La edad sí importa
De lo humano cotidiano / aprender con la vida

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Ser como águilas

04.02.2009 12:20

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Que el día que el peso

se abata

sobre tus hombros

y tropieces,

baile el barro

para equilibrarte.

Y cuando tus ojos

se hielen detrás

de la ventana gris

y de ti se apodere

el espectro de lo perdido,

que una legión de colores,

índigo, rojo, verde

y azul intenso

despierte en ti

un vergel deleitoso.

Cuando se gaste la lona

de la barca del pensamiento

y una mancha de océano

se forme debajo de ti,

surque las aguas

un largo sendero de luna

por donde volver sano y salvo.

Sea tuyo el alimento de la tierra ,

sea tuya la claridad de la luz,

sea tuyo el fluir del océano

sea tuya la protección de los antepasados.

Y así, que un lento viento te envuelva

en estas palabras de amor,

un manto invisible para velar por tu vida


(del Anan Cara, el Libro de la Sabiduría Celta)




12.10.2008 17:40

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Cuando creemos que todo está perdido y estamos al borde del colapso, si estamos dispuestos, siempre habrá alguien a nuestro lado que nos ayude. Solamente hay que escuchar, sentir, vivir...desplegar las alas...y permitirse volar...

Un hombre estaba trabajando en su huerto situado al borde del desierto de Arizona. Ya estaba oscureciendo, cuando escuchó a lo lejos el ruido de unas motos y vio aparecer un grupo de «Ángeles del Infierno». Le dieron una paliza, lo ataron a una de las motos y lo condujeron al desierto donde lo abandonaron moribundo. El hombre logró sobrevivir, y cuando el sol comenzaba a asomar por el horizonte, recobró la conciencia.

Sabía que, en el desierto, el sol era la muerte. Sin comida ni agua ni cobijo no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir Entonces vio a su lado un pequeño arbusto. Se arrastró hasta debajo y se protegió del sol bajo la pequeña sombra que le proporcionaba. Se sintió desesperado: nadie sabía que estaba allí.

En ese momento, vio un halcón posándose sobre una rama del arbusto. Para el asombro del hombre, el halcón le habló:

-¿En qué puedo ayudarte? -preguntó.
Atónito, el hombre respondió:
-Me muero de sed, tengo la boca y la lengua inflamadas. Necesito agua para sobrevivir
-Mira detrás de ti -replicó el halcón-. Allí hay una serpiente. Síguela, porque ella sabe cómo encontrar agua entre las rocas. Así podrás beber

Más tarde, el hombre volvió al arbusto y el halcón regresó al día siguiente:
-¿Cómo te encuentras? -preguntó el halcón.
-He bebido agua, pero necesito comida para sobrevivir,- el agua sola no basta.
-Quédate aquí en silencio y espera a que pase el antilope. Síguelo: te mostrará dónde hay cactos que puedes comer

Y así fue: cuando el hombre siguió al antílope, encontró comida y sació un poco el hambre. Ya más recuperado y en forma, regresó al arbusto, donde también apareció el halcón:

-¿Puedo ayudarte en algo? -le preguntó

-Sí -replicó el hombre-. Aunque he bebido y comido, aún necesito sal para sobrevivir ¿Dónde puedo conseguir la sal que necesito para vivir?
-No temas -le dijo el halcón-. El zorro también la necesita. Si le sigues te llevará a unas rocas que lame y de las que consigue la sal que necesita.

El hombre siguió el consejo del halcón, pero al día siguiente, cuando regresó al arbusto en que se cobijaba, lo encontró quemado, y todo lo que quedaba de él eran unas cuantas ramas carbonizadas.

¿Qué voy a hacer ahora? -se dijo el hombre desalentado-. Sin cobijo me quemaré y moriré"

De repente, el hombre se dio cuenta de que, cada día, cuando seguía a los animales, había salido del desierto. Había aprendido a encontrar comida, agua y sal. Sabía cómo sobrevivir Entonces reparó en los ricos colores del cielo que el sol, ahora bajo en el horizonte, reflejaba, en el azul, violeta y oro del propio sol. Escuchó el exquisito canto de los pájaros a lo lejos y sintió gran paz y gozo.

-¿Te enseño el camino de vuelta a casa? -le preguntó el halcón.
El hombre pensó durante un instante y después contestó: -Creo que me voy a quedar un poco más




27.08.2008 13:42

¡Ah desgraciado si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece!
Haz como el árbol seco: reverdece
y como el germen enterrado: late.

Resurge, alienta, grita, anda, combate,
vibra, ondula, retruena, resplandece...
Haz como el río con la lluvia: ¡crece!
Y como el mar contra la roca: ¡bate!

De la tormenta al iracundo empuje,
no has de balar, como el cordero triste,
sino rugir, como la fiera ruge.

¡Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste!
Haz como el toro acorralado: ¡muge!
O como el toro que no muge: ¡embiste!

José de Diego




25.06.2008 13:23

Cuenta una historia que :

Era otra vez uno de esos días con grises nubarrones en el cielo y en los que sólo de vez en cuando aparecía el sol durante unos minutos. Habían empezado las vacaciones y ya desde por la mañana temprano, llegaron los primeros niños al patio del picadero.

A Janosh, uno de los caballos que tenía que cumplir aquí su "servicio", ya no se le notaba que un día hubiera vivido en libertad en los Pirineos.

Día tras día tenía que transportar en su grupa a un buen número de torpes jinetes. Tiraban de él hacia delante, de las pezuñas delanteras, de tal forma que casi llegaba a caerse. A veces ya no podía soportarlo más y corría deprisa, únicamente para no tropezar.

La chica que hoy iba sobre él, era algo corpulenta y poco diestra. El padre caminaba junto a ella y le hablaba todo el tiempo. "¡Manténte recta! ¡Ahora tienes que tirar de las riendas hacia la izquierda! ¡Ten cuidado o te caerás...!"

Janosh sólo quería una cosa. Salir aunque fuera un día de esa cárcel. Ser libre, como el águila que aún recordaba de su niñez pero no tenía sentido pensar en ello. Al menos aquí tenía asegurada la comida diaria y por las noches en el establo hacía más o menos calor y nadie le molestaba.

¿Se pueden hacer realidad los pensamientos? Una vez Janosh había tenido la impresión de percibir el espíritu de los animales. ¿O era el espíritu de los caballos?.

Un maravilloso semental negro apareció ante sus ojos mentales, la melena volaba al viento, los ollares se hinchaban y para él fue como si ese regio caballo le hablara.

-"Conozco tu necesidad. Sé que quieres ser libre como los caballos salvajes de la estepa, como el águila en el aire. He oído tu petición. Y así será.

Durante tres días te convertirás en un águila. Puedes moverte por el aire, ser libre, sentirte como un águila. Pero también experimentarás todo lo que un águila experimenta en su vida. ¿Estás dispuesto?."-

Janosh asintió sorprendido. ¡Por fin no estar obligado a cargar con toda esa gente tonta y no tener que recorrer siempre el mismo trecho una y otra vez!...

–"¡Sí, sí!".

...El águila se elevó en el aire. Era maravilloso poder volar, ser ligero como antes,cuando corría entre la manada; era incluso más bonito, más libre...Hacer círculos, dejarse llevar por el viento. ¿Llevaba horas volando así?.

Pero después sintió hambre. Se acordó del heno del establo, del trigo. ¿Qué había ahora para él?. Abajo divisó unpequeño animal: ¡un conejo!. Se lanzó a por él, pero fue demasiado lento.

Poco a poco se fue sintiendo cansado. Tenía hambre y estaba fatigado. ¿Dónde podría descansar?. Entre unas altas rocas encontró un hueco y bajó hasta él.

Lo de comer tenía que quedar pospuesto para mañana. Guardó la cabeza entre las plumas e intentó dormir.

En un determinado momento empezó a llover. Sus plumas se mojaron y se pusieron tiesas. Y esta hambre,¿cuándo se haría de día?.

Su desayuno consistió en un pequeño ratón. Por fin, el sol salió por el horizonte.

Se secó y volar ya no resultaba tan cansador.

Pero,¿de qué vale aquel maravilloso sol si se tiene hambre?. Poco antes de que llegara la noche consiguió atrapar a un pequeño conejo.
La noche fue larga y fría. Lluvia, lluvia y más lluvia. Ninguna presa. Hambre.

¿Era eso la libertad?. En el fondo no era libre en absoluto.

A lamañana siguiente, el sol salió durante unos minutos.

Se alzó por los aires, y aunque le sonaba el estómago, disfrutó del sol, de la luz, del vuelo, de la sensación de libertad en las nubes.

Fueron tan sólo unos minutos pero supo de que se trataba.

Sí, era la sensación de libertad. En el momento que consiguió relajarse, entregarse a la libertad, olvidarlo todo...justo entonces fue cuando tuvo la sensación de ser totalmente libre.

La SENSACIÓN de ser libre, ¡eso era!.. ¿Acaso la libertad era una ilusión o es que somos libres cuando creemos que somos libres? . ¿Vio en realidad a un caballo negro?....

A los tres días regresó al establo. ¿Qué buscaba la gente al subirse a su grupa?.

Se relajó y trotó suavemente. ¿Acaso no somos todos uno, el águila, el caballo, los hombres?.

-"¿Qué le pasa a Janosh?", preguntó el profesor de equitación."Hoy trota como un joven Dios".

Entonces se subió a él un joven minusválido. Sus piernas se balanceaban sin vida, estaba todo él contraído y apenas era capaz de sostenerse. Janosh sintió mucha pena por este muchacho, por este ser que había sufrido tanto.

Su cuerpo estaba contrahecho, pero en lo más profundo de su alma era fuerte...

El animal y el joven se hicieron uno y se unieron también con el cosmos.

Y por primera vez, en el rostro del muchacho apareció una sonrisa torcida pero feliz.

El sol mandó algunos rayos, pero eso no era importante. La sensación de libertad también le invadió a él, al caballo, al muchacho.

¿Quizá también al águila y al caballo negro?.

¡Libre como el águila del sol, libre de espíritu y sólo así totalmente libre!...

... 

Estar libre, libre de miedos, de presiones,de modos, de actitudes o de comportamientos negativos, de enfermedades, de relaciones que ahogan, de penas, de tristezas, de tantas cosas es algo que desea la mayoría de nosotros,consciente e inconscientemente .

Si de verdad se quiere ser libre , "libre de verdad", hay que volcarse a ello con todo el corazón, consciente e inconsciente, consecutivamente, día a día.

La vida es movimiento, hay que desear vivir.

Todo acontecimiento, toda realidad comienza en un estado mental.

En un pensamiento.

Algo abstracto como la vida misma.

Luego sólo hay que vivirlo...

 

 




13.06.2008 14:58

El águila es uno de los animales más longevos que existe, puede llegar hasta los 70 años de vida.

Pero cuando estas aves depredadoras llegan a los 40 años sufren uno de los momentos más críticos de su vida.

Su grande y fuerte pico se curva hacia su pecho y se convierte en una herramienta inútil, sus afiladas y gruesas uñas se tornan frágiles, débiles y se doblan con facilidad, y sus plumas se vuelven duras y gruesas dificultándole el vuelo.

Entonces el águila debe tomar una de las decisiones más significativas de toda su larga vida: O se deja morir con un pico torcido, frágiles uñas y gruesas y pocas plumas o se refugia en lo alto de una montaña.

Si opta por lo primero será cuestión de esperar que uno de sus más cercanos depredadores se acerque y en la desigualdad de condiciones en la que se encuentra perderá cualquier batalla. La segunda es, volar hacia lo más alto de esa montaña y ponerse a buen recaudo por cinco largos meses.

Lo primero que debe hacer es golpear una y otra vez el pico inútil en contra de las piedras hasta que éste se quiebre totalmente y caiga destrozado en varios días, luego debe esperar un par de meses a que le crezca un nuevo y más fuerte pico, con una curvatura apropiada.

Una vez que tiene el pico nuevo empieza a arrancarse las garras una a una hasta eliminarlas totalmente.

Luego de este proceso las uñas volverán a crecer con fortaleza y la dureza necesaria para aprehender a sus pesadas presas. Una vez concluida la operación debe proceder a sacarse las plumas una a una con su nuevo pico.

Entonces un plumaje dócil y nuevo le crecerá en donde hubo un torpe plumaje.

Cinco meses habrán pasado para ello, cinco meses en que el águila se las debió ingeniar para almacenar alimento y sobrevivir en desventaja.

Cinco meses después de los cuales habrá renovado su naturaleza y podrá lanzarse al vacío en un vuelo largo y sin temores. Con las alas abiertas, dejando atrás ese pasado solitario y de abandono que demoró cinco meses.

Solo entonces el águila está renovada para vivir treinta años más.

Solo entonces será capaz de continuar con sus días de vigilancia y de captura...


También existe el mito de la antigua cultura mediterránea y de muchos otros pueblos sobre el rejuvenecimiento de las águilas.

De tiempo en tiempo, el águila, como la fénix egipcia, se renueva totalmente. Vuela cada vez más alto hasta llegar cerca del sol.

Entonces las plumas se incendian y toda ella comienza a arder. Cuando llega a este punto, se precipita desde el cielo y se lanza cual flecha en las aguas frías del lago.

A través de esta experiencia de fuego y agua, la vieja águila rejuvenece totalmente. Vuelve a tener plumas nuevas, garras afiladas, ojos penetrantes y el vigor de la juventud. ..

Fuego y agua son opuestos, pero cuando se unen se convierten en poderosos símbolos de transformación.
El fuego simboliza el cielo, la conciencia y las dimensiones masculinas en el hombre y en la mujer. El agua, por el contrario, la tierra, el inconsciente y las dimensiones femeninas en el hombre y en la mujer.
Pasar por el fuego y por el agua significa por lo tanto integrar en sí los opuestos y crecer en identidad personal, son símbolos inicíaticos.
Nadie que pasa por el fuego o por el agua permanece intocado. O sucumbe o se transfigura, porque el agua, lava y el fuego, purifica.
El agua también nos hace pensar en las grandes crecidas que con su fuerza se llevan todo, especialmente lo que no tiene consistencia y solidez.
Son los infortunios de la vida. Y el fuego nos hace imaginar los hornos que queman y acrisolan todo lo que no es esencial. Son las conocidas crisis existenciales.
Cuando hacemos esa travesía por la «noche oscura y temible», como dicen los maestros espirituales, dejamos aflorar nuestro yo profundo. Entonces maduramos para lo que es auténticamente humano.
Quien recibe el bautismo de fuego y agua rejuvenece como el águila del mito antiguo.
Tal como el águila, si los seres humanos tuviésemos esa capacidad de rehacernos. Pero no físicamente. Si tuviésemos la capacidad de rehacer nuestra vida, dejando olvidado el pasado que nos ata, rompiendo los recuerdos hostiles y tristes como el águila a su pico, dejando las cosas inservibles del ayer al doblar alguna esquina.
Si dejásemos de echar de menos nuestra propia historia con sus recuerdos de amargura; la vida sería distinta.
Llegada cierta edad podríamos retomar con bríos los viejos caminos y volar, volar alto, hasta donde nadie pueda imitar nuestro vuelo.
Más allá de las metáforas universalmente, el águila ha sido símbolo celeste, ave de luz y de iluminación, de la altitud y la profundidad del aire, debido a su capacidad de elevarse por encima de las nubes y acercarse al sol.
Es encarnación del propio astro y del fuego, porque, además de su plumaje dorado, se cree que puede mirar fijamente al sol que, a su vez, es "el ojo que todo lo ve", la inteligencia, la racionalidad.
Se dice que es el único animal en el planeta que enfrenta a las tormentas, planea ágil en el nervio de la tormenta. Su capacidad de elevarse en las alturas, y luego de descender en fulminante caída, es relacionada con la descarga fulminante del rayo.
Es así el pájaro de la tempestad.
Su vuelo descendente significa el caer de la luz sobre la tierra, el advenimiento de la energía vital.
Y con las alas extendidas, el águila es símbolo de la cruz, que delimita los cuatro rumbos cósmicos y constituye, ella misma, el eje del mundo.
Por sus extraordinarias cualidades biológicas, el águila se halla en la cumbre de la pirámide de las cadenas alimenticias; es decir, no es una presa asequible para otros depredadores, salvo del hombre, que así como la admira y ha hecho de ella símbolo y emblema de cualidades, tanto naturales como sagradas, la ha perseguido, matándola por diversos medios y arrasando su hábitat: ya no vemos a las hermosas águilas posadas sobre los grandes árboles porque éstos ya no existen.
-Pero, dejando aparte las metáforas, ¿qué significa concretamente rejuvenecer como águila?
Significa hacer morir todo lo viejo que hay en nosotros para que lo nuevo pueda irrumpir y ser integrado.
Rejuvenecer como águila significa tener coraje para volver a empezar y estar siempre abierto a escuchar, a aprender y a revisar.
La lección de vida del águila es algo sorprendente, imitemos a ella que detiene un tiempo su vida para continuar después de una pausa con nuevos horizonte y renovada de energía y sabiduría
El Águila es el espíritu de la tenacidad.
Es el don de la visión clara, con la que verdaderamente se ven las cosas que se miran.
Es la paciencia para esperar el momento oportuno.
Es vivir en equilibrio con la tierra y los cielos.
Te recuerda la conexión con el Gran Espíritu.
Te avisa que el universo te está presentando la oportunidad de volar por encima de los niveles mundanos de tu vida, o por encima de la sombra de realidades pasadas.
El Águila te enseña a mirar alto para tocar al sol con el corazón, a amar la sombra tanto como la luz.
Te pide que te des el permiso de la libertad, para alcanzar la alegría que tu corazón desea.
Particularmente me interné en el tema de esta especie, sobre su vida monógama, ordenada, repetuosa de la naturaleza, de sus víctimas usadas sólo por supervivencia y alimento.
De su simbología, de su pasaje por Zeus, Odín, del Salmo 103,en la Ascención y la plegaria, con Prometeo, en Osiris, en la Siria antigua, en los blasones europeos, en el Imperio Azteca, en la China, en la India
(Su vida en libertad o en cautiverio alcanza desde los 15 años hasta los 45 promedialmente, pero se ha llegado a conocer casos hasta los 90 años en el águila real.)
Y la edad con la realiza ese cambio es muy significativa en los humanos, es a los 40 que nos cuestionamos más las cosas, reflexionamos, buscamos respuestas, necesitamos cambios.
Deseamos ser como águila: alas y el ojo, en los que el pensamiento asciende a la nube más secreta.

 



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