Versión para imprimir 23/11/18



PASEANDO LEJOS


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Hoy es domingo, y es de tarde, así que para romper la rutina decido dar un paseo en bicicleta.-
Normalmente la bicicleta es mi compañera inseparable, es muy confiable y noble además de ecológica, y lo mejor, siempre tiene buen humor, me lleva al trabajo diariamente pero cuando sale de paseo es diferente, no hay prisa y disfrutamos mucho mas los dos.-
Leon permite esa licencia, fuera de la ciudad, (que esta ahí nomás) y aun dentro de ella (aunque con algo de peligro) se puede circular con el placer de antaño de mis pedaleadas uruguayas, cuando tenia quince años y me hacia la “coladera” en la cachila del 125 para subir el viaducto;Montevideo aun conservaba ese aire de aldea que perdió en una mala apuesta.-
Previo a la salida veo la final de los campeonatos europeos de Gotenberg (esa ciudad milenaria que suena a fantasía) salida de los cuentos de Hansel y Grettel supongo y que me recuerdan queda en Suecia, tres medallas de oro para los españoles que lo festejan como de revancha por el fútbol, una carrera de 5000 metros memorable en que gana un español el oro (de apellido España el señor) y otro español el bronce.-
Arranco entonces, la tarde invita, es verano pero no hace demasiada calor y el día se presenta esplendido, unas pocas calles y llego al parque de la granja, una especie de Prado aunque mucho mas pequeño y acotado, y que hasta hace poco tenia aves en los estanques, se ve la gente que en pareja o grupos acude con el típico atuendo dominguero, es decir, impecables los caballeros y las damas, zapatos de charol por doquier ellos, vestidos y sombreros ellas, todo una delikatesen para quien viene de una sociedad en que estos detalles ciudadanos, si bien fue cierto que los tenia, los perdió a medio camino entre los gobiernos de Lacalle y Batlle; corralito de por medio.-
Entro al parque y veo parejas de cierta edad, sentados en sillitas y con su mesita de picnic jugando naipes en el césped, con el lago de fondo y se me ocurre, si fuera Rembrandt seguro manoteaba los pinceles.- 
Salgo por un camino lateral y veo uno con la camiseta de Argentina, pienso en saludarlo pero dejo pasar la idea, de repente se me cruzo de que algunos, no todos, pueden ser poco amigables, aunque me consta de que los argentinos que andan por acá ya están en campaña para fundar su sede, hasta nombre le pusieron, y digo, que lastima que seamos tan pocos, dentro de fronteras y fuera también.
Llego así a la carretera, aquí llamada autovia, que viene a ser algo parecido a nuestros accesos, es decir rodea la ciudad y une con otros municipios, una circunvalación que cruzo y ya estoy prácticamente fuera de la misma, otro parque, mas gente, coches nuevos, nadie pidiendo nada o sea, perfecto.-
Pinto la escena, bastante campo, carreteras comarcales, granjas, alguna vaca y de fondo las imponentes montañas leonesas, tapizadas de verde que son bosques y alguna casita que cuando llegas allá son castillos en realidad, cotos privados de los poderosos, hasta un criadero de avestruces descubrí una vez por ahí arriba, todo un placer visual que ya quisiera compartir con mis amigos, imaginaros, todos en bicicleta por esos caminos, que utopía disfrutable.-
A pocos kilómetros ya estoy en lo que llaman el alfoz de Leon, el municipio de Villaquilambre (no me pregunten de donde sacan estos nombres) tuerzo a la izquierda y me encuentro con un puente, abajo un camino me pide lo acompañe entre un parque y el monte que corre a la vera del río..
Así que acepto y lo recorro, a poco un camino de tierra y piedras embovedado por árboles resulta irresistible aunque la bicicleta no se muestra convencida, piensa en las cubiertas nuevas que tiene y alega que ella no es de montaña, insisto y nos metemos.-
A poco paro para escuchar al monte, los rayos de sol se filtran entre las hojas de los arboles y la vegetación frondosa por momentos, la escena se vuelve embriagadora, miro el suelo pensando que capaz que una araña o algún otro bicho se apareciera y me rompiera el encanto pero nada, era perfecto, casi no puedo creer que exista tanta belleza, tanta paz y armonía.-
Continuo el camino y encuentro un pequeño cerco en el que unos asnos, flacos y melancólicos dormitan apaciblemente, recordando seguro épocas en que eran herramientas del hombre y no habían sido sustituidos por maquinaria.-(esto ultimo lo agrego yo, no creo que llegaran tan lejos en sus pensamientos).-
De repente, unos perros, me sobresalto pero recuerdo que siempre me fue mejor relacionándome con ellos que con la gente, así que sigo, detrás el dueño, que me saluda cortésmente al pasar, contesto y pienso, acá se detuvo el tiempo, en este lugar el reloj se paro y nos saludamos igualito que hace un siglo o dos o tres se saludaban los paseantes.-
Pego la vuelta para alegría y gran alborozo de la bicicleta y me digo, no puedo quedarme con este placer como propietario, tengo que compartirlo porque ahí esta la gracia, así que estas líneas nacieron así, en domingo, en bicicleta y de tarde.- 




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URUGUAY Y ESPAÑA
Cosas de aca y de alla

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