Versión para imprimir 27/11/18



HABLEMOS EN SERIO DE CONVIVENCIA Y SEGURIDAD

Los uruguayos nos merecemos hablar en serio y que nos hablen en serio. Una elección nacional define el rumbo de un país durante cinco años.

Eso es serio para todos.

La convivencia y la seguridad son las preocupaciones más importantes de quienes vivimos en este país.

Por eso se necesita un abordaje consistente, con conocimiento y en profundidad.

Por estos días hemos escuchado de todo, incluso prometer que se van a hacer cosas que ya se hicieron (como la certificación de procesos de calidad en dependencias policiales). También asegurar que se tiene un concepto nuevo, como el de seguridad humana, cuando el Programa de Naciones Unidas sistematizó esta idea en 1994.

Eso no es renovación conceptual, eso es pereza intelectual o ignorancia.

He visto a candidatos que dicen cosas sin tener idea firme de lo que plantean. Pero también he escuchado aseveraciones de posibles políticas que son preocupantes y peligrosas.

Un candidato aseguró el lunes en un diario que reinstalará la detención por averiguaciones apelando al decreto 690-980.

Las detenciones en averiguaciones son un mecanismo que implica instalar las razzias como existió durante la dictadura y la primer administración de Sanguinetti hasta que en 1989 y luego de la caída de dos Ministros del Interior lo dejaron en suspenso y en 2005 se eliminó definitivamente. Eso es parte del modelo de la mano dura, que rápidamente se transforma en mano bruta e injusta. Es apelar a la idea de que deteniendo masivamente a personas en algunas zonas, alguno voy a agarrar.

Es exponer además a la Policía a la confrontación con los jóvenes y con la población y a favorecer su desprestigio cuando estamos en un proceso de reconstrucción de la relación del policía con la sociedad, relación rota entre otras cosas por las razzias.

Se ha dicho que el Ministro del Interior tiene que ser el primer policía. Incluso ayer se agregó que tal vez tenga que estar escuchando las comunicaciones policiales de los operativos en forma permanente. Se imaginan? Es un profundo desconocimiento del funcionamiento de la Policía Nacional y lo que es peor, una profunda negación del perfil profesional de la policía.

Un policía no se inventa. Para ser policía hay que estudiar y hay que entrenarse. El policía es un profesional de la seguridad formado en sistemáticamente.

Un político no es el primer policía, porque eso es como decir que el Ministro de Vivienda es el primer arquitecto o el Ministro de Transporte es el primer chofer. No tiene nada que ver. Es una frase vacía, o peor, parece vacía pero en el fondo rechaza la idea de la Policía como cuerpo especializado y profesional.

Por orden jerárquico, el primer policía  es el Director de la Policía Nacional, es la máxima jerarquía policial. El Ministro del Interior es el responsable político e instruye directivas pero los profesionales de la seguridad se encuentran en la Policía.

Confundir el abc del funcionamiento de la Policía y del manejo profesional de la seguridad es muy preocupante. Un mar de incertidumbre y de vaivenes que en esta área en particular son de temer.

Nos preocupa y nos ocupa la inseguridad que siente mucha gente, pero la peor política es jugar con el miedo de la sociedad. Porque una sociedad con miedo desconfía de todos. También de los agoreros del desastre.

Cultivar el miedo en la sociedad y la desconfianza hacia quienes tienen a cargo la seguridad es una gran irresponsabilidad política y también ciudadana.

Me preocupan las inconsistencias, el talenteo permanente, la incertidumbre, porque en esta área en particular necesitamos conocimiento profundo, conceptos consistentes y rumbo claro.

Pero miremos hacia adelante sin olvidar de dónde venimos

Tengamos claro los números; 49.000 hurtos en 1998 y al asumir el Frente Amplio alcanzaron 105.000 hurtos al año. Hoy estamos en 96.000 al año.

Con los gobiernos de coalición de blancos y colorados hubo un aumento superior al 100%.

Sabemos lo que falta por hacer y de eso voy a hablar. Pero tengamos claro que no estamos de brazos cruzados. Hoy los hurtos han bajado pero queremos más y mejor seguridad. Y los cambios estructurales que se hicieron en los últimos años son los que nos permiten con responsabilidad asegurar que es posible en un período de gobierno bajar un 30% los hurtos y las rapiñas. Pero eso no se hace por arte de magia. Ya hoy está siendo posible porque tenemos una mejor Policía Nacional.

Durante esta administración se incrementó el número funcionarios en el Ministerio del Interior en un 13%. El salario policial aumentó considerablemente. Un agente de segunda pasó de percibir $ 5.622 en 2005 a 25.042 en 2014. Se adquirió equipamiento de calidad, armamento adecuado y se hicieron convenios con Universidades nacionales y del exterior para la formación. La flota vehicular aumentó un 34%

Se descentralizaron las Direcciones de Seguridad e Investigaciones de la Jefatura de Policía de Montevideo y su cuerpo de Radio Patrulla. Antes había 20 patrulleros por turno, hoy hay 80. Querer hoy reinstalar la centralización de Radio Patrulla, eliminar la coordinación de las seccionales que se desarrolla en las cuatro zonas que se subdividió Montevideo, es equivocado técnicamente.

Quienes proponen esto no saben de lo que hablan y lo peor es que no saben que no saben. O peor aún: están convencidos que saben y pretenden gobernar.

Por eso es peligroso volver atrás y peor aún con ideas viejas.

Durante estos años, se reestructuró el funcionamiento operativo de la Policía y se ha invertido en tecnología como nunca. Existía atraso tecnológico en la Policía que hoy se ha eliminado. Se adquirió un nuevo sistema de comunicaciones Tetra que encripta las comunicaciones y que permite a través del gps ubicar al instante en un mapa la localización del despliegue de cada policía y patrullero en todo el país. Esto favorece la respuesta rápida. Hoy la Policía trabaja con el software PredPol que utilizando información reciente de ocurrencia de hechos delictivos identifica para cada turno policial los lugares con mayores posibilidades de delitos y en función de eso se patrulla.

La Policía Científica, antiguamente denominada Policía Técnica, cuenta con equipamiento de primera generación y personal capacitado y altamente profesional.

Hoy hay un banco de ADN para la investigación criminal, un sistema de identificación balística de cada arma. Se adquirieron polígonos de tiro virtuales y también se instalaron nuevo polígonos de tiro reales.

Todas estas mejoras de equipamiento aumentaron la confianza de la Policía para enfrentar situaciones de riesgo.

Contar con el entrenamiento y herramientas adecuadas promueve la eficiencia en la prevención y el combate al delito.

Ahora, yo me pregunto. ¿Qué hicieron los gobiernos anteriores que tuvo que venir el Frente Amplio para actualizar tecnológicamente a la Policía, dotarla de recursos, mejorar su formación y respetar su profesionalismo?

 

Hicieron pocas cosas en la dirección correcta pero confeccionaron la mejor receta para un incendio.

 

1. Infantilizaron durante dos o tres generaciones la pobreza

2. Segregaron a la población pobre en guetos en la periferia y en asentamientos con políticas de vivienda y desindexación de alquileres.

3. Generaron una crisis de empleo sin precedentes en la historia de Uruguay.

4. Luego que esto estuvo a punto, ingresó una droga devastadora en las comunidades pobres como la pasta base a partir del año 2001 que no pudieron prever ni detener.

5. Desfinanciaron y desmoralizaron a la Policía, sacándola de la calle, dejándola sin tecnología, con patrulleros vetustos, con armamento antiguo  y no separaron  a los pocos corruptos de los policías íntegros. Pagaron además salarios indignos

6. Le agregaron la permanencia del servicio 222 que duplicó horas de trabajo de una Policía que debía trabajar 18 horas por día y apenas sobrevivía

7. Generaron el mayor hacinamiento carcelario de la historia del Uruguay que nos llevó a una fuerte observación de Naciones Unidas

8. Permitieron además las fugas reiteradas de la población privada de libertad

 

Los incendios de este tipo demoran en apagarse y además hay que aprender sobre nuevas formas del crimen y la violencia.

 

No es con eslóganes ni con la baja de la edad de imputabilidad que se logra. No es con anécdotas de cada caso y explotación del dolor, del miedo y la legítima indignación de los ciudadanos.

 

Hoy es posible plantearse seriamente un objetivo de bajar un 30% los hurtos y las rapiñas porque hay una Policía preparada, equipada, bien paga, asesorada por los mejores referentes internacionales. A eso nos comprometemos. No a la fantasía que el delito va a desaparecer, sí a la meta de una sociedad que se sienta menos insegura.

 

Podemos prometer porque se ha trabajado con seriedad. Porque todos estos cambios estructurales ya comenzaron a dar resultados.

La videovigilancia y el nuevo sistema de patrullaje se extenderá a lugares claves de Montevideo y el área Metropolitana, y ya mostró que tiene resultados potentes para disminuir hurtos y rapiñas. En la Ciudad Vieja en 6 meses bajaron un 45% 

 

Podemos prometer porque hemos hecho todo para que ese anuncio sea posible.

 

Hemos  profesionalizado y dignificado a la Policía. Hoy está en la calle donde disuaden y disminuyen el crimen. Y la vamos a seguir mejorando, porque somos los únicos que podemos asegurar que sus salarios seguirán mejorando.

 

Hemos atacado en serio la pasta base -sin tregua-. Es cierto que falta, pero se ha avanzado.

 

El hacinamiento en prisiones  se eliminará en 2015 y hoy el 69% de la población carcelaria trabaja o estudia.

 

Hay una  política de fuga cero lograda en los últimos cuatro años en cárceles de adultos y en jóvenes con privación de libertad.

 

Hay alta tecnología, drones, cámaras y videovigilancia junto a  sistemas de información adecuados para identificar zonas de mayor incidencia del delito así desplegar el  patrullaje adecuado.

 

Es con trabajo que se logra esto. Con certezas, sin improvisación.

 

Y con dos simples postulados :

 

Duros con el crimen, con el criminal  y con la violencia,  y firmes con las causas del crimen.

 

Entre 1985 y el año 2005 se armó el incendio por ausencia de mirada estratégica, por cambios de timón a cada rato, por displicencia, falta de recursos y liderazgo.

 

No cometamos el mismo error.

Hablemos en serio.

La política tiene que ilusionar pero no es una ilusión; debe de afrontar la realidad.

 

La política debe ser amena pero no es diversión; no debe confundir la fantasía con la realidad.

No hay duda. Una parte del descrédito de la política se debe al contorsionismo verbal, a la acrobacia de los conceptos, a la pirueta permanente de posiciones que nos alejan de la realidad, haciendo que la política transcurra entre  una realidad tan inconsistente como evanescente.

No hay que detenerse, mucho menos volver atrás.





Este artículo pertenece al blog:

Gustavo Leal
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