Versión para imprimir 23/11/18



CASUALIDAD O CAUSALIDAD

Todos los acontecimientos de la vida del hombre guardarían entre sí dos clases de conexión fundamentalmente distintas: la primera sería la conexión objetiva y causal del proceso natural; la segunda la conexión subjetiva, existente sólo en relación con el individuo que la vivencia y tan subjetiva como los propios sueños de éste ... El que ambas clases de conexiones existan simultáneamente y que un mismo suceso, como eslabón de dos cadenas completamente distintas, encaje a la perfección, de modo que el destino de un individuo invariablemente se ajusta con el destino del otro, siendo cada cual el protagonista de su propio drama y al mismo tiempo personaje en el drama ajeno -eso es cosa que excede con mucho nuestra capacidad de comprensión y sólo puede concebirse como posible en virtud de la más admirable armonía preestablecida” Schopenhauer

 

Conocí a mi pareja porque un día decidí escribir en un blog, porque otro día alguien comentó  en él, porque ese alguien conocía otra gente que también escribía, porque luego de una serie de intercambios salió la idea de juntarnos aunque viviéramos en distintas ciudades, porque tomé la decisión de hacer el viaje y me acompañaron, casualmente  resultó que ambos tenemos una complexión física similar, además de ser muy parecidos.

En ese viaje también conocí otra persona de una enorme generosidad, que tenía muchos problemas familiares, que un día limpiando en la azotea tuvo un accidente y falleció.

Tiempo después y ya con la relación encaminada,  volví a aquella ciudad.  Una noche, alguien rompió los vidrios de mi auto, y alguien tiró sal en la puerta, y la decisión de mudarse prendió instantáneamente y con tal fuerza, que no hubo cuestionamientos ni marcha atrás.

Uno de mis primeros trabajos fue en un laboratorio repartiendo café.   Por casualidad, el gerente se enteró que estudiaba química y me contrató como estudiante.   El siguiente trabajo surgió porque un docente de facultad (que sabía de mi experiencia), justo cambió de trabajo y me propuso el puesto.  Los posteriores salieron que relativa facilidad basados en mis experiencias previas.

No soy de tener mucho contacto con los proveedores, solo los necesarios, pero con los años con algunos de ellos se crean ciertos vínculos amistosos.   En particular había uno, muy trabajador y gran persona, que había logrado crecer y expandir su empresa, por lo que viajaba seguido al interior. En uno de esos viajes, se detuvo en la carretera a auxiliar un vehículo que estaba detenido en la banquina.  En el momento que se acercaba al auto, lo atropelló un camión que pasó a toda velocidad.

Estos relatos son meros ejemplos de los cuales cada uno de nosotros tenemos cientos, donde tan solo un eslabón hubiese cambiado el destino final.

¿Casualidad o causalidad?.  Quizás por el mismo motivo que evitamos aceptar la muerte,  no vemos estos sucesos como simple hechos fortuitos, o quizás porque siglos de manipulación a través de la fe,  minaron nuestra confianza  en cualquier cosa que no tenga una explicación lógica.

Yo, que vengo de esa manera de ver la cosas, peleo cada día entre el mundo de la lógica y la probabilidad y el mundo espiritual y de la causalidad.

Aunque tal vez la pelea no es tal, tal vez es miedo.   Porque aceptar un mundo de seres eternos, armónicos y de sucesos más allá de la probabilidad, cambia tanto nuestra concepción del mundo que pone los pelos de punta.

 





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