Gestalt! by Gustavo
Gestalt aplicado a Organizaciones, Coaching y Gestión Humana

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Lecturas

11.03.2012 15:55

 

Gestalt, terapia de la autenticidad de Pedro de Casso. Este libro es una recopilación comentada de la vida de Fritz Perls y de su obra, siguiendo paso a paso su desarrollo. Aparece en su lectura la evolución de las ideas, la influencia de los diferentes psicólogos y filósofos en el desarrollo de la gestalt, la diferenciación paulatina con el psicoanálisis, la ruptura con Freud en 1936 y de allí hasta su muerte en Canadá.

Señala un párrafo de Casso extraído de "Yo, hambre y agresión", donde Perls describe los objetivos de su nueva técnica de psicoanálisis, describiéndola como:

... volver a lograr "el sentimiento de nosotros mismos"...

Esta simplicidad no deja de ser brillante. En efecto, el gran tema que nos planteamos es que las personas sean más a partir de su propia esencia, lejos de todo modelo de imitación que limite a la persona  en su luz. Ser "más uno mismo", ajustar el ser y estar en el mundo de acuerdo a lo que realmente entendemos que nos es posible, dejando de lado los mandatos (introyectos) y la falta de responsabilidad por nuestros asuntos, proyectada en los demás.

Que las personas sean más ellas mismas, es el gran desafío de quienes trabajamos en gestalt, tanto sea en coaching como en otras formas de ayuda. Y para ello no hay molde, sino el arte de acompañar al otro en el descubrimiento de sus formas de bloqueo o evitación.

Linda tarea. Y como decía Perls, "será mucho más difícil rectificar este estado (basado en proyecciones e introyectos) que adquirir nuevos hábitos. He ahí el desafío.

@2012 - Gustavo Nisivoccia


  • Gestalt, terapia de autenticidad. Pedro de Casso, Kairós, 3era edición, 2009.



06.01.2012 18:50


Cada verano, tomo mi caja de libros y me voy a la playa a pasar mi licencia. Durante el año, descubrí el texto "El psicópata adaptado, un lobo entre corderos", de Fabián Molina que me llamó la atención y me gustó mucho. Luego, adquirí un segundo texto, del Dr. Marietan.

Quienes trabajamos con personas, encontraremos en estos textos un buen detalle de las consecuencias del accionar del psicópata, sus víctimas, que son quienes posiblemente lleguen a nuestra consulta por algún tipo de ayuda.

Reproduzco el siguiente texto del Dr. Marietan, que me pareció instructivo y claro, y abajo el detalle de los textos para quienes quieran ir por más.

Por último, no dejen de consultar a ambos profesionales, de quienes suministro más info. Aprovecho además a agradecerles a ambos, Molina y Marietan, por toda la energía puesta al servicio de la docencia y apoyo sobre las consecuencias de estas personas sobre otras personas, grupos e instituciones.

@2012 - Gustavo Nisivoccia
Publicado en CyberLucky, Aguas Dulces.


Estoy en manos de un psicópata. ¿Qué hago?

Por Hugo Marietan (Ver referencia al pie)

 ¿A qué llamamos psicópata?

Un psicópata es una persona. Con mayor precisión diremos que es una forma especial de personalidad. Una manera de ser en el mundo que se distingue del grueso de la población. ¿Por qué característica? Por tener necesidades especiales y cosificar a las otras personas.

Es propio de la naturaleza de los seres vivos tener necesidades: necesitar de lo externo para sobrevivir (nutrientes, resguardo, reproducción, y demás). Pero las necesidades comunes son consensuadas y comprensibles. Es decir, la inmensa mayoría las comparten: necesidad de alimento (y un modo de hacerlo), necesidad de los otros (por seguridad, por debilidad individual), y otras. Estas necesidades las entendemos (intelecto) y las comprendemos (empatía y vivencias similares). Son necesidades típicas, comunes.

¿Qué sería una necesidad atípica? Preferir como alimento la carne humana (canibalismo) en un espacio y tiempo culturalmente inaceptado. La exacerbación del poder. Ejercitar el sexo (sexuar) con infantes o sin el consentimiento de la otra persona (violación), por poner sólo algunos ejemplos.

¿Y la cosificación? Es quitarle la jerarquía, el valor de persona del otro y tratarla como una “cosa”, como algo que se usa y se tira, como algo sobre el que se permiten maniobras y manipulaciones que serían indignas en una persona. Sobre una cosa se puede hacer cualquier acción sin el displacer interno (culpa) por las consecuencias de esas acciones. Es un tipo de impunidad interior que tiene el psicópata. Un juez benevolente que prioriza las necesidades del propio psicópata por sobre las consecuencias negativas sobre las otras personas. “El fin justifica los medios”, anuncia este juez maquiavélico.

Y ésta es una de las claves para acercarnos, al menos un poco, a entender intelectualmente cómo funcionan estas personas especiales: el que está con el psicópata, no es tratado como un igual a él, sino como algo inferior, desechable, indigno, como una cosa.

Grandes son los lamentos de los complementarios (los que conviven con psicópatas) al darse cuenta de que no son tratados como personas, ni como mujeres, ni, a veces, como meras hembras, sino que llegan a ser “casi nada” para el psicópata que ve en ellas solo la utilidad para sus fines y sus objetivos transitorios.

¿Cuántos son? Está, más o menos, calculado, siendo optimistas, que los psicópatas son el 3% de la población. ¿Todos varones? No. La relación es de tres hombres a una mujer.

Rasgos

1) Los psicópatas trabajan siempre para sí mismos.

A veces parece que son altruistas, generosos, desprendidos. No confundirse: están invirtiendo, en algún momento sacarán el jugo a esas relaciones y a esas dádivas. Hemos tenido las experiencias de políticos esforzados “por la patria”, “por la recuperación del ser nacional”, “por la patria grande”, “por los desposeídos”, todos objetivos muy gregarios pero, hilando fino, sólo estaban trabajando por cumplimentar sus necesidades especiales.

2) El psicópata no realiza acciones psicopáticas en el 100 % de sus conductas.

Esto confunde mucho a los comunes que creen que un psicópata deber mostrarse constantemente en conductas atípicas o asociales. No. Al contrario. La mayoría de esas conductas son adaptadas y sólo en un pequeño porcentaje se muestra como psicópatas y no con cualquiera sino que…

3) El psicópata muestra su psicopatía con el complementario (el que convive con él), con otro psicópata (cuando se asocian para lograr un objetivo —bandas de delincuentes, partidos políticos, empresarios—), y actúa sobre personas comunes (cuando las viola, las asalta, las estafa, las mata, etc.).

4) Es de difícil identificación.

Por lo general, pasan desapercibidos. Algunos son gentiles, amables, tienen el “don de gente”, son seductores, hasta fascinantes (los hay también muy desagradables, pero lo trataremos en otro trabajo). Y ejercen su psicopatía solapadamente en ámbitos separados de sus lugares habituales.

5) Suelen ser bifrontes.

Cual dios Juno, presentan dos caras: una frente a los complementarios y a su familia, y otra frente al resto de la sociedad. Suelen ser tiránicos, déspotas, agrios, callados con su familia y sociables, agradables y solícitos frente el resto de las personas. De tal forma que los “amigos” externos a la familia, no dan crédito cuando un complementario o un hijo de psicópata les cuenta cómo es el comportamiento dentro de la familia del psicópata.

6) Convencen.

Suelen ser carismáticos y seductores. Convencen a los demás, a veces francamente los fascinan para que sigan sus proyectos o sus intereses. Las herramientas que usan son: una perspicacia espacial para captar las necesidades y debilidades del otro, la capacidad de “expandir” la libertad en el reprimido, la mentira (son verdaderos artistas de la mentira), la coerción, la actuación (son actores natos).

7) Minan la autoestima del otro.

Trabajan cual escultor tallando todos los valores del complementario hasta eliminar, muy de apoco, todos los valores que lo sustentan como persona (la dignidad), hasta convertirlo en un ser dependiente y demandante de los caprichos del psicópata (un esclavo). Esto es un “proceso”, nada agudo ni torpe. Se hace con lija fina, pero constante y sin pausa. Y la mayoría de la veces el complementario no es conciente de la profundidad de su deterioro como persona. Ante la alarma general de su familia de origen, de sus amigos, que le ponen sobre aviso del desastre, el complementario hace caso omiso de las advertencias y sigue obnubilado tras el mandato del psicópata quien, a sabiendas de esto, lo que hace es llevarlo a un…

8) Aislamiento.

El psicópata aísla al complementario y a toda su familia. Toda persona que puede interferir en su poder interno es descalificado, menospreciada (sutilmente, desde luego) hasta que el complementario “se da cuenta” de que esa persona es negativa para él. Así se va quedando sin amigos, primero, luego sin relación con los hermanos ni con sus padres, y su único sostén es… el psicópata.

9) Uso y abuso.

Llegado a este punto, el complementario ya está preparada para el uso y abuso por parte del psicópata quien, ahora sí, muestra su cara más desagradable y tiránica, pero ya no tiene a nadie que lo pueda confrontar.

10) Un largo sueño.

La relación psicópata–complementario hunde su anclaje en lo irracional. Nada lógico puede explicar esta unión. Sin embargo, es muy sólida y reincidente. La persona sometida a un psicópata parece sumida en un largo sueño, un vaho de irrealidad nubla todo lo relacionado con lo negativo de la relación. Aquí los argumentos de los ajenos al circuito psicopático chocan con una barrera incomprensible, puesta por el mismo complementario que se queja, pero daría su vida por seguir con el psicópata.

¿Cuándo un terapeuta puede incidir terapéuticamente sobre la psicopatía de un psicópata? Nunca. ¿Cómo tan categórico? Muy sencillo. La psicopatía es una manera de ser. No es una enfermedad. Ni algo adquirido por malos tratos infantiles, es decir, no es algo aprendido. Es así. La historia de este tema muestra ejemplos de todo tipo de terapias, y el resultado es el mismo. Siguen siendo lo que son.

¿Pueden modificar su conducta? Sí, si eso los va a beneficiar en algo. Por ejemplo, pueden actuar de “presos modelos” porque saben que eso les reduce la pena un 30 %. Pueden asistir a terapia porque el complementario, cuando es huésped y el psicópata es parásito, le exige que lo haga. En fin, cuando le conviene.

¿Cuándo el terapeuta puede asesorar al complementario? Cuando el complementario se agotó en la relación (el efecto del psicópata sobre el complementario es como el de un vampiro energético: chupa las ganas, el ánimo del complementario quien suele parecer un “anémico” por lo desgastado). Cuando el psicópata lo deja por otro.

Pero, nada se puede hacer cuando el circuito psicopático está vigoroso y el complementario duerme el sueño de los esclavos.

 


 

(1) REFERENCIAS DE LOS TEXTOS CONSULTADOS

 

 

EL COMPLEMENTARIO Y SU PSICÓPATA, Hugo Marietan, Ed. Ananké, Buenos Aires, junio 2008, ISBN 978 987 1510 01 6

El Dr Marietan corre un consultorio especializado en asesoramiento de personas afectadas por psicópatas: familiares, parejas y allegados y realiza interconsultas y supervisión sobre el tema a profesionales.

www.marietan.com.ar 
marietanweb en gmail.com

EL PSICÓPATA ADAPTADO. Un lobo entre ovejas
de Fabián Molina, Editorial Salerno, Isbn 9789879083291

Este libro intenta mostrarnos con toda su crudeza la forma de pensar y de actuar de estos PSICOPATAS ADAPTADOS y cómo poder evitarlos o defenderse, y es un llamado de atención, dado el número creciente de víctimas que acuden a nuestros consultorios.

fabianmolinapsi en hotmail.com

 




28.02.2009 13:15

Algunas lecturas que he disfrutado últimamente:

  • Gestalt, Terapia de la autenticidad. Pedro de Casso, Editorial Kairos.


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