Versión para imprimir 31/05/22



Danza sobre bordes


Antes de editar su nuevo cd a fines de noviembre , Stagnaro editó su primer libro de poesía- Aquí se copia  Las palabras liminares a cargo de andrés Echevarría y el Postfacio a cargo de Rafael Courtoisie. También los escritos de contratapa a cargo de Patricia Mariño y Jorge Arbeleche y la opinión de la bailarina Carolina Besuievsky-

 



"Palabras liminares"
Danza  sobre  bordes
 No es de extrañar que la música conviva desde el título con este poemario de Andrés Stagnaro. La trayectoria del autor en el canto, musicalizando e interpretando versos propios y de numerosos poetas, ha sido un ejercicio de existencia que este trovador llevó por escenarios de su país y del extranjero. Y la poesía siempre mantiene una relación con la música que es su génesis, tal como sostiene aquel concepto borgiano de que la poesía devuelve el lenguaje a su fuente originaria.
La danza aludida en todo el libro abarca el tema humano de los encuentros, búsquedas y recuerdos que dejan una impronta solo traducible por la literatura o el arte. Los bordes unen pero también separan en este drama donde “inestables estamos en los bordes de / nuestras cotidianas formas”. Stagnaro ofrece una mirada desde el margen de las cosas que es donde habitan los efectos profundos de la vida y la supervivencia. Recorre estos límites con una visión intimista y la palabra está puesta al servicio de un viaje cargado de abrazos interiores donde  “Los danzarines construyen  su esfera sin márgenes”.
La poesía siempre ha habitado el espacio incalificable donde el ser humano observa el devenir en su interpretación más profunda, más metafísica. Tiene una libertad que la justifica y muchas veces esfuerza un alcance más allá de lo que permite el lenguaje, pero al mismo tiempo está sometida por la paráfrasis del vocabulario del que se sirve. Así como nadie pretende una explicación argumental de una sinfonía y nos dejamos conmover por algunas melodías y armonías musicales, la literatura ha perdido el origen onomatopéyico y simbólico para concentrarse en el significado. Stagnaro, habitante de varios mundos expresivos —los versos, la música, el canto y las puestas de sus conciertos donde involucra muchas veces al baile y a la actuación— no renuncia en su escritura a esta vocación ecléctica en lo artístico.
Danza sobre bordes transcurre en ese terreno atemporal e incorpóreo donde “Como la luz  / el encanto ocurre en el instante en que toco / tu cuerpo lejano”; el oxímoron constante refleja una realidad que prescinde de la lógica para describirnos mejor lo que perdura. Las distancias, las cercanías, la huella erótica que sobrevive a lo anecdotario, son elementos de los que se sirve el autor para componer este libro inmerso en lo sustantivo de una experiencia vital.  “Sobre bordes danzo en permanencia” dice uno de los versos, y es la permanencia del juglar en los terrenos que ha elegido para crear, con su instrumento o frente a una página en blanco.
 Andrés Echevarría

POSTFACIO:
EL FINAL ES EL PRINCIPIO
 Ahora que se toca el final de este libro de Andrés Stagnaro, se puede regresar a su inicio de otra forma: el viaje, en cierto modo que entenderán los cabalistas y los expertos en topología, comienza aquí.
Pero el viajero de esta poesía ya está iniciado, y al volver a ciertas páginas, al detenerse en un verso, escuchará cantar a Andrés con una voz novísima, una voz interior que es milagro y profecía a la vez.
Milagro porque la música de la página se levanta hasta su estatura humana, ni más ni menos, hasta alcanzar una profesión de fe que hace de la belleza no un artículo de “show room” sino un alimento de primera necesidad. Milagro porque en estos tiempos de consumo vacuo, de burbuja existencial, de salmodias “prêt a porter”, la danza se da en la boca de quien canta y en el cuerpo de quien recibe la comunión del verso escrito.
Milagro porque toda palabra es música y, según Ludwig Wittgenstein, el gran filósofo del lenguaje: “si se puede decir, es posible”.
Digamos con Andrés, entonces, para que sea posible, a la vez, la fraternidad y el misterio.
Digamos al unísono con el sintagma de este libro.  
Entonemos, para que sea posible la transformación, la transmutación de la piedra en pájaro y para que toda alquimia se emplee solamente  para crear el oro humano, el oro de los cuerpos, el metal indoblegable de la alegría.
Vivimos una época de bordes, de fronteras, de líneas que deben borrarse y de líneas que deben trazarse con tinta indeleble para que nunca se olviden y para que no sean rebasadas.
En esta dialéctica de líneas que se cruzan y de líneas que no deben cruzarse se encuentra el punto exacto de este decir que sorprende, que encuentra, que comparte.
Andrés Stagnaro es un músico profesional y un poeta finísimo que supo llevar a la canción algunos de los poetas y poemas más hermosos y difíciles.
Ahora danza, Andrés danza y convoca a esta danza con bordes, en el límite.
Porque el ritmo de esa danza es respirar, latir, estar más que despierto y atento  en este mundo atroz: estar vivo y feliz.
Bailar de contento.
 
Rafael Courtoisie
 
Leo “Danza sobre bordes” donde Andrés Stagnaro incursiona en los cuerpos en movimiento como objeto comunicante.
La danza es una manifestación artística efímera en el tiempo que- como espectadores - nos deja imágenes, sensaciones y definiciones imprecisas.
Como bailarina puedo decir que es una experiencia única que ocurre solo en el momento en que se está bailando. El cuerpo se apropia de su propio cuerpo, y así como el escritor se enfrenta a la página en blanco, el bailarín se enfrenta al espacio vacío, lo construye, lo delimita, lo llena.
Andrés convoca a la palabra y transforma lo efímero en permanencia
Desde esos “bordes” se vislumbra un núcleo que lleva al lector hacia el aquí y ahora y también hacia lo que está por venir.
Cada poema es una historia donde el protagonista es el movimiento . Y cada palabra es el trazo del cuerpo en el espacio, el pulso, el impulso, la emoción.
Desde ese umbral nace la voz matriz y de ahí el hilo conductor que recorre la obra en un juego donde movimiento es palabra, lenguaje del cuerpo es lenguaje poético y danza es poesía.
Patricia Mariño
Así como canta y compone, con su hermosa voz y la plenitud de su musicalidad, canciones que se inscriben en el oído de quien lo escucha de modo perdurable, desafiante de tiempos y de modas, Andrés Stagnaro escribe poemas que van más allá de la letra sobre la que se apoya la música. Tampoco  recurre a la imitación del poema de otro,  musicalizado  por él . Esta es su poesía, de su puño y letra, intransferible, no es comparable a ninguna otra. En su carácter personal y único, radica la esencialidad de su perfil. Todo se juega como en los movimientos coreográficos de una danza especial y diferente, que tanto se asoma a la hondura de abismos, esos que observa desde sus pretiles, como puede herir con su palabra y gesto en la plenitud abigarrada de Eros. El Canto, la Danza y la Poesía se amalgaman bajo la sabia pluma poética de Stagnaro.
Jorge Arbeleche.
Las palabras de esta poesía que nacieron de la danza, crearon coreografía en otro registro.
Carolina Besuievsky

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 





Este artículo pertenece al blog:

Andrés Stagnaro Blog
Actualizaciones,artículos, comentarios, reportajes,links,fotos, poesías

Más información:
http://blogs.montevideo.com.uy/hnnoticiaj1..aspx?87287,2274,2274,2274,,0,0