Versión para imprimir 23/11/18



CASA CRAVOTTO, AGOSTO 2012

 

Es notorio que la avenida Sarmiento consolida su perfil en altura. Aquí el mercado inmobiliario y el plan de ordenamiento territorial van de la mano, sin perjuicio de lo cual quedan situaciones puntuales con resolución a veces problemática. Esas situaciones tienen que ver con la preservación de construcciones a las que se ha asignado un valor patrimonial -o a las que podría asignársele apenas se lograra una mejor coordinación entre distintas escalas de gestión-, y tienen que ver también con los criterios de articulación del vínculo entre la edificación heredada y su entorno próximo. A ambos lados del puente sobre Br. Artigas hay buenos ejemplos: el tramo norte de la calle Mariscal Estigarribia y las casas de los arquitectos Cravotto y Vilamajó.

 

La escala y unidad en la diversidad del tramo en cuestión merece especial consideración y la casa de Vilamajó ha sido felizmente rescatada de un proceso de deterioro que pocos años atrás parecía sin vuelta. En este caso, la prevista anexión de la casa contigua sobre Sarmiento –hoy desocupada- habrá de servir de “área de amortiguación” entre el bien protegido y la edificación en altura del padrón contiguo, pero la enladrillada medianera ciega -portadora de renovados mensajes publicitarios- da buen ejemplo de una oportunidad perdida. Por suerte, no pasó lo mismo en la casa que proyectara Mauricio Cravotto al inicio de los años treinta. Allí la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, revisando una resolución anterior, admitió la unificación de los predios contiguos, entonces baldíos, y la construcción de un volumen que manteniendo en un tramo de 3 metros la altura del bien protegido, retomaba la altura admitida para el resto del padrón, haciendo posible –en atención a la ordenanza municipal vigente, ya aplicada con éxito en el caso de la escuela Brasil- una apertura total de la fachada oeste.

 

El resultado obtenido, mediando el muy correcto diseño de “Estudio 5”, es un ejemplo de cómo resolver con acierto una articulación de escalas que se presenta como cuestión problemática en múltiples lugares de la ciudad. Ejemplo particularmente importante cuando el país propone a UNESCO la inclusión de la arquitectura renovadora de las décadas del 20 al 40 en el listado del Patrimonio Mundial, siendo la vivienda-estudio de referencia uno de los puntos altos de ese proceso, con el valor agregado del buen manejo de su inserción urbana. Parece razón más que suficiente para tener el mayor cuidado con su mantenimiento decoroso, hasta tanto pueda formalizarse una intervención más ambiciosa de rescate y puesta en valor. Veamos la situación real.

 

En el frente, junto al acceso, luce una clara constancia del carácter del bien (“KALINEN” vivienda-estudio del Arq. Mauricio Cravotto / Monumento histórico”), con el agregado –hoy ilusorio- de “prohibido fijar carteles y pintar inscripciones”. En la imagen de portada se muestra el burlón desparpajo de unos graffiteros agresivos. Seguramente parte de sus colegas –artistas populares estimables- los conocen: ¿no podrán convencerlos de que al actuar así se comportan al margen del más mínimo código de convivencia ciudadana?, ¿o se creerán vanguardia de alguna cosa? Acostumbrarse a estos berrinches “culturales”, y luego resignarse, es la mejor manera de alentar por un lado la “anestesia” que nos va ganando; por otro, la continuación de la frivolidad agresiva de algunos “niños malos”. No debería pasar.

 





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acerca de patrimonios varios
algunas reflexiones sobre nuestros "lugares de la memoria"

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