La edad sí importa
De lo humano cotidiano / aprender con la vida

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Del amor , las relaciones y el dolor

11.03.2009 22:20

Volvió a sonar
aquella olvidada música
entre alegría y nostalgia,
sintiendo equivocada.

Hace bien, cautiva
altera los sentidos
sacude el entorno
quebrando la paz.

Desplazamiento de espacio
captura de tiempo
desenfreno y relax
alegando integración.

Volvió a sonar
aquella olvidada sensación
entre melancolía y avidez
buscando identidad.




09.12.2008 15:03

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Estoy " quemada" aunque parezca imposible, cansada, agotada...esperando un descanso y un renacer.

Y como lo definiera Pines and Aronson:"El Burn out o quemazón es un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por el involucrarse en situaciones emocionalmente demandantes, durante un tiempo prolongado"...

Hoy me ganó la situación, tengo un nudo en el esófago, mis neuronas se entrecruzan locamente , mi corazón se acelera, se cruzan la incertidumbre, la inseguridad, la inestabilida,mi motor me pide un descanso, mi cuerpo no está resistiendo tanto.

Apenas si en los últimos días duermo 3 ó 4 horas, y para colmo este calor pesado, monótono, tedioso me gana. Me baja la presión y las preocupaciones intentan ocupar un espacio no permitido aprovechando que las defensas bajan dado el estrés.

Pero sólo hoy permito esto, mañana reconstruiré la torre que tambaleante intenta desestabilizarme...por hoy , por horas nada más , me "lo banco" pues el dolor y los malos momentos nos dejan una lección.

Me siento quemada, por dentro, por fuera, en los confines de mi mundo, por dentro...

Pero también se quema el Fénix para renacer....




09.10.2008 12:37

ico_img.gif Me acuerdo siempre de esta escena:
Mi primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía doce...
Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se llevó la mesa ratona por delante. Cayó sentado de culo en el piso llorando.
Se había dado un golpe fuerte y poco después un bultito del tamaño de un carozo de durazno le apareció en la frente.

Mi tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y mientras me pedía que trajera hielo le decía a mi primo: Pobrecito, mala la mesa que te pegó, chas chas a la mesa..., mientras le daba palmadas al mueble invitando a mi pobre primo a que la imitara... Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la enseñanza? La responsabilidad no es tuya que sos un torpe, que tenés tres años y que no mirás por dónde caminás; la culpa es de la mesa. La mesa es mala.

Yo intentaba entender más o menos sorprendido el mensaje oculto de la mala intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi primo le pegara a la mesa...

Me parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me parece siniestro: vos nunca sos responsable de lo que hiciste, la culpa siempre la tiene el otro, la culpa es del afuera, vos no, es el otro el que tiene que dejar de estar en tu camino para que vos no te golpees...

Tuve que recorrer un largo trecho para apartarme de los mensajes de las tías del mundo.

Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos.

Tengo que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable de lo que me pasa porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo controlar la mía. Puedo actuar libremente con lo que hago. Tendré que decidir qué hago.

Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que esta es mi decisión. Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré que ser libre aunque a vos no te guste.

Y si no vas a quererme así como soy; y si te vas a ir de mi lado, así como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir... cerrá la puerta, ¿viste? porque entra viento. Cerrá la puerta. Si esa es tu decisión, cerrá la puerta. No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que vos quieras. Te digo: cerrá la puerta porque yo me quedo y hace frío. Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable.

Porque los autodependientes son inmanejables. Porque a un autodependiente solamente lo manejas si él quiere. Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.

Si sos autodependiente, de verdad, es probable que algunas personas de las que están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran quedarse.. Bueno, habrá que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)"

JORGE BUCAY




03.09.2008 14:50

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Muchos piensan que cuando dicen que "no" algo negativo puede suceder, nos tildarán de egoísta, no nos querrán más, seremos maleducadas, desagradecidas o cínicas ,soberbias ,odiosas, o dañarermos la relación, seremos mala madre, o mala hija o.... mala persona...

Dar respuestas negativas supone un esfuerzo, empeñados como estamos en caer bien, en resultar tolerantes, comprensivos, amables y diligentes. La timidez , la falta de autoestima , el miedo a fracasar, a perderlo todo son problemas añadidos a la hora de decir que no

Y entonces decimos que 'sí' sin ganas, sin voluntad, sin realmente quererlo.

Y para qué?, a beneficio de quién?, realmente pensamos que al consentir le estamos dando satisfacción a la otra parte?, será que también esa otra parte finge su aceptación?.

Cuantas dudas!, cuantas preguntas sin respuestas.!

Y si hubiera dicho que no....por qué tampoco le dije lo que quería?.

Tendrá el presentimiento de lo que quiero?, me conoce lo suficiente?.

Podrán adivinar lo que necesito?, tendré que decirlo?.

Y si lo digo y no cae bien?, entonces comenzamos con ese sentimiento confuso de desamor; pero no es lo mismo no leer los pensamientos del otro o que no le interesamos que no querer, no amar.

-Alguien puede quererte mucho y, sin embargo, no adivinar tus necesidades.

-Alguien puede quererte mucho y, sin embargo, aceptar que le digas que no a algo concreto.

-Alguien puede quererte mucho y, sin embargo, puede decirte que no a algo que le pides.

-Adivinar necesidades o decir que no nada tiene que ver con el amor o con la aceptación.

Cuando alguien te pida algo que no puedas dar, mírale a los ojos, sonríele y dile que no, dejándole muy claro que le aprecias, que le valoras, que le quieres.

Tan normal es pedir como decir que no. Cuando sabes qué quieres y cuándo lo quieres, es mucho más fácil decir que no a cosas que no puedes dar o a cosas que te apartan de tus valores o de tus metas.

Cuando queremos decir "no" y decimos "sí", nuestro "sí" nada vale.

Cuando estamos en la infancia aprendemos el NO, y empezamos a negarnos, a rebelarnos con nuestros padres y amiguitos. Así nos afirmamos! ¿Quién no recuerda los famosos ¡nooo!... cuando nos sentíamos invadidos en las cosas que "eran sólo nuestras.."

Al entrar en la adolescencia y peor dentro de ella se hace más fuerte (para algunos más acentuados), pero al comenzar los planteamientos de vida, adquirir responsabilidades , ser autónomos,evitar problemas, peleas, discrepancias resulta más difícil decir no.

Y al entrar en otras etapas,(ya sabemos cuales son) empezamos a dudar si decir que "si" o decir que "no", porque la mayor parte de las veces no estamos solos en la implicancia de la respuesta, hay una familia atrás, o un trabajo, etc. Pero hay muchas diferencias para esto.

Aunque lo bueno de cumplir 40 años, decía Groucho Marx, es que uno aprende a decir que no sin sentirse culpable.

Ser incapaces de decir "no" equivale a hacernos daño, a no querernos.

Cuando queremos decir "no" y, sin embargo, decimos "sí", estamos devaluando nuestro "sí", ya que, de puro rutina, le hemos quitado su verdadero valor. Y devaluar nuestra afirmación es hacerlo con nuestro crédito como personas que sienten, piensan y tienen criterio propio. Es devalorizarnos ante los demás y ante nosotros mismos.

La necesidad de ser valorados, atendidos y tenidos en cuenta, puede llevarnos a mostrar una constante disponibilidad a todo, lo que nos sume en una dependencia no sólo de los demás, sino de esa imagen desde la que actuamos, dejando de ejercer nuestro derecho a decir "no".

Es en realidad lo que sucede en la mayoría de los adolescentes de hoy, se siguen como ovejas para ser aceptados por todos. Pero también conozco a muchos adultos que a veces dicen que "no" porque -"pobre, como le voy a decir eso", "mejor no le llevo la contra", o " no gano nada", y muchas más.

Esa dependencia dificulta la evolución personal,individual, no propicia relaciones saludables y equilibradas con los demás, en las que decimos "sí" cuando lo consideramos adecuado y en las que mantenemos vigente la posibilidad a decir "no".

Hay que buscar un equilibrio que nos permita ser tolerantes y comprensivos, para expresar nuestros matices o discrepancias. No siempre es negación , en ocasiones es rechazo y también ruptura a veces; pero no es siempre definición de límites, independencia y libertad

Si cedemos siempre, nos hacemos daño. Si no somos capaces de decir "no", pensaremos que a los demás les puede pasar lo mismo. Entonces dudamos,y cada vez que nos digan que "sí" a algo que pedimos o comentamos, no sabremos si realmente es una respuesta sincera, ni si le importamos a quien esté del otro lado.

Deberíamos ser nosotros mismos estableciendo una buena relación social, cortés, con un buen diálogo y sin berrinches (cosa difícil) sin discusiones ( aún más dificil)

Ojalá todos aprendiéramos lo difícil que es saber decir que no. Yo tengo más de 40 años y, aunque he avanzado algo, aún estoy lejos . Hay quienes no aprenden nunca y se mueren sin atreverse a decir que no a nadie

También debemos saber con quién hablamos y cómo se encuentra la persona con la que lo hacemos, pues sabemos que al jefe es mejor decirle que sí, aunque pensemos y estemos convencidos que es un "no" pues de ello depende nuestro trabajo. A mi entender y como lo hago yo me resulta muy fácil, pues uno de los mayores problemas y a la vez cosas buenas, es que a mi jefe le doy mi real opinión, incluso a veces preguntandole si realmente la quiere escuchar.

Yo pienso y sostengo que hay demasiadas relaciones vacías, formales, disfrazadas de cordialidad y buenos modales. Por miedos, vanidad, celos, egísmo y hasta maldad.

Una cosa es la sociabilidad y otra muy distinta, la hipocresía del "quedar bien" a toda costa.

Hay personas que se "matan" adulando, diciendo que "sí", aprobando lo que ni siquiera creen correcto por miedo o por no importarle lo que le suceda al otro o a ellos mismos. Sienten la necesidad absoluta de quedar bien porque necesitan de la estimación y el reconocimiento de los demás, porque tienen una autoestima baja ( o no les interesa nada) y tienen que obtenerla de fuera.

¿Y a qué precio? Si dices sí, queriendo en tus adentros lo contrario, te sientes mal y, además, con frecuencia ( si piensas en tí) te sientes utilizado. Es como colocarse en un servilismo indigno hacia ti mismo, mostrando tu debilidad . Decir que sí a todo no cura nada hasta a veces te empeora. Necesitamos el afecto de los demás, pero de poco nos servirá sin nuestro propio afecto.

Es mejor decir que "no"...

-Si no quiero determinada situación, si no estoy conforme con lo que vivo, con lo que me pasa, con lo que me dicen, si voy a disgusto,obligada, no debo sentirme culpable por decir que no!.

Es como decir ¡basta!. No quiero que suceda esto!

-Si al dar la medida adecuada a nuestras necesidades, opiniones y deseos pensamos que no es una manifestación de egoísmo, sino de responsabilidad, autoestima y madurez ( aunque a veces esto nos falte).

-Si consideramos decir "no" cuando es la mejor forma de comprobar en qué medida se nos valora y se nos quiere por cómo somos en realidad.

-Si al comprobar que nuestra negativa no romperán vinculos con los demás y que además darán un sentimiento de respeto , sinceridad, nos darán confianza, ayudarán al diálogo nuestro y de los demás .

-Si por sobre todo podremos ser auténticos y estamos defendiendo nuestra postura a riesgo propio.

-Si caigo bien a todos, absolutamente bien a todos, habrá que empezar a preocuparme seriamente.

-Si carezco por completo de posiciones que merezcan mi rechazo (algo me pasa)

Y de la misma manera que podemos decir que NO a determinadas posturas, también podemos decir NO a un cigarrillo si queremos dejar de fumar, a una torta de chocolate si empezamos la dieta , a tomar alcohol si nos caerá mal, y también a decir NO si vamos a caer en una depresión, a decirles a nuestros hijos que NO vayan a determinado boliche y que un domingo NO me voy a levantar temprano!!!

Saber decir que no es, es ejercer la sinceridad, comprometernos con nosotros mismos y es, sobre todo, renunciar a quedar bien a toda costa.

El que a todo dice que no, probablemente sufra de rebeldía oposicionista, que es cosa seria; pero, el que a todo dice que sí, el que no sabe decir que no, padece también de algo: la falta de amor a sí mismo.

DECIR QUE NO ( Mario Benedetti)

Ya lo sabemos
es difícil
decir que no
decir no quiero

ver que el dinero forma un cerco
alrededor de tu esperanza
sentir que otros
los peores
entran a saco por tu sueño

ya lo sabemos
es difícil
decir que no
decir no quiero

no obstante
cómo desalienta
verte bajar tu esperanza
saberte lejos de ti mismo

oírte
primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado

y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco
abres la mano

y nunca más
puedes cerrarla.




21.08.2008 13:22

Cuando las personas se encuentran con dificultades en la relación, tienden a culpar a su pareja. Ven claramente cual es el cambio que necesita hacer el otro para que la relación funcione, pero les es muy difícil ver que es lo que ellas hacen para generar los problemas, es muy común preguntarle a una persona en una sesión de pareja:

¿Que té pasa?-lo que me pasa es que él no entiende.

Y yo insisto:

¿Que te pasa a ti?

Y ella vuelve a contestar:

Lo que me pasa es que él es muy agresivo

¡Y yo sigo hasta el cansancio...!¿Pero que sientes tú?¿Que té pasa a ti?

Y es muy difícil que la persona hable de lo que le esta pasando, de lo que esta necesitando o sintiendo.

Todos quieren siempre hablar del otro.

Es muy diferente encarar los conflictos que surgen en una relación, con la actitud de revisar: "que me pasa a mí", que enfrentarlos con enojo, pensando que el problema es que estoy con la persona inadecuada.

Muchas parejas terminan separándose a partir de la creencia de que con "otro", sería distinto, y, por supuesto, se encuentran con relaciones similares, donde el cambio es sólo el interlocutor.

Por eso, frente a los desacuerdos vinculares, el primer punto es tomar conciencia de que las dificultades son parte integral del camino del amor. No podemos concebir una relación íntima sin conflictos.

La salida sería dejar de lado la fantasía de una pareja ideal, sin conflictos, enamorados permanentemente.

Es sorprendente ver cómo la gente busca esta situación ideal.

...Y cuando el señor x se da cuenta que su pareja no corresponde con ese modelo romántico ideal y novelesco, insiste en decirse que otros sí tienen esa relación idílica que él está buscando, sólo que él tuvo mala suerte... porque se casó con la persona inadecuada.(?)

¡NO!

No es así.

No se casó con la persona inadecuada.

Lo único inadecuado es su idea previa sobre el matrimonio, la idea de la pareja perfecta.

En cierto modo me serena saber que esto que no tengo, no lo tiene nadie, que la pareja ideal es una idea de ficción y que la realidad es muy diferente.

El pensamiento de que " el pasto del vecino es más verde o que el otro tiene eso que yo no alcanzo", parece generar mucho sufrimiento.

Quizá el aprender estas verdades pueda liberar a algunas personas de estos tóxicos sentimientos.

La realidad mejora cuando me decido a disfrutar lo posible, en lugar de sufrir porque una ilusión o una fantasía no se dan.

La propuesta es: "HAGAMOS CON LA VIDA POSIBLE... LO MEJOR POSIBLE..."

Sufrir porque las cosas no son como yo me las había imaginado, no sólo es inútil, sino que además es infantil.

Esta es pues la nueva propuesta, empezar a pensar la pareja desde otro lugar, desde el lugar de lo posible y no del ideal.

Por eso es que vamos a intentar ver los conflictos no sólo como un camino para superar mis barreras y poder acercarme así al otro, sino también como un camino para encontrarme con mi compañero, y por supuesto, a partir de lo dicho, como un camino para producir el transformador encuentro conmigo mismo.

Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. La relación suma, por eso vale la pena.

Vale... la PENA (es decir, vale penar por ella). Vale el sufrimiento que genera vale el dolor con el que tendremos que enfrentarnos, y es valioso porque cuando lo atravesamos, ya no somos los mismos, hemos crecido, somos más concientes, somos más plenos.

                                                        Jorge Bucay -Silvia Salinas




11.08.2008 07:36

por Esperanza Sánchez:
Cuando me casé, era la mujer más feliz del mundo, a pesar de pensar siempre en la felicidad como en el día que se acabaran los problemas para mí, ahí fue donde aprendí el verdadero sentido de la felicidad reside en esos pequeños momentos que estas eufórica y por un momento te olvidas de los problemas, luego la realidad y la vida siguen con su monotonía y crueldad a veces... y el tiempo es el que lo tiñe de gris y un poco de esa tinta salpica a tu corazón todos los días un poco hasta que tu mirada ya no es la misma, es, valga la redundancia, más gris...
Hay cosas que cuando tienes 23 años y estás a punto de casarte con el hombre que quieres no te paras a pensar, una de ellas que es la más importante es que no vamos a tener 23 años toda la vida y que las cosas que quieres cuando tienes 23 no son las mismas que cuando tienes 30, son necesidades que van creciendo y evolucionando a medida tuya, la vida te da vueltas y te sorprende y hace que te sorprendas un poco a ti misma respecto a lo que cambias, y una mañana te levantas de la cama y te das cuenta que eres una mujer totalmente distinta a la de hace unos años.
Luego llega el pensamiento egoísta de pensar que hemos dado todo sin vacilaciones, que hemos actuado como super womans en casa, en el trabajo, con los hijos, cada día de nuestra vida es un reto que pocos pueden entender y realizar, y es en un día como el de hoy cuando te das cuenta que no es que haya crecido en ti una raíz egoísta, es simplemente que la carencia hace la necesidad y necesitamos esa valoración de las personas que ocupan nuestra vida y nuestro corazón, es entonces, cuando no la encuentras, que sientes la melancolía de esa mujer que eras y que el amor y la superación te ha cambiado por esta otra que duda a veces si lo que ha elegido es lo que realmente estabas buscando al principio.
No voy a luchar por algo que ya tengo, y Dios sabe que lo estoy perdiendo todos los días un poco mas, no voy a decir que no tenga miedo a que llegue el momento de encontrarme enterrada en medio de un montón de papeles llenos de nada que te queman en las manos, y tampoco mentirme a mí misma diciendo que ya no lo quiero, porque no es verdad, pero en este momento lleno de incertidumbre, no puedo creer que no se haya dado cuenta de mi malestar, y me molesta en gran medida que no haga nada por remediarlo, que su actitud sea totalmente contraria a lo que deseo.

Y es eso exactamente lo que hace que te quemes cada día, que su vida sigue igual distorsionando la tuya, es esos momentos que intentas encontrar en el mercado una balanza capaz de pesar los sentimientos que te unen a él, yo, todavía no la he encontrado, me imagino que el día que la encuentre será cuando esos sentimientos ya no tengan tanto peso en mi corazón como ahora y entonces ya no necesitaré mis momentos de reflexión y dudas, porque la evidencia será tan clara que quizá no me duela tanto verme enterrada en medio de esos papeles que anuncian el fracaso, espero que entonces siga queriéndole, aunque no sea de la misma manera y si las cosas se tuercen, intentaré no llegar a odiarle con la misma intensidad que lo hice cuando lo quise.



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