Poemas espirituales
30.07.2012 02:27
YO FUI UNA VEZ
Yo fui una vez una sonrisa sin temblores.
Caminé por la calle ungida de victorias.
Iluminó la tarde mi juventud pletórica.
Fui un vendaval de luz
una sorpresa airosa
una voz prestigiosa
alzándose a la aurora.
Ascendí hasta el pináculo del éxito
aspiré mis amores pasionarios
y reí reí con frescura de rosas.
Yo fui una vez
una gaviota volando sin fronteras
un águila en el cielo esperando su presa.
Gritó mi voz
la alegría despierta
abrí mi flor
y descubrí el amor con desenfreno.
La luna el sol y las estrellas
adoraron mi andar por esta tierra
me vieron abrazar los arboles sedientos
corriendo sin parar por los pretiles de mis gozos.
Yo fui una vez la juventud que arrolla
obstáculos tramposos
y los patee hasta el fin del universo
continuando mi marcha victoriosa.
Hoy soy
tal vez
una mujer completa
impregnada de sabias primaveras
que en mi tiempo otoñal
obsequia al alma
las infinitas sorpresas que me esperan.
La juventud ha despegado de mi cuerpo
pero en mi esencia se afianza su presencia
porque cuelga en mi cielo
la cuerda que transporta
mis locuras perpetuas.
30.07.2012 02:14
Niño.
Te has pintado tu rosto para esconder
tus miedos.
Estás en este mundo deshojado
de mieles.
donde los seres llevan una mueca de cóleras
y son monstruos gigantes
robóticos
perdidos
en el duro cemento que acorrala su espíritu.
Niño.
Este invierno de amores
ha amarrado tus juegos
te ha sentado en la falda de anticipados ruegos.
Hay un loco deseo en tu puerta de ensueño
poder decir que eres
tan pequeño
tan tierno
que estás necesitando
un abrazo universo
que perfume tu almohada con aroma a inocencia
y que entibie tu alma
con la luz de un te quiero.
Niño
tu tristeza está envuelta en una telaraña
que ha tejido la vida
impiadosa y amarga.
Sin embargo tú tienes en tu boca bordado
el verbo inmaculado.
Con él podrás gritar
con la fuerza de aquellos
que llegan a esta tierra a sembrar las semillas
de la bondad suprema.
Portas en tu mirada una galaxia lúdica
para ganar batallas dirigidas
por la voz de los sabios peregrinos.
Niño
Deja que la mañana te despierte
retírate la máscara ladina.
Es posible vivir y abrir las alas
con tu fe
con tus puedo
derribando los muros de los necios
y brillando en la calle de los sabios.
28.01.2012 03:23
Desnuda y sola
con tu presencia,
sola y no,
con tu reinado,
en mi jornada,
en mi alma,
en mis poderes.
Desnuda y sola.
Sola con tu luz,
no ha de ser triste,
ni marchita mi jornada,
si soy tú,
tu Yo Soy
y mi Yo soy
en uno solo.
Si soy fuerza de mi era,
de mi fuente de titanes,
con tu presencia en los instantes,
en los espacios,
en toda obra que realizo.
Soy tu Yo Soy armonizado.
Y libre de los miedos,
tu voz,
acunará mi risa,
mi sonrisa,
mi osadía,
mi vertiente de ser
con todo el brío.
Desnuda y sola
en este mundo equivocado,
reiterado.
En esta tierra despiadada
nace ya en mi,
la impunidad de mi santuario.
Acurrucada y soberana
redimida
con tu Yo Soy.
BEATRIZ OJEDA
DERECHOS RESERVADOS
14.06.2011 23:08
DISTRAYENDO A LA MUERTE
Vida
Dame tu néctar de narcisos blancos
deja en mis noches tu perfume a rosas
vuélveme un pájaro nárrame un sueño
dime cuán alto volaré en el cielo
si esta mañana planea la muerte
visitarme con vestido neófito.
Dile que traiga su sombrero rojo
guantes de seda traje de encaje
unos zapatos de tacones altos
con un collar desbordando boatos
y unas pulseras de brillantes albos
para hechizarme con su bello atuendo.
Vida
Dame una estrella de tu cofre insólito
una guirnalda de azucenas níveas
reúne mil besos y mil abrazos
que yo no puedo alejarme antes
de disfrutar del amor radiante
como la luz que en tus ojos late.
Dile a la muerte que ya tengo amante
que estoy sedienta de sus besos cálidos
que aguarde un tiempo en su carruaje
que perfeccione su maquillaje
y mientras tanto yo me haré un viaje
hasta el nirvana transmutada en maga.
Dejo una carta de despedida
para que aprenda de una experta amante
las estrategias que el amor inventa
cuando no quiere despegar el vuelo
después de haberlo esperado tanto.
BEATRIZ OJEDA
COPYRIGHT 2008
08.12.2010 21:17
Una mano atravesó mi pecho,
cruzó la tierra,
fundió el dolor,
partió mi canto lírico
en cuatro versos negros.
Jugó mi niña
una rayuela de cristal
Ganó su suerte:
“el cielo”
y apostando una moneda,
abrió sus manos
para encontrar de nuevo,
un diamante de ilusión.
Bajó una estrella
a mis ojos apagados.
Brilló otro día
y la sorpresa de la luz
se acostumbró al milagro.
POEMA DE LA SEMANA
12 – 10 - 2010
UNION HISPANOAMERICANA DE ESCRITORES
22.11.2010 14:07
Vida: me has regalado mis veranos, mis inviernos,
mis otoños y mi eterna primavera.
En mis veranos he explotado en mis pasiones,
exprimiendo sin cordura, tu fuego clamoroso. En mis inviernos, me he arropado de los fríos,
los que penetran en el alma y la congelan.
En mis otoños he convivido con los llantos,
las nostalgias, la cercanía del invierno que nos lleva. En primavera las burbujas del inicio,
han despertado aventuras despeinadas.
Has permitido que mi emblema de existencia,
tenga este sello florecido de alegría.
Tú me acercaste a lo profundo del averno,
me calcinaste en la hoguera del infierno,
hasta que un día, tan piadosa como eres,
me remitiste hasta la cumbre del comienzo.
Me has ilustrado que el camino está cubierto,
de infinitud de obstáculos despiertos;
que hay siempre un tiempo para andar sin argumento,
sólo existir entre las nubes de los sueños.
Me has descubierto los inviernos necesarios,
para hibernar en mi cuerpo y en mi alma.
He meditado en soledad en este trance;
con pies ligeros me he escapado de la parca
y cada vez que me la encuentro entre las sábanas,
yo la despisto con las ganas de quedarme.
Le lanzo un beso engarzado de certeza
y la devuelvo a su casa solitaria.
¡Cuántos otoños revelados en mi mente!
Cuánta paciencia he practicado entre sus hojas,
vuelo de pájaros cobrizos que denotan,
que todo empieza y termina en cada meta.
He transitado por las veredas del silencio,
entre las penas peregrinas que se anidan,
en cada rama, que desnuda se descubre,
con la presencia de la ausencia y la tristeza.
Otoño vivo desvestido de esperanzas,
te duele el viento que te roba tus hazañas.
Una por una va quitando tus ofrendas
y te despoja de vistosas experiencias.
Yo te bendigo por cuidarme Vida Mía. Por deletrearme en mis momentos de apatía,
una canción de primavera perdurada,
que me convierte en aroma de lavanda
y me convida a sonreír en cada instancia.
Yo sé que tú, eres mi amante permanente,
que estarás viva entre mis sombras,
entre mis mieles, entre mis goces,
hasta ese día que no puedas evitarlo
y veas la LUZ que se acerque a reclutarme.
¡Vida Maestra! ¡Vida piadosa!
Tienes la magia de ofrecerme en cada hora,
una enseñanza que me vuelve un Ave Fénix,
en los momentos que la angustia se reporta.
Tú me has llevado por el camino de la impronta,
me has dado audacia para subir a la montaña,
me has construido una estrella que me ingresa,
en ese mundo donde habita la alborada.
Derechos Reservados
[1] 2 3 4 5 Siguiente >>
|