiento. Cuando el monetarismo se impregna dentro de la pintura multicolor hasta pasar a ser la pintura, tal vez lo más sensato sería pintar un billete verde enorme. Pues es lo que es cualquier cuadro al fin y al cabo. El problema del humanitarismo es ese, que uno no puede vivir en paz sintiéndose parte de dicha corriente, por eso desde arriba del sillón y con la varita mágica que cambia de canal-vida es que tratamos de olvidarnos de eso o de simplemente vivirlo con el grado de realidad que le aplicamos a las proezas de Bruce Willis o Van Damme, una película más, no una tragedia o una denuncia social, tan solo una película más. Eso que Gilles Deleuze decía con el nombre esotérico de Transrealidad, mal castellanizado. Era muy incómodo como decíamos, ser humanitarista y prenderse un pucho o bajarse medio Jhonnie walker (O cómo mierda sea que se escribe), ser intelectual tiene su precio, su doble discurso, así que era más válido finjir que nada de eso sucedía que creerse conciente y buen tipo por decir que eso pasa en algún lugar lejos de acá....

Era una meditación que nunca tenía fin, lo más sensato siempre sería callarse la boca y ni hablar de un tema en el cual si hablásemos media palabra, siempre redundaríamos en faltarle el respeto a quien pasa hambre.

Era mejor ver eso como un televidente, y no como un igual, así como era mejor visitar Nigeria como turista asombrado cribs, y no como voluntario de nada.



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Con el perdón de Galeano: Bajo un escalón y baja dos, bajo otro y baja dos más... ¿para qué sirve la distopía? para eso, amigos, para bajar...

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