Éste artículo también podría titularse "yo también vi a Alfredo Malmacín". El canario protagonista de este corto perteneciente, de alguna forma, al disfrutable sub-género "mockumental", es un personaje real que protagoniza una anécdota apócrifa. Ese detalle, en este caso, es lo de menos. No solamente hay una buena idea y un chiste que funciona. Hay cinefilia puesta al servicio de la historia y, además, un aprovechamiento total de personajes que no precisan composición. Un universo digno de una película de Fellini acaso, aunque con aire neorrealista (más allá de la broma, no deja de ser un documental) es lo que hace que estos no-actores luzcan como lo que son. Y son auténticos personajes por derecho propio. Tanto como para prestarse al delirio de los directores Rocchi y Bentancor.

¿La "historia"? Malmacín sería el único uruguayo que trabajó en la mítica Citizen Kane (1941) de Orson Welles. Lo hizo en la secuencia en que se evoca al niño Charles Foster Kane, previo a ser puesto a cuidado de tutores porque sus padres no pueden hacerse cargo de él. La escena claves es esa en la que el niño Kane juega con nieve y con un trineo que tiene la célebre inscripción "Rosebud". Reconozco que la versatilidad de esta rutilante estrella del firmamento fílmico me llevó a dudar: quizá su testimonio fuera veraz. Suena muy romántico eso del tío marino que lo llevó de paseo y que terminó como carpintero en el film debut de Orson, el que planteó recursos narrativos inéditos hasta entonces y que se ganó el lugar (común) se figurar como "la mejor de todos los tiempos" en listas varias.

Fui a la fuente con ganas, no especialmente de que se tratase de un uruguayo, sino que fuera don Malmacín. El mismo que se quedó extrañado porque Orson "no lo llamó más" y se perdió de trabajar en ¡¡"F For Fake"!! (de toda la filmografía de Welles eligieron el título más improbable, filmado más de dos décadas después de Citizen Kane). Mientras habla ensimismado en algún lugar de Canelones, su esposa duerme en segundo plano. La narración sigue y la cámara busca momentos que cualquiera confundiría con cine de arte y ensayo. La parodia es sutil. Malmacín habla de "Rosebud" (ya verán cual es, según él, el orígen de la mítica palabra) mientras acaricia un chancho. En otra escena ve la película en VHS pero ve siempre la misma escena (por eso "está dañada") y los testimonios de familia y conocidos permiten imaginarlo en su breve pero inolvidable paso por el cine. Cuando su filmografía conoció días mejores.

El tono recuerda a los documentales del notable Christopher Guest, aunque éstos funcionan en tanto el universo es más amplio y el elenco es una auténtica troupe. El mérito está en que los realizadores no hacen el chiste para ellos, ni para una mínima elite que capte algunas salidas insólitas (o guiños cinéfilos) de Malmacín y sus vecinos. Tal así que el pasado jueves, quien escribe se enteró de la existencia de "El niño del trineo" por un mail de la productora pero cuando abrió su sesión Facebook el video ya había sido replicado por unos cuantos usuarios, incluso con el diferencial de no figurar en el popular YouTube. Varias personas se hicieron un perfil en la web donde podía localizarse el corto solo para dejar un comentario. El pequeño hit viral se fue expandiendo y las reacciones eran, fundamentalmente, de disfrute.

Es un interesante hallazgo el de Malmacín (si ese es su verdadero nombre)...quién te diga que el día de mañana no inspite alguna anécdota más extensa o se descubran nuevas gemas en su filmografía. Claro, se corre el riesgo de que la broma se agote y también el factor sorpresa. Por momentos lo imaginé cual Forrest Gump, atravesando diferentes hitos de la cinematografía. O como el "Bambino" Veira que asegura -con pruebas- que fue extra en un western de John Wayne. Da igual que no sea verdad, la sola idea es hilarante.

Como muchos trabajos de nóveles realizadores (especialmente estudiantes de audiovisual), el corto está disponible en el sitio http://vimeo.com/. Vimeo opera como una comunidad virtual y allí la gente pasa, ve, comenta y sube sus videos. Allí podrán encontrar la biografía o otros trabajos de la dupla.

El corto puede verse aquí.

Salud Malmacín, que el cine nos siga mintiendo: es mucho más divertido

@christianfont