Gabriel Rolón es una persona cálida amable y sensible. Cada charla con él es un placer y esta no fue la excepción, aún cuando la motivara, entre otras cosas, su alejamiento de “La venganza será terrible”, programa en el que participó con protagonismo creciente durante catorce años.  De eso, su nuevo libro, y de una compartida admiración por Alejandro Dolina trata lo que sigue. Queda advertido: después no se queje, o…

 -                Gabriel, gracias por atendernos,  aunque, desafortunadamente, esta charla sea la “crónica de una muerte anunciada”, de alguna manera… ¿qué tramás? 

-                (Ríe) ¿qué tramo? bueno,  es algo de lo que veníamos conversando desde hace tres años con Alejandro, más tarde o más temprano se iba a concretar. 

-                ¿Fue una demanda de tu proyecto personal? 

-                Sí… pero también algo, digamos, biológico, me estaba acostando a las tres de la mañana y levantándome temprano para atender a mis pacientes,  el desgaste se me hacía cada vez más difícil de sobrellevar. 

-                Además, tu participación se hizo progresivamente más importante, este año incluso e hiciste cargo de la locución. 

-                Sí, se dieron muchas cosas juntas,  el alejamiento de Guillermo (Stronatti)  y el cambio de radio, que acá en Buenos Aires generó mucho ruido, hicieron que tomáramos la decisión de que volviera a estar todas las noches, además. Una de las ideas era ayudar a que las personas que se incorporaron el equipo constituyeran sus roles y mediar la transición. En ese sentido, Gillespi fue un hallazgo. 

-                Y ahora Coco Silly, ¿se están trayendo a toda la Rock&Pop?  

-                No…(ríe) pero de alguna manera hay una cercanía artística muy grande. El público de Alejandro – y no te confundas, el público le es leal  y lo sigue – es más de la Rock&Pop que de la “10”. Por  eso no es raro encontrar estas vecindades… 

-                Sí, obviamente Dolina tiene más en común con la negra Vernaci que con el Negro Oro…  

-                Sí, o con  Juan di Natale… de hecho muchos de ellos escuchan el programa y por eso cuando Gillespi sugirió a Coco Silly, por ejemplo, pareció natural. 

-               Hablame de Coco Silly, él ya era compañero tuyo, ¿no? 

-               Sí, en “Tardes negras”, yo voy los jueves y el los viernes como columnistas. Coco es un gran actor, un improvisador genial y tiene mucha experiencia. Fijáte que no solamente ha hecho televisión (“Los Roldán”, “El 22”) sino que en teatro ha trabajado mucho con Daniel Aráoz y  Jean Pierre Noher. Fontanarrosa incluso le legó los derechos de la teatralización de sus cuentos. No tengo ninguna duda de que es una gran incorporación. 

-               Igualmente el tuyo es un vacío difícil de llenar en el programa… 

-               No… no creo… si me permitís una modesta teorización, “La venganza…”  es algo así como “radio de autor”, se estructura alrededor del genio, talento y capacidad de Alejandro, y nadie más que él puede hacerlo. Los diferentes acompañantes construimos las letras de nuestros personajes, pero siempre con la batuta innegociable de  Dolina, por eso estoy seguro de que el programa va a seguir adelante   con el mismo éxito de siempre. 

-               Le predicás a un converso, no dudo del talento de Dolina ni de su genio ni de lo que afirmás, pero te preguntaba por lo difícil de ponerse tus zapatos, realmente le aportás mucho al programa. En el bloque de humor tus intervenciones frecuentemente surgen de la atención flotante y son muy sutiles en su inserción en el desarrollo. 

-               Sí, por hábito profesional es así. Lo que ocurre es que yo estoy permanentemente tratando de prever el discurso del Negro, de adivinar a dónde va y enganchar por ahí. Gillespi de repente interviene con algo totalmente disruptivo, como “para mí los árboles son rojos. Punto” y la gente se ríe muchísimo. Su capacidad de ser iniciador de las situaciones también nos ha permitido a Dolina y a mí no llevar siempre el peso del argumento. Y mirá que sin olvidar la genialidad incomparable de los remates de Guillermo (Stronatti) creo que el trío que formamos con Gillespi es el mejor. Si querés yo he sido el concertino, el violín al que se refiere la orquesta para afinar, pero la batuta siempre la manejó Dolina, y esa estructuración en  torno a él es crucial para el programa, por ejemplo, al Pollo (Daniel) Mactas esa parte de la construcción le ha costado más. 

-               Pero además de que se largó a cantar ahora tiene una intervención al inicio en la que comenta cosas artísticas o científicas que está muy buena. 

-               Exacto, al principio intentamos con una intervención mía, a veces sugerida por la producción  pero no caminaba, así que surgió la idea de aprovechar la vida y cultura del Pollo, un tipo que además es un gran actor, que tiene una enorme cultura y que ha vivido muchísimo y aporta desde ahí. Coincido que es un gran momento, y también la interacción con Alejandro es importante ahí.  

-               Es llamativa en especial la habilidad de Alejandro para redondear y cerrar las historias y discursos del programa. Siempre le quedan armadas… 

-               Sí, totalmente, y por eso te decía que mi estrategia es la de intuir hacia dónde quiere ir. El personaje  de Gillespi tiene esas intervenciones inesperadas de las que te hablaba y que siempre provocan la risa del público, pero es Dolina quien decide cuales acepta y cuales no. 

-               En materia de personajes Gillespi tiene en su haber a Aníbal Hugo… 

-               Claro, el émulo de Víctor Hugo que comentaba fútbol sin saber nada de nada – el propio Gillespi ignora la diferencia entre un volante y un arquero – era fabuloso, me encantaba, me reía mucho con él.  Sacar provecho a esos costados de la gente que trabaja con él es otro de los méritos de Alejandro. Yo me pregunto, ¿qué más se le puede pedir a un artista? Canta maravillosamente, escribe igual, compone, es un gran orador, yo  a veces siento que se le niega el verdadero reconocimiento que se merece. Además, en estos quince años, quizás la integridad artística sea de lo más importante que aprendí de él.  Te cuento algo, un ofrecimiento que no se concretó, fue que yo tuviera mi propio programa en “la 10”,    y por motivos de discrepancias estrictamente de orden artístico decliné. Alejandro me enseñó que si no sos el dueño de tu obra, tampoco la podés firmar. 

-               ¿Tan grandes fueron las discrepancias? 

-               Sí, pero en el estilo musical y cosas de ese tipo. En estos años también desarrollé un sentido estético que no voy a traicionar. Ojo, si uno tiene que priorizar el dar de comer a sus hijos por ahí no puede elegir, como no es mi situación, puedo darme el lujo. Ojalá siempre pueda, y ojo, mirá que cuando estudiaba trabajé de muchas cosas, incluso vendí chorizos en una carnicería.  

-               Sumar la dimensión ética a la estética no es poca cosa de un aprendizaje, ¿no? 

-               No, claro, pero además Dolina me dio la oportunidad de actuar con grandes artistas como Mercedes Sosa, jairo, les Luthiers, Serrat, Víctor Heredia… 

-               Entre otros… 

-               (Ríe) Sí, Víctor Heredia entre otros… pero volviendo al Negro, me llevo la imagen de un artista que lo que hace lo hace por derechas. No te vayas a creer que no hace televisión por falta de ofertas.  

-               Todo muy lindo, pero ahora, ¿a quién le pedimos “Flor de lino”? 

-                Bueno, Alejandro la canta muy bien, pero con la incorporación de Manuel Moreira, Martín y Alejandrito (Dolina) la parte del canto va a quedar muy bien cubierta… De todas formas yo  me enojo mucho con los “nostálgicos” que vienen con que el programa antes – ponéle con Castelo- era mejor por tal o cual cosa… yo lo hablaba mucho esto con Alejandro, y el programa era mucho mejor, las reflexiones no duraban cinco minutos sino cuarenta, eran todos los días y no esporádicas, pero siempre había alguno que insistía con que antes esto o aquello… yo no quiero ser recordado así, por más que también me cuesta imaginarme en quince años más  ir a ver el programa y que nadie me reconozca… pero es así: Dolina jamás va a vivir a expensas del genio que fue, va a evolucionar y eso garantizará que el programa también lo haga, y si me toca que el público – que siempre se renueva – no me reconozca, como le ha pasado a Dorio alguna vez que nos vino a visitar, me dolerá, pero son costos que hay que pagar para llevar adelante mi proyecto. Me cuesta mucho no imaginarme junto al micrófono pero bueno, escucharé en casa y me dedicaré a escribir… 

-               ¿Tus clientes te lo han demandado? 

-               (Ríe) pacientes… sí, pero también mis otras actividades, como escribir, o viajar. Fijáte que mi libro se está por editar en Colombia, Brasil y México y eso implicará ir a presentarlo.  

-               ¿Y acá no? 

-               Bueno, me han dicho que el libro se ha vendido muy bien en Uruguay y el público oriental, con el que he tenido un contacto frecuente desde hace diez años me es muy querido, pero eso dependerá de los editores en buena medida… 

-               Recientemente vi una entrevista en la que se te compara con Bucay, me fastidió tal comparación. 

-               Sí, yo también me enojé mucho con Newsweek. La tapa tenía mi foto, el texto grande “El nuevo Bucay” y chiquitito mi nombre. Fue muy injusta con ambos, para empezar con Jorge porque implicaba que él ya no estaba y ahora hay otro, y nada más lejos de la verdad, creo que acaba incluso de publicar otro libro,  para seguir conmigo porque yo soy yo y no “el nuevo nadie” y para terminar con los lectores de los dos, que por suerte son muchos en ambos casos. 

-                Bueno, un medio mercantil como Newsweek no puede razonar en lo complejo de la diversidad, sólo dentro de la lógica de “reducir a lo uno”, si no te compara con lo anteriormente existente no te puede clasificar y eso sería terrible… fijáte si a alguien le da por pensar y dejar de consumir… 

-               Sí,  porque además ambos venimos de teorías muy diferentes, él de la Gestalt y yo del Psicoanálisis, con todo respeto, no hay forma de creer que sea lo mismo. Además de plantear una falsa oposición, ¿por qué Rolón o Bucay?, hay gente mucho más distante de mí, que se yo, Von Wernich, por ejemplo,  pero nunca otro terapeuta por diferente que sea su metodología de la mía. 

-                Hablando de tu actividad terapéutica, andado el tiempo y los ejemplares vendidos, ¿cómo sigue tu relación con el libro dentro del consultorio? ¿moviliza? 

-                Sí, bastante, hace poco yo estaba trabajando el alta de un paciente, desarmando lo transferencial y eso, y me comentó que con el libro se le movilizaron cosas que no habíamos trabajado… 

-               ¿Recuperaste el cliente? 

-               (Ríe) Sí, volvimos al diván… 

-               El efecto multiplicador del libro te debe sorprender, ¿no? 

-                Sí, para un libro que tiene como cinco meses de lanzado se sigue reimprimiendo, en Argentina es rarísimo, fijáte que hay como 70000 ejemplares tirados… una barbaridad… 

-               Contános de tu nuevo libro, ¿de qué va? 

-               Bueno, en lo formal, estoy tratando de conservar la primera persona y el relato íntimo y vivencial de lo que ocurre dentro del consultorio. 

-               ¿Construyendo un estilo? 

-               Tal cual, pero el encare es bien diferente, en lugar de narrar un conjunto de casos, el libro se estructura en tres o cuatro ejes, y trato los temas según el lado. Por ejemplo, ahora mismo estoy trabajando  la violencia, y la idea es ver ambos lados, el de quien la ejerce y el del que la padece.  La idea es trascender un poco la percepción de rol pasivo y activo y aprehender la visión psicoanalítica.  

-               ¿Cuándo lo lanzarías? 

-                La idea es salir en la Feria del Libro de Buenos Aires. 

-               ¿Llegarás al plazo? 

-               Calculo que sí, pero tampoco me atormenta. A mí lo que me cuesta es armar el tema en mi cabeza, metodológicamente hablando. El volcado al papel me sale fácil. 

-               Muchas veces en el programa demostrás un gran conocimiento – para alguien que declara no poseer el don de la fe – de los evangelios y también de la filosofía oriental, esos estudios, ¿influyen en tu tratamiento de los temas? 

-               Quizás ya no tanto…cuando recién empezaba con Alejandro era mi lectura predominante, Krishnamurti, el Tao Te Ching. La Biblia sí, la leí muchísimas veces, el Evangelio, las epístolas – la de Santiago en especial… pero también el antiguo testamento (de a partes, entero me resulta difícil de abordar) son elementos formidables del pensamiento. Así los abordo. 

-               Sin fundamentalismos e interpretando, como buen psicólogo… 

-               Claro, una persona que lee el episodio de Caín y Abel y empieza a sacar conclusiones acerca de que si todos eran hijos de Adán y Eva  no había hijas la humanidades fruto del incesto y por eso fue degenerada, se pierde lo mejor, lee muy mal y se destruye el efecto primario de la religación de pensamientos diferentes que siempre fue el fin de la religión.  

-               Por no hablar de la ignorancia acerca de los mitos de Lilith o las tradiciones luciferinas, etc. 

-                Sí, de los relatos midrásicos, el Talmud, etc., es una visión muy ignorante del asunto. Y vacía… 

-               ¿Y de tu paso por las artes marciales que tomás? 

-               De alguna manera forma parte de lo mismo, pero con un lado de praxis muy elevado. Realmente constituyeron una parte muy importante de mi vida. Son fundamentales en su capacidad de fomentar el desarrollo de la voluntad, si tenés que mantenerte  inmóvil en una posición incómoda el tiempo que tarda en consumirse un incienso, por incomprensible que le suene a quienes no practican, el ejercicio redunda en un crecimiento del orden interior y el aplomo. También están las experiencias d combate y todo lo que mueven en lo espiritual y emocional de alguien. 

-                Por no hablar de lo útiles que resultan si se te revira un loco… 

-               (Ríe) Sí, por eso siempre tengo un nunchaku abajo del sillón… 

-                Para terminar, ¿qué planes tenés en lo inmediato? 

-                Bueno, como parte de la actividad de “Verano Planeta” iremos a presentar el libro a Mar del Plata, Pinamar, Bariloche, Salta… 

-                No te olvides de Montevideo 

-                Te prometo que no… 

-               Gabriel, muchas gracias por tu tiempo y amabilidad de siempre. Hasta pronto 

-               Hasta pronto

                               Bernardo Borkenztain