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Reflexiones y opiniones de un uruguayo que vive en Bélgica.

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Mis artículos

31.08.2011 14:31

Existen juegos de ingenio y habilidad, en los cuales a partir de una figura plana construida con fósforos, se debe llegar a otra, moviendo un número limitado de ellos.

De cierta manera, al iniciar una serie de artículos partiendo de algunos fósforos, se abre un juego análogo. Nuevas figuras pueden ir apareciendo.

Al regresar de su reciente viaje a Uruguay (junto a su madre), mi hijo Valentin, con el cual habiamos adquirido aquella valija llena de cajitas, me entregó un libro que yo había encargado : « El hombre de Bruselas » de Mario Delgado Aparaín.

El año pasado en un post escrito « desde Montevideo », hice referencia a las frecuentes casualidades de encontrar referencias a Bélgica, en libros que he leído en mi estadía en este país (« Coincidencias », 26/9/2010). Lo cual no tendría nada de notable, a no ser porque todas las lecturas que refiero, son de libros escritos en español y muchos de estos de autores uruguyos.

La novela, que estoy leyendo ahora, es explícita en su título ; ahí fuí a lo seguro y la aparición de Bruselas no es sorpresiva. Pero nada me hacía sospechar que encontraría una alusión tan pertinente a los fósforos. Precisamente en el momento que he comenzado a escribir sobre estos.

Podría denominarse sincronicidad. Desarrollos históricos autónomos y sin aparentes relaciones, en un momento preciso, en un punto determinado, se conectan, se cruzan, se tocan.

« Ha llegado la hora de que el Narrador Correa tome un bidón de nafta, una caja de fósforos Victoria y prenda fuego a Mosquitos de una vez por todas, quedando de esta manera libre para abordar otro tipo de historias o para abandonar la literatura para siempre » (en « El hombre de Bruselas », editorial Banda Oriental, Montevideo, 2011, pag. 15).

Nótese que Mario Delgado Aparaín, podría haber escrito y afirmado a través de su personaje (el crítico literario Lucero D’Alba), un encendedor bic, por ejemplo. Pero no ; prefirió escoger como iniciador del recomendado incendio del pueblo, a los fósforos « Victoria », una emblemática marca uruguaya.

Este hecho podría haber pasado casi desapercibido para una lectora o lector uruguayos, de mediana edad o veteranos, conocedores de lo que se trata. Quizás a lectores más jóvenes les de alguna curiosidad. A mi me sucedió al revés de lo que recién supuse de acuerdo a mi edad (ya alejado de la ultima categoría), « una caja de fósforos Victoria » me pareció estar destacado con luces de neón.

Entre las aproximadas 500 cajas de la maleta a rayas (de la que hablé en el post precedente), no hay una sola uruguaya ; es más, ningún país latinoamericano está representado. Si las hay, en abundancia, de varios estados de Europa con España incluida, de diferentes regiones de Estados Unidos e incluso algunas Chinas y de otros orígenes lejanos.

Es bastante sencillo deducir que el « coleccionista » que las reunió no era sudamericano. Mucho menos rioplatense, en cuyo caso seguramente habría integrado al conjunto, si no una caja « Victoria », por lo menos una « Tres patitos » argentina.




25.08.2011 17:17

El año pasado, a mediados de agosto, fue la brocante del barrio. La feria vecinal anual, que tiene por cometido principal, la venta de objetos usados.

Recorriendo las calles junto a mi hijo, nos detuvimos en un puesto, en el que compré dos barras de jabón de coco. Ojeando la multitud de cosas que ofrecía, reparé en una maleta, llena de cajas de fósforos de distintos orígenes.

Tomé y miré con mayor detenimiento dos o tres. Pregunté al vendedor cuanto costaban : « diez centavos cada una », me respondió. Casi sin darme tiempo a reaccionar, agregó una oferta ; si las quería llevar todas, me las daba por unos pocos euros, con la valija incluída.

Se me ocurrió que podían ser interesantes para un niño. La maleta que las contenía, de tela verde con líneas horizontales y verticales de colores, estaba fuera de moda ; no poseía mayor valor que su practicidad, para guardar y trasladar los fósforos.

Consulté a mi hijo y como era previsible, estuvo de acuerdo en llevarlos. Al llegar a casa, hicimos un primer reconocimiento, la variedad era grande. Yo extrajé algunas pocas que me parecieron destacables. Intentamos contarlas, pero luego de hacer cinco montones, con cincuenta cajitas cada uno, desistimos. En la valija quedaban otras tantas que las que llegamos a separar. Estimé el total en una cantidad aproximada a las quinientas.

Lo que también era de prever, fué que el interés infantil decayó en pocos días.Luego de algunos juegos en el jardín bajo mi supervisión y de regalarle algunas cajas a su primo, las dejó de lado. La terminante prohibición que hice, de arrojar fósforos encendidos por la ventana, creo precipitó su alejamiento.

Para mi alivio, no hubo que lamentar quemaduras ni incendios, ya que hubieran sido más por mi responsabilidad, que por la imprudencia infantil. Después de todo, aunque con la manifiesta intención lúdica, también mi curiosidad fue causa de la adquisición.

Ya ha pasado más de un año, la brocante volvió a repetirse. Esta vez fuí solo y no ví de nuevo al vendedor de las cajas de fósforos. Un día gris pasado, que derivó en una fuerte tormenta, recordé los fósforos archivados desde hacia meses y volví a abrir aquella maleta.




22.08.2011 14:37

 

¿Qué lugar ocupan los fósforos en el mundo actual ?

Esta sería la pregunta a responder en un ensayo, cuyo tema apareció con naturalidad, al comenzar a redactar ciertas notas, bajo el título que encabeza el post.

Por ahora la dejo planteada, pues los objetivos de las proximas comunicaciones serán mucho más limitados y circuncisos.

Aunque cualquier observador desapasionado podrá notar, que los encendedores de gas butano descartables (o recargables) y los de cocina (a gas o chispa electrica), han relegado a los fósforos tradicionales, a la condición de tecnología residual.

Siguen existiendo, pero su importancia es mucho menor que varias décadas atrás ; tanto por la significativa caída en su producción (cantidad y variedad), como en el ejercicio de la función de encender. La misma es acaparada mayoritariamente por los ya mencionados encendedores, que no utilizan la sustancia fósforo (P en la nomenclatura química) como material combustible iniciador.

La discusión sobre las ganancias y las pérdidas de estos cambios, se suma al gran debate sobre las transiciones y rupturas entre la modernidad, la postmodernidad y la confusa época actual, que los historiadores del futuro designarán con una denominación más adecuada (si es que en un futuro no demasiado lejando, siguen habiendo historiadores o cualquier categoría de seres humanos).

Pese a que los fósforos * nunca tuvieron como principal comentido la iluminación, también pueden utilizarse con ese fin, en situaciones en las que no se dispone de otros medios. Ello durante lapsos muy cortos, determinados por la rapidez de incineración del cabo de los mismos.

Pero como es bastante improbable que una ciudadana o ciudadano contemporáneo lleve una cajita de fósforos en sus bolsillos, cartera, maletín, etc.  tampoco esta otra utilidad eventual, tiene mayor relevancia estadística, en la época que vivimos.

Ahora esa función subsidiaria, de iluminación de emergencia durante algunos momentos, la cumplen los teléfonos celulares. Sus pantallas encendidas emiten una luminosidad, que permite cierta visibilidad en un radio cercano, en un ámbito muy oscuro. Este fenómeno se refuerza intensamente, por el hecho que muchos millones de personas (cientos de millones) a lo largo y ancho del mundo entero, llevan sobre si cada día (y noches también) uno de esos aparatos portables.

Sin embargo, no he sabido sobre la disponibilidad en el mercado, de smartphones (los tan de moda dispositivos móviles « inteligentes ») con los que se pueda iniciar el fuego para hacer un asado o barbecue. No es un defecto, los estudios de marketing, demuestran que los consumidores no adquieren sofisticados aparatos electrónicos pensando en esa utilización ; es mucho más razonable y muchísimo más económico, un encendedor desechable.

A esta altura del texto, más de un lector estará dudando (si es que no sacó antes conclusiones más contundentes) sobre la utilidad o sentido del mismo. Los comprendo totalmente, a mi me sucedía lo mismo.

Afortunadamente, en la escritura de este último tramo, me di cuanta que la  P, símbolo del elemento químico fósforo, también es la letra inicial de post, término en inglés, que designa los escritos que un autor « publica » en un blog.

Entonces si los posts poseen la potencialidad de encender algún fueguito o iluminar fugazmente alguna cuestión, me parece muy válido comenzar una serie de textos, a propósito de los fósforos.

 

*) En distintos países de habla hispana se utiliza con frecuencia la palabra « cerilla ». En este caso, el nombre refiere igualmente a un componente de cada unidad, aunque no directamente al material iniciador de la combustión, sino al papel parafinado o encerado, que forma el cabo de cierta variedad de « fósforos ».

 




07.08.2011 18:07

- No te voy a juzgar ; tampoco te voy a creer todo así como así. Me parece correcto que quieras demostrar que no fuiste responsable de lo que le pasó a esa infortunada mujer – lo que le había contado era la verdad, pero su respuesta fué la esperable de una persona como ella. Si me hubiese creido instantáneamente y adoptado acriticamente mi punto de vista, me hubiera decepcionado.

- Entiendo perfectamente, solo tenés mi versión y aunque te jure que fué asi, como te conté, sería un disparate pedirte que pusieras las manos en el fuego por mi –  dije esto sin ninguna impostura. Pese a cierta frialdad en su reacción, sentía que teníamos empatía mútua.

No podía desarrollar en unos pocos minutos, lo que pienso, sobre la confianza en las relaciones interpersonales. Aunque sabía que se trataba de eso - la posibilidad de confiar en otra persona - que estaba en juego.

- Yo tampoco te conozco – le dije, intentando torpemente hablar de la confianza. – Pero confío, que si hay algún medio de recuperar lo que busco, vos sos quien puede ayudarme. ¿Al menos te parece que tiene lógica y es posible lo que te plantée ? – De la manera que me salió la pregunta, pareció derivar el tema hacia aspectos racionales y técnicos, aunque yo sabía, que si ella no confiaba en mí, la búsqueda no daría resultados.

- Vos parecés muy seguro, que con eso se aclarará la situación, cosa que a mí no me parece tan evidente. Pero sos el que está involucrado y tenés que arriesgarte. Lógica tiene y además en lo que me tocaría a mi, es interesante y podría llegar a ser divertido, pero … - interrumpió la frase y por primera vez en la charla, miró hacia abajo. Entre el comienzo y el final de su contestación, pasé de un sentimiento a otro antagónico. Pareció que iba en dirección de la aceptación (aunque yo no veía ninguna fuente de diversión, no me iba a poner a discutirle eso), rumbo que sentí vacilar, cuando interrumpió su verbalización y permaneció pensativa unos segundos, que a mi me parecieron muy largos.

- Si se te hubiera ocurrido al principio, hubiese sido fácil – afirmó retomando el tema y con un esbozo de sonrisa. – Hay programas que puede grabar todas las imágenes intercambiadas en una sesión de video – chat. Obviamente, hay que tenerlos instalados al momento de la conversación ; ahora ya es tarde.

-.¿ Me querés decir que ya nunca podré recuperar esas imágenes ? – pregunté, sin que su sonrisa me trajera ningún alivio. La sugerencia que no sería posible, me colocaba ante el derrumbamiento de la estrategia que había elaborado,

- Lo opuesto de fácil, es difícil. No dije imposible. – Ella también se había puesto seria – Debés saber que la teoría informática, se construyó en base al sistema lógico binario : 0 – 1, on – off, encendido – apagado. Aunque la vida es más compleja que eso. Siempre hay restos que no pueden ser atrapados binariamente; por ahí puede estar lo que te saqué del embrollo – reflexionó, con aires de sabia hinduísta o budista. No entendí del todo, a donde iba con ese pensamiento, pero por un instante hasta me parecío ver una circunsferencia de tono rojizo, arriba en su rostro, entre sus cejas.

- Entonces ¿ existe algún medio de conseguirlas, aunque no las haya grabado, en el momento que se produjeron ?- Ya había consultado, sobre la posibilidad que pudieran quedar, en alguna memoria oculta en las computadoras utilizadas, y me dijeron que no. Ella lo sabría, sin dudas. Me recompuse, pues si no era imposible, dejaba una puerta abierta para seguir adelante.

- Recuperar la parte textual de las conversaciones, va a ser lo menos complicado. Al igual que hacen las empresas de telecomunicaciones con los sms que trasmiten, los proveedores de los principales servicios de chateo, registran y conservan todo lo escrito. No requiere tanta masa o volúmen de memoria como los videos. – comentó con pose didáctica.

-Siempre tuve la impresión que la privacidad en internet es muy relativa – acoté por mi parte – Lo que no sabía es que llega a esos extremos. – Al decirle esto, me adjudiqué cierta ingenuidad que no tengo, realmente creo que la absoluta privacidad en la web tiende a ser nula y es casi imposible evadirse de algún Gran Hermano.

Me gustaba que me explicara con más detalles y sus gestos de sapiencia. Ya había pasado la media hora de nuestra entrevista, y no parecía apresurada para irse. Su advertencia inicial,  la hizo con el fin de marcar la cancha e impresionarme ; su permanencia era un buen signo.

- Al menos desde hace diez años, luego de los atentados a las Torres Gemelas, es así. No te quejes, si están archivados, va a jugar a tu favor. También me dijiste que guardaste los textos de algunas de las charlas ;  pueden ser útiles.

- Si, solo algunos y salteados – repliqué, mientras recordaba que precisamente los chateos mas hots, los que necesitaba recobrar, no los había grabado. Su intensidad emocional no dejaba márgenes, para pensar demasiado en esos aspectos.

Recuerdo perfectamente, que en el inicio de aquellas sesiones, Magda me preguntó si tenía microfono (yo tenía auriculares con microfono, pero no los tenia conectados ni configurados). Si los hubieramos utilizado, no habriamos escrito casi nada y ahora no tendría la posibilidad que tengo.  Me dijo que era la primera vez que lo hacía. No le creí, actuó mostrando experiencia. Tenía gran talento para esa clase de intercambios virtuales.

- Te voy a aclarar algo – ND rompió el breve silencio. – Si estuvieras intentando recuperar las primeras escenas que me comentaste, cuando comenzaron a conocerse y ambos estaban en sus trabajos, te hubiera mandado donde estás pensando. Eso, salvo algún improbable accidente, no está conservado en ningúna parte. No tiene ningún valor, a nadie le importa.

- Bueno, si fuera tan así, lo que pretendo encontrar solo me interesa a mí, ella ya no está. Ninguna autoridad se va a tomar la molestia de buscar algo tan inmaterial e intangible.- Por primera vez su actitud me causó disgusto. Parecía que ya había decidido ayudarme, pero esta pose un tanto sobradora, le agregaba una ambigüedad demasiado femenina, que podía haberse ahorrado.

- Se sabe que a vos te interesa, si no, no estaríamos hablando. A lo que voy, es que por ser « material erótico » lo que estás buscando, hay mas chace para lograr encontrarlo ; tiene un valor adicional. A algún otro le puede interesar, siempre hay un roto para un descosido. -  después de emitir el refrán (que para mi gusto fue traido de los pelos), lanzó una carcajada. Yo no estaba de humor para risas de ese calibre, pero su persistencia en moverse por caminos sinuosos, disolvió momentaneamente mi malestar y también reí.

- Dejate un poquito de joder y decime algo más claro.- sin consciencia, le tomé la mano que tenía sobre la mesa, no pareció molestarle, aunque cuendo me di cuenta, me retiré prudentemente.

 Entonces volvió a ponerse seria y dijo con aire grave : - Vamos a tener que entrar en contacto con « traficantes de imàgenes » -

 - ¿Qué significa ?

 - Asi les llamo yo para hacerlo más simple. Son grupos, empresas clandestinas, que se dedican a entrar, sin autorización alguna, al trafico de videos – chats en la red mundial y grabar materiales que luego puedan vender. Me tengo que ir, otro día seguimos hablando – Mientras decía esto, ya se estaba poniendo de pie

 Me quedaban muchas dudas y lo último, pese a que en esa dirección, parecía estar la posibilidad buscada, no me daba tranquilidad alguna. Atiné a vocalizar, antes que se alejara, la última pregunta -¿Como nos comunicamos ?

- Mañana mandame un mail y te digo. Chau - Salió bastante rapido y contra mi previsión, tomo por Yi, en dirección opuesta a la avenida 18 de julio.

Permanecí en la mesa ; el hombre con quien conversé en la barra ya se había ido. Distraje mi atención discurriendo, que la traducción al español del francés absynthe, es absenta y no absintia y dudando si no era lo mismo, que el licor denominado ajenjo.

 

 

 

(*) Tanto este post, como el precedente (« Linterna Verde ») son borradores de partes de un relato mas largo, sobre el cual sigo trabajando. Es una historia de ficción, y no tengo previsto « adelantar » más fragmentos publicamente en un corto plazo.

 

 

 

 

 




31.07.2011 16:11

 

Ya han aparecido los afiches, anunciando el estreno del film del susodicho superhéroe, para los primeros días de agosto, en Bélgica. Nunca fué de mi particular predilección, pero la luz verde es un indicador bastante universal de « vía libre ». Asi pese a que amigas con inclinaciones místicas, me han dicho y me dicen que soy « muy racional », lo voy a tomar como una señal favorable. Paso a postear lo que podría ser un borrador del tercer capítulo, o parte, de algo que vengo escribiendo desde no hace mucho.

 

3 – Primer encuentro con el hacker.

Sebastian, mi sobrino informático, me envió el nick y e-mail, desde su nuevo trabajo en el Silicon Valley. Algún día, si es que consigo salir de este lamentable enredo, le voy a preguntar si la vida por allá, tiene algún parecido a lo que relata Douglas Coupland en « Microsiervos » o « j Pod ».

Me quedé pensando en sus reflexiones acerca que ya no hay verdaderos hackers en estos tiempo, pero no tengo disposición anímica para sutilezas intelectuales. Para mi, estos son la dirección y apodo de  - el hacker -  de confianza, que le pedí y en él deposito mis expectativas. De inmediato escribí un mail, lo suficientemente sobrio y desesperado, a la vez, que pude lograr. Esta gente, da la impresión de estar las veinticuatro horas del día ante una pantalla ; al poco rato recibí su escueta respuesta:

 « A las 20.45 hs en Colonia y Yí. Bar X, mesa sobre ventana a Yí. ND »

Es un bar que tiene nombre florido, que prefiero no revelar. Cuando leí el lugar del encuentro, tuve una leve confusión, por una canción que me comenzó a sonar y creí que ese sitio estaba a la altura de Convención. Pero luego me dí cuenta que la calle Convención, ha cambiado de nombre y se ubica mucho más cerca de la Plaza Independencia. Hacía poco de mi retorno a Montevideo, el equívoco no era grave y se me ocurrió que tararear lo poco que recordaba del tema musical, me traería suerte. Porque seguramente necesitaría suerte, además de la ayuda del hacker y mi voluntad por aclarar las cosas.

Su pronta comunicación me dejó muy ansioso pero esperanzado. Aunque no decía nada relativo a su aspecto físico, ni alguna clave para contactarnos, desconté que un hacker era alguien inteligente y esos datos bastarían para encontrarnos.

Todavía no eran las ocho y media cuando llegué a la esquina convenida. Di un rodeo por la calle Yí, para mirar hacia el bar por la acera de enfrente. Había tres mesas que daban a esas ventanas y solo una estaba ocupada por una mujer sola, que leía un libro. Aún no había llegado, pero faltaban unos veinte minutos para la hora.

Entré al bar y me instalé en la barra. Soy muy puntual, pero a costa de dispensar tiempo en esperar, pues siempre llego anticipadamente. Pedí una Zillertal de tres cuartos, sigue siendo mi preferida de las uruguayas, aún después de probar  algunas semi-artesanales, de más o menos reciente aparición ; me dispuse a observar, alerta a su arribo.

Desde el comienzo de mi cerveza hasta la hora del encuentro, no ingresó nadie sin compañia. Una pareja, dos grupos de jóvenes y ninguno de sus integrantes me dió la impresión de ser un hacker. Aunque me daba perfecta cuenta, que no tenía una imágen física predefinida y cualquiera que imaginara sería fantasiosa. El único rasgo que persistía con obstinación en mi mente, era el color negro, que pensaba - probablemente equivocado - sería el color preferido en su vestimenta.

A las 20.45, las tres mesas sobre la calle Yí estaban ocupadas ; a la mujer que ya estaba presente cuando llegué yo, la flanqueaba una pareja de mediana edad, bastante concentrada en sus asuntos y  tres adolescentes en la otra mesa, muy dedicados al arte de beber pacíficamente.

Continué aguardando y cuando faltaba un minuto para las nueve de la noche, me sentia sumamente nervioso. La botella verde estaba vacía y pensé que no tenía ningún sentido prender un cigarrillo ; esa idea absurda era demostración de mi desasosiego, pues no solo no tenía cigarrillos, sino que nunca en mi vida he fumado tabaco.

La situación se me estaba haciendo insoportable, no aparecía quien yo estaba esperando y a mi lado en la barra, había un tipo bastante pegajoso, al cual le dije que estuve viviendo en Bruselas mucho tiempo, Un error infantil ; desde el momento de mi comentario, no paró de preguntarme si había tomado absintia y si conocía unos boliches del centro de aquella ciudad, donde expenden cientos de tequilas, rones y whiskies de diferentes regiones del mundo.

Estaba a punto de contestarle al borracho y salir raudamente del local, cuando sucedió algo que llamó mi atención. La mujer que ya estaba sentada en una mesa cuando entré al bar, levantó la cabeza, cerró su libro y también el block de notas que tenía ante si. Guardó el volúmen en su bolso y a la vez sacó algo de él. Era un objeto bastante plano y rectangular, más grande que un teléfono celular, pero no tanto como un notebook.

¡ Tenía una iPad, en sus manos ! Las conozco bien, porque en mis incursiones por la FNAC en Bruselas o Lovaina-la-Nueva, solía pasar, por el sector de los productos Mac y explorarlas, palpando las pantallas tactiles, de dichas tablets en exhibición.

Reparé que la morocha, a la que no le había otorgado mayor atención, vestía una chaqueta negra y aunque tenía una vistosa pollera de color fucsia, debajo usaba calzas de lycra, también negras y botas del mismo tono. Malditas rémoras machistas ; nadie me dijo que - el hacker - era del sexo masculino. Bien que podía ser ella.

Me paré para dirigirme a su mesa, pero antes me despedí del ocasional colega de mostrador, que aunque un tanto verborrágico, me acompañó en la espera.

 - Si conozco la absintia, si querés hacerte una idea, pedite una copa de anís, yo no le encontré una gran diferencia. Hasta la próxima.

Ya jugado, en pocos pasos llegué hasta la mesa de la mujer y la encaré con el mayor tacto :

-  Buenas noches, permitame hacerle una pregunta. Tenía una cita a las nueve menos cuarto, con una persona que no conozco fisicamente, en una mesa de este bar. No lo tome a mal, pero pensé que podría ser Ud. – Le dije sin entrar en rodeos.

- Of course, I am - respondió muy segura, mirandome fijamente con sus ojos negros. En ningún momento de mi estadía en la barra, percibí que ella se hubiera fijado en mi.

Pensé fugazmente que no la podría calificar de trigueña, mestiza o mulata ; su tez era muy oscura, tenía el cabello lacio e igualmente oscuro, aunque facciones delicadas y no demasiado exhuberantes. Tal vez tuviera antecesores indios (de la India) o incluso …  

- No sé que hacías boludeando en la barra desde hace más de media hora, perdiste tiempo al cohete. Ahora solo tengo un cuarto de hora más ; si lo que me planteas me parece interesante y está del lado de lo justo, capaz que media hora.- Su voz, entre autoritaria y compasiva, me sacó de las especulaciones.

- Disculpame, tenés toda la razón, fuí un pelotudo - Aproveché que ella me dió pie para tutearla, no estaba nada mal, pero mis urgencias no se orientaban en ese sentido. - ¿Pero como supiste durante todo el rato que era yo y por qué no me lo hiciste notar ?

- Nuestro amigo en común me pasó tu nombre completo, yo no trabajo con cualquiera, ni para cualquier causa. Vi tus fotos en Facebook. Es de lo más choto que hay, entrar a una cuenta allí. Además, si decido ayudarte, igual vas a tener que hacer las cosas por vos mismo ; eras tu el que tenía que encontrame a mi y no al revés.

 - Comprendido. ¿por donde empiezo ? – Aunque ella me dió confianza e incluso abrió la posibilidad de un juego exitante, a la vez estableció una asimetría bastante apabullante, pero no me quedaba otra que confiar.

 - Explicame el lío en que te metiste, cuanto más corta la hagas, mejor.  Y después decime en que te imaginás que te puedo ayudar.

 

 

 

 




21.07.2011 16:59

 

El año pasado disfruté la trayectoria celeste en el Mundial de Sudafrica, como la mayoria de los uruguayos por el mundo. Ahora he seguido la campaña en la copa América, aunque con menos entusiasmo. Pero no voy a pecar de aguafiestas, cuando está cerca la final y tenemos serias chances de ser otra vez campeones de América y seguir coreando el « volveremos, volveremos…volveremos otra vez… »

Como en todas las situaciones el cruce de preocupaciones personales y sociales produce resultados diversos. En Europa, los titulares más frecuentes dejaron de ser futbolísticos, como en el verano mundialista pasado, para dar lugar a las fluctuaciones de talante de Los Mercados.

Varios artículos que he leído recientemente en importantes periódicos, me han acercado mucho a quienes plantean el carácter neoreligioso de la etapa actual del capitalismo. Estuve a punto de traducir uno, escrito en francés y postearlo como ejemplo. Su contenido económico – financiero, inmediatamente pasaba al misticismo, con solo hacer las equivalencias, Mercados = Dioses y Bancos = Templos.

Lo que ofrecía mayor dificultad en esta traducción era el termino especuladores y sus derivados. Si bien parecían estar más cerca del área de lo demoníaco, por sus actividades infernales, no podía traducirse sencillamente como diablos o sinónimos.

Es que al comprender el contenido del texto, veíamos que la especulación  también está comprendida en las labores de Los Mercados.

Es decir que las actividades especulativas, aunque aparentaban ser valoradas como negativas y distorsionantes, no dejaban de ser parte plena del mundo financiero. Asi que en ese Olimpo, es imposible pensar al bien y al mal como atributos radicalmente diferentes, opuestos o excluyentes. A los simple mortales nos queda como única opción, plegarnos a los cambios de humor de Los Mercados, que tienen cualidades muy humanas ; sienten inquietudes y temores, satisfacciones y euforias, premian o castigan duramente, según sus cambiantes sensaciones.

Viendolo de esta manera, me resulta más comprensible una de las principales preocupaciones del editorialista del artículo referido, que en su inmoralidad manifiesta una lógica religiosa, aunque parezca carente de racionalidad humana.

Sus tribulaciones pasaban por que el alto endeudamiento de los Estados, no permitiría realizar un nuevo salvataje a los Bancos, en otro escenario de crisis similar al de 2008, una hipótesis indeseada y oscura, pero no sin probabilidades de acontecer.

Aunque mejor volver al fútbol y no distraernos con temas secundarios (tolerenme la ironía catártica).

Es un juego y deporte con cualidades, que se manifiestan en una « dinámica de lo impensado », tal como lo expresara un autor argentino; le dan creatividad y lo hacen masivamente apasionante. Su gramática y dialéctiva son comprensibles casi para todo el mundo y su difusión globalizada permite apreciar urbi et orbi su faceta artística popular.

También se presta muy adecuadamente para canalizar sentimientos nacionalistas e identitarios de una manera altamente emotiva y por ello facilmente contagiosa. Lo cual nunca ha pasado indadvertido para los estamentos gobernantes, de los diferentes estados, sea cual sea su signo ideológico.

Me dicen amig@s en Uruguay, que el maestro Tabarez ha conformado un grupo con un estilo y valores destacables. Que eso es algo positivo por su carácter ejemplar, sobre todo para los más jóvenes. Probablemente asi lo sea ; varias declaraciones y actitudes de los jugadores y técnicos demuestran mesura y componentes de análisis y valoraciones infrecuentes en otros planteles futbolísticos. Se tornan así en un espejo en el cual nos agrada mirarnos a los uruguayos y sin duda mejorado aún más, por la cuota de idealización que es dificil encontrar donde depositar en los tiempos que corren.

No puedo dejar de conectar las distintas corrientes de pensamientos y recuerdo una campaña publicitaria de un Banco, que vi no hace mucho en España. Destacaba la capacidad de esa institución para generar negocios e impulsar mercados « novedosos ».

Uno de los paneles se centraba en el volúmen de más de 1000 millones de dólares, que había generado en 2010 para Brasil, la « exportación » de futbolistas de ese orígen. El fútbol parece complacer a la vez, a los humanos y a los Dioses.

La biblia junto al calefón ; aunque la imágen cambalachera parece demasiado pálida y simple como para sintetizar la actualidad del siglo XXI.rUUuuUuu

 

rUUuuUuu



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Leonel Elola Verocay. Vivo en Bélgica desde el 2004. BXLMVD habita una adyacencia psicogeográfica entre Bélgica y Uruguay; esa es su ventaja y a la vez su handicap.

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