Versión para imprimir 01/12/18



Erotica Australis (5)

Amir Hamed

El quinto invitado del ciclo Erótica Australis es Amir Hamed. Lo tendremos leyendo pasajes de sus novelas y dialogando -sobre la dimensión de lo erótico en nuestra literatura y en el siglo en que vivimos- este viernes 20 de noviembre a las 19.30 en el Centro Cultural de España.

Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Northwestern University, la intervención de Amir en nuestras letras es múltiple. Sus novelas Artigas Blues Band y Troya blanda, con su recurso al anacronismo, al humor montonero y a la paranoia totalizante, renuevan radicalmente la novela histórica. Orientales, la primera y única antología fundamentada de la poesía uruguaya, establece con rigor indiscutible el canon de la poesía uruguaya. El tercero de sus libros de relatos, Buenas noches, América, incluye la pieza breve Conquista del Oeste, quizá y sin quizá el más notable pedazo de literatura a que haya dado lugar la destrucción de las Torres gemelas.

Pero es su novela Semidios, publicada en 2001, la que le asegura no sólo un lugar en este ciclo, sino un lugar de privilegio en cualquier antología seria de la narrativa erótica de habla hispana. Semidios es seguramente uno de los cometas más bizarros que hayan surcado el cielo de la literatura. Su bizarría, sin embargo, no es consecuencia de una imaginación esforzadamente delirante sino de la cuidadosa construcción de un artefacto literario capaz de producir significados igualmente intensos en los más diversos niveles de lectura.

Tan imprevisiblemente como una mañana Gregorio Samsa se despierta convertido en cucaracha, el Escritor protagonista de Semidios se encuentra de pronto literalmente encadenado a una computadora, encadenado a punto tal que sólo puede mover los dedos sobre el teclado. La pantalla se enciende y el Escritor se entera de la extremosa situación en que se encuentra. Un ser misterioso, poderoso, remoto, al que se designa como Quien Arbitra, en cuyas manos está, desea que narre, que le cuente incesantemente historias. Cualquier mínima desobediencia o distracción será penada con descargas electricas. La desobediencia extrema será penada con el achicharramiento total. Pero ni siquiera la obediencia sumisa, de todas maneras, estará exenta del régimen de castigos eléctricos. En otras palabras, el Escritor ha venido a dar, finalmente, al Orco de los Escribas.

Sin alternativa posible el prisionero acicateado por los castigos comienza a narrar. Pero ¿de dónde en esta carrera loca por minimizar los chicotazos puede sacar qué narrar? En semejantes condiciones la imaginación no funciona. Recurre pues, inevitablemente, a la memoria. El relato lanzado hacia delante como un tren sin control en realidad es una caída libre a través de los laberintos de la memoria del narrador. ¿Caída libre? No exactamente. Inevitablemente su memoria deriva en busca de una respuesta a la pregunta de en manos de quién está, quién es el cruel Quien Arbitra.

Semidios es, claro está, en primer lugar un thriller en el que, como una pieza del último Beckett, no hay más que un personaje en escena, además, inmóvil. Pero también es una reflexión acerca de la escritura, como compulsión y como trampa, como rampa que en el último extremo nos aterriza en lo más oscuro de nuestro ser. Y a la vez es una meditación sobre la memoria, o más exactamente sobre las derivas de la memoria, sobre la manera en que esas derivas aparentemente arbitrarias están imantadas en realidad por un oscuro deseo de alcanzar un oscuro bolsón de amnesia. Pero sobre todo Semidios es una novela erótica en la que las derivas de la memoria disparadas por el dolor son en realidad derivas en busca de los orígenes de un goce inconfesable.

Acerca de todas las facetas de este texto absolutamente insólito vamos a estar dialogando con Amir el viernes a las 19.30 en la cafetería del Centro Cultural de España.





Este artículo pertenece al blog:

El Diario de un erotómano
Por Ercole Lissardi

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