Versión para imprimir 23/11/18



Marijuana Inn, Pluna out.

 

Escribir algunas semanas después que ocurra la novedad de ciertos sucesos, tiene como ventaja ampliar el tiempo para digerir las noticias. Aunque a su vez los hechos pueden sucederse tan rapidamente, que dejan « viejos » los apuntes para los artículos proyectados. En la ocasión eran dos los temas : la intención del gobierno uruguayo de legalizar el ciclo completo (producción, distribución, venta y consumo) de la planta psicoactiva cannabis  y la quiebra, ahora totalmente confirmada, de PLUNA, la aerolínea histórica de Uruguay.

Mis apuntes estaban bien rumbeados en el caso de la empresa aérea, cuando consideraba que era la segunda vez que se « fundía » (lo comenté en Facebook el 19 de junio pasado). La primera fué luego de la malograda asociación con la brasileña VARIG. Hace una semanas parecía que pese a lo ruinoso del negocio para el estado, aún se obstinaba en mantener a PLUNA como tal. Ahora la situación económico-financiera es de tal gravedad, que el menor daño (igualmente enorme y sublevante) es llevarla a la quiebra.

Unir ambos temas podría parecer aventurado, pero no solo la contigüidad cronológica los relaciona. Desde la emergencia de la discusión sobre la legalización de la marihuana en Uruguay, por el hecho de ser una propuesta gubernamental, en un paquete de medidas para mejorar la seguridad ciudadana, quedaron vinculados de diferentes maneras.

Hoteles y fumos.

a) Asi como la fenecida aerolínea pública belga SABENA, fue propietaria de varios hoteles en capitales africanas, la primera línea uruguaya de navegación aérea (P.L.U.N.A.) era dueña del Argentino Hotel de Piriápolis. Unos meses después de la asociación del estado uruguayo con Leadgate (empresa privada seleccionada como socia mayoritaria y con poder de decisión en todos los aspectos de Pluna S.A.) se produjo un primer episodio público confuso. Lo tengo bien presente pues escribí acerca de ello en este blog, aprobando la intimación del pago del combustible suministrado por ANCAP. El ente autónomo estatal de combustibles tenía el mismo presidente que en la actualidad y finalmente aceptó como « pago » de la deuda de alrededor de 10 millones de dólares, al hotel costero. PLUNA S.A. tenía al tradicional hotel en su inventario, sin ninguna relación directa con su cometido de transporte aéreo, simplemente lo había recibido de yapa, en el paquete, sin costo adicional para los « empresarios privados ».

De esto hace alrededor de 3 años y fué al comienzo de la sociedad, de la cual en el presente estamos viendo alarmados, los resultados. Como para confirmar el dicho « lo que mal empieza, mal acaba »

b) « Marijuana Inn » podría ser el nombre de un hotel de onda en un futuro país con marihuana buena, legal y barata. Si el Argentino Hotel de Piriápolis sigue en manos de ANCAP (no he sabido de su privatización u otro destino) es el principal candidato al cambio de nombre. Aunque lo de « Inn » me vino a la mente por varias palabras (innovación, inoportuna, inconsistente, inconsciente) que me generan interrogantes.

Si el ingenio mostrado en la proposición legalizadora se sigue potenciando y la medida llegara a prender en la opinión pública, tal vez hasta se pueda llegar a un cambio revolucionario. Que campaña publicitaria jugosa sería el cambio de marca de un país : « Bienvenidos a MARIJUANA INN (ex-Uruguay) y todo lo que los creativos publicitarios imaginarían para embellecer la imágen del nuevo país.

No he necesitado sustancias psicoactivas para idear esta disgresión, más bien es un paliativo satírico a las serias preocupaciones que seguidamente detallo.

Observaciones serias (y bien preocupantes) a la presunta innovación.

La iniciativa de « legalización » de la marihuana en este preciso momento, no responde a ninguna de las demandas sociales más significativas actuales. Existen grupos que militan por la autorización del autocultivo de la planta, lo cual paradojalmente no estuvo contemplado en las « ideas » inciales del gobierno. También hay una movida juvenil (y no tanto) favorable a la utilización de la marihuana con fines recreativos y de bienestar, en un marco de tolerancia, pero nos agrade o no, no dejan de ser minorías, como otras tantas con diferentes propuestas y reivindicaciones sociales, hacia las que el gobierno evidentemente no responde.

1) Inoportuna : No se  puede presumir inocencia gubernamental al introducir el debate sobre « legalización de la marihuana » junto a otras medidas y en un contexto de grandes problemas públicos irresueltos. Distintos sectores opositores acusaron al gobierno de pretender encubrir otros asuntos al plantear esta polémica iniciativa.

Era muy visible que este punto iba a acaparar las discusiones, incluso eclipsando las demas proposiciones del conjunto, casi todas ellas interesantes y/o razonables. La oportunidad no fué la mejor, porque el contexto de la necesaria reflexión social no es el más propicio y despierta suspicacias.

De cualquier manera, si el humo que se desprendió de los primeros intercambios actùo como era previsible, la quiebra total de PLUNA, y los últimos eventos relativos al Mercosur, ya lo han dispersado.

2) Inconsistente : ¿Qué relación hay entre la posibilidad de consumir marihuana por medios legales y la seguridad pública en Uruguay ? En la medida que la manera de plantear el manejo de la sustancia es tan « innovadora », que no hay antecedentes que ningun otro país del mundo que lo haya hecho de tal forma antes, no hay respuesta a esa interrogante fundamental.

En cualquier caso, algunos de los efectos tanto positivos como negativos, no serán inmediatos y habrá que esperar años, tal vez una década como mínimo, para evaluar con datos y experiencia suficiente. Pero si puede haber consecuencias más prontas en cuanto a la circulación ilegal de la sustancia y no necesariamente en el sentido que suponen los propulsores del proyecto.

Tampoco hay un fundamento científico o ideológico claro; no parece haber una convicción acerca de los beneficios del consume de marihuana por parte de los promotores. Más bien los  términos que se escuchan en boca de autoridades van en un sentido bien diferente (vicio, control, registros, internaciones compulsivas, etc.).

Las nociones empíricas subyacentes ni siquiera han sido bien explicitadas y presentadas coherentemene. Si se considera que el aumento del consumo de la droga pasta base es una de las causas del aumento de la criminalidad y violencia, varios especialistas ya han señalado que es muy dudoso que la medida para facilitar el acceso a la marihuana, incida como sustitutoria del consumo de aquella.

3) Inconsciente : Creo que no es posible que ninguno de los miembros y portavoces del gobierno, tenga ideas nítidas sobre la incidencia social de la propuesta « legalizadora » de la marihuana y simultáneamente su intento de control público.

En este sentido tienen razón los que hablan de experimento social. Pero si llegamos a la conclusión que de eso se trata, hay que consultar a toda la sociedad y no solo a los potenciales usuarios, que son solo una parte y no la mayoría.

Lo que he analizado por mi lado, coincide con la opinión de un especialista en el tema de drogas belga, que fué consultado por un diario uruguayo. Hay muchas variables indefinidas, que dependerán del precio de venta, de la facilidad de acceso, de la laxitud o rigidez del control que se ejerza.

Lo único seguro es que aumentará la cantidad de consumidores de marihuana en Uruguay. Porque aunque sea el estado que se encargue de la sustancia por las vías legales, no desaparecerá el mercado clandestino, sino que se adaptará convenientemente al mercado « legal ».

Hay demasiadas lagunas e impensados en el propósito gubernamental y a esto me refiero con « inconsciente », pues en estas condiciones los resultados negativos no pueden ser prevenidos.

4) Incandescente : Luego de la propuesta de reflexionar sobre la vida, la cual en un sentido general es compartible, el presidente bien podría convocar a un período de reflexión sobre la participación público – privado en la economía.

La debacle de PLUNA debería llevar a un cuestionamiento profundo de la ideología y la práctica de la participación de la esfera pública y la privada en los grandes proyectos de interés nacional en un marco capitalista.

Pero la idea de legalización de la marihuana va en el sentido de crear una nueva área de emprendimiento público, en un campo inédito, en el cual no hay experiencia acumulada, ni siquiera oriéntaciones muy firmes de la experiencia internacional. No estamos hablando de la enunciada y nunca concretada recreación de un Frigorífico Nacional por ejm. que abrevaría en un sector conocido y enraizado de la producción uruguaya.

Considerando los problemas y desafíos que presentan las empresas públicas tradicionales en Uruguay, y las declaraciones del presidente, enfatizando en la vigilancia y control de los que ya tienen el « vicio », algo bastante antagónico a lo que reivindican los partidarios de un libre consumo de marihuana, mi  pronóstico del proyecto es muy adverso.

El porro debajo de la piedra.

Dejo para otra oportunidad las alusiones del Pepe a los consumidores de marihuana en Uruguay, cuyo número él conoce,  al tráfico de drogas y a la expectativas de que tributen impuestos o de disputarle ese « mercado » a las mafias que los abastecen. Prefiero culminar este post señalando los nada inocentes aplausos de algunos exponentes del empresariado neo-liberal y capitalismo financiero internacional u otro conspicuo ideólogo liberal (Vargas Llosa), a la iniciativa de inciar un experimento social de producción y comercialización de marihuana en Uruguay.

Esto es suficiente indicio para pensar que hay algo grande bajo la piedra. Que más que un inocente « cohete » como les decía una amiga a sus armados de marihuana, más parece un tremendo misil.

 

 





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BXLMVD
Reflexiones y opiniones de un uruguayo que vive en Bélgica.

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