acerca de patrimonios varios
algunas reflexiones sobre nuestros "lugares de la memoria"

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MIS ARTICULOS

23.12.2013 23:46




16.12.2013 15:20

 

I) 03.08.2012

UNA DE  CAL Y DOS DE ARENA

         En diciembre de 1995 el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento se incorporaba a la lista del Patrimonio Mundial de UNESCO, coronando el trabajo de mucha gente, y en particular de tres pioneros: Odriozola, Cravotto y Assunçao. Curiosamente, el año anterior el Estado uruguayo había formalizado una convocatoria internacional para la construcción de un ambicioso programa de puerto deportivo en su entorno próximo (en el mismo lugar donde hoy a todo el mundo le parece inadmisible…). El llamado -al que se presentaron tres oferentes- es adjudicado a una empresa austríaca que constituye aquí la sociedad “Marinas del Sacramento S.A.” con participación de Buquebús-“Los Cipreses S.A.”, cuyo presidente, Juan Carlos López Mena asumiría también la presidencia de aquella, afirmando luego su posición dominante en el emprendimiento. Exactamente 3 años más tarde, en diciembre de 1998 se suscribía el contrato de concesión de obra en favor de “Marinas del Sacramento S.A.”, abriendo el camino a la elaboración del proyecto ejecutivo, proyecto que estaría en condiciones de concretarse una vez salvadas las observaciones y condicionamientos que pudieran generarse en la órbita de los organismos asesores facultados al efecto (Comisión de seguimiento, DINAMA, etc.)

         Esa tramitación tuvo un desarrollo problemático entrando de hecho en receso entre los años 2000 y 2006, cuando volvería a reactivarse, ahora con una propuesta que a la vez que reformulaba el proyecto original, lo vinculaba a otro emprendimiento de Buquebús-“Los Cipreses S.A.”: el hotel-casino proyectado en la que había sido sede de la vieja Prefectura del Puerto de Colonia, enajenada en 1997 en otro llamado público internacional. Adquirido el padrón en esas circunstancias, la empresa presidida por López Mena elabora una propuesta que involucra padrones contiguos en esa manzana y en las dos adyacentes, y hace su presentación pública generando gran expectativa a nivel de prensa y autoridades locales y nacionales (y escasas o nulas observaciones del mundo académico). Se proponía construir un complejo turístico-portuario que incluía un hotel 5 estrellas, casino, centro comercial y otras actividades conexas, todo en un formato “monumental” sin vínculo posible con el entorno histórico. En el correr de 1998, la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación expuso su opinión fuertemente crítica sobre el anteproyecto puesto a su consideración, promoviendo a su vez la intervención del Comité del Patrimonio Mundial a efectos de examinar una segunda propuesta, ahora limitada al área del ex edificio de la Prefectura y los padrones contiguos dentro de la misma manzana.

LLEGA UNESCO, MARCA LA CANCHA Y PIDE RESPUESTAS

         Como consecuencia de esas actuaciones se concretan dos misiones de evaluación a cargo de ICOMOS (abril de 2002 y mayo 2004), cuyos informes dan lugar a sucesivas resoluciones del Comité del Patrimonio Mundial, con expresa mención a la necesaria elaboración de un Plan de Gestión. Valgan como ejemplos la RESOLUCIÓN 27 COM 7 B 101  del año 2003 (1) y la RESOLUCIÓN 28 COM 15B.105 del año 2004 (2)

         El tema del hotel-casino se mantendría sin resolución hasta la fecha; la propuesta de la “Marina” volvería a replantearse en el año 2006, concentrando la atención preferente de varios actores (Comisión del Patrimonio, Consejo Honorario, Sociedad San Gabriel y otras organizaciones sociales), con la consecuencia de promover el envío de una nueva misión de UNESCO (junio 2008). Esa misión tuvo como resultado un muy documentado informe del técnico de ICOMOS Edgardo J. Venturini, en el que se fundamenta la incompatibilidad del emprendimiento de “Marinas del Sacramento S.A.” con su entorno próximo, sugiriendo la posibilidad de su reubicación, y poniendo énfasis en la necesidad de que el Estado Parte se comprometa en dar continuidad y llevar a su fin el proceso de elaboración del Plan de Gestión -proceso iniciado en octubre de 2003 e interrumpido en setiembre de 2007-, entendido ese plan como instrumento adecuado para la coordinación de acciones e intervenciones de los diversos organismos y actores, públicos y privados, involucrados en la protección y conservación del área.

         El avance y conclusión del Plan de Gestión y la necesidad de crear una autoridad del sitio dotada de atribuciones suficientes para el manejo del proceso de conservación, protección y gestión patrimonial, son cuestiones de primera importancia que el informe de Venturini subraya y que debieron abordarse sin más trámite. Eso ocurría a fines de 2008,  pero pasaron los meses y los años sin que los reiterados planteos de UNESCO tuvieran entre nosotros respuesta adecuada. Por fin, la fecha de febrero de 2012 apareció como un “final del juego”, y ante la inminencia de sanciones o reconvenciones, el Ministerio de Educación y Cultura y la Intendencia de Colonia llegaron a un acuerdo realista, dando prioridad absoluta a la elaboración del postergado Plan de Gestión, Ambas instituciones diseñaron una estrategia orientada a cumplir con ese objetivo, contando con un asesoramiento técnico -valioso y específico- facilitado por UNESCO.

DISENSOS A LA URUGUAYA Y UN FINAL ALENTADOR

         Dado que tanto la  formulación concreta de esa estrategia como su puesta en práctica estuvieron lejos de lograr consensos, la consecuencia gravosa e indeseada fue que importantes actores potenciales de los trabajos a desarrollar quedaron de hecho marginados, suscitándose además situaciones que agregaron tensiones institucionales de signo negativo. No era ese el mejor contexto para abordar un trabajo de notoria complejidad, pero el resultado obtenido merece una particular consideración, máxime ahora, cuando la propia UNESCO lo ha refrendado. Vale la pena transcribir la resolución adoptada el pasado 6 de julio, en ocasión de la 36 sesión del Comité del Patrimonio Mundial en San Petersburgo. Luego de extenso y detallado análisis de antecedentes y estado de situación, el documento aprobado hace constar sus conclusiones y formaliza el texto de resolución en los términos que siguen (3):

El Centro del Patrimonio Mundial y las organizaciones asesoras aprecian el progreso realizado por el Estado Parte en la elaboración de un Plan de Gestión esencial para el bien. Aún en el caso de que el plan pueda comenzar a ser aplicado gracias a los acuerdos interinstitucionales vigentes, se considera que deben atenderse las medidas a adoptar para finalizar el proceso de aprobación a nivel local y nacional a fin de permitir su puesta en práctica de modo eficaz y asegurar el cumplimiento de las reglamentaciones prescriptas. Se invita al Estado Parte a buscar los modos de obtener los recursos humanos y financieros necesarios para una puesta en práctica plena y sistemática. Es importante enfatizar la necesidad de articular el desarrollo del Plan de Gestión con el Plan Local de Desarrollo y Uso Sustentable del territorio de la Ciudad de Colonia del Sacramento, a fin de armonizar las herramientas de planificación del bien y la puesta en práctica de un enfoque coherente de su conservación y su gestión.

1.  Habiendo examinado el documento WHC-12/36.COM/7B

2.  Tomando en consideración la resolución 35.COM 7B.135, adoptada en su 35º sesión (UNESCO 2011)

3.  Acoge favorablemente el desarrollo del Plan de Gestión relativo al bien, y solicita al Estado Parte la finalización del proceso de su aprobación a nivel nacional y local.

4.  Alienta al Estado Parte a proseguir sus esfuerzos de armonización de las herramientas de gestión del bien, atendiendo en particular la articulación con el Plan Local de Desarrollo y Uso Sustentable del territorio.

5.  Invita nuevamente al Estado Parte a considerar, en el marco del  inventario retrospectivo, la extensión del bien y/o de su área tampón a fin de incluir “la Bahía y las islas de la ciudad de Colonia del Sacramento”, elevando en ese sentido una propuesta al Comité del Patrimonio Mundial para su aprobación.

6. Solicita igualmente al Estado Parte someter a consideración del Centro del Patrimonio Mundial, antes del 1º de febrero de 2014, un informe actualizado sobre el estado de conservación del bien y sobre la puesta en práctica de las referencias que anteceden, para su examen por el Comité del Patrimonio Mundial en su 38º sesión en 2014

         En su más alto nivel de decisión, UNESCO “Acoge favorablemente el desarrollo del Plan de Gestión relativo al bien”. He aquí una muy buena noticia para el país. Un documento cuya elaboración fue demandada diez años atrás por su condición irremplazable de marco de referencia de las políticas de protección del área e instrumento esencial para su puesta en práctica, cuenta hoy con aval internacional y abre una nueva etapa de trabajo en la que será necesario recomponer la relación entre todos los actores involucrados, superar situaciones olvidables y asegurar el más amplio aporte a la consolidación y desarrollo del avance realizado.

¿Sabremos cumplir...?

II) 08.08.2012

         Un horizonte problemático aparece ahora despejado. ¿Podremos entonces presentar dentro de dos años a UNESCO un documento que refleje el mejor nivel de concreción de los compromisos asumidos y elimine toda duda sobre la posibilidad de que Colonia del Sacramento pierda o comprometa las condiciones que justificaron su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial? La respuesta parece clara, pero a tres semanas de decisión de tal trascendencia, una situación insólita evoca viejos fantasmas: la poda en clave de “tala” de los paraísos del barrio histórico y su área contigua acaba de generar un nuevo enfrentamiento entre la Comisión Honoraria y la Comisión del Patrimonio, aquella avalando el procedimiento y esta expresándose en oposición radical, determinando la suspensión del operativo en proceso (4). Seis años atrás, ante una situación similar, las dos instituciones expusieron una visión coincidente; hoy, reiteran los desencuentros que solo aportaron problemas en el proceso de elaboración del Plan de Gestión. Si ese es el escenario del trabajo por venir, ya podemos sacar los signos de interrogación del título. Hablaremos en rigor de Colonia del Sacramento, patrimonio en peligro…y ya no habrá misión de UNESCO que salve lo que los uruguayos de estos tiempos no supimos defender.

III) 15.12.2013

Nada ha hecho “el Estado Parte” por dar cumplimiento al compromiso asumido ante UNESCO a partir de la Resolución de San Petersburgo.

¿Habrá alguna respuesta mínimamente decorosa por parte de quienes tienen directa responsabilidad en el tema, sin perjuicio de asumir que “el Estado Parte” somos todos? ¿Bastará la buena recepción que ICOMOS y UNESCO han hecho del documento presentado en febrero de 2012, para pasar por alto la desatención de sus conclusiones y recomendaciones, o se volverán a prender luces amarillas, justo ahora, que se está en las etapas finales de evaluación de la candidatura de Fray Bentos-Paisaje Industrial para integrar la lista del Patrimonio Mundial? Solo deberíamos aceptar respuestas positivas.

 NOTAS

(1) RESOLUCIÓN 27 COM 7 B 101  del año 2003 / Punto 3

El Comité del Patrimonio Mundial) Alienta al Estado Parte a emprender con urgencia la preparación de un Plan Director y de un Plan de Gestión para el área inscripta en la Lista del Patrimonio Mundial, con la participación de todas las instituciones con competencia en el tema, incluyendo las organizaciones de la comunidad local

(2) RESOLUCIÓN 28 COM 15B.105 / año 2004

1.   Tomando nota de las informaciones transmitidas por el Estado Parte (decisión   27 COM 7B.101),

2.   Habiendo recibido igualmente los comentarios de ICOMOS sobre los informes complementarios y los planos de construcción de un hotel-casino que fueron discutidos con las autoridades competentes en Uruguay,

3.    Felicita al Estado Parte por haber seguido las recomendaciones de ICOMOS y del Comité que exigen la preparación de un plan de gestión para la zona así como la revisión del proyecto de construcción del hotel-casino;

4.    Pide al Estado Parte que examine las conclusiones de la misión de ICOMOS y que elabore con esta base el proyecto de construcción del hotel-casino;

5.    Ruega al Estado Parte que confiera urgentemente a la Comisión la facultad de ser operativa en el plan de gestión de Colonia del Sacramento.

6.   Exhorta, por otra parte, al Estado Parte a exponer en un informe los progresos de la puesta en práctica de las mencionadas recomendaciones, desde la fecha al 1º de febrero de 2005, a efectos de que el Comité pueda examinarlo en su 29ª sesión del ese año.

(3) Texto de Conclusiones y Proyecto de resolución: 36.COM  7B.105 en traducción no oficial. Ver sitio

 http://whc.unesco.org/archive/2012/whc12-36com-7B-fr.pdf

 (4) Según diario "La Colonia" de fecha 24.07.12     

(*) Texto presentado en Colonia del Sacramento con fecha 15.12.2013, en ocasión del II Encuentro TUM, organizado por los alumnos de la Tecnicatura Universitaria en Museología (FHCE) Se retoman notas ya incorporadas al blog, vistas desde la perspectiva -nada alentadora- de la situación actual del sitio y su relación con UNESCO.




19.10.2013 15:46

      Haciendo referencia a los factores incidentes en la demolición de las casas construidas por el arquitecto  Fresnedo en la avenida Ponce, en mayo de 2011 escribí (*)

“… una cuestión central tiene que ver con el contexto institucional y legal en el que se dirimen los desencuentros entre intereses públicos y privados, siendo de toda evidencia que ese marco de referencia hoy hace agua por todos lados. Se viene reclamando su reformulación desde hace más de una década, pero ahora -por suerte- hay señales que alientan la esperanza de poder contar con una ley de Patrimonio actualizada en  conceptos y procedimientos, y con gestión económicamente sustentable, que permita afrontar en mejores condiciones los problemas que hoy parecen no tener solución.

Es de esperar que el proceso en curso se profundice y acelere, porque además de las razones expuestas, el país ha contraído un compromiso fuerte al presentar este año -junto a otras cinco propuestas-, la candidatura de la arquitectura renovadora uruguaya como Patrimonio de la Humanidad. Muy mal se verá en UNESCO que al tiempo que se incluye en su "Lista Indicativa" un conjunto de obras merecedor de su consideración, las medidas de protección en el ámbito interno sean sencillamente impresentables.

Y ¡atención!, porque una obra mayor de Fresnedo, la vivienda Barreira-Risso en la esquina de Bulevar Artigas y Guaná, está a la venta. Si los nuevos propietarios se ven tentados por el ejemplo de la avenida Ponce, ¿su condición de “bien de interés municipal” será protección suficiente, o tendremos otra vez en simultánea, cartas y demoliciones? Ya sería demasiado”.

          Han pasado más de dos años sin que llegaran a concretarse en el ámbito institucional gestiones tendientes a corregir las limitaciones anotadas. Peor aun, las actuales propuestas del Ministerio de Educación respecto a la Comisión del Patrimonio, eliminando su condición de Unidad Ejecutora y poniendo en cuestión su autonomía técnica, alejan las expectativas de que las cosas mejoren por ese lado (**). Pero a pesar de ese panorama nada alentador hay noticias muy positivas, porque “los nuevos propietarios” –el CASMU- han instalado allí su Centro Médico “Boulevard”, y lo han hecho con tal cuidado y respeto por la preexistencia, que el noble edificio ha vuelto a la vida con presencia digna, evitando que se acumulen deudas sobre nuestra mejor arquitectura. Mérito compartido por el equipo de proyecto responsable de la intervención (“Fábrica de Paisaje”: Ayerra, Castaings, Cobas, Lanza, Pérez) y los técnicos de la Comisión Especial Permanente de Pocitos. El resultado: un rescate de la memoria urbana que no olvida a Elena Quinteros.  Bien vale la visita al sitio para valorar una experiencia en muchos aspectos ejemplar (haciendo abstracción de la cartelería…)

 (*) Fresnedo acusa… ¿a quiénes?  /  28 de mayo de 2011

(**) El planteo fue realizado en el marco del tratamiento en Cámaras de la ley de Rendición de Cuentas. Allí el sentido común ganó una batalla y la propuesta no llegó a concretarse, abriendo la posibilidad de retomar un diálogo que permita a la Comisión del Patrimonio superar su actual situación de estancamiento.




28.09.2013 16:03

      Todavía estas tierras eran parte del Virreinato del Perú cuando el piamontés Juan Bautista Crosa llegó desde su Pinerolo natal (bastión estratégico disputado entre Francia y los reinos de Italia) a otra plaza fuerte de frontera que no había terminado de levantar sus murallas. No quiso Crosa vivir dentro de ellas, afincándose al norte del Miguelete y de las chacras que Millán repartiera en el verano de 1730. En esas tierras bravas abrió pulpería -hacia 1776- y allí se radicarían sus hijos y nietos, todos ellos portadores de la memoria del lejano “pago de los ancestros: Pinerolo, Pignerol, Peñarol, fundiéndose con el apellido paterno y dando al lugar el valor agregado de ser referencia toponímica por todos aceptada (aunque no tuviera aún ninguna de las connotaciones hoy indisociables: el ferrocarril y el fútbol)

        Cuando en el entorno de 1890 la Central Uruguay Railway -compañía de capital británico que dominaba el transporte ferroviario- decidió llevar allí el centro logístico de un sistema en expansión, sobre la traza de las viejas quintas apenas hollada por las primeras vías tendidas 20 años atrás, surgió un paisaje industrial que los ingleses vieron como embrión de una "Nueva Manchester". Y así quisieron nombrarlo, pero sin éxito, porque el Peñarol de los Crosa habría de persistir, ahora con aires "carboneros".

            En ese ambiente nació el C.U.R.C.C.-Peñarol, con los colores oro y negro que propuso el inglés Roland Moor y que ya eran parte del recién nacido paisaje industrial, con su cancha calle por medio de los talleres. Con el paso de los años se fue perdiendo memoria del predio fundacional en el que John Harley dictó cátedra (y donde José Piendibene aprendió la lección). Y también del "C.A. Roland Moor" de los años veinte, donde empezó a jugar José Nasazzi, vecino del barrio (que es de todos…) Pero aunque muchas cosas han cambiado, el núcleo duro de ese paisaje se ha mantenido hasta nuestros días, y ya con retazos de historia grabados en sus veredas, todo apunta a proyectar su rico patrimonio hacia un mejor futuro. Renacerá el Centro Artesano y su teatro; también "La Primavera" -mojón referencial- y haciendo revivir aquella lejana simbiosis de fútbol y trabajo, tal vez otros Harley y otros Piendibene volverán a cruzar las vías y recorrer sus calles. Y el monolito con el medallón de Pena no estará tan solo.

           Ahora Enrique Benech nos convoca, armando un relato riguroso y sugerente, sumándose a otros aportes valiosos que se han sucedido a lo largo de los años y agregando investigaciones de su cosecha que han salvado de la desmemoria tramos importantes de la historia de Peñarol y su barrio. En particular, al leer la referencia a don Carlos Balsán, vuelven a mi memoria las encendidas arengas que escuchaba de niño en la radio de mi casa, y más cerca en el tiempo, las ruedas de amigos donde aquella “religión laica” era alimentada por respetables señores que decían haber sido testigos del gol del “maestro” al “divino” Zamora. Y al recordar ese pasado intransferible, veo una pequeña parcela de la historia de un pueblo “carbonero” feliz de su identidad. ¡Bien por el libro! 

(*) Nota incluida en epílogo del libro de Enrique Benech sobre la etapa amateur de Peñarol (1891-1931)




31.07.2013 20:55

 

I) FINAL DE JUEGO: EL MONTEVIDEO DOWER

 

En las ocho cuadras que en la calle Justicia separan a Miguelete de Amézaga, cuando ésta se llamaba Cuñapirú se contaban doce “boliches” en sus esquinas. El Montevideo Dower era uno de ellos. Hasta hace unas semanas era el último, ya ruinoso. Hoy ya no queda ninguno. No lo busquen a Molina… ni a ningún otro parroquiano de La Comercial, porque Justicia ya no es la "pequeña Gral. Flores" que fue en su tiempo (y aquella un "18" de barrio) ni las costumbres y los modos de relacionamiento de estos días -más la fragmentación social de la trama urbana- generan una demanda fuerte por aquellos espacios de relación  hoy evocados.

Dicho sin nostalgia: ¿necesitamos más señales del cambio cultural que se ha producido en las últimas décadas, visible en particular en la vida cotidiana de los barrios de la ciudad? ¿Vendrán tiempos mejores, capaces de conciliar las cosas que fueron referentes del pasado con el presente y el futuro que Montevideo y su gente merecen? El feliz "renacimiento" del Mercado Agrícola abre, en otra escala, una perspectiva positiva. También -discretamente- la reapertura del Bar Luz, en la esquina de Rivera y Joaquín Requena....

 

II) RENOVANDO ESPERANZAS: EL BAR LUZ

 

Hablando de esquinas y mostradores de la ciudad, se decía en “Boliches montevideanos”(*):

“Algunos de aquellos viejos mostradores mantienen sin variante sus discretos encantos y siguen siendo actores principales en escenarios aún vivos y activos. Otros han sufrido el embate de los años y se nos aparecen, ya como resignados sobrevivientes de un naufragio, ya como obstinados testigos de otros tiempos, que no pierden la esperanza de ver renacer viejos fulgores. Unos y otros dan testimonio de un tiempo donde proyectos y realidades no estaban muy distantes; hoy son parte de una herencia que busca un lugar en el futuro”

Seguía el texto haciendo referencia a dos bares muy próximos: “La Picada” en Rivera y Pablo de María y el Bar Luz, en la esquina de Rivera y Joaquín Requena, que ocho años atrás seguían “vivos y activos, en parte como mojones de nostalgia y en parte como oportunidades para una puesta en valor que los proyecte al futuro

Del primero ya no queda ni memoria y el Bar Luz parecía pronto a seguir ese destino. Por suerte, jóvenes emprendedores han sabido asumir aquella herencia y haciendo gala de un buen diálogo con el pasado, apuestan fuerte al renacimiento de la vieja esquina, con el mismo horno de pizza y el “mostrador de copas”... más un ambiente adecuado a nuevos tiempos (nada de “bares de presencia únicamente masculina” como rezaba la vieja reglamentación municipal)

¡La mejor suerte entonces!  

 

(*) Ediciones de la Banda Oriental / 2005)




28.01.2013 20:24

El pasado 15 de octubre incluí en el blog el texto que ahora transcribo:

En el largo tramo de la acera sur de la avenida Brasil comprendido entre Libertad y Baltasar Vargas, la edificación en altura solo está interrumpida por dos padrones contiguos, enfrentados a la calle Coronel Alegre. Claro que por poco tiempo, visto vallas y carteles que anuncian inminentes demoliciones. En uno de esos padrones, puede todavía apreciarse la cuidadosa “caligrafía” arquitectónica de Elzeario Boix y E. Boix Larriera, y en el otro, una obra conjunta de Giovanni Veltroni y Juan Santos Genovese, de tiempos en que ambos ganaban el concurso convocado por el Banco de la República para proyectar su edificio sede en la esquina de Cerrito y Zabala (proyecto que luego Veltroni desarrollaría en una escala mayor, junto con Lerena Acevedo).

 

Salvando las distancias que cada uno pueda entender aplicables, no estamos lejos de la situación planteada con las casas de Fresnedo en la avenida Ponce, en tanto no existe un plan de ordenamiento a escala de tramo, que permita precisar los criterios de protección que pudieran corresponder. En el caso que nos ocupa, dando por bueno -tema discutible- que el valor que asignamos a las obras no justifica el dejar de aplicar la altura de edificación que la normativa vigente habilita en ambos padrones, parece evidente que una y otra justifican “un último croquis”. Y mas aun: un relevamiento exhaustivo para que la piqueta no destruya hasta la memoria de lo que fue (aunque eso valga apenas como consuelo de archivo). Para esta mínima y elemental condición, si la Intendencia y la Facultad se lo proponen, estamos a tiempo...

 

La demolición prevista acaba de concretarse. Los edificios ya no existen, y quisiera equivocarme, pero es poco probable que la Intendencia y la Facultad hayan promovido un registro de lo que ya no veremos más. En particular, cuando en el futuro alguien quiera revisar la obra de Veltroni, tal vez tenga la suerte de encontrar el permiso de construcción en el archivo que hoy -felizmente- se mantiene en el Instituto de Historia de la propia Facultad con relación a los expedientes municipales comprendidos entre los años 1907 y 1931. Si ello no ocurriera, la fachada propia de un tiempo de transición (el remate de referencias clásicas conviviendo con la marquesina modernista) tendría en la imagen de portada su último registro (o quizás el único)

 

De todos los problemas que hoy enfrenta la ciudad con relación a su pasado, este es seguramente el más fácil de atender. Bastaría que la Intendencia impusiera como condición de la aprobación de un trámite de demolición de cualquier construcción con una antigüedad mayor de 50 años (un límite a la vez arbitrario y razonable) la presentación de un relevamiento integral del bien, siempre que a criterio de sus técnicos exista motivo que lo justifique. Las empresas encargadas de esos menesteres tendrían un  limitado sobrecosto…y la memoria urbana una mejor documentación de apoyo. No parece tarea difícil de instrumentar.

 



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