Versión para imprimir 10/04/19



Me bajo en la que viene, gracias.

 

Hoy se me terminaron las ganas de escribir sobre boludeces o cosas medianamente divertidas, porque hace un día que no puedo dejar de pensar en otra cosa. ¿Somos los seres humanos aquellos seres evolucionados, pensantes e inteligentes que todos los libros nos dicen? ¿Somos capaces de aprender de nuestros errores y no darnos la trompa dos veces contra la misma cagada?

La respuesta a ambas preguntas es simple y tristemente la misma: NO.

Santa María es una ciudad del centro de Rio Grande del Sur, ciudad típicamente universitaria, joven, divertida. Por ser su Universidad Federal una referencia en varias áreas nuclea estudiantes del estado, de todo Brasil y varios extranjeros. Hoy lamentablemente todos la conocen por otra cuestión, por ser sede de una nueva demostración de estupidez y negligencia humana.

Varias preguntas me siguen surgiendo: ¿Cómo es posible que sea parte de un show prender bengalas en un lugar cerrado? ¿Esta gente prende un volcán en el living de su casa para festejar que la pascualina les quedó rica? ¿Cómo? ¿Por qué? La mierda…

Los extintores no funcionaron, las puertas estaban cerradas para que “la gente no se fuera sin pagar”. Yo estoy convencido que nos mintieron cuando nos dijeron que éramos una especie evolucionada. Vuelvo al problema inicial, cuando la banda hace la prueba con los encargados de contratarlos, no hay nadie que le diga “che macho, acá no me prendas una bengala porque HAY TECHO ARRIBA con materiales inflamables, ¿entendes?”

Yo me imagino algo así, lógico, medio de ser humanito, pero no. 1000 personas en un boliche cerrado, el tipo prende una bengala que obviamente hace que se prenda fuego el techo, los extintores no funcionan, LA puerta de salida está trancada y listo, de un plumazo se mueren más de 230 personas.

Somos unos capos.

Hoy se puede leer en Zero Hora, diario gaúcho, una nota con uno de la banda que dice que siempre usaban este tipo de bengalas, hasta en lugares más chicos, para “producir un efecto” cuando tocaba la gaita. También se puede leer que la seguridad del lugar pedía “comanda” (ese papelito donde te van marcando lo que consumís) para salir. Perdonen, pero debo ser yo el que está mal de la cabeza.

Lamentablemente, por considerarme un brasuca más, todo esto me hace mucho mal. Hay amigos de amigos, alumnos de amigos y demás personas que seguro formaban parte de la vida de mis ex compañeros dentro de esos 230 que murieron. Igual, para ser sincero, todo esto me parecería igual de doloroso si hubiera sido en Montevideo, Burundi o Roma. No me importa, simplemente me da mucha bronca que sigamos siendo tan idiotas, tan egoístas y tan poco pensantes.

Debe ser porque somos una especie evolucionada que tenemos la capacidad de matarnos a nosotros mismos como consecuencia de nuestras propias carencias. Por eso, hoy reafirmo aún más, que cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro. Él seguro que no organiza una fiesta en el barrio para matar a todos sus vecinos.

Ah, me olvidaba, esa foto es del momento donde prenden las bengalas y el DJ de turno escribió en su facebook "Bombandooooooo KISS"...





Este artículo pertenece al blog:

Crónicas de un vejiga
Ejercicios primitivos de sinapsis.

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