En Calesita alrededor del Sol
Fuerzas centrípetas y centrífugas nos gobiernan ...

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Micro Cosmos

15.12.2011 10:14

 

En el sector inferior de la foto que acompaña este post, se puede observar la mano de Abin Sur en el momento en que ofrece a Hal Jordan la sortija de poder. En esta foto en particular, aparecen varios modelos de anillos de LINTERNA VERDE, los cuales son sólo algunos de los que se pueden encontrar por internet, ya que hay una amplia variedad de los mismos. Estos son los elegidos porque son los que más se parecen a las versiones de los comics.

Todos menos uno.

El que se encuentra abajo a la derecha, es un aporte personal.

Es un anillo ornamental  de oro, con un incruste de piedra preciosa tipo “solitaire”, que en este caso es una esmeralda.

El de la foto es un modelo que encontré  gugleando, pues el que verdaderamente debería estar allí, el original que era casi exactamente igual  a este, hace mucho, pero mucho tiempo que lo perdí de vista.

Era el anillo de mi padre.

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Poco después de aquel despertar de una siestita de cinco días, cuando tenía 9 años, todo volvió a la normalidad. O por lo menos lo que yo interpretaba como “normalidad” en aquellos tiempos.

La vida era mis dos hermanos y yo viviendo con nuestra madre en el pequeñísimo apartamento del “conventillo” (así le decía ella, que nadie se ofenda) de la calle Dr. Decroly, padeciendo un poco de hambruna y necesidades varias. Íbamos a la escuela y volvíamos cada uno a lo suyo. Mis hermanos a jugar a la calle y yo a leer o a dibujar historietas. Mi padre lejos, en la que debe haber sido una de las épocas más prósperas de su vida. Era joven, con facha, libre y solvente, así que estaba dedicado a la “vida loca”. Como vivía con su madre, es decir, mi abuela paterna, y esta nos tenía una dosis de cariño suficiente como para tenernos en cuenta algún fin de semana que otro en vacaciones de julio, setiembre y en las de verano, nosotros teníamos la oportunidad de verlo.

A veces llegaba del trabajo, se bañaba, se afeitaba y se iba, y entonces apenas  intercambiábamos saludos. Otras veces, los domingos de tarde, estaba más relajado y teníamos oportunidad de compartir alguna charla más profunda, dónde yo hacía preguntas sobre la vida y él me preguntaba cosas sobre la casa que había abandonado. En otras ocasiones íbamos al cine, o a pasear por los bares en los que era habitué. A mí me gustaba estar cerca de él, porque había visto que,  más o menos al año de haberme recuperado de aquella afección febril y virósica, él había aparecido con una joya deslumbrante. Un anillo de oro con una enorme piedra verde, oval y brillante, incrustada en el centro. Él se sentía orgulloso de su anillo, el cual mostraba al mundo, no sólo su elegancia, sino su avance en la vida. NO tenía casa, ni auto, ni matrimonio ya, porque todo lo bien que le iba en sus actividades económicas, él lo dejaba en noches de farra corrida, con alcohol y con mujeres. Yo no sabía eso entonces y pensaba que él, por las noches, salía a defender a los débiles y que a nosotros nos había abandonado para que sus archi-enemigos no nos hicieran daño.

Yo creía firmemente que aquel anillo era, obviamente, un anillo de LINTERNA VERDE.

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Durante mucho tiempo busqué la famosa Linterna dónde él debía cargar el anillo, pues aunque sabía que la misma no es visible si no para los Linterna Verde, me empecinaba en creer que como yo era su hijo, algún vínculo o conexión podría haber. Total, no se pierde nada con probar.  Pero al pasar el tiempo y no lograrlo, y por la misma razón ir creciendo y cambiando algunos credos, desistí de buscar. Por otro lado dadas las crecientes pruebas que tenía de la verdadera vida nocturna de mi padre,  empecé a creer que  él tenía el anillo pero no sabía que lo tenía, y no lo podía activar porque no cumplía con los requisitos morales pertinentes. Quizá alguna vez fue un buen prospecto, pero no se supo sostener y cayó fuera del círculo. Pero, si esto era así, ¿Por qué seguía teniendo el anillo?

Había una sola respuesta posible…el anillo estaba esperándome.

Cuando el anillo quisiera o fuera el momento adecuado, vendría a mí y juntos activaríamos sus poderes y juntos cruzaríamos el cielo como un rayo esmeralda. Era tal mi convicción de que aquella preciosa joya era lo yo que imaginaba que era, que cuando estaba cerca de mi padre, recitaba en voz baja:

“En el día más brillante o en la noche más oscura,

el mal no prevalecerá en su postura.

Aquellos que al mal confían su suerte

Caerán ante del poder de mi Linterna Verde”

Y esperaba en silencio que el proceso se iniciara….

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El tiempo pasó,  inmutable, como siempre.

Crecí, conseguí trabajo, esposa, hijos, deudas y de a poco, me fui convirtiendo “un ladrillo más en la pared.”

Mi padre y yo fuimos cada vez más extraños el uno al otro.  Hubo algunos picos de acercamiento, como cuando tuve a mi primer hija, por ejemplo, pero el abismo triunfó y un día dejamos de vernos. Tanto, que me enteré que había muerto por un compañero de trabajo.

Todo el proceso de separación final fue  bastante dramático y no viene al caso. Lo cierto es que pasados algunos meses después de su muerte,  estaba yo esperando en una esquina del Centro, para encontrarme con la que sería finalmente mi segunda esposa y se me dio por entrar en una galería y así matar un poco el tiempo. Descubrí  algo sorprendente.

Una tienda de COMICS.

Entré y de pronto me pareció estar viajando en el tiempo y en el espacio. Aquello era un lugar como sólo había oído hablar en las películas. Había comics por doquier, de todos, toditos los superhéroes y había posters y había figuritas de acción y muchas cosas más.  Me entretuve tanto que me olvidé de mi novia. Me había encontrado nada más y nada menos con la colección de “Crisis en tierras INFINITAS”, que era una colección sacada por DC a principios de los 80 para reordenar el caos en el que se habían convertido 40 años de escribir y re-escribir a los mismos personajes.

Me gasté una plata que no tenía y me fui para mi apartamento, dónde vivía solo y en un formato muy austero. El plan a mis 31 años, era muy sencillo; comprarme un pizza, una coca, y amanecer leyendo “revistitas”.

Y mientras iba en el ómnibus, abrazado al paquete que acaba de adquirir (y que sería el comienzo de un nuevo tiempo de coleccionista de tebeos, que sería corto pero intenso), a mi mente volvió aquel anillo de poder que nunca llegué a calzar en mi dedo, y que el destino lo había alejado de mí para siempre,  yendo a parar a las manos de  quién sabe quién.  ¿El nuevo novio de su viuda esposa?, ¿El novio de alguna de mis medio hermanas?, ¿la casa de empeño?, ¿una joyería dedicada?.

Lo busqué por años en todas las joyerías por las que me crucé, pero no. No hay ni parecidos.

Sólo espero que en las nuevas manos que se luzca, haya encontrado por fin, su verdadero destino.

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P.D. – El recitado de juramento que utiliza Hal Jordan para cargar el anillo en la batería, tiene varias versiones en español. La que aparece en este artículo, es una versión personal, acuñada y memorizada en aquellos años.

LINTERNA VERDE (HAL JORDAN) – Creado por John Broome y Gil Kane. Hizo su aparición estelar  en octubre de 1959, en el Nº 22 de la colección SHOWCASE de la editorial DC COMICS.




08.12.2011 12:46

 

 

No me acuerdo ni del día ni del mes, y creo que en rigor, nunca  lo supe con certeza, solo sé que sucedió en el año de 1968.

Cuando desperté aquella tarde de lo que yo creía que  había sido una noche como cualquiera, lo que más me sorprendió fue ver a mi madre,  sentada a mi lado,  leyendo una revista de actualidad.  Esta no era una imagen que yo estuviera acostumbrado a ver.

Inmediatamente, aumentó el sentimiento de extrañeza el hecho de percatarme que me encontraba en una habitación muy pequeña, completamente rodeada de vidrios, en la que apenas entraban la cama, una mesita con una jarra de vidrio con agua, un vaso, y la silla en la que estaba mi madre.

-          ¿Dónde estamos?  - le pregunté.

Mi madre sufrió un sobresalto al escuchar mi voz, y repentinamente largó la revista de actualidad y se lanzó sobre mí. Me besaba y me tocaba la cabeza y me preguntaba si estaba bien. Intercalaba las preguntas entre gritos de ¡doctor, doctor! .

-               ¿Dónde estamos?  - le pregunté nuevamente

-          En el hospital – me dijo, sollozando - ¿no te acordás de nada?.

-        No, de nada – le contesté mientras me dormía otra vez.

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Cuando volví a despertar, recordaba apenas estar en un hospital  pero no recordaba cómo había llegado hasta allí. Un poco más atrás en la memoria, tenía presente un leve recuerdo de haberme acostado en mi casa, sintiéndome enfermo y mi madre disponiéndose a tomarme la fiebre.

Ahora, junto a mí, además de mi madre estaba también mi padre.  Al parecer se había enterado de mi reciente reacción y había venido a verme.

-          ¿Qué pasó? – pregunté -  ¿Porqué estamos acá?, ¿Porqué están juntos? –

-          ¿Te acordás de que te sentiste mal, de que tenías fiebre? – dijo mi madre.

-          Sí , un poco  –

-     Bueno, eso fue hace algunos días. Estuviste todo este tiempo durmiendo.  Te tuvimos que traer al hospital porque tenías mucha fiebre y no te la podíamos bajar. Ahora ya estás bien. Bueno, casi bien.

-          ¿pero me voy a curar?

-       Sí m’hijito,  te vas a curar, todavía te tenés que quedar unos días más pero ahora va a estar todo bien, ya verás…

-          Ahhh – dije sin tener claro, obviamente, de qué corchos me estaban hablando, dado que por ese entonces tenía yo tan solo 9 años.

Miré a mi padre que estaba cejijunto, sentado un poco más atrás, sin tampoco entender demasiado que era los que sucedía, pero en cierto modo aliviado de que su hijo, que había dormido durante 5 días de corrido, estuviera aparentemente sano, o mejor dicho, normalizado, porque en rigor nunca había gozado de buena salud.

-                    Hola papá! – dije - ¿Cómo te va?

-      Bien, Milito, yo bien, y ¿y vos?..¡qué susto nos pegaste!

-          Fue sin querer…yo no sabía…

-          Si, claro, ¡andá a saber quién tiene la culpa!...¿querés que te traiga algo? ¿bizcochos, helados, autitos?¿qué querés?

-          ¡Quiero revistas!

-          ¡Pero qué se yo de revistas! ¿Cómo voy a saber cual traerte?, pedime otra cosa y dejate de joder….

-          No importa que no sepas, traeme cualquiera.  Andá al kiosko de “Tarzán” y pedile de superhéroes, él sabe.

Mi padre miró a mi madre y le dijo,  - Andá y decile al Dr. que puede darle el alta nomás, ya está como siempre, jodiendo con las revistitas.

 

Según supe mucho después, había despertado en la sala de internación  de “Infecto-contagioso” del antiguo Hospital pediátrico Pedro Visca.

La afección; una varicela que no evolucionó normalmente y se complicó con meningoencefalitis y cerebelitis aguda.

Las crónicas de la época establecen que estuve 5 días en estado de coma, con altísimas fiebres de hasta 42º, y que luego, cuando recuperé la conciencia, tenía un cuadro de parálisis de los miembros inferiores. Recuerdo perfectamente el porrazo que me di al intentar pararme para hacer pipí, así como la segunda punción lumbar (la primera había sido a las pocas horas de la internación y obviamente, no tenía conciencia de ella) y el desorden que supuestamente había en mi casa, donde mi padre, separado de nosotros desde hacía tres años, intentaba cuidar de mis hermanos más chicos mientras mi madre estaba apostada en el hospital junto a mí y a unos cuántos niños más de los que se hizo enfermera asistente por iniciativa propia. El alta, finalmente, se tardó como una semana más a partir de mi pedido de “revistitas”, dado que me costó entre 3 o 4 días recuperar la completa motricidad de mis piernas.

Durante muchos años después mi madre recordaba con aprensión aquellos aciagos días en que su hijo estaba en manos de la fiebre y la fortuna, y los médicos no hacían más que decir que “la cosa es muy brava, de estas situaciones se sale muerto o retardado” (no olvidar que estábamos en 1968).

Morir, evidentemente no morí, así que cada uno saque sus conclusiones.

Por suerte, todo pasó, pero en el interín, además del susto, el increíble dolor de la punción lumbar, la novedad casi de “C.F.” de ser sometido a un electroencefalograma, utilizando algo que parecía yeso para la adhesión de los sensores y la preocupación de los mayores de tener que lidiar el resto de sus vidas con un lisiado, yo me llené de revistitas ( hoy más comúnmente conocidos como COMICS).

Entre los comics que ligué en aquella ocasión, cantidad nunca antes y nunca después repetida sino hasta cuando, un par de décadas después, yo mismo me dediqué a conseguirlos, estaban unos cuantos de Supermán, otro tanto de Batman, y seguramente alguno que otro salpicado de personajes comunes de aquel entonces, como Turok, o El Llanero Solitario o Tarzán.  Pero, a pesar de que mi corazoncito siempre fue bati-maníaco, allí había un comic en particular que además de ser novedoso, ( nunca antes había tenido contacto con el personaje), resultaba ser la historia inicial ( la historia con la cual lo presentaban).

¡ Eso nunca antes me había sucedido!.

 En este país y por aquellas épocas, lo que leíamos de comics era lo que sobraba de las ediciones de Editorial Novaro en México. Eran traídos aquí  en compras por lote de oferta y llegaban, por supuesto, sin solución de continuidad y con un retraso bastante importante.

Así que conseguir la historia inicial de un personaje desconocido creaba esa ilusión de “estar allí”, en aquel país maravilloso y lejano donde las cosas buenas realmente sucedían.

Este personaje era, ni más ni menos, que el mismísimo LINTERNA VERDE, en su encarnación como “Hal Jordan” o “Raúl Jordán”, como lo conocíamos los hispano-parlantes.

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Como ya dije, además del hecho fortuito de encontrarme con un personaje de estreno en su historia de presentación, LINTERNA VERDE me cautivó por varias otras razones.

En principio, su elegancia. Tenía una forma de volar distinta, propia de quien lo hace aparentemente sin esfuerzo, como un Fred Astaire de los cielos. Su cuerpo era estilizado y no presentaba el hiper-desarrollo de Supermán  o Batman, algo que quizá uno podía sentir más alcanzable. Su traje era sobrio, una rara mezcla de super-traje con uniforme militar que imprimía respeto.

Por otro lado, el anillo. Una magnífica pieza de utilidad, que siendo fácilmente portable, tenía todo un arsenal guardado en él, y cuya única fuente de energía y toda su logística e ingeniería provenían del corazón de este hombre, de pelo castaño y ojos marrones, como uno. Es fácil de entender lo que para un niño enfermo de 9 años puede ser imaginar tener un anillo con ese poder. Creo que para muchos de nosotros se debe de haber convertido en uno de los pasatiempos ideales (recuérdese que no teníamos ipods o playgames) imaginar las cosas que haríamos para nosotros mismos, para nuestras familia y para el mundo entero si tuviéramos ESE anillo de poder, en nuestro poder.

¡Guau! Su recuerdo me trae nostalgias de tiempos de sueños sin límites…

Y finalmente, algo que por aquel entonces percibí y que muchos años después lo vi escrito en algún lugar.

Mientras que Supermán o J'onn J'onzz tienen sus poderes por su condición de alienígenas, Batman y Flecha Verde ser procuran un ingenioso arsenal y se entrenan dedicadamente, Flash y SpiderMan obtienen sus capacidades extraordinarias por accidente y El Capitán Marvel a través de la magia, sólo un LINTERNA VERDE es ELEGIDO para portar tan grandes poderes, gracias a su naturaleza noble, perseverante y dedicada.

Ser un LINTERNA VERDE, pues, implicaba el honor de un compromiso y la responsabilidad de un Don. De alguna forma y por alguna extraña razón, en la escala de valores que yo atesoraba en aquella edad, estas cosas parecían ser sumamente importantes. Eran una forma de vida, una definición.  Parecía ser ese tipo de heroísmo con el que uno puede sentirse identificado.

Obviamente que después, el mundo, me daría una lección.

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P.D. – En la imagen aparece, en forma resaltada a la izquierda de la misma, el facsímil de la carátula de aquel legendario número de “EN” (editorial Novaro) en el que se presenta a nuestro Héroe. Es el Nº 402 de la serie "Batman" de 1967.

LINTERNA VERDE (HAL JORDAN) – Creado por John Broome y Gil Kane. Hizo su aparición estelar  en octubre de 1959, en el Nº 22 de la colección "SHOWCASE" de la editorial DC COMICS.




11.02.2011 16:41

La mayor parte del tiempo libre me gusta pasarlo en casa. Trabajé muchos años para armar un espacio en el que me sintiera cómodo, y ahora que tengo lo más parecido a lo que siempre quise tener, lo disfruto lo más que puedo. Pero cuando toca salir a divertirse, en el 95% de las veces, vamos al cine (y a cenar, claro). Un 4,5% lo utilizamos para ir al teatro (y a cenar, obviamente), y el 0.5% restante, a espectáculos musicales.

Estos guarismos resultan un poco extraños si tenemos en cuenta que en lo personal, considero que la música es una de las actividades humanas más sublimes. Me deleita como arte, pero más aún me maravilla como actividad intelectual. Es un proceso de creatividad verdaderamente sutil y dramático, que casi no tiene parangón. Pienso que con ella se puede dominar nuestra mente, nuestros sentidos y nuestros sentimientos. Si hay algo que influye decididamente sobre nuestra conducta, a diferentes niveles concientes e inconcientes, es la música, en todas sus formas, clásica, popular, folklórica, instrumental, cantada, etc.

Pero,  a  pesar de la emoción, la admiración y el respeto que me inspira la música, de lo abarcadora que me resulta emocionalmente, soy un “aficionado” de medio pelo, ya que tengo contacto con ella muy esporádicamente, pues ni siquiera es algo a lo que recurra normalmente cuando estoy trabajando o en esparcimiento o en relajación. No leo sobre el tema, no sigo a ningún cantante o compositor, no sé tocar ningún instrumento…

Tal vez sea porque como ejecutante, soy un lisiado, y como cantante, un papagayo.

Ahora bien, hace como un par de meses, y gracias a una invitación recibida por una amistad de Facebook, tuve la oportunidad y la excusa para realizar una de estas salidas excepcionales, es decir, una de las que constituye el 0,5% de mis actividades de esparcimiento, la cual consistió precisamente, en  asistir al recital que ofrecía una banda en un boliche de la capital, en la cual funge de guitarrista un prestigioso bloguista al que sigo.

Nos pegamos una ducha, me afeité, se maquilló, nos pusimos ropita limpia, nos subimos al “caharromóvil” y nos fuimos a EL TARTAMUDO, allí en 8 de octubre frente al túnel, dónde a la hora señalada, ejecutaría su repertorio la banda “Vitraux”.

Llegamos temprano y nos hicieron sentar en una mesa, cerca de la barra. La decoración es un tanto “retro”, las luces bajas y el espacio mínimo.

 -          Acá no puede tocar una banda – me dijo mi esposa.

-          Y no – le respondí – seguramente debe haber algún sucucho por ahí  - y nos tomamos una cerveza mientras esperábamos…

Media hora más tarde, nos avisan que se estaba habilitando el sótano, donde tendría lugar el recital. Nos acercamos a la escalera, donde nos cobraron el ticket y bajamos a buscar un espacio dónde acomodarnos. Como éramos de los primeros, encontramos un lugar cómodo y muy cerca del escenario. Es una edificación en "L", que en el vértice del salón tiene el escenario, de forma tal que casi no hay lugar desde el que no pueda verse lo que en el sucede. El lugar es acogedor, sobria y elegantemente decorado, con buena ventilación y también con muy buena acústica, como pudimos comprobarlo minutos después.

Es decir, el lugar, pese a ser un “sótano” resultó muy confortable y adecuado.

A continuación, llegó el mozo para levantar el pedido de la ingesta con la que acompañaríamos la velada. Como me lo habían recomendado ( y además tengo cierta debilidad por ese plato en particular ), solicité un “Gramajo de la casa”. Tengo que confesar que, en el interludio, es decir, cuando la banda se tomó un descanso, decidí pedir otro plato de lo mismo, o sea, que me comí 2 porciones del mejor GRAMAJO que he comido en mi vida. Mejor que el de Ejido y San José y mejor que el ya legendario Gramajo del antiguo y original LUZON (que me perdonen los de ahora, pero ni ahí lo que hacen).

Desde el punto de vista gastronómico, resultó una salida muy satisfactoria.

Y ahora viene el tema central de esta anécdota, que es precisamente la actuación de la banda. Como dije antes, acudí a verla por invitación y porque habían involucradas personas conocidas, pues yo nunca había escuchado nada de la misma, así que no sabía con qué me encontraría. Porque, a pesar de mi admiración por las cosas musicales, como ya dije, mi capacitación al respecto es absolutamente cero, por lo que mi espectro no es muy amplio, y tiendo a ser bastante primitivo con mis gustos. Es decir, si algo me gusta, me gusta de primera, y si no, lo deshecho. Así de simple.

Y esto no tiene nada que ver con la capacidad de evaluar si algo es bueno o malo. No puedo, ni debo, ni quiero sopesar las cosas desde ese punto de vista, dada mi paupérrima formación y mi poco entrenada sensibilidad. Lo que hago, simplemente, es dejarme llevar y en un momento dado adquiero conciencia de estar disfrutando o sufriendo con lo que escucho.

Llegado el momento, van apareciendo sobre el escenario los miembros del grupo musical. Son cuatro; un baterista, un bajo y dos guitarras. Se acomodan en el escenario, prueban los instrumentos musicales y los equipos de audio, que dicho sea de paso, lucían estupendamente. Parecían todos nuevos y de última generación…era agradable sentirse en un ambiente donde parecía que había una inversión que respetaba a los músicos y a los escuchas por igual.

Entre los cuatro, rápidamente reconocí a Marcelo, la persona que por la que estaba ahí y que nunca había visto personalmente. Estaba acomodando su guitarra al cuello y la primera impresión que tuve, mientras transcurrían los primeros minutos sobre el escenario y se preparaba la fanfarria, fue la de una persona muy  tímida y un tanto nerviosa, quizá con poca confianza en sí mismo. A pesar de ello, cuando todos estuvieron acomodados, fue él quien tomó el micrófono y comenzó a introducir al público en el espectáculo que veríamos. Su voz grave y profunda contrasta con la primera impresión que había recibido, y rápidamente comienza a adueñarse de la dinámica del show, convirtiéndose en un idóneo maestro de ceremonias.

Se incia la función. El bajista y obviamente líder de la banda (por como se movía en el escenario, por como miraba a sus compañeros, por como miraba al público) es la voz principal. Marcelo lo apoya en coros y estribillos.

Ya desde el vamos acaparan la atención, Todo suena armónicamente. Tienen buena entonación y se escuchan claramente los versos. Bien por el audio, bien por la articulación vocal.

La música suena….estupenda. Se escucha claramente cada instrumento y el conjunto aparece sincronizado y suave, pese a su ritmo de rock. A medida que pasan los temas, uno va escuchando sin interrupción la ejecución perfecta de las partituras, sin fisuras, con ritmo y complejidades varias. Es música con elaboración. Es muy buena música.

Los primero temas, me resultaron un poco disociados, es decir, partituras muy interesante, ejecutadas impecablemente. Versos también interesantes, sutiles y elaborados, pero sentía las cosas por separado. Sentía la buena música por un canal, y los buenos versos por otro, pero no sentía que el verso y la melodía tuvieran un vínculo suficiente. Había dos buenos productos, haciendo cada uno su parte, pero no lograban ser sólo uno.

Después de 3 o 4 temas, Marcelo canta un tema como primera voz. Supongo que sería un tema de él, pues es lo que suele suceder cuando se cambia al vocalista. Resultó ser una pieza muy interesante que realmente le cambió el ritmo al espectáculo. Fue en un tono más rockero, más vital y más amalgamado y la timidez  que al principio me pareció percibir, brilló por su ausencia.

Si mal no recuerdo, en este punto vino el descanso ( y la otra porción de Gramajo, como ya conté).

Cuando reanudaron la segunda parte, sucedió algo muy interesante. Los versos continuaron siendo elegantes, sutiles y con cierta propuesta. La música siguió siendo elaborada, intensa y muy bien instrumentada. Pero lo que cambió fue que en estos temas sí había amalgama, sí había unicidad entre música y canto. Fueron temas mucho más contundentes y el resultado fue que parecía que estábamos escuchando una de esas bandas profesionales que tocan al más alto nivel, por los escenarios del mundo. Tengo que admitir que no sé si lo que digo es exactamente así, pero creo que TODOS los temas que escuchamos eran de autoría del grupo, lo cual es una propuesta bastante arriesgada. Por lo menos yo no pude reconocer ninguno y todos me parecieron que los escuchaba por primera vez. Aún así, pude entenderlos y disfrutarlos, cosa que no me pasa frecuentemente.

Nota aparte merecen el ejecutor de la otra guitarrista (el que no era Marcelo), y el baterista. En sendas oportunidades, nos regalaron un SOLO cada uno de ellos, que me puso la piel de gallina. Una destreza y una sensibilidad realmente descollantes la de estos muchachos, que ejecutando sus respectivos instrumentos, son unos verdaderos virtuosos.

Y como todo, lo bueno y lo malo, llegó el último tema y la hora de volver a casa. El resultado de la salida fue no sólo gratificante, por el ambiente, por la comida y por la música que disfrutamos, sino también una agradable sorpresa. Me llevó a la reflexión de que, ante tanta diversidad de problemas a la que la humanidad se enfrenta hoy, a nivel global y en cada comarca puntualmente, es una bendición que todavía exista esta clase de gente que, desde sus entrañas, sacan a relucir tanta cosa buena que los humanos aún tenemos dentro. La música, la poesía, la buena mesa.

Muchas veces pienso, bombardeado por las malas noticias y después por las peores, que la humanidad ya ha cumplido su ciclo, signado mayoritariamente por la barbarie y la depredación descontrolada, y que no merece ya más oportunidades. Pero después de una noche como esa noche, dónde cuatro jóvenes uruguayos nos regalaron semejante cantidad de talento y entusiasmo positivo, uno siente que tal vez no todo está perdido, y que mientras haya músicos como ellos, tendremos embajadores que nos hagan merecer una segunda oportunidad, cuando llegue la inevitable hora del juicio final, ante los Guardianes del Universo…

 

VITRAUX – LA BANDA:

Gabriel Buonagura - Bajo y Voz principal

Marcelo Rolandi – Guitarra y Voz.

Diego Souza – Batería

Pablo Esquio – Guitarra.

 

 

 




04.12.2010 14:23

"Único soldado en una guerra en que muero, clásico lisiado, quiero, vivo y no puedo; encontrar un cristo bajo el polvo del suelo. Para qué buscarlo, si sé bien que está muerto". Segmento de una versión criolla de Jesucristo Superstar...(¿te acordás?).

La década de los 70 fue, quizá, la más vertiginosa en mi vida.

Como ya lo dije en la nota anterior, pasé de escolar enamorado a padre de familia en un lapso de 10 años. Entre tanto, me preparé para ser el hombre que anhelaba ser...así que me volví cinturón negro de karate koreano, comencé la carrera de constructor en la U.T.U, pero un acontecimiento que yo creí fortuito me puso en otro andarivel, y terminé siendo Analista de Sistemas, quedando atrás las jornadas como auxiliar de cuadra de panadería, peón de camión de refrescos o aprendiz de chapa y pintura automotriz.

Leí la Biblia, El Quijote, El Capital, Lobsang Rampa, Ray Bradbury, Erick From, José Ortega y Gasset y "Cien años de soledad" entre otros tantos,  todos de la misma manera absolutamente informal. De niño tímido y enfermizo, me convertí en activo dirigente gremio-estudiantil. Hice historietas con mi amigo Andi.es y con Mauricio, que a pesar de su cuadriplegia no dejaba de hacernos reír con su humor descollante y filoso. Con algunos amigos montamos una obra de teatro estudiantil, mientras escribí una tesis sobre sicología evolutiva basado en el diario de Ana Frank para aquella novia que estudiaba profesorado de historia.

Diseñé el mobiliario de la oficina donde obtuve mi primer trabajo como programador y armamos un hogar con mi compañera a base de muebles usados; todos reciclados con amor, algunos clavos y mucha pintura. Entre tanto, todo el tiempo estábamos tratando de esquivar algún milico malhumorado al que nuestro pelo largo lo hiciera pensar en sacarse las ganas de mutilar gente, y rogando que al otro día, no hubiera un hongo gigantesco friendo la tierra a causa de la resaca de algún pelotudo de los que habitualmente gobiernan el mundo (en eso no hemos cambiado nada).

Aprendí a recorrer los caminos del cuerpo femenino, y leí por ahí que habían inventado algo llamado orgasmo, que parecía importante y perentorio encontrar. A medida que las libertades civiles se empequeñecían, las preguntas existenciales crecían y el añoranza por el hombre nuevo se hacía visceral. Han pasado muchos años y ha habido muchísimos cambios, por lo que algunos dicen que hemos recobrado la libertad. Yo sólo creo que nos sacaron la mordaza, pero seguimos igualmente maniatados.

La música, por lo que significó como elemento revolucionario en los 60´s, fue un lugar dónde buscar ( y hasta a veces encontrar) respuestas y consuelo (o al revés). En esta selección  les toca a los hispano-parlantes de allende fronteras. Es muchísimo el material que hay de aquella época, sobre todo de un tipejo llamado Joan Manuel Serrat, que por lo menos en lo que a mi respecta, era omnipresente. Por esa razón, queda excluido en este post, pues se merece uno específico para él. 

Fue una época llena de "porteñada" (Sabú, Heleno, Safari, Abracadabra, Los Náufragos), y otros cantantes y grupos igualmente melosos (Los Ángeles Negros, Los Pasteles Verdes) que llenaban los primeros puestos y las radios de entonces, pero también había música que nos llegaba de otra forma y nos formaba para otras cosas. Aquí va algo de lo que, con el tiempo, resultó ser importante.

Ah!, me olvidaba,,,,como no pude decidirme sólo por quince opciones (según la propuesta original de Ronaldi), aumenté la selección a veinte... sorry.

1 - Pedro y Pablo - Marcha de la Bronca. (UN CLÁSICO!)

http://www.youtube.com/watch?v=uhnp5hQSOb8&feature=related

2-Jarcha - Libertad sin ira. (Hace referencia a España, pero es universal)

http://www.youtube.com/watch?v=NrROdpJb4Ek

3 - Tango Feroz .- El amor es más fuerte. (En eso creímos, realmente, pero...)

http://www.youtube.com/watch?v=t_jtQUO1NgY&feature=related

4 - Sui Generis - Canción para Mi Muerte. (CLASICO de CLASICOS)

http://www.youtube.com/watch?v=-LKg9YNB1kw

5 - Vox Dei - Presente. (Quizá no lo mejor, pero es lo que más me quedó)

http://www.youtube.com/watch?v=gC0CfunxvQI&feature=related

6 -  Aguaviva - Pon tu cuerpo a tierra (Poesía con música que se mete en tus entrañas)

http://www.youtube.com/watch?v=rKjCSqaTzq8&NR=1

7 - Aguaviva - Cantaré.  (La fuerza expresiva de este cgrupo es inovidable)

http://www.youtube.com/watch?v=p0uXS5zYhxU&feature=related

8 -Juan C, Baglietto - El gigante de ojos azules. (Creo que no era esta la versión que yo escuchaba en aquel entonces, pero no encontré otra).

http://www.youtube.com/watch?v=nrYLscDsdtk&feature=related

9 - Patxi Adion - Los Burmanos Hugueses. (Juego de palabras para juego de realidades)

http://www.youtube.com/watch?v=bwKPZdGrt9U

10 - Paxti Andión - Habría que saberlo. (Sincero cuestionamiento sobre quienes cuestionamos)

http://www.youtube.com/watch?v=OY59-BCm4N0&feature=related

11 - Patxi Andian - Samaritana (antecedente de Stefanie-Zitarrosa, con la misma fuerza nostálgica del amor como lo entienden los hombres)

http://www.youtube.com/watch?v=ELGi510k4Ho&feature=related

12 - Paco Ibáñez - Palabras para Julia. (Porque la vida ya te empuja...)

http://www.youtube.com/watch?v=Hd4Xy_sTSik&feature=related

13- Paco Ibáñez - Como tú. (poca música, poca letra, la grandeza de la pequeñez)

http://www.youtube.com/watch?v=WxlTUjd2F2Y&feature=related

14 - Paco Ibáñez - Me lo decía mi abuelito. (es imposible no identificarse con esta expresión de nuestra idiosincracia).

http://www.youtube.com/watch?v=X422DCfnVjI&feature=related

15 - Paco Ibáñez - Lo que hace el dinero. (No habrá segundas opiniones)

http://www.youtube.com/watch?v=AY12hxrtMTc&feature=related

16 - Sergio Dennis - 14 de abril de 1973. (una reflexión sobre las reflexiones)

http://www.youtube.com/watch?v=rW8NBMlfZTA

17- Roque Narvaja - Yo quería ser mayor ( Sin palabras )

http://www.youtube.com/watch?v=h-y5Pyny6hw&feature=related

18 - León Gieco - Sólo le pido a Dios. ( es el interprete original, aunque imagino que ya lo saben...)

http://www.youtube.com/watch?v=Ek4qqkJ9950&feature=related

19 - Sergio Dennis - Canción para cuando despiertes. (Para mi sentido del romance, esto es lo más parecido a lo que siempre, siempre, me gustaría poder ofrecerle a una mujer).

http://www.youtube.com/watch?v=mAegnoWC8So

20 - Rubén Blades . Pedro Navaja. (La vida te da sorpresas....)

http://www.youtube.com/watch?v=dmb2foAxa8U

Como yapa, les cuento que hay un disco formidable de 1971 del que no encontré material en Yuotube, pero que recomiendo verdaderamente que lo oigan..."Claudina y Alberto Gambino -  Brassens en Castellano".....Es TOTALMENTE IMPERDIBLE.




28.11.2010 22:03

Una incitativa de un amigo de FaceBook (Marcelo Rolandi) a la que fuí invitado, planteaba la inquietud de seleccionar los 15 mejores temas de la década de los 70. Yo no soy un musícologo, que digamos, ni mucho menos, pero al intertar participar del juego, noté lo mucho que la música nos acerca a los recuerdos. También noté que del 100% de temas por los que guardo preferencia, el 70 o 75% pertenecen a aquella época, en la que, siendo adolescente, comencé a degustar el mundo. Fué duro elegir sólo 15, pero esto fue lo que salió de este ejercicio de remembraza y por lo tanto, de re-encuentro con uno mismo.

Los 70 fueron una década dura, rica, dramática y larga, tanto que duró como 10 años.

Para mí comienza justo en 1970, cuando cursaba mi último año de primaria y mis hormonas ya se percataban de ello. Estaba perdidamente enamorado de mi maestra de sexto y por eso me negaba a usar moña azul. Quería parecer un doctor. También recuerdo las angustias de lo que para mí fue el primer acontecimiento futbolístico del que tengo conciencia vivencial y no recuerdos generacionales. Me refiero por supuesto al mundial de fútbol de México 70. Me acuerdo aquel titular espeluznante de un diario brasilero que, previo al partido de semifinales con nosotros, anunciaron..."Seremos once Obdulio Varela en la cancha". Ellos lo invocaban para enfrentarnos a nosotros. Emocionante ¿no?.

Bueno, antes que terminara esa década hube de crecer lo suficiente como para hacer dirigencia gremial en secundaria, descubrir que lo que me habían enseñado en la escuela sobre la evolución del hombre era una teoría llena de agujeros, que las democracias se caen, que los gobernantes pueden ser asesinos, que los parientes pueden desaparecer y que puedes ser juzgado y aniquilado por la música que escuchas, como en la Edad Media.

Conocí el refugio de la verdadera amistad, dónde se puede ser tonto y profundo a la vez, y escuchar cosas que jamás se te olvidan.

Vi a Luke Skywalker viviendo mi otra vida (la que viví antes de esta) y a Superman volar de verdad en la pantalla grande.

Éramos unisex y pelilargos, pero asistí a la  desaparición de los pantalones Oxford y las camisas floreadas, y fui testigo de como los hippies se convertían en yupies, mientras Harry el Sucio nos advertía sobre lo que se nos venía encima.

Supe ganarme el salario y estudiar al mismo tiempo, mientras que casi sin darme cuenta, me convertí en un ladrillo más en la pared, a pesar de haber sido  advertido por Pink Floyd. 

Por supuesto, fue la época de explorar y desglosar amores varios. De entre ellos, dos de los más importantes de mi vida surgieron casi inmediatamente; el descollante, que me llevó, enredado en sabores a piel e ilusiones desdoblantes, a emprender un proyecto de convivencia, y el arrasador, el que me convirtió en hombre y me atornilló a la vida, aquel por el cual, en 1979 alguien me dijo - Quédese tranquilo, todo salió bien, ya es papá -

He aquí algo de la música que me acompañó en esa vuelta de Calesita alrededor del sol.

En esta primera entrega; los angloparlantes, de los cuales no he sido muy devoto, así que probablemente esta selección no sea en absoluto sofisticada. Aparecen en el orden que recuerdo haber tenido conciencia de ellos:

1 - Creedence Clearwater Revival - Travellin' band.

http://www.youtube.com/watch?v=VwcJ5WQSamQ  

2 - Creedence Clearwater Revival - Have you ever seen de rain?

http://www.youtube.com/watch?v=TS9_ipu9GKw

3 - Beatles - Let it be.

http://www.youtube.com/watch?v=GcZ8Gz0rDtw&feature=related

4 - Cat Stevens - Morning has broken

http://www.youtube.com/watch?v=1TWd3skb-Rw

5 - Cat Stevens - Father and son

http://www.youtube.com/watch?v=Q29YR5-t3gg&feature=related

6 - Cat Stevens - Oh very young

http://www.youtube.com/watch?v=KOvp8Arzq2c&feature=related

7 - Cat Stevens - Wild World.

http://www.youtube.com/watch?v=DHXpnZi9Hzs

8 - Yvonne Elliman - I Don't Know How To Love Him

http://www.youtube.com/watch?v=18GTVeXNWfg&feature=related

9 - Carl  Anderson - Heaven On Their Minds

http://www.youtube.com/watch?v=dDzxn66W3uM&feature=related

10 - Maureen Mcgovern  - The Morning after.

http://www.youtube.com/watch?v=_KClpLzFftU

11 - Bonnie Tyler - It's a Heartache

http://www.youtube.com/watch?v=V0CG4eN8SUQ&feature=related 

12 - Barry Manilow - Mandy. (Y los huesos crujían...)

http://www.youtube.com/watch?v=wA3KdznkjpQ&feature=related

13 - Billy Joel - Honesty.

http://www.youtube.com/watch?v=iGq2ng51rCk&feature=related

14 - Kansas - Dust in the wind.

http://www.youtube.com/watch?v=tH2w6Oxx0kQ

15 - Dire Strait - Sultan of the swing

http://www.youtube.com/watch?v=8Pa9x9fZBtY

           




31.03.2010 13:29

Una tarde otoñal mi amigo ECTOR daba un paseo camino a la plaza del barrio, junto a su hijo de 6 añitos.

Estaban aprovechando las últimas temperaturas cálidas del año, tratando de absorber el máximo sol posible para los meses venideros.

Al pasar frente al portón de determinada casa, un perrote arremete contra los barrotes de la reja circundante y comienza a ladrarles afanosamente.

Tras un muy breve sobresalto, el niño lo encara y se pone a ladrarle también

- guau! guau! guau! -

Mi amigo Ector mira absorto la escena, sin saber muy bien cómo reaccionar.

Después de algunos segundos, el niño deja de ladrar al perro y se alejan de allí para seguir con su paseo y para alejarse del espacio que aquel guardián entendía que tenía que proteger. Cuando habían caminado unos metros y el perro se había llamado a silencio, el niño mira a Ector y dice - Papá, no sé si me habrá entendido claramente, porque no domino muy bien el idioma de los perros, pero yo quise decirle: "tranquilo ché, somos amigos". ¿Tú crees que me habrá entendido? -

Mi amigo Ector reflexionó un momento antes de contestarle y le dijo - mmm, no lo sé hijo, lo que sucede, creo yo, es que entre ellos no se dicen tantas cosas como nos decimos nosotros, no necesitan tantas palabras ni tantas explicaciones. Ellos solo ladran para manifestar tres o cuatro emociones básicas. Se dicen si están contentos, o si están asustados. Si tienen hambre o si están enojados o doloridos o si tienen ganas de jugar. Creo que nada más, pues creo que no necesitan otra cosa para relacionarse entre ellos -

El niño medita un momento, y a continuación expresa en voz alta lo siguiente -Tienes razón, es siempre la misma palabra "guau" pero con una emoción diferente. Entonces, lo que ellos escuchan en realidad es la EMOCION ¿verdad? -

Ector se pone a reflexionar sobre las palabras de su hijito de 6 años, mientras avanzan tomados de la mano, caminando sobre los mantos macizados de rojo, pardo y naranja de las hojas de plátano que cubren la vereda. Unos pasitos más adelante, el niño vuelve a hablar, diciendo - Entonces papá, si nosotros necesitamos tantas palabras y tenemos tantos idiomas…¿es porque nos hemos olvidado de escuchar las emociones? -

En ese momento pisaban el césped de la plaza y Ector que suelta el balón que llevaba bajo el brazo y le dice a su hijo - Bueno, cachorro, yo atajo y tú pateas, ¿de acuerdo? -

-Sí, dale - dice el niño con un brillo de grito de gol en sus ojos…

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Esta tarde de paseo y charla entre padre e hijo sucedió hace casi una década atrás. Sin embargo, al día de hoy, mi amigo Ector aún sigue buscando una respuesta…

 



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El sentido común me indica que debería callar y seguir. Pero eso sería tan aburrido como todo lo demás...

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