Eliza y Miguel
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Lecturas amenas

16.08.2010 14:23

Este precioso relato es de MARCIANO DURÁN (www.marcianoduran.com.uy/), un uruguayo que tiene el don especial de estimularnos la nostalgia despertándonos una sonrisa. Nació en el Departamento de Florida el 25 de agosto de 1956. Está radicado en Punta del Este desde 1979. Es casado, tiene tres hijos, dos nietos... mucho éxito y muuuuchas obras escritas, tan uruguayas como él, como nosotros.

Hoy a la mañana quería seguir durmiendo. Desde la cama escuché a papá que decía algo de la lluvia. Me di media vuelta y me tapé con la cobija hasta las orejas. La lluvia golpeaba el techo de chapas y yo imaginaba los charcos en mi patio de tierra.

"Vamos  --dijo mamá--  el Tody está servido" y me dio un beso en un pedacito de cabeza que apenas asomaba.

Papá prendió la radio y la misma voz de todas las mañanas me gritó: "¡¡¡Vaaamos, despierta cantandoooo, levanta la cabezaaaa, sonríe con simpatía, saluda al nuevo díaaaaa!!!"

Todas las mañanas, un viejo que se llama Carrizo y otro que no sé como se llama, golpean latas, gritan, hacen chistes y papá y mamá se ríen mientras toman los primeros mates. A mí no me gusta, pero es muy lindo escuchar a papá y a mamá reírse tan tempranito.

Arriba de la túnica almidonada mi mamá me puso un pilot. Me puso botas de goma y recortó unas plantillas con papel de diario para mantenerme los pies calientes toda la mañana. Mientras mi mamá me hacía el jopo de siempre, mi papá se puso las galochas y se fue al trabajo.

Pasé por la casa de Pedro, del Gino y de Duncan y nos fuimos pisando charcos y poniendo barquitos de papel en las cunetas. El viaje hasta la escuela es largo, mi portafolio cada vez pesa más; la maestra Fila nos hace llevar todos los días  el "Cuento y Canto" y casi nunca lo usamos.

"Saquen el cuaderno de clase y escriban, Redacción: Un día de lluvia. Y después hacen un dibujo", dijo borrando el pizarrón.

Yo saqué mi cartuchera de madera y me senté al lado de Loreley que tiene una cartuchera de cuero llena de lápices de colores y siempre me presta el lila que yo no tengo. En el recreo no pudimos jugar a la bolita ni a la pelota, así que aprovechamos para cambiar figuritas. Mario me cambió la sellada por diez de las difíciles y yo me la guardé dentro del  Texto Único.

Las niñas son unas aburridas, se pasan jugaban al elástico y de a ratos dicen "Abuelito, ¿cuántos pasos doy?".  Hoy pasó Ana con Silvana  y les gritamos "¡Ahí vienen la Coral y la Salteñaaaa! ¡Siempre juntaaaas!". Ana me corrió y me pegó justo en la vacuna.

A las doce ya no llovía más, así que quedamos de encontrarnos a jugar después de comer y de hacer los mandados. Apenas abrí la puerta de casa sentí el olorcito a sopa de gallina. En la Volcán una olla grande largaba un humo espeso y blanco. Papá me pidió que prendiera el Primus que estaba en el fogón. Saqué la alcuza del bargueño y le puse alcohol.

"Con cuidado  --dijo mamá--  cuando esté prendido no le agregues más porque te puede agarrar fuego la alcuza". Cuando se terminó el fuego azul, cerré la llavecita y le di bomba hasta que prendió.

"Soy Casimiro Parola, el hombre de una palabra sola", decía la radio y mamá chistaba para poder escuchar. A mí me gusta más el Comisario de Cerro Mocho. Mi hermano sacó los cubiertos del aparador y colocó una jarra de agua con limón, los marselleses y los vasos de vidrio. Le pregunté a mamá cuándo nos iba a comprar Coca Cola otra vez.

"¿Coca Cola?  --me dijo burlándose--  ¿el millonario no quiere una Bilz Sinalco y una Bidú también?... Un candial te voy a dar".

La lluvia ya había parado, así que me puse las Skypis para ir al almacén. Me gusta mucho el olor de las Skypis... ese olor raro que tienen antes de ponértelas. Después no hay quien las aguante, sobre todo cuando hace calor como hoy. Te traspira el pie y se te pega la tierra de la calle, cuando te las sacás te queda la marca, parece que todavía las tuvieras puestas. A Daniel una vez el sol le quemó los pies con la marca de las Skypis.

Agarré un bolso y  la libreta y me fui al almacén. Compré una Gillette, un chupete de goma para hacerle una mamadera con una botella a mi hermano chico y medio kilo de yerba ¡Cómo me gusta ver a Don Luis cuando hunde el cucharón de lata en el cajón de la yerba! Coloca justo medio kilo en el papel de astraza en el plato de la balanza y después lo empaqueta haciendo unos nuditos en los costados y lo gira dos veces al final. A mí nunca me sale, siempre jugamos con mis primas a los almacenes; Cristina me paga con hojas de trasparente y yo trato de envolver como hace don Luis pero no me sale ni parecido. Cuando me fui me dio de yapa unas galletitas de las cajas de lata con ventana de vidrio y dos candes de los bollones redondos.

A las cinco empezó la tele y fuimos a la casa de Ernesto a ver Bonanza y Combate. Gerardo se pasa todo el día con "Aquí Jaque Mate Rey Dos, cambio. Aquí Torre Blanca", pero a mí me gusta más El Túnel del Tiempo y Dimensión Desconocida.

Sonia dice que lo más lindo de la tele es La caldera del Diablo y Lassie. Esas tienen una raya y a Combate una vez le pusieron dos rayas pero se equivocaron. Lo que yo nunca vi son las que tienen tres rayas que me dijo Humberto que una vez vio. Dice que  son como las fotos  de Isabel Sarli que hay en el cine que dan los sábados. Yo una vez vi una Rico Tipo en la casa de Julio y tengo otro amigo que me dijo que tiene escondida una Pingüino, pero no se la muestra a nadie.

El viejo Juan nos cortó la pelota que teníamos así que hasta que nos compren otra vamos a jugar a la figurita. Yo juego muy bien al sapito. El sapito que yo digo es el de levantar la figurita con la mano haciendo un hueco. Porque el otro día María Rosa  andaba con un sapito de papel con colores y vos le decías un número y ella contaba hasta ese número abriendo y cerrando el sapito y después te decía que eligieras un color y te leía lo que salía y siempre me tocaba "bobo"... me parece que me hacía trampa.

Si mañana jugamos a los convoy le voy a pedir a mamá que me deje llevar la escopeta con el corcho. Dice Alberto que él les va a pedir una a los Reyes. Yo ya tengo, así que les voy a pedir un Juego del Banquero o de la Oca. Juan dijo que les va a pedir un jugador de plástico con una canastita en la rodilla y otra en la cabeza, con una pelota livianita que hay subirla soplando.

De tardecita nos fuimos a ver a Gustavo que está enfermo. Le llevamos revistas de Hopalong Cassidy,  Gene Autry y Revolver a la Orden. Le estaban dando compota de orejones y dice que el médico le mandó cola granulada porque anda un poco débil. Entre todos le compramos la cachila de caramelos Zabala y le dijimos que lo estamos esperando para jugar. Una vez que yo estaba enfermo se me rompió un termómetro y jugué toda una tarde con las gotitas de mercurio; mi tía decía que era venenoso pero yo igual armaba gotas grandes con las más chicas. A mí me gustaría que me operen de la garganta para poder comer mucho helado.

A la noche cuando papá venía de los dormitorios con la máquina de Flit mamá le dijo: "Prendé la radio que hoy es martes y está Doble o Nada con Mejoral".

Papá se sirvió una caña con pitanga y prendió la radio de mala gana porque quería escuchar Tierra de Campeones. Mamá puso en la mesa la pizza que había hecho, una jarra de vino casero y mientras cenábamos conversamos mucho de la escuela, de la casa y pila de cosas que ahora no me acuerdo porque me está viniendo el sueño. Al rato papá puso "Tomándole el pulso a la república" y nos mandó a la cama.

Ahora  no me puedo dormir pensando todo lo que falta para el domingo. Me gusta mucho el domingo. Tempranito mamá me pone los Incalcuer, la camisa con gemelos y ballenitas, la corbata Ban Lon, el pantalón corto de tela y nos manda a misa.

A la una nos vamos al cine y vemos cuatro o cinco películas. Cuando termina la primera yo me compro maní con chocolate y un chocolatín Águila y después me compro un refuerzo de mortadela. Cuando termina la última ya está oscuro y nunca nos acordamos de qué era la primera película.

Recién vinieron  papá y mamá a darme un beso a la cama. Ahora me voy a dormir y voy a soñar que soy grande y que escribo cosas de cuando era chico. Y que se las leo a mis hijos... y que mis hijos me miran con cara de... "Pobre papá, ¿así fue su niñez?".

Marciano Durán - www.marcianoduran.com.uy/




02.08.2010 15:37

Un científico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios paraminorarlos. Así pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su laboratorio decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuera a jugar a otro lado.

Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera darle, con el objeto de distraer su atención. Encontró con una revista en donde había un mapamundi, ¡justo lo que precisaba! Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta adhesiva se lo entregó a su hijo diciéndole:

--Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie.

El científico calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa... pero no fue así. Pasadas algunas horas escuchó su voz:

--Papá, papá, ya lo hice, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.

El científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo... digno de un niño de 7 años. Pero para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz de hacerlo? Entonces el padre le dijo:

--Hijito, tú no sabías cómo era el mundo... ¿cómo lo lograste?

--Papá --respondió el niño--, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.

Así de sencillo sería... arreglando al hombre y sin más nada que hacer, el mundo se arreglaría solo.

Siempre existe una forma de resolver las cosas. El éxito o el fracaso depende de la visión con que enfoquemos el problema.

J.S.E. Domingo.TOC - domingo.toc@gmail.com




31.07.2009 15:16

Tu entrega a una causa, será la medida exacta de tu merecimiento.

Si algo que deseas te es esquivo o no te es dado como lo necesitas, reflexiona acerca de cuánto de ti mismo has puesto en juego para lograrlo.

La mezquindad es amiga de la mediocridad y el resentimiento. La generosidad en cambio, anida en almas puras, plenas de energía de bien, y se transforma en logros y satisfacción.

Quien no se escatima en brindarse a aquello en lo que cree, vive feliz consigo mismo. Única e imprescindible felicidad.

Y recuerda: aunque no tengas todo lo que amas... ¡ama todo lo que tengas!

Lo demás seguramente vendrá, como consecuencia del equilibrio interior.

Susana Andrade - maesusana@hotmail.com




30.05.2009 15:47

La vida llega a un punto en que te das cuenta quién importa, quién nunca importó, quién ya no importará, y quién importará siempre...

Hay una razón para que alguna gente de tu pasado no esté en tu futuro. Son los que nunca importaron, o por algo, ya no importarán.

También hay una razón para que alguna gente de tu pasado esté en tu futuro... aun si... ya sabes. Son los que siempre han importado, y para siempre importarán.

Si ya te has dado cuenta, si ya puedes entender y valorar esas razones, todo está bien. Tus penas serán menos, y no es conformismo.

Si aun no lo comprendes, no te preocupes: confía. Cada día que pasa estarás más cerca de saberlo y alcanzar así, la ansiada paz para tu corazón.

J.O.




27.01.2008 05:03

Apunta hacia la luna; aún cuando falles, aterrizarás entre las estrellas.

Más vale tu sonrisa triste, que la tristeza de no verte sonreír.

Si piensas que todo el mundo esta contra ti, recuerda que los aviones se elevan contra el viento.

Si quieres ver las cosas que nunca has visto, haz cosas que nunca has hecho.

Hoy es el mañana por el que te preocupabas ayer.

La aventura más maravillosa no es llenar de sueños nuestras vidas, sino de hacer de cada momento algo tan fuera de lo común, que parezca un sueño a la hora de recordarlo.

Cuando la determinación de triunfar es lo suficientemente fuerte, el fracaso jamás te alcanzará.

El amor aunque sea dulce, siempre tiende a agriarse; pero, si lo mezclas con sabiduría y madurez, va a ser un amor para toda la vida.

En esta vida todo gira... No hagas lo que no quieres que te hagan a ti.

Sueña lo que quieras soñar, ve a donde quieras ir, sé lo que quieras ser, porque tu oportunidad es una sola.

El que busca un amigo sin defectos, se quedará solo toda la vida.

Si ves a alguien sin una sonrisa, dale una de las tuyas.

Aquél que tiene fe, encuentra el éxito en donde muchos fracasan.

La alegría comienza en el mismo momento en que cesas la búsqueda de tu propia felicidad y procuras la de otros.

El que te humilla y te hace sentir menos, está reflejando en ti sus propias inseguridades.

La gran diferencia entre lo material y lo espiritual, es que lo material tiene un valor temporal y momentáneo, mientras que lo espiritual tiene un valor infinito.

Puedes llegar tan lejos como te lleven tus sueños.

Sé paciente con todo el mundo pero sobre todo contigo mismo.

Hay un montón de días bellos que aún vendrán, lo pasado pasó. El mañana durará siempre.

No hay ensayo general. Cada día es debut y despedida.

Enviado por Marco Agesta, desde Canadá.



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