Versión para imprimir 23/11/18



La cuestión homérica y los blogs.

Se conoce como “cuestión homérica” al antiguo debate sobre la identidad del autor de “La Ilíada” y “La Odisea”. En pocas palabras: unos dicen que estas dos obras son creación de un solo autor genial: Homero. Otros sostienen que estas obras son creaciones colectivas, varios autores “firmando” como uno solo.

He tenido la oportunidad, en estos últimos días de asistir a una resolución de una especie de cuestión homérica pero al revés: una sola persona firmando como dos. Por lo menos dos.

Hace casi dos años mantuve una acalorada discusión con dos usuarios de este portal en el blog “Treinta y Pico”. O mejor dicho, yo creía, hasta hace pocos días, que eran dos personas. El tema en cuestión no viene al caso, pero por si alguien quiere leer la discusión puede hacer click aquí.

Un poco más acá en el tiempo, y con motivo de un artículo que publiqué en este blog, estos dos usuarios sintieron la necesidad de intervenir en la discusión. El artículo y los comentarios pueden leerse aquí.

Resulta que leyendo esta entrada en el blog “¿Cuántos soles brillarán hoy?” me entero que estos dos usuarios son una misma persona. Aclaro que esta información no ha sido desmentida por la persona en cuestión. Por lo menos no lo hizo en el blog en que su “doble identidad” es descubierta. Tengo entendido que la “dueña” del blog en cuestión es abogada y no creo que se arriesgue a publicar tal información si no fuera cierta. Calculo que debe conocer muy bien los riesgos de publicar información falsa o injuriosa sobre un tercero.

Además, releyendo los comentarios de “ambos usuarios”, me doy cuenta que tienen un estilo muy similar, unas formas muy parecidas.

Más allá de este caso en particular, mi intriga viene por el lado de conocer las razones por las cuales una persona necesita hacerse dos o más usuarios para sostener una discusión.

Me animo a aventurar posibles respuestas:

  • Una creencia errónea en que cuantos más sean los que defienden una posición determinada en una discusión, mejor. Errónea digo yo, porque la historia ha demostrado que las mayorías no necesariamente tienen la razón.
  • El no bancarse lo que uno realmente piensa o siente y necesitar uno o varios alter egos a través de los cuales canalizar esas realidades. Aclaro que estoy convencida que este no es el caso de los artistas que firman sus obras con pseudónimo o heterónimo (o por lo menos, no es el caso de todos los artistas).
  • Trastornos de la personalidad, esquizofrenia o trastorno de identidad disociativo (personalidad múltiple).

Y ojo, no estoy hablando exclusivamente de este caso. Sabido es que en este portal hay personas que con varios y muy diversos “nicks” intervienen en los foros o en los blogs. Tomo este caso porque se trata de un usuario (o dos o tres) que intervino en éste blog y en otros blogs donde yo también supe intervenir. Y la verdad, como se habrá dado cuenta el lector que se haya tomado la molestia de leer las discusiones citadas anteriormente, yo no le caigo muy bien, y él no me cae muy bien a mi tampoco.

Y no me cae bien principalmente porque desde un principio se colocó en una posición de guardián de la moral y las buenas costumbres, de policía de lo que se debe hacer y lo que se debe ser. No tengo problema en que esa posición sea tomada con respecto a uno mismo. Lo que me exaspera es que alguien tome esa posición con respecto a mí y a otros seres humanos.

Ahora, si todo esto es cierto, no puedo más que reírme de mí por mi ingenuidad, y sentir pena por él. De verdad lo lamento mucho, porque por más que yo nunca estuve de acuerdo con él (¿ellos?) siempre pensé que estaba discutiendo con dos personas que discutían honestamente, defendiendo lo que ellos (¿él?) realmente creían verdadero.

Todavía mantengo la esperanza de que esto no sea cierto. Por lo menos para no sentirme como una naba.

 

 

 

 





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Me extraña, araña...
Como en la peluquería...

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