Un teatro de sangre
teatro experimental

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Tato Pavlovsky

26.02.2007 00:34

 

07-09-2004
“VARIACIONES E. MEYERHOLD” (1874 – 1940)

por Eduardo Tato Pavlovsky para sincensura.org.ar
Sin duda uno de los nombres claves de la dirección de escena y la teoría teatral de todos los tiempos. Ligado en un primer momento al Teatro de arte de Moscú dirigido por otro grande del teatro ruso: Stanislavki. Abandonó pronto la vía naturalista para indagar en su propia concepción dramática – que denomino “teatro de la convención conciente” (1913) y sus trabajos experimentales le permitieron desarrollar la teoría de la Biomecánica (1922) un riguroso método de preparación del actor que intenta explotar al máximo sus posibilidades físicas y psíquicas. Meyerhold elaboro a si mismo una dramaturgia revolucionaria e instauro los principios del moderno concepto de puesta en escena. Tardo un tiempo en comprender la revolución pero cuando lo hizo su ardor y su entusiasmo fueron enormes e ingreso en el partido comunista – llegando a ser una figura prominente como militante cultural durante la revolución.

 

“Variaciones Meyerhold” intenta captar la forma en que este extraordinario hombre de Teatro nos “afecta” a nosotros hoy. Lo que mas nos involucra. Lo que mas nos conmueve. La lucha ardorosa de ciertos principios de su teatro que supo defender hasta el final y que expuso en el primer Congreso de Directores (1939) donde fue extensamente criticado por no adaptarse al realismo socialista – la estética que predominaba durante el stalinismo.

Meyerhold en ese Congreso - su ultima aparición publica – defendió con vehemencia el derecho a la libertad de expresión y de investigación como armas revolucionarias. Dijo además en esa ocasión que la imaginación era revolucionaria y que la verdad y la libertad eran las armas revolucionarias por excelencia e hizo una critica durísima al realismo socialista, como estética teatral – al que califico en su encendido discurso de mediocre y de carencia de talento - y acuso a sus críticos y adversarios de: “haber cometido el crimen de ahogar la imaginación del mejor teatro ruso – el mejor teatro del mundo – convertido hoy en un teatro extremadamente aburrido y carente de imaginación”.

Poco tiempo después en junio de 1939 Meyerhold fue detenido. Días después su mujer Zinaida Raich – coreógrafa dibujante y actriz fue encontrada degollada en su departamento de Moscú. Meyerhold fue brutalmente torturado a sus 67 años en la cárcel, quedando sordo y semiciego. Se le inventaron cargos de conspiración contra el poder soviético – pertenecer a organizaciones trotskistas y agente de potencias extranjeras y obligado a firmar estos cargos como ciertos recurriendo a la vejación y a la tortura. Cuando tiempo después Meyerhold pudo leer las declaraciones en su contra firmadas por él, desmintió todas ellas – conseguidas a fuerza de presión física y moral en interrogatorios que duraban hasta 20 horas por día - solicito una entrevista con el juez que nunca fue concedida. Escribe una carta a Molotov explicándole su situación – nunca contestada. Meyerhold fue fusilado en febrero de 1940. Fué un crimen cultural. Su nombre fue borrado de los manuales de historia y publicaciones hasta el 26 de noviembre de 1955 cuando fue rehabilitado. Recién en 1968 se publican sus textos en idioma ruso y en 1990 – en el 50 aniversario de su muerte se le tributo un sencillo homenaje en el Yermolava Theatre. Hasta el descubrimiento de su tumba en 1991 – en el Don Monestery de Moscú – fue un N.N.

Por todo esto lo recordamos: como uno de los hombres mas importantes de teatro del siglo y por su brutal asesinato y el de su mujer, durante el stalinismo.

Allí nos sentimos afectados e involucrados como argentinos: nuestra dictadura también supo sembrar el crimen y la tortura en los defensores de la imaginación y la critica en nuestro país. Allí Meyerhold deviene argentino y allí nosotros devenimos Meyerhold. Nuestro espectáculo no tiene texto escrito. Improvisamos. Pero improvisamos sobre las ideas que él defendió y sobre su martiriloquio y crimen final.

Cada función será distinta – como sugería Meyerhold en sus escritos – cuando defendió la improvisación creadora en cada función – La imaginación como arma revolucionaria en su máxima expresión como arma de la creación.

 

Autor: Eduardo Tato Pavlovsky




22.02.2007 10:19

Eduardo Pavlovsky

Entrevista realizada en mayo de 2006, en el barrio de Colegiales, Buenos Aires.

La escritura y la actuación

"La actuación yo la tomaba en serio, y la escritura no la tomaba muy en serio. Paradójicamente, yo te diría que hoy me conocen internacionalmente como autor, y menos como actor. Porque si bien yo he hecho varias películas e incluso he ganado premios en Biarritz, el desarrollo mío es más conocido como autor. Y yo escribía. Siempre escribí muy ligado al cuerpo del actor y lo que yo aprendía. Pero aun así –y es curioso– sucedió que en el ‘57, cuando me recibí de médico, de casualidad un muchacho, un primo mío, Alejandro Jaroslavsky, pariente del ex diputado, me dijo: Venite, ¿querés ver una obra de no sé quién? Y vi Esperando a Godot. Y ahí se cayó la ficha. Cuando vi Esperando a Godot me di cuenta de que el teatro era para mí no un complemento, sino que adquiría una trascendencia importante. ¿Por qué? Porque Beckett en Esperando a Godot trata de la angustia humana. Pero no la trata desde la perspectiva del complejo de Edipo, de la angustia de la castración. Trata sobre las preguntas que yo me hacía a la mañana. Que no era dónde está mamá, papá, y la sexualidad y mi hermano menor y el pecho, que es una manera de entender, por supuesto. Y trata sobre quién soy, qué hago, qué carajo hacemos acá en la vida."



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Gerardo Begérez Actor de la Institución Teatral El Galpón Montevideo, Uruguay

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