En Calesita alrededor del Sol
Fuerzas centrípetas y centrífugas nos gobiernan ...

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Sobre Hombres y Mujeres

23.03.2010 14:12

YO SÉ.

TE SÉ,

ME SÉ.

YA SÉ...

YA FUÉ.




21.01.2010 16:07

Una amiga escribió es su blog la siguiente pregunta...¿qué quieren los hombres de las mujeres?.

http://blogs.montevideo.com.uy/bloghome_8619_1_1.html

Bueno, yo NO sé la respuesta, aunque sí puedo darle muchos datos, como lo han hecho todos los que han participado en dicho blog, ya que es un tema por demás interesante que a todos nos toca de una forma u otra. Para aportar algo me acordé de este cuento que transcribo a continuación. Lo hago acá para no abusar del espacio de allá.

1) "Juana, en una de sus múltiples facetas de mujer pos-moderna y acaudalada, decidió incursionar en un safari fotográfico, en lo profundo de la selva africana, con intención de recaudar fondos para "Green Peace" y de paso, darse un baño de naturaleza salvaje y exótica, para revitalizar sus vínculos ancestrales con la madre tierra.

Llevaban varios días de incursión por los caminos más seguros de la selva, fotografiando exquisita fauna y flora, siempre bajo la atenta mirada de los guías y custodios profesionales.

Juana, sin embargo, acostumbrada a mandar en su vida y con la filosofía que el intrépido es el que aporta, de vez en cuando se escabullía para mirar "de más cerca" la naturaleza que la rodeaba, y participar de sesiones fotográficas más audaces y a la vez más íntimas, sintiendo que aprovechaba mejor el viaje logrando una mejor "comunión" entre el entorno y su lente, y no aceptando que sus fotos fueran sólo un enfoque más entre las que tomaba el resto del grupo.

Una de las sesiones se hizo en una especie de estanque interno, casi una laguna por su esplendor, que tenía como fondo cuasi romántico una pequeña pero majestuosa cascada que lo nutría de agua siempre clara. En dicho estanque, variopinta fauna acuática era posible observar, y con cierta paciencia, fotografiar en varias etapas de su vida en tal eco-sistema. Cuando sesteaban, cuando comían, cuando se higienizaban o cuando realizaban otras actividades propias de los seres vivos.

En esta oportunidad, el entusiasmo de Juana la llevó a abusar de su criterio independentista y tras subir a un frondoso árbol que se inclinaba majestuosamente sobre las aguas del estanque para poder fotografiar desde otro ángulo los animales que allí retozaban, se pegó un resbalón y cayó. El chapuzón fue como desde 3 metros, por lo que el desplazamiento de agua fue importante, alarmando a todos los demás que estaban prolijamente alineados detrás de la liana de protección, y que no entendían nada de lo que estaba sucediendo. Tras breves segundos, desde el medio de los círculos concéntricos, emerge Juana, a los gritos y chapaleando. La gruesa vestimenta y las pesadas botas le impedían nadar eficientemente, por lo que la situación se tornaba peligrosa. Para colmo, un enorme cocodrilo que retozaba al sol, al oír el ruido, rápidamente reacciona y se mete al estanque, para averiguar si eso que molestaba la clásica paz del lugar era o no comestible.

Un atronador grito, lleno de atemorizante y dominante energía, mitad humano, mitad animal, se deja escuchar a través de toda la selva. Los pájaros dejan de cantar y todo ruido de fondo, natural y acoplado, cesa repentinamente.

En la otra punta del estanque, un nuevo chapuzón se ve y se oye e inmediatamente, surge una figura nadando a increíble velocidad, en dirección a Juana. Nadie sabe que es, pero fascina su desenvolvimiento.

Juana sigue tratando de mantenerse a flote con pataleos desesperados, y dos estelas marinas y concurrentes la tienen como punto de encuentro. La segunda estela se desvía, repentinamente, hacia la primera, con obvia intención de interceptarla. De pronto se encuentran y hay un enorme alboroto. Agua salta hacia todos lados, y dos figuras entrelazadas surgen a la superficie y vuelven a sumergirse una y otra vez, en algo que parece ser una lucha desesperada. Luego de algunos segundos que parecieron horas, todo movimiento cesa. Hasta Juana deje de chapotear y hace la plancha tranquilamente, mirando de costado tan salvaje espectáculo.

De improviso, Juana siente que una fuerza extraordinaria la iza, y con unos pocos movimientos tan rápidos como seguros, se encuentra en la orilla, sentada a salvo y escupiendo algas...por un lado, a su espalda, detrás de la liana de seguridad, están todos los integrantes del safari; guías, custodios y fotógrafos, atónitos y en silencio, mirando la extravagante escena que tienen por delante. Por otro lado, mirando tímidamente al frente, ve el cadáver del cocodrilo flotar suavemente hacia la orilla, cerca de donde ella está, con la panza abierta de par en par, y finalmente, comienza a ver aquella figura humana totalmente empapada y prácticamente desnuda, que la mira con ojos entre curiosos y divertidos. Una figura masculina...SIN NINGUNA DUDA...

2) Juana se enamoró pedidamente de aquel hombre que vivía internado en la selva, por su tallado y detallado cuerpo, por su extraordinaria fuerza física, por su enorme corazón y por sus altos ideales, así como por esa vida llena de aventura y compromiso. Y desde el primer momento que lo miró a los ojos (después de que le había mirado detenidamente TODO lo demás), Juana decidió que ese hombre sería su hombre, y que estaba dispuesta a todo por conseguirlo.

Así fue que, contra todo lo que la sociedad de la que provenía y reinaba le aconsejó, decidió quedarse a vivir con su hombre dónde su hombre viviera, en el entorno exquisitamente sano pero a la vez hostil de la profunda selva africana, enfrentando diariamente nuevos y desconocidos desafíos para sustentar la vida, en perfecta armonía conyugal, es decir, en un sustentable romance incondicional.

3) Todo fue muy bien desde un principio, ya que él, que no había conocido hembra humana, se dejó enseñar todo lo que hacía falta para complacer a Juana, cuando, como y donde Juana quisiera, ya que el placer de Juana era el placer de él. Nadaban, cazaban, colectaban, retozaban, copulaban, dormían y reían tirándose piedritas en la quebrada. Vivieron felices por un tiempo indeterminado, ya que en la selva no se mide el tiempo.....o por lo menos, no se medía.

Un buen día....Juana dijo

- Tarzán...¿sabes que día es hoy?

- Nuboso - dijo él -

- No, no me refiero a eso, sino a la IMPORTANCIA del día de hoy...te acuerdas?

- Si, que estamos juntos y sanos y hay buena fruta en la jaula de palos que tengo junto al río, ¡ esa es la importancia ¡ -

- No, Tontín, me refiero a nuestro aniversario, no puede ser que no te acuerdes, hoy hace un año que me rescataste y nos conocimos...¿no lo recuerdas?

- Si, lo recuerdo claramente, pero no sabía que hacía un año.....y ¿qué es un año?

- Bueno, un año es....(y se lo explica)

- Ahhh....- dice él - ahora entiendo, y ¿porqué eso es importante?

- ¿Cómo porqué es importante?....Oh Dios...(y se lo explica)

Y se pasan toda la noche discutiendo....

4) Unos meses después de este incidente rápidamente olvidado por Tarzán, este nota que la vida amorosa estaba cambiando lentamente. Ya no había tanta disposición por parte de su pareja hembra para juguetear con sus respectivos órganos sexuales, así que, preocupado de que hubiera algo más para aprender que no le hubieran informado, o temiendo que hubiera pasado otro AÑO de alguna otra cosa importante que no hubiera advertido debidamente, hace la clásica pregunta, antes de partir en liana a buscar una nueva piel de cocodrilo para adornar la nueva (e inútil, según Tarzán) sala de estar arbórea que recientemente había construido, la cual fue:

- Dime Juana, ¿Alguna cosa te está haciendo sentir mal?

- No mi héroe, todo está a la perfección - dice Juana con una cara y tono sarcástico que Tarzán no percibió.

- ¿Estas segura? - repite Tarzán, temiendo decir algo inadecuado.

- SEGURISIMA - dice ella entre fastidiada y muy alegre.

A lo que Tarzán, sonriendo y plenamente satisfecho, se aupa en la liana y se va...

5) Las incomodidades de Juana iban en aumento, y a pesar de la falta de experiencia de Tarzán, algo en su interior le decía que, pese a que ella repetía una y otra vez estar muy bien, las cosas no estaban como habían estado siempre. Temía que la enfermedad de la lombriz que diezmaba a los chimpancé hubiera hecho presa de Juana. Así que, mientras se hamacaban abrazados a la luz de la luna, y luego de haber intentado besar apasionadamente a su compañera y solo haber logrado unos cuantos besitos cumplidores, Tarzán se animó a preguntar...

- Juana...¿Tú eres feliz?

A lo que Juana respondió, con la voz más dulce que jamás Tarzán había oído salir de su boca:

- ¡ Claro que los soy ! , ¡ soy la mujer más feliz del mundo !...solo que, me gustaría hacer algunos pequeños cambios para ser indescriptiblemente feliz, para ser el epítome de la felicidad...solo que...no sé.... No sé si puedo pedírtelo....

- Yo amar a Juana, Juana pedir y Tarzán hacer o traer -

- No, no, mi vida, no es nada demasiado importante, déjalo así...así está bien...odo esta bien ...(suspiro).

Tarzán casi se duerme de puro contento al oir las palabras de Juana, pero algo en su interior sonó, algo así como un atisbo de "civilización" y recordó todas las veces que él preguntó y ella contestó que todo estaba bien, pero que las cosas no sólo que no parecían bien, sino que estaban desmejorando, así que tuvo una epifanía e hizo algo totalmente ILOGICO y le volvió a preguntar:

- No, en serio, Tarzán querer hacer los que Juana querer...

Juana se incorpora, lo mira directamente a los ojos con la mirada más dulce de la galaxia, inclina tiernamente la cabeza, como un cachorrito de cocker y le dice....

- Es que...sabes, me gustaría que comenzaras a usar este desodorante que me hice traer de la ciudad, se usa bajo los brazos y da cosquillitas, es de lo más entretenido y a las mujeres,... hummm, nos encanta!...también me gustaría que te lavaras los dientes con esta pasta y este cepillo, y dejáramos de frotarnos con las hojas de malva....ah!, también me gustaría que me dejaras cortarte las uñas y sacarte las cutículas, como lo hacía con el pelmazo de Lord Grenwich....-

- Un momento,- dice Tarzán - yo no hacía nada de eso cuando tú conocerme....

- Sí, lo sé, lo sé, pero vas a quedar divino, y te voy a querer mucho pero mucho más, sobre todo cuando dejes de comer habas....sabes, no te caen nada bien."



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El sentido común me indica que debería callar y seguir. Pero eso sería tan aburrido como todo lo demás...

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