Versión para imprimir 25/11/18



"Turquía no es un país latinoamericano ni africano"

 

 

“Turquía no es un país latinoamericano o africano”

 

Es cierta la afirmación del gobierno de Turquía, no es un país latinoamericano ni africano, ni siquiera cuando se dan los golpes de estado y los contragolpes.

 

No somos iguales a Turquía, faltaba más compararnos con un estado que lleva sobre sus hombros la historia de ún genocidio.

 

No, no somos iguales.

 

En América Latina, por el caribe y centro américa, hoy, cuando ocurre un hecho lamentable y triste, más del milenio pasado que de este, no se utiliza a los militares.

 

Alcanza con hacer una mayoría parlamentarias transitoria y echar a los presidentes y a las fuerza políticas que representan el interés de los que fueron minoría en las elecciones.

 

No creo que el sistema político de Turquía no tenga igual que por estos lares, figuras de la corrupción de la política, representantes de las religiones, traficantes, lobby de las cámaras bancarias y de las patronales de empresas, con un montón de abogados y jueces, algunos policías, todo bien presentado por los monopólicos medios de comunicación y ya está.

 

No somos iguales.

 

Lo poco que me queda claro de los hechos sangrientos y represivos con el intento de derrocar el gobierno del presidente de Turquía y el recuperar su régimen despótico, me entristece mucho y me preocupa mucho más como simple habitante de este planeta en manos de la escorias, de esta política de estados con enorme poder de destrucción.

 

Primero. Sí hay embajada Norteamérica. No hay dudas de que está implicado el imperialismo yanqui, es de las pocas cosas que no pasan en el mundo debajo de sus narices sin que ellos no estén metidos hasta el pescuezo.

 

Segundo. La fulminante reacción represiva sin dudas estaba premeditada y organizada, ya tiene a miles de presos y miles de funcionarios de distintas reparticiones del gobierno expulsados, maestros, policías, profesores, jueces, militares, religiosos, burócratas de todo tipo y color, cierre de medios de comunicación y prohibición de abandonar el país. Nadie sabe si no pretende degollarlos a todos.

 

Además como siempre con cualquier tipo de golpe de estado o restauración de la legalidad, sea Turca o de la Conchinchina, siempre viene bien un ajuste de cuentas a sangre y fuego contra los trabajadores organizados.

 

Graciosamente “El Sultán Erdogan” y sus socios, políticos, militares y religiosos, e imagino que empresarios, banqueros y diplomáticos, esos que siempre están metidos en lo golpes exitosos y los fallidos, conocían los planes de los alzados y conocían sus debilidades, de ahí que no bajaran de un cohetazo desde un avión militar al avión que fue a buscar al presidente al hotel donde estaba de vacaciones.

 

Los mismos de siempre junto a otros nenes respiraron con satisfacción con el decreto de estado de sitio por tres meses, y, enganchado, va un vía libre para que las patronales, puedan echar sin ningún tipo de resarcimiento ni motivo laboral a cuantos trabajadores públicos y privados que se les antoje.

 

No. Turquía, y el gobierno de Erdogan, no es un país latinoamericano, ni africano, es mucho peor y es mucho más peligroso para el mundo.

 

Creo que son los primeros coletazos, junto con la salida de Gran Bretaña de la CEE que tanto sorprendió, cosa poco creíble, a muchos británicos y europeos, en particular para el régimen de Turquía.

 

No hay respiro y todo se embrutece en Francia, el nuevo atentando de un lobo terrorista en Niza, inmediatamente el gobierno estirará, y nadie sabe hasta cuándo, el estado de excepción, igual que en Turquía. Sólo falta la amenaza del fantoche socialista, llevar al parlamento junto con la nueva legislación en contra de los trabajadores, que existe desde 1937, la instalación nuevamente de la guillotina.

 

Francia y Turquía no son países africanos ni latinoamericanos.

 

Menos mal. Acá andamos cinchado desde hace por lo menos dos décadas, peleando con el tenedor, por construir un continente de paz sin fanatismos religiosos que obliguen a centenares de miles fugarse de las guerras impuestas por los monopolios y el negocio de la industria de la guerra.

 

Todo huele mal, hay tufo de nueva repartija del mundo, tan así que el actual gobierno reaccionario británico perdió el referéndum y se apresura a recomponerse internamente, sin pensar siquiera si podía utilizar algún artilugio de nueva consulta interna para volver. Prefirió desandar el camino. Atrás quedaron sus socios.

 

Volvamos a nosotros y sigamos con nuestras peripecias sin esperar mucho y con nada que emular.

 

En esta parte del mundo, bastante les costó a los pueblos y a los libertadores la conquista de la independencia de los colonialistas, derrotarlos y expulsarlos por monárquicos, a otros por colonialistas y a todos por esclavistas y racistas.

 

Fuimos y somos generosos después de dos siglos, en no cobrarles de todas las formas posibles los daños a estos pueblos originarios y el saqueo al continente y los nacientes criollos de estos pueblos. Ese día llegará.

 

Ni por desgracia ni por suerte, no somos europeos, no elegimos nacer acá.

 

Sabemos que estamos construyendo nuestra propia identidad de naciones libres, sabemos sobre que es centenares y millones de muertos, sobre las ricas y antiguas ruinas de las culturas originarias saqueadas y negadas por siglos.

 

Cuando un gobernante europeo habla con desprecio y odio reaccionario de nosotros y de los africanos, los latinoamericanos sabemos que debemos afirmarnos en no olvidar, tampoco las desgracias que trajeron los europeos a este continente. 

 

Cada día nos extraña menos a muchos latinoamericanos el actual trato que nos dan, y sabemos que tienen criollos y malos americanos incrustados en todos los gobiernos de estos países, dispuestos a darle nuevamente de piernas abiertas hasta sus intimidades.

 

Nuestro desafío es seguir construyendo naciones de latinoamericanos para latinoamericanos y un continente para la paz y reparar en los posible el daño que causaron a centenares de comunidades indígenas y sus culturas saqueadas, heridas de muerte muchas comunidades en su identidad, la miseria de millones de negros traídos del áfrica como esclavos que todavía resisten y reclaman justicia.

 

Desde la olvidada y ocupada Haití que clama independencia y todas las comunidades que resisten en lo más profundo del inmenso Mato Grosso.

 

Los millones que recorren y andan en guaraches por los cerros Andinos, de sur a norte, de a este a oeste, en Centro américa y todas las comunidades caribeñas.

 

Seguro que seremos capaces más temprano que tarde de poner en su sitio a los yanquis y construir nuestras sociedades infinitamente mejores, sin barbarie, sin guerras expulsiones, sin fanatismo religiosos, sin terrorismo como le es necesario a muchos estados para mantener el poder y la explotación de lo menos sobre los mas del mundo.

 

No somos europeos, somos sólo eso, latinoamericanos.

 

Nada debemos esperar si no es de nosotros mismos, dijo J.G.Artigas.





Este artículo pertenece al blog:

Frontera Norte (Ruben Abrines)
notas y propuestas políticas de actualidad, relatos

Más información:
http://blogs.montevideo.com.uy/hnnoticiaj1..aspx?93701,5917,5917,5917,,0,0