Mas Patrimonio !
Cuando el PATRIMONIO nos anima a escribir.

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Solo Patrimonio.

23.07.2007 20:01

En defensa de las chimeneas.

Nota publicada en Julio de 2007 por Diario El Telégrafo de Paysandu (Uruguay)

Por Arq. Rubens Stagno.


¿Contaminación visual u orgullo nacional?

Los hombres contemporáneos a una época nos han transmitido visiones contrapuestas de los hechos que les ha tocado vivir. Algunas han sido imágenes sombrías y pesimistas, en tanto otras rosadas y optimistas. El análisis, con suficiente perspectiva histórica, permite ubicarlos con juicios de valor objetivos.
Por 1800 se van perfilando en Inglaterra profundos cambios en los sistemas de producción, que se influyen mutuamente con el incremento de la población y se extienden luego hacia distintos países. La historia ha denominado al período como «Revolución Industrial». Que contribuyó a resolver, entre otras necesidades, la alimentación y la vestimenta para miles de seres humanos, derivadas de esa explosión demográfica.

Inglaterra: Movimiento para destrozar las máquinas

Los nuevos instrumentos de producción fueron las máquinas. Por lo general funcionaban a vapor y ante su aparición los trabajadores textiles de Gran Bretaña organizaron un movimiento para destrozarlas, pues pensaban que les iban a privar de su medio de vida y, por ende, de su sustento.
El movimiento que se conoció como «ludismo», por el nombre de su líder (Ned Ludd), no tenía ningún programa específico de reforma política o en pro de condiciones de vida más humanas, como sí tuvieron otros movimientos que las reivindicaron, con justicia, en el transcurso del siglo XIX.
Uno de los principales historiadores contemporáneos, Eric Hobsbawm, ha expresado que «la Revolución Industrial señala la transformación más fundamental experimentada por la vida humana en la historia del mundo registrada en documentos escritos». Y ha quedado demostrado que la máquina es una herramienta que puede ser usada para liberar al hombre y lograr su felicidad al simplificar sus esfuerzos.

Transformación del paisaje natural

A partir de esa época comienza también a modificarse el paisaje natural. La población pasa a vivir en grandes conglomerados urbanos y surgen así nuevos programas edilicios: grandes espacios cubiertos, las fábricas que albergan las máquinas y sus instalaciones conexas y los almacenes que contienen los productos manufacturados. También son nuevos los componentes del sistema circulatorio: puertos, puentes y estaciones de ferrocarril.
En tanto, el hacinamiento y la falta de higiene en los barrios obreros, además de otros aspectos negativos del hábitat de las clases trabajadoras, llevaron a plantea- mientos teóricos acerca de cómo debería ser la ciudad del futuro. Interrogantes a las que dieron respuesta investigadores de distintas disciplinas.
Podríamos sostener que las chimeneas fueron uno de los elementos físicos destacados que caracterizaron el paisaje urbano de esa época de la Revolución Industrial, que también llegó hasta nuestras latitudes. Sin embargo, en un principio se pretendió disimularlas y a tal efecto fueron recubiertas por un ropaje formal decorativo, basado en estilos del pasado. Es que a las nuevas construcciones que estaban naciendo producto de los avances técnicos y basadas en el uso del hierro, el acero y el vidrio, no se las concebía en su desnudez estructural y funcional.

París: Protestas contra la Torre Eiffel

Cuando Eiffel propuso construir la hoy célebre torre en el casco urbano de París, los escritores, pintores, escultores y arquitectos de la época protestaron duramente, entremezclando conceptos despectivos hacia las chimeneas: «Nosotros, apasionados amantes de la belleza de París, protestamos enérgicamente contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel. Es necesario, para poderse dar cuenta de lo que se prepara, figurarse por un instante una torre vertiginosa y ridícula que domine París como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica». Pero en 1889, cuando se terminó e inauguró, muchas de aquellas reacciones contrarias se volvieron favorables.
¿Quién duda hoy de que «la sombra de la odiosa columna de hierro remachado», como se la calificó, resulta inseparable de la imagen urbana parisina y motivo de orgullo, como expresión y alarde de la alta tecnología que nacía, símbolo de las potencialidades de la época y de la nueva dimensión productiva? Tanto, que justo en estos días ha sido propuesta como una de las nuevas siete maravillas del mundo.

La revolución industrial en nuestras costas

El ritmo acelerado de desarrollo que se estaba verificando al otro lado del Atlántico tuvo su eco en las políticas económicas, de inversión de capital y libre comercio que se dieron en el Río de la Plata a partir de mediados del siglo XIX. El bajo río Uruguay no estuvo al margen de esa experiencia histórica.
Dice Don Esteban Campal: «... cuando aún no se habían acallado del todo los bombardeos de Tamandaré, ya estuvieron arribando a las desoladas playas de la Heroica, con las bodegas repletas, perezosos veleros de varios palos y jadeantes vapores de una sola y delgada chimenea».
Sirvieron a un fuerte volumen de intercambio de mercaderías, ya que en estas costas, se sostiene, se desarrolló la industria de la carne más importante del mundo. Cuando el departamento aún incluía a Río Negro, había al menos 7 grandes saladeros. Y desde la Aduana de Paysandú se centralizaban los despachos para atender sus exportaciones. Esta gran actividad saladeril atrajo capitales y fue motivo de la fuerte corriente de inmigrantes europeos que crearon riqueza y construyeron ciudades.
La construccion de muelles para sacar la producción, almacenes donde se concentraban los frutos del país y el silbato de las humeantes locomotoras a vapor le dieron al paisaje una conformación diferente. Y fueron las chimeneas las que permanecieron en pie, a modo de testigos mudos. Grandes mojones que indican, en ambas orillas del río Uruguay, los vestigios de una época .
El año pasado Fray Bentos conmemoró con júbilo los 100 años de la chimenea del Saladero Liebig, empresa que supo incorporar conocimiento y valor agregado a la incipiente industria de la carne, haciendo famosos en el mundo sus productos extracto de carne y corned beef.
Aquella construcción (hoy convertido en un museo de la Revolución Industrial digno de visitar), que originalmente tenía 45 metros de alto, formaba parte del complejo de la salida natural de gases de las 4 calderas «Stirtling», inglesas, que producían el vapor necesario para diferentes procesos de la fábrica y funcionaban a carbón de coke.

Chimeneas: nuestro motivo de orgullo

De mayor antigüedad aún es la chimenea del Saladero Santa María, en Nuevo Paysandú, que con sus más de 30 metros de altura está ahí, como un indicador para el navegante, para quien transita por el majestuoso puente «Gral. Artigas» o quien pasea por el paisaje agreste que ofrece la costanera Norte.
El siglo XX nos deparó un capítulo más avanzado de esa Revolución Industrial de escala litoraleña, cuando también a mediados de siglo Paysandú se convirtió en un polo de desarrollo agroindustrial, en lo que se denominó el «Paymilagro».
Paysandú se descubrió a sí mismo y ofreció, a la incorporación de capital y nuevas técnicas, su propio capital, constituido por centenares de técnicos y trabajadores altamente calificados, junto a los ciudadanos que lideraron con pasión la creación de riqueza.
Las grandes estructuras fabriles -algunas hoy vigentes, otras desgraciadamente desmanteladas- también dejaron mojones en el paisaje natural y urbano. Un ejemplo es la toma de agua de Norteña, recientemente iluminada, y otras varias chimeneas que son nuestro orgullo de sanduceros.
Hay historias que enseñan, como las relatadas, y de las cuales se pueden extraer conclusiones para el presente y el futuro. No sería objetivo ver color de rosa todo nuevo proceso industrial, ni sostener que afectan al medio ambiente con contaminación cero. Pero las garantías están dadas cuando el Estado y la sociedad lo somete a estudios antes de autorizarlos y después a monitoreos permanentes una vez ejecutados. Como se hace hoy día, de acuerdo a leyes nacionales que han significado un notorio avance en el control de la contaminación, ya sea por efluentes líquidos emanaciones de gases u otras.
Los términos despectivos con que fueron calificadas las chimeneas se traducen ahora en un nueva hipótesis: la de la «contaminación visual».
Es lo que se ha sostenido recientemente, con motivo de la construcción de una chimenea que es parte de un complejo industrial que producirá pasta de celulosa, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Fray Bentos y a 12 de la margen argentina del río Uruguay. (Aunque justo es decir que desde esa ubicación lejana solo se percibe en pequeña dimensión el perfil de la futura fábrica).
La arquitectura moderna, la que se enseñó en las facultades de esa rama en ambas márgenes, produjo notables obras de arquitectura industrial, como por ejemplo la Planta de Ancap en Nuevo Paysandú. Los componentes funcionales y arquitectónicos de esos nuevos programas, entre ellos las chimeneas, son y serán hechos fisicos-espaciales, fiel reflejo de la vida, el trabajo y el progreso de los pueblos. Testigos de una época capaces de «contaminar» de orgullo por el legado del pasado y de empuje a las presentes y futuras generaciones.

  




13.04.2007 21:05

TICCIH

El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial

Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial Julio, 2003


El TICCIH es la organización mundial encargada del patrimonio industrial y es asesor especial de ICOMOS en cuestiones de patrimonio industrial. El texto de esta carta ha sido aprobado por los delegados reunidos en la Asamblea Nacional del TICCIH, de carácter trienal, que tuvo lugar en Moscú el 17 de julio de 2003.

Preámbulo

Los primeros períodos de la historia de la humanidad se definen mediante las pruebas arqueológicas sobre cambios fundamentales en la manera en que las personas fabricaban objetos, y la importancia de conservar y estudiar la evidencia de estos cambios es algo universalmente aceptado.

Desde la Edad Media, las innovaciones en lo referente al uso de energía y al comercio que tuvieron lugar en Europa condujeron, a finales del siglo XVIII, hacia un cambio tan profundo como el que tuvo lugar entre el Neolítico y la Edad de Bronce, con avances suficientemente rápidos e importantes en las circunstancias sociales, técnicas y económicas de la fabricación como para que se le llamara revolución. La Revolución Industrial fue el comienzo de un fenómeno histórico que ha afectado a una parte cada vez mayor de la población humana, así como también a otras formas de vida del planeta, y lo sigue haciendo a día de hoy.

La evidencia material de estos grandes cambios posee un valor humano universal, y debe reconocerse la importancia de su estudio y de su conservación.

Los delegados reunidos en el Congreso del TICCIH del 2003, en Rusia, también quieren poner de relieve que los edificios y las estructuras construidos para actividades industriales, los procesos y las herramientas utilizadas y las localidades y paisajes donde se han ubicado, así como todas sus otras manifestaciones tangibles o intangibles, poseen una importancia fundamental. Todo ello debe ser estudiado, se debe enseñar su historia, se debe investigar su propósito y su importancia para darlo a conocer al público . Además, los ejemplos más significativos y característicos deberían catalogarse, protegerse y mantenerse, de acuerdo con el espíritu de la Carta de Venecia 1 , para el uso y beneficio de hoy y del futuro.

1. Definición de patrimonio industrial

El patrimonio industrial se compone de los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico. Estos restos consisten en edificios y maquinaria, talleres, molinos y fábricas, minas y sitios para procesar y refinar, almacenes y depósitos, lugares donde se genera, se transmite y se usa energía,medios de transporte y toda su infraestructura, así como los sitios donde se desarrollanlas actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso o la educación.

 

La arqueología industrial es un método interdisciplinario para el estudio de toda evidencia, material o inmaterial, de documentos, artefactos, estratigrafía y estructuras,asentamientos humanos y terrenos naturales y urbanos, creados por procesos industriales o para ellos. 2 La arqueología industrial hace uso de los métodos de investigación más adecuados para hacer entender mejor el pasado y el presente industrial.

El período histórico de principal interés se extiende desde el principio de la Revolución Industrial, la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la actualidad, incluida. Si bien también se estudian sus raíces preindustriales y proto industriales anteriores. Además, se recurre al estudio del trabajo y las técnicas laborales rodeadas de historia y tecnología .

2. Valores del patrimonio industrial

I. El patrimonio industrial es la evidencia de actividades que han tenido, y aún tienen, profundas consecuencias históricas. Los motivos para proteger el patrimonio industrial se basan en el valor universal de esta evidencia, más que en la singularidad de sitios peculiares.

II. El patrimonio industrial tiene un valor social como parte del registro de vidas de hombres y mujeres corrientes, y como tal, proporciona un importante sentimiento de identidad. Posee un valor tecnológico y científico en la historia de la producción, la ingeniería, la construcción, y puede tener un valor estético considerable por la calidad de su arquitectura, diseño o planificación.

III. Estos valores son intrínsecos del mismo sitio, de su entramado, de sus componentes, de su maquinaria y de su funcionamiento, en el paisaje industrial, en la documentación escrita, y también en los registros intangibles de la industria almacenados en los recuerdos y las costumbres de las personas.

IV. La rareza, en términos de supervivencia de procesos particulares, tipologías de sitios o paisajes, añade un valor particular y debe ser evaluada cuidadosamente.

Los ejemplos tempranos o pioneros tienen un valor especial.

3.  La importancia de la catalogación, el registro y la investigación

I. Todo territorio debe catalogar, registrar y proteger los restos industriales que quiera preservar para generaciones futuras.

II. Estudios de áreas y de diferentes tipologías industriales deben identificar el alcance del patrimonio industrial. Usando esta información, se deben crear inventarios para todos los sitios que se haya identificado. Estos inventarios deberían concebirse para ser fáciles de consultar y de libre acceso para el público. La informatización y el acceso en línea son objetivos importantes.

III. El registro es una parte fundamental del estudio del patrimonio industrial. Debe realizarse y almacenarse en un lugar público un registro completo de las características físicas y las condiciones de un sitio antes de que se haga cualquier intervención. Se puede obtener mucha información si el archivo se lleva a cabo antes de que un proceso o un sitio haya cesado en su actividad. Los registros deben incluir descripciones, dibujos, fotografías y películas de vídeo de objetos móviles, acompañados de documentación de apoyo. Los recuerdos de la gente son un recurso único e irremplazable que debe ser registrado siempre que sea posible.

IV. La investigación arqueológica de sitios industriales históricos es una técnica fundamental para su estudio. Debe llevarse a cabo en las mismas buenas condiciones que los sitios de otros períodos históricos o culturales.

 

V. Los programas de investigación histórica son necesarios para respaldar las políticas de protección del patrimonio industrial. Debido a la interdependencia de varias actividades industriales, los estudios internacionales pueden ayudar a identificar sitios y tipos de sitios de importancia mundial.

VI. Los criterios para evaluar edificios industriales deben definirse y publicarse para lograr la aceptación del público general a un nivel consistente y racional. Sobre la base de una investigación apropiada, estos criterios debes usarse para catalogar los paisajes, los asentamientos, los sitios, las tipologías, los edificios, las estructuras,las máquinas y los procesos supervivientes más importantes.

 VII. Los sitios y las estructuras que se cataloguen como importantes deberán protegerse por medidas legales lo suficientemente fuertes para asegurar la conservación de su importancia. La Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO debe dar el reconocimiento que se merece al enorme impacto que la industrialización ha tenido sobre la cultura humana.

VIII. Debe definirse el valor de los sitios significativos y establecer pautas para futuras intervenciones. Cualquier medida legal, administrativa o financiera necesaria para mantener su valor debe ser puesta en marcha.

IX. Los sitios en riesgo deben identificarse para poder tomar las medidas oportunas para minimizar el riesgo y facilitar esquemas adecuados para reparar o reutilizar los sitios.

X. La cooperación internacional es una manera particularmente apropiada de  conservar el patrimonio industrial mediante iniciativas coordinadas y compartiendo recursos. Deben desarrollarse criterios compatibles para compilar inventarios y bases de datos internacionales.

  1. Protección legal 

I. El patrimonio industrial debe entenderse como parte del patrimonio cultural en general. No obstante , su protección legal debe tener en cuenta la naturaleza  especial del patrimonio industrial. Debe ser capaz de proteger la planta y la maquinaria, los elementos subterráneos, las estructuras en pie , los complejos y los conjuntos de edificios, y los paisajes industriales. Las áreas de residuos industriales deben ser consideradas tanto por su potencial valor arqueológico como por su valor ecológico.

II. Las políticas para el desarrollo económico y la planificación regional y nacional deben integrar programas para la conservación del patrimonio industrial.

III. Los sitios más importantes deben protegerse completamente y no se debe permitir ninguna intervención que comprometa su integrid ad histórica o la autenticidad de su entramado. La adaptación armónica y la reutilización pueden ser una forma adecuada y económica de asegurar la supervivencia de los edificios industriales, y debe promoverse mediante los controles legales, los consejos técnicos, las becas y los incentivos fiscales adecuados.

IV. Las comunidades industriales que se vean amenazadas por rápidos cambios estructurales deben ser apoyadas por las autoridades gubernamentales locales y centrales. Se deben prever los riesgos potenciales al patrimonio industrial derivados de estos cambios y preparar planes para evitar tener que recurrir a soluciones de emergencia.

 

V. Se deben establecer procedimientos para responder rápidamente al cierre de sitios industriales importantes para prevenir la destrucción o el traslado de los elementos significativos. Las autoridades competentes deben tener poderes estatutarios para intervenir cuando sea necesario para proteger los sitios amenazados.

VI. El gobierno debe contar con organismos asesores especializados que puedan proporcionar consejos independientes sobre cuestiones relacionadas con la protección y la conservación del patrimonio industrial, y se les debe consultar en todos los casos importantes.

VII. No deben escatimarse esfuerzos a la hora de asegurar la consulta y la participación de las comunidades locales en la protección y la conservación de su patrimonio industrial.

VIII. Las asociaciones y grupos de voluntarios desempeñan un importante papel en la catalogación de sitios, en promover la participación en la conservación industrial y en divulgar la información y la investigación. Por lo tanto, son actores indispensables en el teatro del patrimonio industrial.

  1. Mantenimiento y conservación

     

I. La conservación del patrimonio industrial depende de la preservación de la integridad funcional, y las intervenciones en un sitio industrial deben, por tanto, estar enfocadas a mantener su integridad funcional tanto como sea posible. El valor y la autenticidad de un sitio industrial pueden verse enormemente reducidos si se extrae la maquinaria o los componentes, o si se destruye los elementos secundarios que forman parte del conjunto de un sitio.

II. La conservación de sitios industriales requiere un profundo conocimiento del propósito o los propósitos por lo que se construyó, y de los diferentes procesos  industriales que pudieron tener lugar en él. Esto puede haber cambiado con el tiempo, pero todos los usos anteriores deben ser investigados y evaluados.

III. La preservación in situ debe considerarse siempre como prioritaria. Desmantelar y reubicar un edificio o una estructura sólo es aceptable cuando es preciso destruir el sitio por imperiosas necesidades sociales o económicas.

IV. La adaptación de un sitio industrial a un nuevo como forma de asegurar su conservación suele ser aceptable, excepto en el caso de sitios de especial importancia histórica. Los nuevos usos deben respetar el material significativo y mantener los patrones originales de circulación y actividad, y debe ser tan compatible con el uso original o principal como sea posible. Es recomendable habilitar un área donde se represente el uso anterior.

V. Continuar adaptando y usando edificios industriales evita malgastar energía y contribuye al desarrollo sostenible. El patrimonio histórico puede tener un papel importante en la regeneración económica de áreas deterioradas o en declive. La continuidad que implica la reutilización puede proporcionar estabilidad psicológica a las comunidades que se enfrentan al repentino fin de una fuente de trabajo de muchos años.

VI. Las intervenciones deben ser reversibles y tener un impacto mínimo. Todo cambio  inevitable debe ser documentado, y los elementos significativos que se eliminen  deben ser registrados y almacenados de forma segura. Varios procesos industriales confieren un lustre que es integral a la integridad y al interés del sitio.

 

VII. La reconstrucción, o la vuelta a un estado conocido anterior, debe considerarse como una intervención excepcional que sólo es apropiada si beneficia a la integridad del sitio entero, o en caso de destrucción de un sitio mayor por violencia.

VIII. Las habilidades humanas involucradas en muchos procesos industriales antiguos u obsoletos son un recurso críticamente importante cuya pérdida puede ser irreparable. Es necesario registrarlos cuidadosamente y transmitirlos a las nuevas generaciones.

IX. Debe promoverse la conservación de los registros documentales, los archivos de las empresas, los planes de construcción, así como las especies de muestra de productos industriales.

  1. Educación y formación

I.La formación profesional especializada en los aspectos metodológicos, teóricos e históricos del patrimonio industrial debe impartirse en niveles técnicos y universitarios.

II. Se debe producir material educativo específico sobre el pasado industrial y su patrimonio para los estudiantes de primaria y secundaria.

  1. Presentación e interpretación

I. El interés y el afecto público por el patrimonio industrial y la apreciación de sus valores son las formas más seguras de conservarlo. Las autoridades públicas deben explicar activamente el significado y el valor de los sitios industriales mediante publicaciones, exposiciones, televisión, Internet y otros medios, proporcionando acceso sostenible a sitios importantes y promoviendo el turismo en áreas industriales.

II. Los museos especializados en técnica e industria y los sitios industriales conservados son dos medios importantes de proteger e interpretar el patrimonio industrial.

III. Las rutas regionales e internacionales del patrimonio industrial pueden remarcar la continua transferencia de tecnología industrial y el movimiento de personas a gran escala que puede causar.

[1] La ‘Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de monumentos y sitios’ (Carta de Venecia) de ICOMOS, 1964.

[2] Por conveniencia, 'sitios' se referirá a terrenos, complejos, edificios, estructuras y máquinas a menos que estos términos se usen de forma más específica.





13.04.2007 20:43

EL PATRIMONIO INDUSTRIAL, UN NUEVO PATRIMONIO

por Eusebi Casanelles, Presidente de TICCIH


La demanda social para que los bienes industriales formen parte del patrimonio cultural es un hecho relativamente reciente, pero que se ha extendido por la mayoría de los países que se industrializaron o que tuvieron en un momento histórico explotaciones industriales. Solo hasta hace unas décadas los emplazamientos productivos industriales no eran más que una evolución de los primeros que se crearon y, para la población, simplemente eran los emplazamientos comunes de trabajo. Era impensable que algún día formasen parte del patrimonio cultural del país.

A partir de los años cincuenta o sesenta del siglo XX, se produjeron importantes innovaciones técnicas que dieron lugar a una ruptura, en el fondo y en la forma, del diseño de los edificios, de las maquinarias y de los utensilios utilizados hasta ese momento. Al mismo tiempo también la mentalidad y los hábitos de las personas fue cambiando provocando una profunda transformación social. En pocos años una realidad productiva quedó obsoleta y la sociedad se transformó completamente. El mundo entró en una nueva era y los bienes materiales de la industrialización pasaron a formar parte de la historia.

La importancia del Patrimonio industrial se basa en dos grandes valores: el de ser testimonio del mundo del trabajo y de la vida cotidiana de una época que cambió la humanidad y el de ser un documento que sirve para entender mejor como se vivía y se trabajaba en esta época. La información que disponemos de ellos es la que determina su valor de testimonio y de documento. Así pues, el Patrimonio industrial no es un patrimonio para ser contemplado como una obra de arte ni tiene un valor como el que se podría otorgar a una gran antigüedad.

El patrimonio industrial lo forman los emplazamientos productivos, pero también las viviendas de los que allí trabajaban, así como las vías de comunicación, los almacenes… Si todos estos elementos tienen un valor individual, su verdadera dimensión se hace visible cuando se contemplan en el territorio donde se encuentran situados y se valoran en el contexto de las complejas relaciones que los unen. Así, pues, la consideración del paisaje es fundamental cuando hablamos de patrimonio industrial.

La cantidad de bienes industriales que existen en determinadas regiones obliga a seleccionar los bienes industriales patrimoniales. Y si se quiere preservar un número importante de estos bienes se han de reutilizar para otras finalidades, lo que implica una seria de transformaciones que comportan el inicio de un nuevo debate relacionado con la autenticidad. Si pretendemos que las futuras generaciones comprendan lo que verdaderamente eran unos determinados bienes industriales es necesario interpretarlos minimamente.

El movimiento para la preservación del patrimonio industrial se inició en Inglaterra en los años 60 y hoy está presente en la mayoría de países que tuvieron una mínima industrialización. La sociedad actual avanza a tal velocidad que veinte años pueden parecer una eternidad y el cambio de siglo, que visualmente nos ha situado en otro milenio, nos aparta aún más de nuestro pasado reciente. Para la mayoría de ciudadanos, aquel mundo nos parece tan lejano como cualquier otra época histórica.

Ahora es el momento de impulsar el reconocimiento definitivo del patrimonio industrial y al mismo tiempo de realizar una reflexión profunda sobre todos los conceptos antes enunciados. Es por ello que celebramos que ICOMOS haya decidido dedicar este 18 de abril de 2006 al Patrimonio Industrial, convencidos que esta celebración puede ayudar a caminar de una manera más decidida hacia estos objetivos.

ICOMOS i TICCIH firmaron el año 2000 un convenio que ha permitido iniciar una colaboración visible en el tema de bienes industriales propuestos como Patrimonio de la Humanidad y quiero aprovechar estas líneas para agradecerlo. La voluntad expresada por las dos ejecutivas es profundizar en este trabajo y en esta colaboración y así lo haremos.

Eusebi Casanelles
Presidente TICCIH

 

Esta nota fue realizada por el Dr. Casanelles (Presidente Internacional del TICCIH), con motivo del Dia Internacional de Monumentos y Sitios de 2006, propiciado por ICOMOS y se encuentra en la página http://www.international.icomos.org/18thapril/2006/18abril2006-4.htm.

 




21.03.2007 22:38

 

Aun hoy, nuestra concepción de lo que es PATRIMONIO CULTURAL abarca muchas veces solo la noción de patrimonio arqueológico, artístico, arquitectónico e incluso, musical, culinario y folklórico - lo que se ha venido a denominar como patrimonio inmaterial.
 Sin embargo es preciso señalar que no sólo estas manifestaciones representan el patrimonio cultural de un pueblo, sino que existen además otros testimonios o valores histórico - culturales igual de importantes, que registran el legado del hombre en otras actividades de suma trascendencia para el desarrollo de la humanidad.
Estos valores o testimonios bien podrían ser aquellos, producto del desarrollo y aplicación de la ciencia y de la técnica a lo largo de nuestra historia, donde el hombre empleó un sistema de producción seriada y utilizó diversas tipos de energía.
A este conjunto de testimonios o los que se consideran por sus características; valores histórico - culturales industriales, es que se ha denominado como PATRIMONIO INDUSTRIAL (en inglés: Industrial heritage).
 Por lo tanto, el PATRIMONIO INDUSTRIAL es el conjunto de restos o vestigios con un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico, que han surgidos en torno de los diferentes tipos de actividad industrial, es decir, que han obtenido ese rango de valor por su uso y aplicación en la industria a través del tiempo. De esta manera, un canal de regadío, un centro minero, una central hidroeléctrica, un ingenio azucarero, una línea de ferrocarriles, así como sus componentes, por ejemplo; el diseño del canal, los tipos de extracción de minerales, un generador o una turbina, un alambique, una locomotora, que representan este proceso técnico, son considerados PATRIMONIO INDUSTRIAL, que supone el registro histórico de su adelanto y del desarrollo de su ciencia y tecnología.
A su vez y como bien lo señala Aldo Guzmán, este patrimonio puede dividirse en "tangible: como son los bienes inmuebles (las fábricas, talleres, minas, campamentos, etc.) y los bienes muebles (archivos, mobiliario, maquinaria, herramientas, etc.) e intangible: relacionado a la cultura obrera (formas de vida, costumbres y tradiciones, know how, etc.)" .
 El término PATRIMONIO INDUSTRIAL aparece a mediados del siglo XX para enfatizar la importancia de la conservación de los testimonios heredados de la revolución industrial en Europa. De este concepto se derivaría un método anexo y que cobra especial importancia en el rescate de dicho patrimonio: la Arqueología Industrial, siendo para ésta el periodo histórico de principal interés el que abarca desde el principio de la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la actualidad.

El PATRIMONIO INDUSTRIAL como legado, es producto según Valéry Patin , "de las mutaciones económicas que condujeron a abandonar o deslocalizar componentes enteros de la industria y por ende los baldíos reemplazaron a las fábricas. Gran cantidad de edificios, entre los cuales algunos de gran calidad arquitectónica, así como sitios mineros o textiles fueron abandonados. Su valorización responde a una doble exigencia: salvaguardar el patrimonio y crear nuevas actividades que puedan remplazar, al menos parcialmente, a aquéllas desaparecidas. En ciertos casos, han sido substituidas por otras industrias y en otros, por el turismo".

Si bien en el Perú la recuperación y conservación del Patrimonio Industrial hasta hace poco tiempo era un propósito casi nulo o realmente incipiente, se dio un importante paso en la promoción y revaloración de éste, al realizarse en Lima el IV Coloquio Latinoamericano sobre Rescate y Preservación del Patrimonio Industrial, en julio del 2004.

Este evento, organizado por el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH) y el Museo de la Electricidad, contó con el apoyo del Comité Chileno del TICCIH y el Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial, y fue trascendental para que un grupo de participantes nacionales, sensibilizados con la precaria situación de nuestro patrimonio industrial, se avocara en la misión de crear un organización peruana para su conservación.

De esta forma y luego de una serie de reuniones se constituyó en abril de 2005 el Comité Peruano de Conservación del Patrimonio Industrial, con sus siglas COPECOPI, cuyo objetivo primordial es el promover, proteger, difundir, revalorar e investigar el patrimonio industrial del Perú, así como promover el registro de sitios y objetos con valor histórico cultural, como patrimonio industrial peruano.

El PATRIMONIO INDUSTRIAL mundial, ha estado en muchas ocasiones pendiente de un hilo. Muchas Industrias que en un momento de la historia estuvieron florecientes, hoy por diversos motivos; como reestructuraciones, quiebras, cambios de lugar, cierres, se han convertido en ruinas decadentes, con una difícil solución de rehabilitación.
El compromiso y el ingenio deben ser los pilares de políticas para el rescate y la puesta en valor de estos testimonios.

Antes que ruinas sin salida u objetos oxidados, los restos de la industria fueron lugares de trabajo, lugares productivos en los que crecieron y se formaron los trabajadores, lugares de la memoria colectiva que de una u otra forma han llegado hasta nuestros días. La conservación de nuestro PATRIMONIO INDUSTRIAL es también una manera de mantener viva nuestra memoria histórica colectiva.
Neydo Hidalgo
Museo de la Electricidad - PERÚ 

(Gracias Neydo !) 

 



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