acerca de patrimonios varios
algunas reflexiones sobre nuestros "lugares de la memoria"

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10.09.2008 16:03 / MIS ARTICULOS

SOLANA DEL MAR

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En los primeros días del mes de marzo de 2006, el arquitecto Jorge Nudelman daba la voz de alarma sobre la amenaza de desaparición de Solana del Mar, una obra que el arquitecto catalán Antonio Bonet había construido en la segunda mitad de los años cuarenta integrando un plan de urbanización en el área de Portezuelo; plan de conjunto y obra particular (más otras de similar relevancia, caso notorio de la casa Berlingieri), que han merecido una unánime valoración en cuanto a su significación urbanística y patrimonial. He aquí la nota de referencia:

La demolición de la Solana

Amigos de la arquitectura: La Solana del Mar fue proyectada en 1945 por Antonio Bonet Castellana en Punta Ballena, Uruguay. Una de sus características -quizás la más hermosa- es la forma de estar allí, como si hubiese nacido allí, como un acto de la naturaleza. Esto es para los arquitectos, más allá de las modas pasajeras y estilos del momento, un objetivo nostálgico.

En la Solana la clave quizás sea esa línea horizontal de la cornisa de la que penden los espacios: el suelo tan 'naturalmente' modificado habla con el movimiento de la duna y el mar, mientras que aquella línea dibuja un horizonte que se mide con el que está del otro lado. Dos horizontes. Tal cual, como si siempre hubiese estado allí. Pero hoy esta obra está amenazada. Ha sido vendida por los herederos de sus administradores originales y el nuevo dueño quiere construir allí su residencia de verano. Ha cursado, según algunos rumores, un permiso de demolición.

No sabemos si la administración municipal de Maldonado tiene las armas para defender esta obra magnífica (en caso de que lo considere pertinente). Por esto es que mando esta carta para solicitar que todos los amantes del arte y la arquitectura hagan algo para salvar la Solana del Mar del poder de la banalidad. Ruego que escriban al Intendente de Maldonado: Sr. Oscar de los Santos, al Ministro de Educación y Cultura: Sr. Ing. Jorge Brovetto; al subsecretario del MEC: Sr. Felipe Michellini; al presidente de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación: Sr. Manuel Esmoris; al arquitecto Mariano Arana (actual Ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, que siempre le preocupó la cuestión del patrimonio arquitectónico, y al presidente de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, Sr. José Oliver.

Jorge Nudelman, arquitecto (Uruguay)

El llamado apelaba a la sensibilidad de “los amantes del arte y la arquitectura”, seguramente en la confianza de que éstos pudieran a su vez sensibilizar a las cabezas visibles de una variada gama de instituciones que, se supone, alguna responsabilidad tendrían en la definición del destino del bien supuestamente en peligro de desaparición. Y confiando además en que esa incidencia resultaría más efectiva que un planteo canalizado a través de alguno de los organismos citados (pongamos por caso, la Comisión de Patrimonio).

Esa estrategia de denuncia pública sin intermediarios tuvo un resultado de notable eficiencia. La cuestión planteada trascendió fronteras y se sucedieron las manifestaciones de apoyo a la convocatoria de Nudelman, tanto en revistas especializadas como en la prensa diaria, con la consecuencia de que en poco tiempo de formó un estado de opinión contrario a toda afectación del lugar.

La revista porteña “30.60 Cuaderno Latinoamericano de Arquitectura” difunde el comunicado y ya a partir del 8 de marzo aparecen una serie de artículos asumiendo un fuerte compromiso en el sentido de la propuesta. En anexos, se transcriben parcialmente algunos de esos textos, siendo ocioso señalar la relevancia de varios de sus autores y la significación de sus opiniones. A título de ejemplo, se incluye el comunicado emitido por la Sociedad Central de Arquitectos (Buenos Aires, 10 de marzo de 2006):

Probable demolición del hotel Solana del Mar

Por diversas vías, ha llegado a la Sociedad Central de Arquitectos la noticia de la probable demolición de una obra singular de la arquitectura moderna: el hotel de Solana del Mar en Punta Ballena, Maldonado, Uruguay.
Fue proyectado en 1946 por Antonio Bonet, arquitecto catalán, como parte de la planificación de un sector de la costa y se constituyó, por sus valores arquitectónicos y paisajísticos, en un hito de la arquitectura moderna.
Esta obra constituyó el lugar, lo fundó, lo instaló, le dio su identidad.
Su relación con el paisaje, el mar, los médanos, los jardines hacen que se diga “parece que hubiera nacido alli”. Funcionó, hasta no hace mucho, con su equipamiento original, también diseñado por Bonet en una unidad estética incomparable.
La SCA hace llegar al mundo de los arquitectos y la cultura, un pedido de colaboración para solicitar por todos los medios a las autoridades responsables que detengan esta pérdida sustancial del patrimonio cultural arquitectónico, uruguayo y universal.
Punta Ballena no debe perder esta construcción emblemática. Sin ella Punta Ballena y la Arquitectura no serán las mismas.
La Sociedad de Arquitectos del Uruguay decidió adoptar un perfil menos polémico –también menos didáctico- para atender al problema planteado, haciendo gestiones directas ante la Intendencia de Maldonado. En edición del diario La Nación del domingo 16 de abril, una nota firmada por Nelson Fernández (corresponsal del diario en Uruguay), da cuenta en su título del avance de esas gestiones: “Aseguran el mantenimiento de la histórica hostería Solana del Mar”. Transcribe luego declaraciones del director general de Planeamiento de Maldonado, Julio Riella, quien expresa “que hay voluntad política de declarar a Solana de interés municipal (...) que nunca se habló de demolición y que comprende que el mantenimiento de Solana, que es una hostería de pequeña escala y escaso rédito comercial, le cuesta mucho al propietario, por lo que se están buscando mecanismos como exoneraciones tributarias para compensarlo”.
También transcribe Fernández la opinión del propietario, quien defendió su decisión de enajenar el inmueble por razones económicas, expresando: “En este país es muy fácil meterse con el patrimonio de los demás; las veces que he tenido problemas con este edificio, muy reconocido en todo el mundo, nadie me ha dado una mano para hacerle nada porque todo lo que se ha hecho es a costillas nuestras para poder mantenerlo. Ni la Intendencia, ni el Estado me ha exonerado ni un centésimo de contribución inmobiliaria. El interesado en comprarla lo único que quiere hacer es convertirla en casa habitación”.
Por fin la Intendencia de Maldonado rechazó el cambio de destino propuesto, expresando que “La fracción J1 debe mantener la construcción con las mismas características con que fue aprobado en el exp. 3507/46, tanto en su Arquitectura como en su destino (Parador Turístico), al amparo de lo previsto en el Art. 23 del decreto 3718”. A posteriori de esos hechos y en su balance de lo actuado, el Instituto de Historia de la Arquitectura de la Facultad (UdelaR), reconoce que “la situación actual aún es relativamente frágil, a pesar de que las autoridades han reaccionado con firmeza” (esta última, una apreciación difícil de compartir...), anotando a renglón seguido, dudas sobre la solidez legal de la decisión adoptada, y haciendo constar la existencia de “vacíos normativos” que harían posible la incorporación de obras nuevas en sectores edificables del mismo predio, obras que afectarían notablemente el paisaje del lugar, con independencia de la calidad del hipotético proyecto. No pasó mucho tiempo antes de que esas prevenciones dieran paso a una nueva alarma...
Setiembre de 2008. De nuevo el arquitecto Nudelman hará pública su preocupación por nuevas afectaciones, ahora acompañado de un número importante de firmas, incluyendo a los titulares de la Facultad de Arquitectura y la Comisión de Patrimonio (ver anexo 4). El motivo: obras ya iniciadas de reforma en Solana del Mar, inapropiadas e indefendibles, que se supone aprobadas por la Municipalidad de Maldonado... La nota se encabeza con la cita de un viejo texto del Grupo de Estudios Urbanos, perfectamente pertinente en cuanto a la exploración del universo de actores con algún grado de compromiso en estos sucesos. Dice así:

¿Avidez desmedida del inversionista? / ¿Incompetencia del empresario? / ¿Incapacidad profesional del arquitecto? / ¿Abulia del técnico actuante en la esfera municipal o estatal? / ¿Ligereza en la gestión pública?

Doy por bueno que de todas esas cosas habrá un poco –y que tal vez pudiéramos agregar algún otro renglón a la lista; por ejemplo: ¿Escasa conciencia patrimonial y falta de una formación y una educación específica?-, pero me inclino a poner el acento en las deficiencias a nivel institucional y legal, notorias en el caso que nos ocupa. Hago al respecto una digresión personal. A fines de 2005 y primeros meses de 2006, tuve la suerte de coordinar en el CLAEH un módulo del curso de diploma en Historia-Cultura-Patrimonio (“El patrimonio cultural: una aproximación crítica”). En marzo de 2006, hacíamos allí esta reflexión:

A lo largo del curso hemos visto reiterar un concepto que en 1997 Pierre Nora expresaba así:”En veinte años el patrimonio ha experimentado una inflación, o mejor dicho, una explosión, que ha desembocado en una metamorfosis de la noción”. El nuevo escenario abre muy ricas posibilidades de “gestión de un capital social” que hasta la década del 60 estaba limitado casi exclusivamente a las referencias “monumentales”. Pero abre también un riesgo fuerte de dispersión de esfuerzos y perpetua postergación de decisiones concretas, con relación a bienes cuya potencialidad “patrimoniable” puede generar amplios consensos (y no sólo en el ámbito académico o en los organismos especializados). Tal el caso de Solana del Mar, la obra de Bonet que en estos días ha merecido atención de la prensa ante el riesgo de su afectación. Cabe señalar que la preocupación por asegurar algún tipo de protección patrimonial fue formalizada diez años atrás por la Unión Vecinal de Punta Ballena y Laguna del Sauce ante la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación y que esta comisión concretó con fecha 06.06.2000 la solicitud de declaratoria (de Solana y de la casa Berlingieri, también obra de Bonet). Pero esos textos, que a continuación se transcriben (ver anexo 5), siguen en el Ministerio de Educación y Cultura sin perspectivas de aprobación… porque no existe respaldo financiero para afrontar una eventual expropiación. Un ejemplo entre tantos del complejo entramado en el que se mueve la cuestión patrimonial.

Hubo entonces una propuesta ajustada a las circunstancias, aunque no a todas, porque a nivel político las cosas no se veían del mismo modo que en el ámbito de la Comisión...

Volviendo a la actual situación de Solana, tal vez estemos aún a tiempo de corregir las afectaciones generadas en este nuevo ejemplo de “vandalismo ilustrado” (digo esto, tomando la expresión acuñada por Bauzá, porque varios “ilustrados” han debido participar en este operativo, sea por acción o por omisión), pero la cuestión de fondo sólo es abordable en aplicación de la normativa vigente, que debe mejorarse –en un camino ya iniciado por el Ministerio de Educación-, pero que tal como está, es suficientemente adecuada para atender la situación de un patrimonio muy excepcional, que no debe seguir en una situación de desprotección (y ahora de gruesa deformación). ¿Habrá que atenderla en la escala global que plantea Segre, incluyendo el conjunto de la urbanización? (ver anexo 2). Ojalá se pudiera, aunque sin ignorar la complicada situación actual del área, con un balance hidrológico desequilibrado por varios factores, entre los cuales no fue el menos grave el provocado por el propio Bonet con la nivelación de las dunas.... Empecemos por Solana, sabiendo y asumiendo que en caso de llegarse a una expropiación (situación contemplada en la ley), el Estado deberá realizar una erogación seguramente superior al millón de dólares, que podremos ver como inversión a futuro, pero que dolerá pagar. Y que en todos los casos deberá implementar un plan de gestión y manejo del sitio, con un nivel de eficiencia que por lo hecho -o no hecho- en Narbona o Calera, no parece fácil de lograr.

Un ciudadano de a pie, viendo nuestra atención centrada en Maldonado, podrá con todo derecho preguntar cuál es el escándalo que nos convoca: las cosas que afectan a Solana del Mar y comprometen su valor patrimonial, o la consolidación en el barrio Kennedy de situaciones de extrema pobreza, al margen de todo sentido de equidad. Y pensará si es justo y razonable que los recursos del Estado atiendan aquel reclamo, con mengua de otra asignación más acuciante. Pienso que Vaz Ferreira, también convocado en estas fechas como referente del Día del Patrimonio, nos diría: no una u otra cosa, sino una vez analizado el tema en su complejidad, unas y otras, en su debida dimensión y proporción.

Si realmente creemos que lo patrimonial puede ser fragua de un sentido de identidad y pertenencia, pero también un factor de desarrollo, nos ingeniaremos para tomar las decisiones justas y apropiadas. En el caso de Solana del Mar, eso pasa por dar formal sanción a un proyecto de resolución que la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación aprobó por unanimidad hace más de ocho años... y que aún no ha podido concretarse. ¿Podremos ahora?.
Montevideo, 11 de setiembre de 2008
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NOTA COMPLEMENTARIA: Con fecha 1º de octubre se han conocido declaraciones del Director de Planeamiento de la Intendencia Municipal de Maldonado (transcriptas en ANEXO 6). Conviene tenerlas en cuenta para mejor conocimiento del proceso que nos ocupa, reiterando de mi parte la necesidad de dar a Solana la protección patrimonial que debería tener y hoy no tiene, de modo de evitar las consecuencias de decisiones "que respetan la normativa vigente" en términos urbanísticos o constructivos , pero que no se adoptan en el marco institucional y legal adecuado ni se procesan con la competencia técnica debida. Cosa que seguirá pasando en tanto la condición patrimonial del bien en cuestión se dé por buena a nivel de discurso o de intención a futuro, pero no acabe de asumirse con las formalidades que la situación impone.

SIGUE EN http://blogs.montevideo.com.uy/hnnoticiaj1.aspx?23148,

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ANEXO 1:Luis J. Grossman en La Nación (Buenos Aires / 8 de marzo de 2006)

(...) Si hay una obra representativa del lenguaje moderno en estas latitudes, si hay un edificio que merece la designación de patrimonio del siglo XX, ése es La Solana del Mar, una construcción que justifica todos los esfuerzos que puedan hacerse en su defensa. Nuestro colega uruguayo ya se dirigió al intendente de Maldonado, Oscar de los Santos, y entre otros, al ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, el tan respetado y apreciado Mariano Arana, arquitecto y catedrático que siempre se preocupó por estos temas. Es de desear que recibamos una noticia positiva.

ANEXO 2:Ameaçado um ícone do modernismo uruguaio. A hospedaria e restaurante Solana del Mar em Punta del Este (Minha Cidade – 8 março 2006 / portal Vitruvius)

Roberto Segre / Universidade Federal do Rio de Janeiro

“(...) Mas sem dúvida, a obra mais poética e mais elaborada foi a hospedaria e o restaurante Solana del Mar (1946-1947), situado entre o bosque de eucaliptos e a praia, prédio adaptado as suaves curvas do terreno coberto de grama, herdadas das dunas pré-existentes. Como explica o crítico argentino Francisco Liernur, a obra integra elementos da linguagem de Le Corbusier – o concreto visto da laje e os muros de pedra – e a estrita modulação estrutura de Mies van de Rohe. Eu adicionaria também a referência a Richard Neutra, na articulação dos volumes na planta em T. A laje se inicia quase no nível superior da duna, o que permite o acesso direto ao teto, utilizado como um bar ao ar livre, e se desenvolve cobrindo o volume retangular dos quartos da hospedaria até a dupla altura do espaço do restaurante, com altas fachadas de vidro que permitem a vista da praia. A leveza da estrutura de concreto fica quase imperceptível na extensa fachada de vidro, o que na vista desde a praia, a laje parece posada levemente sobre o terreno, quase suspensa no ar. Neste sentido, não tem a densidade de um prédio, mas é um episódio “artificial” na continuidade horizontal da larga praia que o contém. Bonet soube aproveitar a qualidade estética da paisagem bucólica e conseguiu inserir nele sem contradições, todas as casas que conformam este conjunto, que considero um dos monumentos mais importantes do Movimento Moderno latino-americano.

Por isso, é indispensável uma ação de apoio á salvaguarda de Solana del Mar, tanto das instituições dedicadas a proteger o patrimônio arquitetônico do século XX – como o Docomomo –, assim como também das escolas de arquitetura e dos profissionais de nosso continente, conscientes da necessidade de conservar a nossa herança cultural. Tomara que as autoridades municipais e nacionais uruguaias não cometam o mesmo erro que aconteceu em Mar del Plata, e declarem monumento nacional o conjunto urbano de Punta Ballena. Desejo finalizar com uma história pessoal. Na década dos anos quarenta, meus pais passavam os meses de verão no Uruguai, entre o povoado de Atlântida e o centro turístico de Punta del Este. Ficou gravada na minha memória, quando era ainda adolescente – e sem intuir que o meu destino seria ser historiador da arquitetura –, a experiência estética de Solana del Mar, quando levaram-me a visitar a praia de Punta Ballena. Nunca esqueci o impacto perceptivo daquela laje entre a grama e a praia, marcando aquela linha horizontal contínua, destacada sobre o bosque de eucaliptos.”

ANEXO 3:Carta de Victoria Bonet (hija de Antonio Bonet) marzo 2006

(...) Ayer recibí una carta desde Buenos Aires y un escalofrío me recorrió el alma. Mi padre no morirá mientras la gente que lo amó, lo sigamos haciendo, pero como todo arquitecto también la perdida de una obra excepcional, lo mata un poco.¿Cómo van a conocer las nuevas generaciones su obra si esta no existe?Esta es la noticia, La Solana del Mar, en Punta Ballena va ha desaparecer. Mis hijos todavía no la conocen, el restaurante lleva el nombre de Bonet, y hasta había un pollo a la Bonet. Yo como última persona que llevará este apellido, me siento más huérfana, más sola, y menos orgullosa, pues no se que puedo hacer para que esto no ocurra.

Rafael Albertí en uno de sus escritos sobre mi padre, ya que le construyó su primera casa propia en Punta del Este, describe así a La Solana,“Atravesando el viejo bosque Lussich, a través de los nuevos caminos abiertos por Bonet, se encuentra la Solana del Mar. Antonio Bonet firma ya para siempre en uno de sus muros. Delante, brotando de la arena hoy verdecida, sube hacia las estrellas, frente al océano, el mástil de un navío. Aunque no lo veáis, el nombre de Bonet también ondea en su bandera”.

Si alguien puede ayudar a que siga ondeando esa bandera por favor y por respeto al pasado tan rico tanto de Argentina como de Uruguay, haciendo suyos a los hijos del maldito exilio, ícenla muy alto, en nombre de todos los que allí estuvieron y fueron felices en su hogar, lejos de su patria.”

ANEXO 4:Sobre las obras en la Solana del Mar / setiembre 2008

¿Avidez desmedida del inversionista?¿Incompetencia del empresario?¿Incapacidad profesional del arquitecto?¿Abulia del técnico actuante en la esfera municipal o estatal?¿Ligereza en la gestión pública?

Estas preguntas se hacían los integrantes del Grupo de Estudios Urbanos -en la letra de su figura más visible, Mariano Arana- en 1982, al publicarse la versión impresa del audiovisual “Una ciudad sin memoria”.

¡Cuánta actualidad en su escueta redacción!

¿Cuánto ha variado –a pesar de los cambios políticos- en la dirección que la recuperada transparencia democrática auguraba después de 1985? Asistimos a vacilaciones incongruentes, a pragmatismos irresponsables, a la fuerza de la plata (ya, ahora) por encima de los valores culturales que aportan riqueza en el tiempo intergeneracional.

Asistimos estupefactos a la rivalidad entre los actores: burocracias y celos, en vez de agilidad creadora y colaboración. En todos los casos –desde los clásicos a los magníficos ejemplos de arquitectura moderna-, la destrucción es el resultado de la adaptación torpe. Basta ver la intervención en la sede del CASMU 1, uno de los ejemplos más recientes.

La Solana del Mar está, y ahora no son amenazas, seriamente dañada. Se destruyó su materialidad y su espacio interior, y con ellos sus valores estéticos, artísticos, y por tanto, financieros. No bastó la declaración municipal de 2006, que se atuvo a mantener intacto su uso original.

No bastó la tranquilidad que otorgaba su ubicación en zona non edificandi. La miopía y el cortoplacismo pudieron más.Teníamos una obra de arte, un monumento de la más moderna humanidad, y ahora tendremos una máscara deforme e inservible.

Juan José Lahuerta, que nos visitara recientemente, escribía en “Destrucción de Barcelona”:

A veces, en las marisquerías, uno encuentra langostas disecadas, rojas y brillantes, no muy distintas de las de plástico: ¿qué puede haber de más cruel, de más feroz, que aspirar toda la carne de un barrio conservando sus huesos o caparazones, y de más desvergonzado que usarlos como signos de supuesto respeto, de recuerdo o de memoria?

Sólo cabe preguntarse si es demasiado tarde.

Publicado en diarios de Montevideo (11.08.2008)

ANEXO 5:Proyectos de resolución aprobados por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación en sesión de fecha 06.06.2000 y elevados para su consideración al Ministerio de Educación y Cultura (Hostería Solana del Mar y casa Berlingieri)

HOSTERÍA SOLANA DEL MAR
VISTO: la gestión de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación para que sea declarado Monumento Histórico la Hostería Solana del Mar ubicada en Punta Ballena, padrón 138, manzana 11, Departamento de Maldonado; RESULTANDO: I) que el catalán Antonio Bonet se formó como arquitecto en estrecho vínculo con actores de primera línea del movimiento renovador, participando en el GATEPAC (“Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea”) junto a José Luis Sert y trabajando con Le Corbusier, luego de completar sus estudios en 1936 y radicarse en París durante los dos años siguientes. A partir de 1938 pasa a vivir en Argentina, siendo miembro fundador del grupo Austral y convirtiéndose desde entonces en un factor de vínculo directo entre el fermento renovador de la cultura arquitectónica europea -con el particular perfil de la experiencia catalana-, y la arquitectura de ambas márgenes del Plata; II) que al radicarse temporalmente en el Uruguay -entre 1946 y 1950- , realiza lo que puede considerarse su obra más valiosa: el proyecto de urbanización de 1500 Hás. en Punta Ballena y un pequeño conjunto de edificaciones entre las que se destacan la Hostería Solana del Mar y la Casa Berlingieri. Tanto el proyecto de urbanización -parcialmente concretado- como las obras citadas, son ejemplos cuyos valores trascienden la escala nacional para convertirse en punto de referencia a nivel Ibero-americano;
III) que en particular la Hostería Solana del Mar es especialmente señalable como un ejemplo acabado de sabia armonía entre una obra de arquitectura y el sitio en que se implanta, resumiendo a su vez el criterio generador de la intervención proyectada para el conjunto de la urbanización - con enfoque en tantos puntos comparable a la intervención contemporánea de Vilamajó en Villa Serrana o el proyecto de Gómez Gavazzo para “La Paloma”-, convirtiéndose en una de las expresiones más logradas de una visión “funcionalista” que había adquirido a esa altura una madurez encomiable, superando el discurso simplificador de los años de forja; IV) que la crítica arquitectónica nacional e internacional han remarcado esa calidad de diálogo entre la obra y la privilegiada naturaleza en que se inserta (una obra que sólo puede valorarse en toda su dimensión estando en el lugar), su lógica funcional, su rigor constructivo y las resonancias formales de la experiencia europea, pero es igualmente notable su significación como obra generada desde las coordenadas de estas tierras y no como trasplante o reinterpretación formal de un modelo extranjero, valiendo en ese sentido como un muy significativo e intransferible factor de identidad; V) que si bien la situación actual del inmueble muestra las consecuencias de un mantenimiento inapropiado y un uso discontinuo, su rehabilitación puede llegar a concretarse en términos de inversión razonables, lo que permitiría rescatar y poner en valor una de las obras de arquitectura más significativas que existen en el país; CONSIDERANDO: I) que es convicción unánime de la Comisión del Patrimonio que preservando este inmueble se incorpora al acervo cultural departamental y nacional una expresión arquitectónica de singular trascendencia; II) que el Poder Ejecutivo con el propósito de proteger aquellos bienes culturales que representan un importante valor para la Comunidad donde se encuentran, en este caso la Fernandina, accederá a lo solicitado declarando Monumento Histórico el inmueble Hostería Solana del Mar, Punta Ballena, Departamento de Maldonado; ATENTO: a lo precedentemente expuesto, a lo informado por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, a lo establecido en la Ley 14.040 del 20 de octubre de 1971, Decreto Reglamentario 536 del 1 de agosto de 1972
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA RESUELVE:

DECLÁRASE Monumento Histórico la Hostería Solana del Mar, padrón 138, manzana 11, Punta Ballena, Departamento Maldonado. EL inmueble quedará afectado por las servidumbres dispuestas en el Artículo 8 de la Ley 14.040 del 20 de octubre de 1971; COMUNÍQUESE al Registro de la Propiedad Inmueble del Departamento de Maldonado, a la Intendencia Municipal de Maldonado, a la Junta Departamental de Maldonado, al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, a la Administración Nacional de Educación Pública, a la Dirección Nacional del Catastro, a la Dirección del Catastro de Maldonado, a los propietarios del inmueble y a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación; CUMPLIDO, vuelvan estas actuaciones a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, para su registro y archivo.

ANEXO 6: “Las obras propuestas se encuentran dentro del marco legal vigente y no se está procediendo a la demolición del edificio"

Julio Riella dijo que la fachada no se modificará y destacó que años atrás “la edificación fue sufriendo modificaciones” El director de Planeamiento de la Intendencia de Maldonado, arquitecto Julio Riella, sostuvo en las últimas horas que las obras que se ejecutan en el complejo “La Solana del Mar” de Portezuelo se ajustan a la normativa y que no tienen como objetivo la demolición del edificio. De esta manera el jerarca comunal salio al cruce de la preocupación de los vecinos y de cierta movilización iniciada por algunos arquitectos que, en estos días, además, organizaron charlas sobre la obra del arquitecto catalán Antonio Bonet, creador del parador inaugurado en 1948.

En primer lugar Riella consideró importante “aclarar que las obras propuestas se encuentran dentro del marco legal vigente y no se está procediendo a la demolición del edificio”. En tanto, describió la situación de la edificación que, según dijo, “se ubica en zona de ante-playa” y “fue construida previamente a la urbanización”. “Una vez culminado el fraccionamiento, la ante-playa se mantuvo en propiedad privada.

Oportunamente, en el año 2006 se le indicó a la parte propietaria que la construcción debe mantener las características con que fue aprobado en el año 1946, tanto en su Arquitectura como en su destino (Parador Turístico), al amparo del marco normativo vigente, ante la propuesta de cambio de destino (vivienda)”, indicó Riella.“Analizados los recaudos gráficos existentes en el expediente, desde su aprobación a la fecha, fotografías de época, testimonios y memoria de viejos vecinos, se observa que la edificación fue sufriendo modificaciones, no solo desde el punto de vista del aspecto exterior, por ejemplo, los Parasoles verticales de los ventanales que miran al oeste, sino también desde el aspecto funcional, lo mas notorio en ese sentido es lo que ocurrió en la parte superior, donde aquella sutil tabiquería curva de madera, protectora de las actividades recreativas que se desarrollaban en la azotea-terraza, poco a poco se fue techando, cerrando, transformándose en un conglomerado de habitaciones de servicio, depósitos, etc. y que por la vía de trámites de regularización fueron consolidadas legalmente”, explicó el jerarca. Riella aclaró que ahora “la propuesta que realiza la parte propietaria consiste en reformar varias zonas de lo existente. La parte de dormitorios se modifica, adecuándolos a requerimientos actuales de la hotelería, creando habitaciones con vista al mar sin afectar la fachada. El nivel superior, también se transforma en una nueva suite principal y dependencias complementarias. Y a nivel de sub-suelo se plantea mejorar la zona de cocina y servicios. Asimismo se plantean profundos trabajos de mantenimiento, debido al avanzado estado de deterioro que presentaba el edificio y de recuperación de materiales originales”, agregó.

El jerarca aseguró que “durante la gestión de la propuesta, se actuó con la debida responsabilidad, tanto por parte del técnico actuante como por el equipo municipal, entendiéndose que se actuaba en un edificio de singulares características, respetándose los roles y las atribuciones de cada parte, acotándose la intervención a la superficie edificada que surge de actuaciones administrativas anteriores”. “Al comenzar a desarrollarse la obra se plantean una serie de opiniones por parte de referentes nacionales e internacionales sobre esta propuesta, en cuanto al resultado final de la misma. En función de lo cual se estableció un ámbito de diálogo entre distintas entidades, la Comisión Nacional de Patrimonio, Intendencia Municipal de Maldonado y parte Propietaria, con la finalidad de evaluar en profundidad la propuesta, eventualmente introducirle modificaciones, involucrándose las partes estatales en la misma, a los efectos de concretar un producto final sustentable y respetuoso de los lineamientos arquitectónicos originales del edificio”, finalizó.



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