He escrito este poema en protesta por el ataque norteamericano a LIBIA.

No he podido quedarme en silencio ante tanto despotismo.

Siempre el omnipotente queriendo apoderarse de lo ajeno sin importarle nada

sólo obtener el objeto que han rastreado para su propio enriquecimiento.

Tú

imperialista ignominioso

te has condenado al más atroz de los destinos.

Tienes tus manos llenas de sangre

de inocentes ojazos

sorprendidos

antes de ver la lluvia de la muerte

destrozar sus latidos.

Se desgaja tu frente

se calcina tu alma

en esta guerra impropia

gestada en tu avaricia con diploma.

Y tus manos huesudas

como la misma parca

recorren todo el mundo

en busca de tesoros que no te corresponden.

Llora el niño y su madre

abrazados

sin nombre

porque tú no lo sabes ni te importa saberlo

que son ellos humanos

inocentes de todo.

Qué te importa el camino

que recorran tus tropas

tus misiles cargados son emblema de apegos

por el oro divino   negro oro que hurtas

porque portas la antorcha

de artimañas hipócritas.

Pero el tiempo se acaba desdichado falsario

todo vuelve a su origen

todo tiene retorno

y serán mil millones de fantasmas grisáceos

que te horaden los ojos

con cuchillas sagradas.

Tú te sientes soberbio   soberano   implacable

y te frotas las manos por tu triunfo inhumano

Se desgarra mi pecho

del dolor que me invade

porque sigues entrando en la casa del otro

sin que nadie te corte

tus impulsos ególatras

Y me llueven los ojos con millares de lágrimas

cuando siento en mi alma

el sufrir que tu causas con tus viles metrallas.

Hay un niño en mi puerta

que me mira sin ojos

porque ya se ha perdido

hasta el último asombro.

BEATRIZ OJEDA

DERECHOS RESERVADOS

¿Por qué grita la Tierra?

Doné mi carcaza de aroma a esperanza

para que los hombres gozaran mis “Gracias”

Me hirieron mil veces, cuchillas hundieron

talaron mis bosques, perdieron la brújula

y con sus misiles volaron mi suelo.

Agujas de fuego clavaron mi pecho

mataron mi alma de madre piadosa

y yo ya no puedo vivir sin gritarlo.

Mis ríos desbordan de olor a poderes

me tiemblan las manos, estoy agitada.

Es tanta la furia que llevo aquí dentro

que ya no resisto guardarme secretos.

Han ido muy lejos en esta carrera

robando, explotando, saciando sus ansias

y yo ya no puedo decirles que muero

estoy en camino del último invierno.

No soy la culpable de todo lo muerto.

No soy responsable de tantos lamentos.

He visto a mis hijos morir inocentes

por cuatro sicarios que no tienen mente.

Se acaba este juego de amor traicionado.

Mis ojos no pueden mirar hacia adentro

está la catástrofe urdiendo sus planes

y yo ya no puedo decir que no puedo

asirme a la magia de algunos momentos.

Qué pena más grande sentir que me matan

si yo les he dado toditas las “Gracias”

Púdrete solo

Ladino viejo

Púdrete en el fango inmundo

Los muertos tuyos no lo lamentan

Yo te diría que están de fiesta

Cuantos cayeron en esas manos

que mutilaron su s lenguas vivas

No te retractes ya no hay partida

la vieja parka está en tu puerta

Púdrete solo

Viejo villano

Sólo te espera la tierra vieja

que tiene asco de tu presencia

Clama tú

soberbio amo descarado

por ti , por ti.

Rescataré la luz con mis soldados muertos

aunque no quieras

Vivo o muerto te roeré el corazón con mis dos dientes

Serás una mascota de los leones

un instante

hasta que el asco de tu hedor

los reporte

a desterrar tus larvas viejas de sus garras.

Explícate después por qué te fue otorgado

el premio a "Los perennes miserables"

Despertarás en tus balcones ilustrados

sin conciencia ni miedo ni derrota

pues nada es y nada queda en ti

Nada

Te resbalaste solo

al infinito hueco de tu propia hoguera

y no te quemarás porque eres Nada

Mascarada en puerta

unida a los vientos

llega una rapsodia

de viejos sedientos

Magos del presagio

destruyen los hierros

de la estrangulada

torre de los sueños

Se han muerto los presos

de todas las cárceles

se quedaron sordos todos los poetas

y nadie se entiende

porque ya no hay eco

Palabras de miedo perdieron su nervio

la avaricia teje su apuesta de engaños

No vive la luna

el sol está ciego

y todos caminan por ningún sendero

Suelo perturbado por el juez del tiempo

erosionado

entregado

sumergido

entre las manos ciegas del castigo.

Tierra partida

en dos

en cuatro,

en mil pedazos.

Derrumbe de granito

hundiéndose en la nada.

Escombro y miedo

angustiada caída al agujero ignoto.

desenterrando cuerpos

el bombero insomne

se descubre explorando otros entierros.

Dimensiones que no habitan

se recuestan en las columnas yertas

de una esfera

holograma de cristal donde se encuentran

miles de almas que escaparon

del desgarrado agonizar

Beatriz Ojeda

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