Uruguay: click para actualizar
Una crónica del camino hacia un país que se amiga con la tecnología.

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Sustentabilidad

18.05.2010 03:08

Un tipo de tecnología de la que no hablamos lo suficiente en este espacio es la que tiene que ver con las energías renovables. Y digo que no es suficiente porque hoy Uruguay está atravesando un camino donde la adopción de estas tecnologías puede marcar -al igual que temas que tratamos más seguido, como la alfabetización digital- un cambio radical en el futuro del país.

Si más o menos siguen el tema, se habrán enterado que en los últimos años se ha puesto un énfasis importante en la generación en base a energías renovables, con un ambicioso objetivo de contar con 500MW de esa fuente para 2015. Se habrán enterado de las inauguraciones de parques eólicos o generadores a biomasa pero es muy pero muy poco lo que podemos ver a nivel del consumidor, de nuestros hogares. Vale marcar la excepción de los generadores solares térmicos y la ley que los hace obligatorios para grandes superficies.

Esto, afortunadamente, puede cambiar radicalmente gracias a un decreto presentado recientemente que habilita la microgeneración en hogares. Esto significa que cada uno en su casa o apartamento podrá tener un molino, paneles solares o lo que fuere que podrán abastecer parte del consumo del hogar o alimentar la red de UTE, descontando esa energía de la factura.

Este tipo de generación es una de las formas más eficaces para acelerar la adopción de energías renovables, ya que cada casa tiene el potencial de sumar a la red, recuperando la inversión. Y a pesar de que el decreto sale recién ahora, es un plan que se viene gestando desde hace un buen tiempo con iniciativas como el concurso "Aerogenerador Nacional" del Ministerio de Industria, Energía y Minería.

Pero, ¿qué opciones tenemos? ¿Cómo es una casa que genera más energía de la que consume? A eso quería llegar. Porque justamente ahora tenemos la oportunidad de ver en primera persona uno de los mejores ejemplos de implementación de esas tecnologías que talvez mañana tengamos en nuestros hogares. Y ni siquiera hay que pagar, porque nos está esperando en la Plaza de la Bandera.

Estoy hablando de "La Casa Alemana", que -como se habrán imaginado- es una casa prototipo con lo último en eficiencia energética y energías renovables, basada en los diseños ganadores del Solar Decathlon del Departamento de Energía de EE.UU. en 2007 y 2009.

Desde ayer y hasta el 25 de este mes la casa estará en Uruguay (en Bulevar Artigas y Avenida Italia para ser más precisos) abierta a todos los que quieran conocerla.

Toda la información genral la pueden encontrar en el sitio oficial y el video que les dejo a continuación pero si tienen un rato entre hoy y el 25 de mayo lo mejor que pueden hacer es pegarse una vuelta y darle una mirada a lo que ojalá sea el futuro de la vivienda en Uruguay y el mundo.




15.12.2009 02:04

Uruguay viene dando importantes pasos en la incorporación de energías renovables a su matriz energética. Desde los parque eólicos públicos y privados, hasta la generación por biomasa, pasando por los biocombustibles y en éstos días inclusive una pequeña planta de energía solar que se concretó con el viaje de Vázquez a Japón.

Sin embargo no ha sido el mismo avance el que se vió en la microgeneración, lo que nosotros en nuestros hogares podemos generar, ganando independencia de la red eléctrica y -obviamente- abaratando nuestros gastos, mientras que ayudamos a que la red de UTE -con menos carga- dependa menos de la generación a base de petróleo y la importación.

Eso no significa que no se haya hecho nada. Seguramente el caso más explícito sea la nueva reglamentación sobre la energía solar térmica, que obliga a instalaciones con determinado consumo de agua (clubes es el ejemplo más usado) a utilizar colectores solares térmicos para calentar el agua.
Esto es relativamente sencillo, ya que lo único que precisa adaptarse es la instalación de la casa o empresa y la acumulación se hace en un tanque que tiene el propio colector.

En materia de electricidad las cosas se complican un poco más. Si la energía generada por un aerogenerador en el hogar no es utilizada puede desperdiciarse o almacenarse en baterías. Mientras que la primera opción es claramente ineficiente, la segunda es económicamente prohibitiva, además de tener complicaciones desde el espacio que ocupa hasta lo ambiental con la disposición final de las baterías.
Es ahí donde UTE y la Dirección Nacional de Energía del Ministerio de Industria pueden hacer la diferencia si -como leí en éste artículo de La Diaria sobre el tema- se aprueba una legislación que permita conectar directamente las formas de generación hogareñas a la red de UTE, usando un sistema mixto, opción que en el artículo se explica muy claramente:

"Según explicó a la diaria el director de Energía, Ramón Méndez, en pocos meses estará pronto el reglamento que permitirá que cualquier abonado a UTE conecte su aerogenerador u otro sistema alternativo a la red eléctrica, bajo determinadas condiciones. De esta forma, quien decida introducir energía eólica u otra alternativa en su red eléctrica contará con un contador bidireccional que funciona para adelante o para atrás. "Es decir, si el molino produce suficiente energía para el consumo del hogar, te cortan el consumo de la red, y si no produce suficiente te suministran con la energía de UTE. Pero si tu molino produce en exceso, más de lo que consumís, tu contador funciona para atrás y te descuenta el consumo de energía. En varios países europeos funciona así y de esta forma se evita utilizar baterías acumuladoras".

Vale aclarar que este tampoco es un tema nuevo para UTE; en el año 2008 se organizó el concurso "Aerogenerador Nacional" con ésto justamente en mente y buscando también formas de que se pueda lograrlo con componenetes y mano de obra nacional.

Las ventajas son claras, mientras que sigamos teniendo el respaldo de la red de UTE, no es necesario desembolsar cantidades enormes previendo picos de consumod e energía. Por el contrario, un buen "promedio" puede darse con el volcado de energía a la red cuando hay excedente.

¿Y qué impacto podría tener ésto? Muchísimo. Sin entrar en números que no tengo basta imaginar que si con aquellas lámparas de bajo consumo que regaló UTE se ahorró en teoría un 5% del consumo (estamos hablando de unos 110W/h por ocho horas, por hogar), un porcentaje relativamente importante de hogares que ahorren o generen hasta 1000W/h durante todo el día pueden ser un asunto mucho más serio.

Actualización:

Aparentemente no fui el único inspirado por éste grupo de vecinos. Les recomiendo que no se pierdan la entrevista que hizo Emiliano Cotelo en El Espectador a Daniel Pérez, coordinador del Programa de Energía Eólica del Ministerio de Industria, Energía y Minería, y Hernán Taró Méndez del a Empresa Energía S.R.L.

Aquí se trata mucho más profundamente el tema de la microgeneración, sus perspectivas y posibilidades en Uruguay.




10.02.2009 02:05

Como prometía en el último artículo, hoy vamos a ver una lista de acciones que se pueden tomar para disminuir nuestro impacto sobre el medio ambiente en nuestra vida diaria. Algunos consejos van de la mano de nuevas tecnologías, otros de métodos ancestrales, pero la idea es seguir bajo el paraguas de las tecnologías apropiadas, que comenzamos en el artículo anterior.

Reducir, reusar, reciclar

Absolutamente todo lo que vamos a ver acá, así como seguramente todos los desarrollos futuros en cuestión de sustentabilidad se basan en ésta premisa.

  1. Reducir: Antes de pensar en cuánta energía consume algo, antes de saber si su origen es sustentable, antes de que nos importe si contamina, nos podemos preocupar por reducir el consumo de cualquier recurso. Si le aflojamos a algo claramente perjudicial como el petróleo, genial. Pero si le aflojamos a algo tan "inocente" como una libreta de papel reciclado también colaboramos a disminuir mil cosas que van desde la energía usada en la fabricación, hasta el combustible utilizado en el transporte y finalmente los recursos consumidos en el punto de venta.
  2. Reusar: Cuando no podemos reducir, el plan B es reusar. Es casi tan eficiente, aunque no soluciona los hábitos, que son los problemas de fondo. Cada cosa reusada, equivale a ahorrar todo lo que se consume en todo el proceso para fabricar, transportar, almacenar y vender una igual.
  3. Reciclar: El último recurso es reciclar, que -al contrario de lo que cree mucha gente- no es "lo más ecológico". Al igual que el proceso de fabricación, el de reciclaje consume recursos y requiere transporte y almacenamiento. En muchos casos inclusive (como con el aluminio) el reciclaje no se hace por sustentable, sino por ser más económico que extraer materia prima virgen, en algunos casos puede llegar hasta a ser peor que extraer materias nuevas
    Nada de eso quita que es una solución por lo general eficiente y que en una enorme cantidad de casos es lo mejor que se puede hacer.

De compras

En el supermercado, en la feria, en el shopping es donde suele empezar una cadena muy larga de eventos que dejan una huella en el planeta. Lo primero que se puede pensar es dónde estamos comprando. Mientras la fruta de la feria se vende fresca, generalmente directo de pequeños productores (a veces orgánicos) en puestos armados con cajones, el supermercado mantiene una infraestructura gigantesca en galpones térmicamente ineficientes, enfriados con un sistema monstruoso de aire acondicionado, donde la fruta está refrigerada luego de traerla en camiones a través de un sistema logístico complejo.
La cantidad de electricidad y combustible que "consumió" un producto de supermercado para llegar a uno es gigantesca.

Si la compra es algo como un auto, hay que pensar en que cada litro extra de consumo, cada gramo extra de emisiones de carbono va a hacer una diferencia una y otra vez, durante toda la vida del auto.

Lo siguiente a considerar es qué estamos comprando. Si en vez de comprar manzanas sueltas, compramos las bandejitas envueltas en nylon, estamos sumando basura que no nos aporta nada y que encima es derivada del petróleo. Ni hablar de que un producto envasado tiene muchísimas más chances de haber estado expuesto a agrotóxicos, aditivos y conservantes.
Los envases son hasta el 30% de nuestra basura y son un enorme problema. Muy pocas empresas se preocupan por llevar el empaque al mínimo o usar materiales reusables o reciclables. En ese sentido también podemos optar por productos que usen vidrio en vez de plástico (el vidrio es fácil y económico de reciclar), tengan la menor cantidad de empaque, tengan programas de reciclaje o reuso de envases (como las bolsas de leche o las cervezas) o cuyos envases puedan reusarse para otras cosas (como el vaso de requesón, clásico de la casa de balneario).

Por último, al momento de pagar podemos eliminar las bolsas plásticas en un 100% llevando una bolsa de tela, una chismosa o un carrito. A pesar de que la Ley de Envases ha logrado que en cuestión de meses casi todas las bolsas de supermercado sean biodegradables, la solución no es del todo buena. El tipo de bolsa biodegradable que se usa acá sólo divide el plástico en un polvillo -cosa que evita desde animales muertos hasta desagües tapados- pero no elimina al plástico del ambiente (donde seguirá por siglos).

Hogar dulce hogar

Como decíamos al principio reducir es lo primero y afortunadamente la campaña para la eficiencia energética de UTE ha hecho un gran trabajo tirando ideas y ahorrándome mucho que escribir. Vale destacar, por la sencilla razón de que son las dos formas más notorias y cómodas de ahorrar energía a las bombitas de bajo consumo y el timer del calefón. Ambas tecnologías disponibles en cualquier supermercado grande o ferretería.

Si nos animamos a ir un poco más lejos y especialmente si planeamos una casa nueva no podemos dejar de pensar en algunas de las cosas que planteábamos en el artículo anterior como la energía solar térmica, la automatización, el aprovechamiento de la ventilación, etc. Ahí es donde los arquitectos entran en juego y es nuestra responsabilidad exigir que se construyan casas aptas para el siglo XXi.
Lamentablemente en Uruguay hacia una tendencia muy importante al estilo "pastiche", con casas que imitan el aspecto colonial. Eso trae aparejado un problema, las casas coloniales se diseñaron con las limitaciones de los materiales y las técnicas del siglo XIX. No es que a nadie le gustara particularmente tener ventanas chicas en esa época, sino que antes las paredes debían ser gruesas para aguantar los techos. En el mismo sentido la distribución de los espacios, la forma del techo, etc., influyen en aspectos de eficiencia energética. Ni hablar de que el diseño de las casas europeas se hizo con el clima de Europa en mente, no el de Uruguay. Copiar un estilo antiguo es -en buena medida- ignorar los avances y las nuevas soluciones arquitectónicas y eso es metafórica y literalmente caro.

En el mismo sentido, la elección de materiales de construcción es una decisión de enorme impacto ecológico. Las opciones van desde construcción en tierra, que evita inclusive el transporte de materiales porque el propio terreno provee la materia prima, hasta edificios "prefabricados" como los que se ven en Zonamerica o el World Trade Center donde se usan materiales que requieren enormes cantidades de energía para extraerse y darles forma, que encima se importan desde la otra punta del mundo.

De cualquier manera, hay cosas mucho más sencillas que se pueden aplicar a cualquier casa vieja o nueva como poner burletes para el invierno o poner sombra en las ventanas con toldos o árboles en verano. No toda la tecnología para los hogares es sustitutiva, sino que existen mil innovaciones que se apoyan en lo que ya existe. Piensen por ejemplo en las lámparas de bajo consumo o inclusive las lámparas LED que están comenzando a verse en Uruguay. Usan la misma rosca que las convencionales, sin requerir adaptación de ningún tipo.

La buena noticia en lo que se refiere a arquitectura sustentable es que pronto Montevideo tendrá su primer edificio 100% sustentable de la mano de la ONU. Ojalá nos deje técnicos capacitados, nuevos conceptos y tecnologías y sobre todo la apertura mental y el interés de reproducir la experiencia. Sólo imaginen cuánta energía se ahorraría si el estado tuviese como política de acá en adelante construir únicamente edificios sustentables o mejor aún, planes de vivienda sustentables.

Reciclar en Montevideo es también muy fácil. Las opciones son básicamente dos: separar por material y tirarlos en los contenedores de la IMM y JCDecaux o separar todo lo reciclable y llevarlo a un centro de acopio, esperando que lleguen muy pronto los contenedores naranjas y reciclar sea tan fácil como ir a la esquina.

Si tienen un jardín -o por lo menos plantas-, los residuos de origen vegetal pueden mezclarse con material seco como tierra o papel de diario picado y hacer un compost. Es muy sencillo, bien hecho no tiene olor y se puede hacer hasta en un gran tapper en la terraza de cualquier apartamento con un mínimo de sol (así lo hago yo).
La combinación de reciclaje y compostaje da como resultado una cantidad de basura (entendida como aquello que va al contenedor verde) muy, pero muy inferior al promedio. Una vez más eso no solo significa menos material contaminante, sino que al final de todo el proceso implica menos camiones transportando la basura a la usina Felipe Cardoso, más años de vida para los depósitos municipales de basura, etc.

Arrancá pa' las 8 horas

Todo lo que aplica para el hogar, aplica para los lugares de trabajo. En el caso de grandes superficies o plantas, por supuesto que la complejidad es mayor y existen planes de UTE por ejemplo, en pro de la eficiencia energética industrial, la posibilidad de generar energía de fuentes renovables y venderla en el mercado spot, etc.

Pero en menor escala, las oficinas y comercios (donde trabaja una enorme parte de los uruguayos) funcionan básicamente como una casa, solo que la cantidad de gente y lo extenso del horario de oficina les otorgan una responsabilidad enorme, así como un gran potencial de cambio.
Por lo general en una oficina lo que se requiere son simplemente ideas que obliguen a hacer determinadas cosas, que pueden generar efectos muy grandes. En una cantidad de casos, basta una decisión para ahorrar dinero, energía y reducir la cantidad de basura.

Algunas ideas sencillísimas y aplicables son; reciclar los cartuchos de impresora, minimizar las impresiones a cambio del correo electrónico, bajar el brillo de los monitores en un 10%, configurar para que todas las computadoras se pongan en reposo luego de 10 minutos de inactividad, aprovechar la luz natural en lugar de la eléctrica, ventilar correctamente en lugar de usar aire acondicionado, no usar vasos y cubiertos descartables, usar cisternas modernas que consumen hasta el 30% del agua de una cisterna antigua, automatizar luces con sensores de movimiento, poner papeleras para reciclaje de papel, cancelar las suscripciones a diarios de papel a cambio de suscripciones digitales, etc., etc., etc.

La lista es infinita, pero lo que se necesita es decisión. Una vez que se aplican una o dos medidas y dan resultado, el resto suele venir solo cuando se ven los números a fin de mes.




27.01.2009 00:09

No siempre que hablamos de tecnología tenemos que hablar de electrónica, de informática o de mecánica. Cualquier "conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto" o "conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico" es -según la definición de la Real Academia- tecnología.

Hoy mi idea es justamente recordar esas tecnologías "poco tecnológicas" que a pesar de ser adquiridas por la humanidad hace siglos, muchas veces olvidamos y substituimos por nuevas tecnologias que a largo plazo no resultan eficientes o sustentables.
Esa última palabra; sustentable es en buena parte la clave de este asunto. Lo que en última instancia define la supervivencia y la superioridad de una tecnología sobre otra es la posibilidad de utilizarla obteniendo mejores resultados en su objetivo primario, pero también manteniendo un equilibrio en el resto de los factores que hacen a su entorno.

Otra forma de llamar a esas tecnologías es apropiadas, ya que es en la consideración de todos los factores donde finalmente se define si una tecnología es o no apropiada para cualquier fin. En Uruguay la organización por excelencia en ese campo es el CEUTA o Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas, donde se puede consultar, compartir y aprender sobre todos los temas que vamos a tocar en éste artículo.

Energía

Nunca como hoy la energía ocupó un rol tan preponderante en nuestras vidas. Hoy en día consumimos cantidades gigantescas de energía para prácticamente todas nuestras actividades y aún no enontramos la manera de obtenerla sin destruir nuestro entorno y por extension, a nosotros mismos.

Uruguay tiene aún dos fuentes princiales de generación; combustibles fósiles y represas hidroeléctricas. Los primeros son además de caros, importados, lo que nos genera una gigantesca dependencia de muchos actores externos. Las represas por su parte, más allá de los problemas que generó su construcción para el entorno, son nuestra fuente renovable por excelencia aunque como vemos en cada sequía, no es completamente confiable.

Diversificar esa matriz energética -por ejemplo con energía eólica y biomasa- no sólo es un tema de costos o de contaminación, es la forma más sencilla de no "poner todos los huevos en la misma canasta". Y como decía al principio, estamos hablando de aprovechar el viento y quemar materia orgánica, cosas que hicimos durante toda la historia de la humanidad.

En Uruguay se han desarrollado en los últimos años varios proyectos con biomasa (Samán con cáscara de arroz, Botnia con licor negro, per ejemplo) y eólicos (parque de la Sierra de los Caracoles, por ejemplo).

El sol por su parte puede ser aprovechado para generar energía térmica y eléctrica. La generación eléctrica tiene aún un largo camino para recorrer, ya que es un porcentaje muy chico de la energía que se convierte en electricidad.

Por otro lado la generación térmica es mucho más eficiente y Uruguay tiene un índice de radiación solar muy bueno para utilizar el calor que genera el sol.

Pueden ver una mirada mucho más profunda a éstas y otras fuentes de energía renovable en Uruguay en un artículo de TanConectados.com sobre éste mismo tema.

Agroecología

Siendo un tema que realmente no domino es poco lo que puedo decir. Sin embargo siendo que el precio internacional de los alimentos y la posibilidad de alimentar a la creciente población humana son problemas comparables únicamente con el calentamiento global, se puede decir que es un temaque debería importarnos a todos.

Los grandes tópicos hoy en esta rama son los cultivos transgénicos, los agrotóxicos y la agricultura orgánica. Los dos primeros temas vinen íntimamente relacionados ya que buena parte de los transgénicos son variedades resistentes a los agrotóxicos, particualrmente al glifosato.

Los transgénicos en Uruguay están parcialmente autorizados en nuestro país, pero vienen ganando mucho terreno con el impulso de la soja. Las consecuencias de éstos cultivos van desde lo ecológico hasta lo legal (como la rama genética está patentada ha habido casos en EE.UU. de cultivos "contagiados" por un transgénico vecino que son confiscados por la empresa que fabrica el transgénico).

Paradójicamente nuestro país también tiene lugar para los cultivos orgánicos, que crecen a ritmo lento pero seguro como una opción segura y saludable, pero también como un nicho de mercado de importante valor agregado.

Arquitectura

Si uno se pasea por una casa antigua en Ciudad Vieja o cualquier lugar del país, puede ver cómo hace 100 años las construcciones aprovechaban el entorno muchísimo mejor de lo que lo hacemos ahora. Ventanas pensadas para ventilar, combinaciones de cocinas y calefactores a leña, tragaluces, techos que se extienden para evitar el sol alto del verano, pero permiten que entre el sol bajo de invierno y mucho más.

Con la llegada de la electricidad y especialmente la calefacción eléctrica y el aire acondicionado "olvidamos" esas formas de construcción, otorgando prioridad a la forma o a cualquier otra premisa.
Hoy en día, con el precio de la energía y el calentameinto global la eficiencia vuelve a jugar fuerte y muchas de esas viejas recetas vuelven reforzadas por la tecnología moderna.

Lamentablemente no es fácil encontrar gente en Uruguay que lo pueda ayudar a uno a diseñar y construir una casa eficiente y sustentable. Pero la hay, como el Arquitecto Steneri, que desde su blog habla de su trabajo como arquitecto bioclimático.

Un campo muy interesante que ha retomado la arquitectura es la construcción en tierra, usando materiales locales (tierra del lugar) para construír. Sobre esa rama trabaja el Proyecto Hornero de la Facultad de Arquitectura, así como las empresas Tierra al Sur, Bioarquitectura y Arquitectura en Tierra.

¿Y por casa?

La mayoría de nosotros no tiene la posibilidad de construir una casa autosustentable o pasarse a energías renovables. Eso no significa que no podamos hacer nuestra parte.

Si les interesa, para la próxima viene un artículo donde -más allá- de las tecnologías apropiadas podemos ver todas las posibilidades que tenemos hoy en día en Uruguay (particularmente en Montevideo, disculpas para la gente del Interior) para que nuestro impacto ambiental sea el menor posible.



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Tecnómano, pero nunca tecnócrata. Incansable hablador y adorador de las buenas ideas.

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