«Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado» (Éxodo 23, 20)
PABLO,MI ÁNGEL DE LA GUARDA
Entré en la noche de tu ausencia
hasta fundirme en el dolor.
Cómo vivir sin tu presencia
cómo alcanzarte con mi amor,
cómo morir por darte vida,
cómo abrazarte si no estás,
cómo aceptar así tu partida,
es sin regreso... es un final.
Dónde está el límite del cielo,
dónde el umbral que hay que cruzar,
dónde te sigue mi desvelo,
dónde te sueña mi penar.
Lo que no dije... lo que dije,
lo que te di... lo que negué,
todo se inscribe en cicatrices
pero no están sobre mi piel,
son cicatrices sobre el alma
porque tu tiempo se acabó
apenas cuando comenzaba
tu joven vida nos dejó.
Ahora que siento tus alas a mis espaldas.
Ahora que siento que eres mi ángel de la guarda
no hay un momento que conmigo no compartas
mis alegrías, mi dolor, mis esperanzas.
Ahora que siento que te tengo aunque me faltas
Vivo los días por los dos, y doy las gracias
Por tener fe, por entender,
que hacías falta también allá
donde mis ojos no te alcanzan.
Ahora que siento tus alas a mis espaldas.
Ahora que siento que eres mi ángel de la guarda
no hay un momento que conmigo no comparta
mis alegrías, mi dolor, mis esperanzas.
Lo más triste hubiera sido
no entenderte, no haberte amado,
no llegar a conocerte, no haber gozado
tu sonrisa , todo lo bueno
que nos diste para siempre.
Continúa