Versión para imprimir 23/11/18



Raro? Elio en la gay pride de Bruselas.

 

Después de vivir más de 8 años en Bélgica, puedo afirmar con conocimiento de causa, que es un país raro. Tan raro como Uruguay, pero distinto.

El sábado 12 de mayo, asistí a la concentración previa a la salida de la manifestación  por « Democracia  real ahora – Primavera global », en la explanada de la Gare du Nord. Simultáneamente más al centro de Bruselas, se preparaba la « Belgian Pride 2012 » (marcha del orgullo gay).

Según vi posteriormente en un noticiero de TV, hubo varias decenas de veces más gente en la marcha de orgullo homosexual, que en la convocada a partir de la llama encendida por los indignados españoles y  los movimientos occupy .  Pero esto no es tan raro, dada la tradición de la celebración gay y su caracter festivo. Aunque también hubo fiesta y alguna bandera multicolor en la otra marcha.

Uno de los focos de atención en la manifestación de orgullo, fue el primer ministro belga, Elio Di Rupo, notoriamente gay, quien participó durante un lapso de la celebración. Estuvo sin ostentosa custodia entre la gente, lo cual lo hizo centro de múltiples demostraciones de afecto ; saludos, besos, abrazos.

No es fácil imaginar algo asi en Uruguay, donde los politicos tiene que aparentar “normalidad” estadística y ocultar públicamente sus orientaciones sexuales, si no son las mayoritarias.

Ni que decir respecto a la distancia con Islandia,  otro pequeño estado europeo, que es mucho mayor a los millares de kilometros geográficos. Esta heroica nación luego de la crisis financiera de 2008, logró mediante  la movilización popular, hacer renunciar al gobierno responsable político de los desquicios. El nuevo gobierno  electo, tuvo como primera ministro a una reconocida militante lesbiana.

Islandia no pagó gran parte de su deuda externa (principalmente a bancos de.Gran Bretaña y Holanda, que habían hecho jugosos negocios con los irresponsables banqueros islandeses), nacionalizó su banca privada, perdonó deudas hipotecarias que angustiaban a buena parte de sus ciudadanos. En la medida que este proceso de ejercicio de la soberanía avanzó, el pequeño país fue desapareciendo de las noticias internacionales, en una suerte de censura tácita de los grandes medios de comunicación temerosos que ese ejemplo  pudiera tener réplicas en otros países.

Es muy claro, que en un sentido distinto, la gran cobertura televisiva y periodística de la gay pride e incluso en menor medida, de la marcha de indignados de Bruselas responden a otras estrategias de política europea e incluso de city marketting.

Parece loable (sobre todo para el statu quo mundial) que la capital de la Comunidad Europea pueda seguir mostrando su cara amable, ante tanta malaria y conflictos en muchos países de la Union (Grecia y España a la cabeza) con celebraciones multitudinarias e incluso protestas, que si se realizan de manera más o menos cool y sin quemar nada, son civilizadamente toleradas y respetadas.

También está claro que más allá del resurgimiento manifiesto de tendencias sesentista neo-hippies, espiritualistas, indigenistas, ecológistas y con tantos otros matices, las revoluciones son del órden del amor.

 

 





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BXLMVD
Reflexiones y opiniones de un uruguayo que vive en Bélgica.

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