Viandante
20.09.2013 21:28
Otro dia mas juntos.
Cada vez que despierto
se lo digo...previo beso,
"otro día mas juntos"
¡cuánto aprendimos!
¡cuánto nos falta aún!
¿nos alcanzará el tiempo?
Que fácil es cuestionar.
Que difícil es lograr
Que fácil es opinar
Pero mas difícil es hacerlo.
"Otro día mas juntos"
van cuatro décadas y media
¡cuánto tiempo y vaivenes!
¡cuánto tiempo pendular!
¡cuánto tiempo ganado!
¡cuánto tiempo perdido!
La luz nos ilumina
por la mañana
los pensamientos y sueños
juegan entre nosotros
¡hermoso! ¡hermoso!
"Otro día mas juntos"
juan antolín
19-9-13
12.06.2013 22:07
Soledades
Soñe que solo estaba
y mis manos desnudas
querían tocar el sol.
Y mis manos desnudas
querían tocar la luna,
que, sola estaba
También solas estaban
las estrellas
y mis manos desnudas.
con deseo de tocarlas.
Pero el viento
cruzó fuerte y recio,
y me dejó solo,
solo...
juan antolín
8-3-44
16.12.2011 20:41
Sentimientos...
.....................................................................
"El amor es lo único que crece cuando se reparte"
Antoine de Saint Exupery
...................................................................
A mi esposa
A mis hijos
A mis "hijas"
A mis nietos
............................................................
"Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro." Anónimo
.............................................................
Cuando deje mi casa
Cuando deje mi piel
Cuando deje el aire
Que respiro...
Todo se irá conmigo...
pero me las llevaré.
juan antolín
2011
16.12.2011 20:17
El diente
II parte
Ubicados en Solymar, tratando de descansar unos días, con mi familia, señora, cuatro hijos sus señoras y dos nietos. Casi dos meses, suficientes como para reponer fuerzas y comenzar el año con optimismo y esperanzas.
Habíamos llevado, además nuestro perro “Aguará”, de pelo negro con un hocico amarillo, cachorrito aún.
Todo enero, ese enero de 1999, ocurrió en paz, mis hijos trabajaban e iban los fines de semana, los nietos se quedaban con nosotros y disfrutábamos en paz correteando con el perro que se amoldaba a sus juegos.
Un día almorzando en familia, comiendo, no sé qué cosa, mordí algo duro y sentí la sensación de que algo más duro masticaba y al querer sacármelo de la boca se me cayó al suelo, ¿qué?...el diente, aquel que el profesional me había arreglado en el anterior suceso en la escuela, en clase de canto, mencionado en el cuento anterior.
El perro , siempre atento , como todos sus congéneres, inmediatamente “rastrilló” el suelo , que siempre estaba lleno de migas de pan y otras cosas, que, con niños comiendo pasa a menudo, tragándose el diente.
-¡Guau!. Exclamé.
Todos me preguntaron, ¿qué pasó?
-El perro me tragó el diente arreglado.
Bueno, describir la ola de risas y variedad de ellas, era realmente indescriptible, demasiado jocoso para ellos, no tanto para mí...
Bien, ya está, el asunto era rastrearlo, ¿cómo?, durante el día lo vigilaba para ver donde acostumbraba a hacer sus descargas diarias, no así durante la noche por obvias razones.
Pero al otro día me levantaba como siempre, con el mate y a dar una vuelta por el terreno, pero esta vez con otro interés; el de buscar “mi diente”.
Me las ingenié, primero buscando los lugares donde el “desgraciao” hacía sus necesidades y con una varita extraída de un árbol afilada en la punta, escarbaba las heces para detectar mi tan apreciado tesoro.
Pasó un día y nada, otro y nada... así estuve cuatro días en ese rastreo, sin suerte, hasta que al final del cuarto día... ¡uf! ¡qué asco! Lo vi brillar entre los excrementos, entre repugnancia y alegría, con dos palitos lo extraje envolviéndolo en papel de aluminio que me acercaba mi esposa frente al grito... ¡lo encontré! ¡lo encontré! Eureka ¡lo encontré! ¡aleluya!...
Claro mi alegría terminaría cuando se lo llevara al odontótolo, le hiciera la historia y me diera la solución.
La solución fue clara, colocar otro semejante y así fue.
Por suerte todavía lo tengo y lo cuido como un tesoro...
Juan antolín
2011
22.11.2011 19:22
El diente
Eran las 15:30 horas, llega la profesora de música, Wally Ferreira a cumplir con la típica clase de música de todos los viernes.
Luego de los saludos correspondientes la profesora iniciaba su obligación.
Fueron llamando a las clases que correspondía ese día, y formaban en semicírculo alrededor del piano sentados en el suelo.
Yo en ese entonces tenía un segundo año, niños de 7 y 8 años, en una escuela de los cinturones de la ciudad, concretamente en el barrio Bella Italia, calle Carlomagno, -que curiosament , sobre la esquina con Camino Maldonado, rezaba el clásico letrero de la Intendencia , Carlomagno, pero sobre la Escuela, al costado del Escudo Nacional, decía “Carlos Magno”, curioso ¿verdad?- bien, cuando era nuestro turno de canto, el secretario acostumbraba comunicarnos : “Clase de cantoooo...”
Nosotros nos preparábamos y rápidamente concurríamos al lugar, que era comedor al mediodía y luego se quitaban todas las mesas con caballetes y bancos, transformándose en un salón multisuso.
Allí no ordenábamos por clase y la profesora daba sus indicaciones previas para comenzar:
-Hoy, -dijo Wally- vamos a aprender una canción que ustedes ya la deben conocer. La canta el conocido cantante, José Luis Rodríguez, “El Puma”...
Bueno siguió explicando y escribiendo en un pizarrón la canción, para que los niños la visualizaran durante el ensayo, al tiempo que la entonaban.
Dicha canción en una parte dice: “...agarrensé de las manos...”, y los niños la entonaban, pero al hacerlo se oía “...agarrensen de las manos...”. Obviamente la profesora detenía el canto para realizar la correspondiente corrección.
Mis queridos, he escuchado “agarrensen de las manos”, y ¡no!, aquí (señalando el pizarrón), “...agarrensé de las manos...”, así que vamos nuevamente...
Así estuvieron un tiempo bastante largo con ese dilema, pero yo ya no soportaba tal situación y en un empuje interior no pude con mi condición y salté al centro –queriendo ayudar a la profesora, (la cual era amiga de la infancia en Melo), diciéndoles:
-Chicos, Wally les escribió en el pizarrón bien claro; aquí pone: “...agarrensé...y no...”agarrensén...; pero la fatalidad quiso que en el momento que con fuerza enfatizaba “agarrensé”, el aire que espiraba con tanta fuerza empujó hacia afuera un incisivo que soplo, un incisivo que tenía un implante dental, que al aflojarse cayó al centro del semicírculo formado por ellos.
Saltando como una pelotita fue tomando un lugar primordial en la reunión, que ya había tenía un carácter humorístico tal, que nadie paraba de reírse, niños, maestros, profesora y por supuesto yo, que con una mano quería disimular el hueco que me había proporcionado mi desaparecido incisivo...
Al otro día , ya con el arreglo hecho, llego a la escuela y por supuesto una batería de preguntas sobre el hecho y como me sentía, yo les contaba que me moría de risa al contarle a mi esposa y aún más, al llegar a la escuela algunos niños riéndose me esperaban en la puerta y me decían cantándome:
-Maestro, mire que aprendimos ¡eh!, escuche, escuche: ...”agarrense de los dientes”...
“...agarrensé de los dientes...”
Es notable el espíritu humorístico, que pueden tener los niños frente a hechos que proporcionan motivos para una anécdota, como ésta, realmente admirable...
juan antolin
2011
22.10.2011 20:13
La casa donde habito
Mi piel, la casa que habito
la quiero, la necesito
me deja respirar,
tocar, recibir.
Mi piel, la casa que habito,
no tiene llave,
tiene ventanas y puertas
que ven, oyen y sienten.
Mi piel, la casa que habito
tiene cosas que conozco
tiene cosas que no,
mayor órgano de mi vida.
Mi piel, la casa donde habito,
es donde más cómodo estoy,
es donde más quiero estar,
sin ella, no sé vivir.
juan antolín
2011
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Sobre mi Un jubilado (maestro) con ganas, escribir todo eso que tenemos adentro...salga como salga, pueden ayudarme a hacerlo...¿como? con sus comentarios, ya positivos o no. Estos últimos son los que me ayudan a crecer... un fuerte abrazo...hasta que no puedan respirar...
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