Versión para imprimir 21/12/18



A la cárcel con los de Wall Street.

A la cárcel con los de Wall Street. Así de directo titula una de sus últimas notas Matt Taibbi (Estados Unidos, 1970), polémico autor y periodista de la revista Rolling Stone que cubre asuntos de actualidad política, finanzas, medios de comunicación y hasta deportes.

X supuesto que para el periódico de derecha La Nación de Argentina (la edición regional que conocemos acá en Uruguay de la Rolling está realizada x ellos), el titulo ya está un poco aligerado: “Culpables de la Crisis Global”. (Detalle aparte para la versión ‘light’ de La Nación: los destacados: hay uno solo que dice “El sistema garantiza la impunidad de los grandes delitos financieros: Wall Street y los organismos de control conforman un círculo cerrado de amistades y favores debidos”; pero ni rastros de los destacados más gruesos e impactantes de la nota original: “Quienes cometen estos crímenes casi nunca pagan las multas: los bancos cazados defraudando a sus accionistas usan el dinero de los propios accionistas [para defenderse]”; “Si quieres ganar elecciones, encarcela a los que roban DVD o venden bolsitas de marihuana. Pero ¿x robar mil millones de dólares? Pasa. No es un crimen”.)

Lo cierto es que la nota de Taibbi comienza en absoluta consonancia con su título: “En un bar de Washington, una inhóspita noche de nevada, un ex investigador del Senado se ríe mientras acaba su cerveza. “Todo está jodido, y nadie va a la cárcel”, dice. “Ése es tu artículo. Demonios, no tienes que escribir nada más. Sólo eso”. “¿Sólo eso?”. “Exacto”, dice, pidiendo la cuenta a la camarera. “Todo está jodido, y nadie va a la cárcel. Ahí puedes acabar tu artículo”.

“Nadie va la cárcel –escribe Taibbi-. Ése es el mantra de la era de la crisis financiera, la que ha visto a casi todos los grandes bancos y compañías financieras de Wall Street enredados en escándalos que han empobrecido a millones de personas y han destruído billones de dólares de la riqueza mundial, y nadie ha ido a la cárcel. Nadie salvo Bernie Madoff, un extravagante y célebre artista del timo cuyas víctimas resultaron ser otras personas ricas y famosas.”

“El resto, todos ellos, se han librado. Ni uno de los ejecutivos que prepararon y se beneficiaron de un boom financiero fraudulento –una estafa que implicaba la venta masiva de valores mal administrados y fraudulentos respaldados x hipotecas– ha sido declarado culpable. Sus nombres ya son familiares: compañías como AIG, Goldman Sachs, Lehman Brothers, JP Morgan Chase, Bank of America, Morgan Stanley. La mayoría de estas firmas estuvieron implicadas en elaborados fraudes y robos.”

“Lehman escondió miles de millones en préstamos de sus inversores. El Bank of America mintió sobre miles de millones en dividendos. Goldman Sachs no avisó a sus clientes de cómo había armado las tóxicas hipotecas que estaba vendiendo. Aún peor: muchas de estas compañías tenían jefazos cuyas acciones costaron miles de millones a sus inversores y ninguno de ellos se ha visto entre rejas.”

“En lugar de ello, los reguladores federales y los fiscales han dejado a los bancos y compañías financieras que intentaron quemar la economía mundial hasta sus cimientos librarse con acuerdos cuidadosamente orquestados: multas patéticamente pequeñas que ni siquiera requerían reconocer sus malas prácticas. Para más inri, las personas que cometieron los crímenes casi nunca han sido los que han pagado las multas; los bancos pillados defraudando a sus accionistas suelen usar el dinero de los accionistas para pagar la cuenta de la justicia.”

Fuerte, ¿no? La amarga situación: "los delincuentes financieros derribaron la economía mundial, pero el sistema está haciendo más para protegerlos que para procesarlos".

“Una y otra vez, incluso los casos más obvios de fraude y abuso de información privilegiada han quedado atascados en los engranajes de la maquinaria, y los altos ejecutivos casi nunca han sido procesados x sus delitos. En 2003, Freddie Mac escupió 125 millones de dólares tras descubrirse una diferencia de 5.000 millones en sus informes de ganancias; nadie fue a la cárcel. En 2006 multaron a Fannie Mae con 400 millones, pero los ejecutivos que habían supervisado esas prácticas contables fraudulentas para aumentar sus primas no se enfrentaron a ninguna acusación. Ese mismo año AIG pagó 1.600 millones después de un gran escándalo contable que indirectamente llevaría a su colapso dos años después, pero ningún ejecutivo del gigante de los seguros fue acusado”, recopila Taibbi.

Para el periodista fue sin dudas este tipo de comportamiento el que creó las condiciones necesarias para la caída de 2008, cuando Wall Street explotó en una bola de fuego de fraude y criminalidad. Pero la SEC (x sus siglas en ingles, La Comisión de Valores, el organismo regulador) y el Departamento de Justicia apenas han mostrado intención alguna en perseguir a los máximos responsables de la catástrofe.

Y reitera: “Ningún ejecutivo fue encarcelado. Ni los de Deutsche Bank, ni los de Merrill Lynch, ni los de Bank of America... ¿Quién falta? Citigroup, al que se pilló ocultando unos 40.000 millones. En julio de 2010, la SEC acordó con Citi el pago de 75 millones de dólares. Además, algo poco habitual, también multó a dos de sus ejecutivos. Su castigo, combinado, la barbaridad de 180.000 dólares.”

A diferencia de los juicios criminales, en los que los hechos quedan registrados y a la vista de todo el mundo, estos acuerdos de Wall Street casi nunca requieren que los bancos divulguen hecho alguno, enterrando las historias para siempre.

“La justicia criminal –escribe Taibbi-, en lo que concierne a los Goldman y Morgan Stanley del mundo, no es una lucha entre polis y malos en salas de interrogatorios y juzgados. Es, más bien, un cóctel entre amigos y colegas que cada mes o cada año cambian de lado y de camiseta.” Y con mucho de lo que se conoce como sistema de ‘Puertas Giratorias’: los ‘vigilantes’ habían sido empleados x las mismas compañías que solían vigilar, y con pingües beneficios.

¿Qué se puede decir del presidente Obama en este contexto? Goldman Sachs fue su donante privado número uno en la campaña electoral. Puso a un ejecutivo de Citigroup a cargo del equipo de transición económica, y acaba de nombrar a uno de JP Morgan Chase, orgulloso propietario de 7,7 millones de dólares de acciones de la firma, como su nuevo jefe de gabinete: ‘Puertas Giratorias’ una vez más… (La administración demócrata reclutó para sus filas a varios altos ejecutivos procedentes de los bancos Citigroup, Merril Lynch, Barclays Bank y otros tantos de poderosos fondos de inversión. Timothy Geithner, ex secretario del Tesoro, incorporó como propio jefe de Gabinete a Mark A. Patterson, registrado en la nómina del banco de inversión Goldman Sachs.)

El resto del mundo no se queda atrás: el presidente de Francia Nicolás Sarkozy apoyando a Mario Draghi, presidente del Banco de Italia, favorito para presidir el Banco Central Europeo (BCE) la máxima institución financiera de la eurozona y la polémica en torno a que formó parte de la dirección del banco de inversión norteamericano Goldman Sachs demuestra que las puertas siguen girando… (En un continente con el 50% de la plaza bancaria en quiebra.)

X acá en Uruguay ya sabemos que la crisis financiera del 2002 terminó casi sin detenidos: recordemos que la mismísima Junta Anticorrupción, o Junta Asesora en Materia Económico y Financiera del Estado, si prefieren, emitió como fallo que “que durante la crisis el Banco Central se apartó de las normas pero aclaró que se trató de circunstancias especiales en las que no quedó otra opción”, absolviendo a todos de culpa y cargo.

Y recordemos también que George Bush, ex director de la CIA, ex vicepresidente y ex presidente de los Estados Unidos, se reunió en diciembre de 1999 en la casa de Buenos Aires de los hermanos uruguayos José y Carlos Rohm (Banco General de Negocios, Banco Comercial) con el saliente presidente argentino Carlos Menem (principal privatizador de los 90s), Fernando De la Rúa (Presidente Argentino electo), los orientales Luis Alberto Lacalle (ex presidente, quien le dio el Comercial a los Rohm), Jorge Batlle (presidente electo al que le otorgarían el préstamo), y su coterráneo y amigo David Mulford (del Crédit Suisse First Boston Corporation –junto a JP Morgan International y el Dresdner Bank, los tres bancos propietarios del 75 % de las acciones del Comercial en aquel entonces), ex secretario del tesoro de los Estados Unidos durante su mandato en los 80s republicanos, activo funcionario de los canjes de deudas de nuestros sangrados países y, de postre, SUEGRO de José “Puchi” Rohm, hoy todavía prófugo de la justicia viviendo en la tierra de los Bush, prófugo de la Justicia uruguaya y argentina, pero con libertad de trotar gimnástica y libremente x Miami como se lo ve en unas recientes fotos aparecidas en la prensa... No hay cenas gratis, decía justamente Milton Friedman… ¿Me explico?

También es bueno recordar las palabras del ex vicepresidente del Banco de Crédito, Elizeu Christiano Netto, quien lo sintetizo todo diciendo que el Banco Pan de Azúcar fue utilizado x el Partido Nacional para financiar su campaña electoral (la de Lacalle), que el de Crédito fue utilizado para financiar la campaña Colorada (de Sanguinetti); y que, primero, la absorción del BPA x parte del Bco. de Crédito y, segundo, la posterior liquidación del Banco de Crédito, formaban ya parte de una estrategia premeditada para terminar con los detalles ‘finos’ de esos ‘agujeros negros’ (una especie de muerto el perro, muerta la rabia // una mano lava la otra y las dos lavan la cara).

Y x si no se lo acuerdan, el JP Morgan, a través de alguno de sus fondos de inversión, es actualmente uno de los propietarios del Banco Comercial (Advent), aunque fuera socio de los Rohm durante la crisis del 2002.

(¡Ni hablemos de Los Peirano!)

Como verán, sigue girando…

 

DanielFigares

 

 





Este artículo pertenece al blog:

Miedo y asco en MVD
La columna de Daniel Figares.

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