Caszacuento
Narración Oral de Cuentos

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Proceso para contar cuentos

24.03.2013 12:50

 

Un poco de teoría nunca viene mal y si se aplica ¡mucho mejor! Referente al tema del cuento: “No hay temas buenos y malos, pues todos pueden ser lo uno o lo otro, porque de ello depende exclusivamente de su tratamiento. Lo interesante es volver bello, un tema “antiartístico”. Existen materiales maleables con los cuales se puede lograr belleza fácil. Y hay materiales recalcitrantes que exigen talento para lograr con ellos una belleza, estaríamos ante una belleza difícil. El tema de un buen cuento no tiene porqué ser extraordinario, fuera de lo común, insólito, misterioso, etc. Se trata de lograr con lo cotidiano y hasta con lo trivial un cuento que sea excepcional. Lo excepcional no reside en lo rebuscado de la anécdota” Fuente Jaime Ángel Echenique en Revista Puro Cuento, B.A. Nº 35.




15.03.2013 21:51

Noemí se adelanta al comienzo de curso de Caszacuento y ya se puso a repasar y a compartir, con su permiso y porque me parece un gran aporte queda en el blog. Gracias Noemí! 

Amig@s   

A medida que nos acercamos al reencuentro, en aquel rinconcito, para iniciar una nueva etapa del curso que hemos emprendido, me dan vueltas y vueltas en la cabeza,  flashes del año anterior que creo que por algo han quedado registradas.

1 - ...lo que importa es la historia que contamos
2 -...contar y ser uno mismo
3 -...tener un elemento, cualquiera, como motivación
4 -...grabar lo escencial; después rellenar con lo secundario
5 -...acotar el preámbulo
6 -...leer, leer y leer; leer muchos cuentos
7 -...seleccionar aquel que por alguna razón, nos sedujo
8 -.. contarlo, contarlo y contarlo; contarlo muchísimas veces (esta premisa, es para mí, la más importante)
9 -...repasar la carpeta con todos los cuentos que cada uno hizo; ¿de cuántos nos acordamos?
10-..solo recordamos aquellos que contamos por lo menos 3 veces
11-..volver a leer todos los cuentos que encarpetamos; no abandonar esos cuentos aunque hayan sido contados el año anterior; contémoslos de nuevo, pero con más seguridad
12-..no seamos ambiciosos; seleccionemos aquellos cuentos de los que  tengamos la casi certeza de que los vamos a internalizar
13-..estamos en condiciones de contar un cuento solo cuando nos hayamos involucrado en él

Y por último; nos falta mucho para ser narradores; recién dimos los primeros pasos. Partamos desde esa humildad para poder abrirnos a aprender en cada sesión, un poquito más...

Teoría y práctica; teoría y práctica; sobre todo práctica o sea, "contemos", pero contemos conscientes de que es solo entrenamiento...

Abrazo colectivo; los extraño y los quiero mucho

Se me ocurrió compartir con ustedes estas reflexiones mías ¡qué latosa!

Noemí"


 

 




25.02.2013 09:24

 

" El uso total de la palabra para todos me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo." (Gianni Rodari, 1979)

Vení a Caszacuento, escuela de narración oral. Comienzo de cursos en abril. Inscricpiones: nire@adinet.com.uy

 




24.02.2013 11:49

“– La naturaleza humana ha supuesto las cosas de tal manera que cuando procedemos a una comunicación verbal con los demás primero vemos la palabra en la retina del ojo de la mente y luego hablamos de lo que hemos visto de esa forma. Si somos nosotros los que escuchamos primero, captamos por el oído lo que dicen y luego hacemos una imagen mental de lo que hemos oído.”

 

Y yo afirmo que hay que convertir las palabras en propias y saber antes cómo es la escena, la casa, el hombre, las puertas, los detalles de cada cosa que aparezca en el cuento. Hay que” inventar toda una película de imágenes mentales, un subtexto continuo.”

 

Les sugiero el cuento Las Carretas de Morosoli del libro Perico, para hacer el ejercicio de visualización e internalización de imágenes. Verán cómo cambian en su manera de contar el cuento. Exploren, investiguen, prueben, cuenten, cuenten, cuenten.

El encomillado pertenece a Constantin Stanislavski

 

En abril comienza el curso anual “Formación de narradores orales”, se realiza en el Teatro Solís en el horario de 18:30 a 21:00 con frecuencia semanal y en tres niveles: básico, intermedio y avanzados. Por inscripciones: nire@adinet.com.uy

Los espero/las espero




20.02.2013 19:39

Sherwood Anderson

Atención Mildred Hernández de Caszacuento

ME CUESTA mucho trabajo contar un cuento después de haberlo imaginado. Tras captar el tono de una historia (durante una conversación o de cualquier otra forma) me ocurre lo que a una mujer recién embarazada: algo crece en mi interior. En las noches, metido en mi cama, siento las patadas del cuento contra mi cuerpo. Muchas veces llego a oír claramente cada una de sus palabras, pero apenas me levanto a escribirlas, desaparecen.

Estoy obligado a explorar terrenos desconocidos para mí. Otros han sentido lo que yo siento, han visto lo mismo, pero ¿cómo han vencido las dificultades? Cuando contaba sus cuentos, mis padre recorría el cuarto de arriba abajo, frente a su público. Disparaba frasecitas provocativas y vigilaba a los oyentes. Podía haber un viejo granjero de aspecto estólido sentado en un rincón. Papá no le quitaba los ojos de encima. "No se me escapa", pensaba, mirando al tipo a los ojos. Si la frase que había soltado no causaba efecto, lanzaba otra y otra. Tenía una gran ventaja: podía actuar, expresar todo lo que no cabía en las palabras: fruncía el ceño, agitaba los puños, sonreía, lanzaba miradas de dolor o perplejidad. Yo he tenido que renunciar a todas esas ventajas al decidir escribir mis cuentos en vez de contarlos. Y cuántas veces he maldecido mi suerte. (...)

Cierta vez, un compatriota, el pintor Félix Russman, me llevó a visitar su estudio y me mostró sus pigmentos. Los puso en una mesa frente a mí y luego salió durante un rato, porque su esposa lo había llamado. Fue un momento emocionante. Di vueltas a las pequeñas muestras de color, puse una junto a otra. Las miré de lejos y de cerca. Quizá por primera vez en mi vida, intuí cómo es el mundo interno de los pintores. Varias veces me había preguntado por qué algunos cuadros de los antiguos maestros, colgados en el Instituto de Arte de Chicago, tenían tan extraños efectos sobre mí. Ahora, por primera vez, lo entendí. El verdadero pintor se revela a sí mismo en cada pincelada. Tiziano hace sentir intensamente el esplendor de su ser, Fra Angélico y Sandro Botticelli irradian una honda ternura que puede llenar los ojos de lágrimas; la morbosidad de Bouguereau aflora a pesar de su admirable técnica, mientras Leonardo hace sentir todo el poder de su mente, de la misma forma que Balzac transmite a sus lectores la universalidad de la suya y su capacidad de asombro.

Así pues, las palabras usadas por el cuentista son como los colores del pintor. La forma es otra cosa. Surge de la materia del cuento y de las reacciones del narrador hacia ella. El cuento que busca su forma es lo que patalea dentro del cuentista mientras trata de dormir.

Pero las palabras son algo más. Son la superficie, el disfraz del cuento. Por fin empezaba a ver claro. Sonreí un poco al comprender qué pocas palabras nativas habían sido usadas hasta entonces por nuestros cuentistas. Si les interesaba el color local recurrían al slang. Sin duda nosotros, meros escribas autóctonos, habíamos pagado cara la sangre inglesa que aún corría por nuestras venas. Los ingleses habían metido sus libros en nuestras escuelas y sus ideas sobre la corrección seguían grabadas en nuestras mentes. Las palabras, tal como normalmente aparecían en nuestros escritos, eran un ejército que marchaba en cierta formación, y los generales que estaban al mando seguían siendo ingleses. Las había visto desfilar, siempre con aire de palabras escritas, y había acabado por pensar en ellas de la misma forma: escritas.

Pero si se trataba de contar un cuento a unos publicistas sentados en un bar de Chicago o a un grupo de obreros junto a la puerta de su fábrica en Indiana, instintivamente licenciaba al ejército. Había lugar para lo que nuestros escritores más correctos han llamado siempre "palabras impublicables". Aquí y allá podía causar sensación con un poco de irreverencia. Sin pensarlo, usaba el vocabulario de quienes me rodeaban, estaba obligado a hacerlo si quería lograr algún efecto. Porque el cuento que estaba contando era solamente la historia de un tipo llamado Smoky Pete y de cómo había metido la pata en su propia trampa. O tal vez era la historia de Mama Geigans. Diablos. ¿Qué tenían que ver las palabras de un cuento así con las de Thackeray o Fielding? Los tipos a quienes se los estaba contando conocían a veinte Smoky Petes y Mama Geigans. Si hubiera incurrido en los clásicos moldes ingleses habría escuchado un rugido: ¡Basta! ¡No presumas ante nosotros con tus palabras domingueras!

Y claro que no siempre quería hacer reír a mis oyentes. A veces quería conmoverlos o que se identificaran con lo que estaban oyendo. O tal vez quería proyectar una nueva luz sobre alguna historia que ya conocían.

SHERWOOD ANDERSON ( Estados Unidos, 1876-1941). Publicó entre otros libros Winesburgo, Ohio y Muchos matrimonios. En castellano se han publicado hace poco sus Cuentos reunidos. Esta página pertenece a su autobiografía A Storyteller`s Story.

 

 




17.10.2012 13:40

“La aplicación imaginativa de la modalidad paradigmática -pensamiento científico- da como resultado una teoría sólida, un análisis preciso, una prueba lógica, argumentaciones firmes”.

“La aplicación imaginativa de la modalidad narrativa -pensamiento narrativo- produce, en cambio, buenos relatos, obras dramáticas interesantes, crónicas históricas creíbles (aunque no necesariamente verdaderas). Se ocupa de las intenciones y acciones humanas, y de las vicisitudes y consecuencias que marcan su transcurso”.

"Los actos de la imaginación dan sentido a la experiencia”. J.Bruner



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Sobre mí
Directora de Caszacuento, escuela de narración oral con sede en el Teatro Solís de Montevideo, Narradora Oral,Coordinadora para Uruguay de la RIC ( Red Internacional de Cuentacuentos) Experta en Literatura Infantil y Juvenil, Diploma en Gestión Cultural, organizadora de los encuentros de narradores orales desde el año 1999.Forma parte del equipo pedagógico del Museo J. Gurvich en función de directora del departamento educativo.Realiza "visitas narradas" en el Museo José Gurvich y Museo del Carna

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