Júbilo
01.06.2011 19:13
Yo tenía apenas 6 años, mi mamá me pidió que fuera a comprarle arroz a un almacén que quedaba a una cuadra de mi casa. En el interior del país -Melo_ era común que se llevara una libreta, en la cual en almacenero anotaba las compras y paralelamente llevaba otra. A fin de mes cuando mi padre cobraba se ponían al día con las cuentas.
Allí partí con mi misión y para no olvidarme, cosa que me pasaba a menudo, iba durante el trayecto repitiendo la palabra "arroz...arroz...arroz..." pero, en determinado momento me salió al cruce un perro ladrando ferozmente. El dueño que salía de su casa detrás de él, rápidamente luego de detenerlo me dijo:
-¡Qué jabón, eh!
¡Uf, realmente! ¡Qué jabón! Expresión esta que era muy común en el interior, atribuyéndole al sinónimo de susto.
Bien seguí mi camino, repitiendo el rosario...
Llegó a mi casa y mi mamá me pregunta:
-¿Como te fue?
-Bien. Contesté y le entregué el recado.
-¿Qué me trajiste? Te pedí arroz, no jabón...
El perro había alterado mi memoria o mejor dicho, mi rosario, de ¡arroz...arroz...arroz...,! por ¡jabón...jabón...jabón...!
Mi mamá se sentó a reír cuando le conté y yo al verla así, la acompañe nos reímos durante un rato, pero eso si, el susto todavía me hacía latir fuerte el corazón...
Juan antolín
2011
29.05.2011 18:32
La laguna
La laguna es tentadora
La laguna es peligrosa
La laguna es romántica
Cuando aparece la luna
Espejo que invita tocarla
Blanca y misteriosa
Redonda por momentos
Y por momentos informe
Ella nos invita
Cual amante nos provoca
Su lecho es una tumba
De enamorados y flores
Es un espejo atractivo
Tranquilo y quieto
Una piedra lo quiebra
Sus círculos nos dejan
Una imaginación activa
Una imaginación inquieta
La laguna es tentadora
La laguna ...calma el alma
Juan antolín
2011
01.05.2011 13:17
Sentidos
Observo el Fuego
que me quema
el alma
Obsevo el Mar
que inspira
mis sentimientos
Siento el Aire
que refresca mi
pensamientos
Piso la Tierra
me ofrece
seguridad
Todo ello confirma
en mi, el amor ...
la vida, la gente,
la humanidad...
juan antolín
2011
26.03.2011 20:47
El principio ... el fin
Estoy sola
pero no triste
vi generar vidas
despedir vidas
Ahora espero,
como el alma
al cuerpo,
como la arena al mar.
También di
satisfacciones
sin esperar
retribuciones
Me siento
un símbolo
del principio
y del fin.
Ese fin que
no existe
ese fin que da
origen...
"El hombre debería decir
siempre mucho más de lo
que pretende y
mucho más de lo que dice."
( anónimo)
juan antolín
2011
17.03.2011 20:26
(Homenaje a mi madre)
El ropero de mi madre
Cipriana Alvarez Espino, nació el 18 de setiembre de 1922, falleció el 20 de febrero del 2008, fue enfermera del Hospital de Melo durante mas de 30 años, su apodo era Neca. Tuvo 7 hijos – una falleció de menengistis- se casó con Juan Antolín Rodríguez De Felippo
Cuando falleció, descubrimos en su ropero, cosas que solo ella las hubiera guardado, fotos, pergaminos de ella y de nosotros los hijos, diplomas, medallas y hasta poemas o escritos, si prefieren llamarlo, hermosos...
Este es una parte de uno de ellos, dado que el parel amarillo, cascoteado por el tiempo, no me permitió leer más.
***
“Agradece a Dios por todo lo que te ha dado
Nunca mires hacia atrás
Levanta tu corazón y mira siempre la vida con alegría
Sigue siempre el camino del bien y del amor”
Neca
***
Yo, su tercer hijo, no soy creyente,
pero creo que; sea Dios o,
a La Naturaleza, agradezco, si,
por todo lo que me han dado,
donde se encuentra ella,
por supuesto,
pues me regaló la vida...
La vida es el comienzo
La muerte es la continuación...
Nadie muere, todos nacen
Todos duermen
Después de la muerte
Despiertan, sin celulares
Sin televisores
Sin autos, sin casa
Solo nosotros
Con nosotros mismos
Mirar lo que somos
Lo que hicimos
¿Qué haremos?
Cito a José Ingenieros quien dijo:
“Cada uno labra su propia corona,
cada quien es hijo de sus obras”
juan antolín
2010
28.02.2011 19:24
Calitos “El enano”
En mi pueblo, había un enano, de un metro y medio de estatura, más o menos. Tenía unos 35 años aproximadamente. Lo veíamos pasar con su padre quien lo transportaba en un canasto de bicicleta, sobre los manubrios. Sus piernas colgaban dándole un tono jocoso, ya que los iba moviendo en forma alternada, hacia delante y hacia atrás.
Su nombre era Carlos Di Filippo, trabajaba con su padre en un kiosco de una plaza céntrica de la ciudad; vendiendo diarios, revistas, golosinas y otro artículos que suelen existir en este tipo de negocios.
En esa plaza en sus momentos libres corría con otros niños con una bolsa de arpillera en la cabeza y haciendo distintos sonidos guturales, queriendo “asustarlos”. Los niños disfrutaban con él, además de tenerle un profundo cariño como respeto, en calidad de su condición de persona pequeña, cuya figura no era la de ellos.
Todo el pueblo lo conocía y cariñosamente lo saludaba al pasar con un: - “¡vamo arriba Carlito...!”
***
Un día por la calle principal del pueblo, se oyó un ruido, que se fue transformando en sonido y agradable, especialmente para los niños, que por supuesto junto a Carlitos, fueron todos a investigar qué era.
Parecía una banda militar desfilando, pero no, ¡era un circo!
Con sus trompetas, bombos , tambores, etc; encabezado por una hermosa niña vestida con un gorro grande alto, lleno de plumas, una pollerita cortita y unas botas blancas, combinando con el resto de su vestimenta muy colorida , azul, rojo y una franja blanca atravesando su chaqueta azul con vivos rojos. Por supuesto que una mano en la cintura y en la otra un bastón, que lo hacía girar maravillosamente al compás de la música, la cual se detenía a la orden del mismo, como así también comenzaba nuevamente.
Pero, eso no eso todo detrás de la banda, venía lo mas hermoso para los espectadores pequeños, para deleite de ellos apareció un elefante , todo adornado , también con plumas y “vestido” como la niña y con los mismos colores, rodeado de correas, en su trompa también llevaba un bastón.
Ahí no termina, porque detrás le seguían unos carro con barrotes, especie de jaula, es obvio el porque, el león y su leona, en otro carro una tigre con su tigresa, y sueltos en un carro abierto con collares en el cuello y su domador que los acompañaba, los simpáticos monos, gran variedad, titi, chimpancé, un gorila, etc. .
Continuaba con otros tipos de animales propios de un circo, ponys, caballos, cebras, etc.
Pero cerrando el desfile los infaltables payasos, que fue, después del asombro de los pequeños, la alegría de los payasos. Rostros pintados, dándose, cachetadas con unos guantes enormes, al igual que sus zapatos – que les sobraba tres cuarto para llenar el pie- ver el rostro de aquellos niños, es indescriptible, no sabían que hacer o decir, pero sus ojos hablaban por ellos, tan grandes como los zapatos de los payasos, con su clásica nariz roja...
***
Se instalaron en unos días, frente a mi casa, en predio vacío, llamado “Plaza de las Carretas”, nombre dado por el pueblo a las mismas, que llegaban de las chacras con mercaderías para vender en el mercado.
A la semana comenzó a funcionar, pero los dueños notaron que les faltaba algo, que junto a los payasos, le darían un toque mejor al humor necesario: un enano.
Ya los encargados del espectáculo, le habían echado el ojo a Carlitos, dada las condiciones que tenía, más la influencia que ejercía sobre los niños.
Así fue, le plantearon. Carlitos no lo podía creer, él en un circo, cuando les contó a sus amigos, estos lloraban de alegría.
Fue todo un éxito, lo entrenaron con sus compañeros los payasos, no los defraudó, se integró en forma notable, e hizo reír más de lo esperado, indudablemente ese era su futuro, según dijo después:
- jamás pensé que me iba a pasar esto.
***
El circo estuvo tres meses y había llegado la hora de seguir su itinerario, dando alegría a otros pueblos, que los esperaban ansiosos.
Pero cuando se enteró Charlitos, no quería irse del pueblo de sus amores y decidió no ir con ellos. Los dueños, trataron por todos los medios de convencerlo. Pero Carlitos no cedió:
- Es mi pueblo, no puedo dejarlo, les dijo. Con mucha pena, dado que se había tornado indispensable con su humor y su público pequeño.
La última función fue todo un éxito, la carpa henchida de gritos y aplausos, cuando apareció Carlitos despidiéndose, de sus amigos y de su pueblo como “artista”
La emoción embargó hasta sus propios compañeros de trabajo...corrían lágrimas de un lado y del otro, artistas y espectadores.
Resignado, el circo fijó para dentro de tres días, comenzar a desarmar el toldo, instalaciones generales, etc.
***
Antes que comenzaran a desarmarlo, Carlitos quizo hacer algo que no había hecho y no le habían enseñado. Era subir por la cuerda con ese palo que se sostiene para mantener el equilibrio y no caerse. Se preparó y subió, sin saber que ya una de las puntas todavía no había sido desenganchada del todo...
***
Todo un pueblo lo lloró y lo acompañó al cementerio, quienes más lo sintieron fueron los niños...que coreaban su nombre, con sus ojos plañidos...
Juan antolín
2011
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Sobre mi Un jubilado (maestro) con ganas, escribir todo eso que tenemos adentro...salga como salga, pueden ayudarme a hacerlo...¿como? con sus comentarios, ya positivos o no. Estos últimos son los que me ayudan a crecer... un fuerte abrazo...hasta que no puedan respirar...
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