PERSECUCIONES DEL 13
Espacio de la escritora salteña Mónica Marchesky

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05.10.2015 18:29 / Curriculum Vitae

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MÓNICA MARCHESKY

Seudónimo registrado de Mónica Suárez Marchesky, nació en Salto, Uruguay, el 27 de Abril de 1959. Escritora de ciencia ficción y fantástico, Poeta y promotora cultural.

Co-fundadora del Grupo Fantástico de Montevideo. Un cuento gótico se su autoría fue publicado en: III Premi Literari de Constantí – Narrativa Breu. (Tarragona- España). Participó en el festival de cuento breve del Centro Toluqueño de Escritores y varios de sus trabajos fueron recogidos en la antología: “Los mil y un insomnios” (Toluca – México). Publicación del poema “A veces cuando llueve” en revista Vericuetos edición 2014 París-Francia. Publicación de libro de cuentos “Cabezas mojadas”. Co-Directora de Ruido Blanco, publicación de cuentos de ciencia ficción uruguaya. Participa de Ruido blanco desde el 2013 a la fecha con cuentos de ciencia ficción, Ciberpunk y steampunk. Directora de MMEdiciones. Fundadora de 11/12/13 Grupo Surrealista de Uruguay. Integra varias comisiones de culturas de Montevideo y Canelones. Anima y coordina talleres literarios desde hace varios años en dos lugares emblemáticos de Montevideo: Castillo Pittamiglio y Palacio Salvo. Sus trabajos fueron estudiados en: Configuraciones del Desvío (estudio sobre lo fantástico en la literatura latinoamericana). Territorios virtuales femeninos en “Blondine” y “La tía Eulalia” de Mónica Marchesky por Virginia Frade, Magister en Ciencias Humanas y Consejo de formación en educación




05.10.2015 18:15 / DIVAGUES NOCTURNOS

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Mónica Marchesky
Allá abajo la noche se muestra seductora, el sonido de las bocinas de los coches, se eleva hacia el balcón del noveno piso como arañas metálicas trepando el cemento. Las luces de la ciudad, encienden y apagan cual puntos hipnóticos de un examen visual. Se oyen las corridas por llegar a algún sitio. En una ventana se ve una luz parpadeante, otras están a oscuras.
A lo lejos el smog de la ciudad se presenta como una cortina y a la derecha, el mar, salpicado de pequeños reflejos. Las estrellas marcan presencia en el cielo, confundiéndose con los drones espías. Todo hace suponer, que es una noche de sábado sin otro particular que el intenso calor que se ha instalado en Montevideo, en un mes de noviembre a las 22 y 20 hs.
La calle 18 de Julio es testigo a partir de esta hora, de una fauna que no se ve en horarios normales. Es como si la ciudad tuviera una doble identidad. Los jóvenes toman la calle por asalto, la sienten suya, la desafían, la ensucian, la vomitan. Algún borracho a lo lejos, canta las estrofas perdurables de “No te va gustar”
Qué lindo que era verlos caminando
Un alma sola dividida en dos
Yo continúo por inercia las estrofas que el borracho olvidó
La orilla de ese mar los encantaba
Quedaba todo quieto alrededor.
Una sirena policial se escucha y nadie parece atenderla, al minuto el inconfundible ulular de los bomberos…tal vez un accidente, un incendio, un asalto. No creo que sea una revuelta de los hombres lobos montevideanos, justo un sábado.
Esta noche, la niebla se ve más espesa que nunca; ya se convirtió en un ente que se desprende de a poco desde el puerto, comenzando a abrazar la ciudad.

MANUAL
Punto nº 1Si se siente deprimido, verifique si su hospedador se encuentra sano. En caso contrario, se aconseja, cambiar a un nuevo hospedador, para que la depresión no se manifieste.
La niebla se siente cada vez más pesada, más densa, más…

Punto nº 2Si sigue deprimido, observe si hay depredadores a su alrededor, a veces, la presencia de éstos hace que el miedo se manifieste en caídas de ánimo.
Los murciélagos comienzan una danza estúpida frente al balcón, sus chirridos me aturden; si por lo menos pudiera volar para atraparlos, pero no me siento con ánimo.

Punto nº 3Si ha llegado a este punto quiere decir que aún continúa con depresión por lo tanto aconsejamos verificar si existe otro vampiro ecléctico como usted, que esté compitiendo con el mismo hospedador, en caso de ser esto positivo, debe “hacerse el muerto”, este recurso hará que su competidor se retire, por temor a llevar el mismo destino.

No, esta no es mi situación -grita mi cerebro. Soy un vampiro ecléctico que vive solo, sin seres a quien atender, sin obligaciones supremas, sin hospedador, sin horarios y... "sin paciencia para seguir leyendo" –digo en voz alta a las luces de la ciudad.
Atino a tirar el ejemplar del diario por el balcón, sabiendo que si cae en la acera, se va a desintegrar, pero, en ese momento recuerdo que no he terminado de leer y que tal vez más adelante me sugiera algo que me haga salir del estado en el que me encuentro. Salto del balcón y me deslizo por las paredes hacia la calle, de milagro, el papel quedó atrapado entre los grietas del edificio. Trepo nuevamente la gran mole de cemento hasta el noveno piso.

Sigo leyendo

Punto nº 4Debe investigar si usted es un endovampiro o un ectovampiro.
-¡Ectovampiro! –Grito- y ¡ecléctico! - agrego con una mezcla de furia y frustración.

Punto nº 5: Verificado este punto tenemos dos caminos a seguir.
Camino nº1: Si usted es un endovampiro, deberá hacerse inmune a las nano partículas de ajo, estigmatizado por la sociedad hasta el punto de ser un elemento proclive a su exterminio, en caso contrario sus minutos están contados.
Camino nº2: Si usted es un ectovampiro, aconsejamos pasar por la oficina de Ectovampiros Eclécticos que se le asignará un nuevo destino.

Bueno, hemos llegado al punto de que mi depresión, se manifiesta por no tener un hospedador... ¿Y si no quiero tener un hospedador? ¿Qué pasa si no quiero? 

Sigo leyendo.

Punto nº 6Si usted ha llegado a esta oficina quiere decir que es un  Ectovampiro Ecléctico. Se le asignará un nuevo hospedador y seguirá con su vida normal. El solo hecho de ser ecléctico le permite a usted aceptar o no. Puede estar de acuerdo con su destino o no, puede incluso llegar a un estado medio, en el que usted se encuentre satisfecho o no. Se le dará la oportunidad de seguir siendo vampiro o cambiar de forma antropomórfica. En todos los casos deberá usted reportar cualquier cambio o condición que se manifieste inestable a su conducta.

-¡Quiero seguir siendo vampiro ecléctico! –digo tapándome la cara con las manos. Me gusta tanto el arte egipcio, como el noruego, la mitología asturiana, como la lovecrafiana, me gusta ser un vampiro que adora la inmortalidad, como morir cada día…pero el orden de este nuevo mundo se está tornando puntilloso, exacto, medido con parámetros electrónicos. La tecnología ha superado tanto a la leyenda, que hasta las hadas tienen sus advenedizos hologramas. 

Esta guía no me ha dado más que respuestas obvias. Tal vez no sea la última actualización. De todas maneras, pienso que mi vida como vampiro ecléctico ha llegado a un punto en el que siento que debo hacer una pausa.
¿La oficina estará abierta un sábado a las 22 y 30 hs?
Me conecto a la cara regordeta de un ente con aspecto de pescado y le digo que quiero un cambio antropomórfico.
-¿Está seguro de su decisión?
-No, pero quiero algo entre dinosaurio y hombre lobo, con algo de inteligencia, la suficiente para no sentirme deprimido.
El hombre pez hace girar una rueda con desgano y al detenerse, emite una risita maquiavélica, que hace vibrar mi universo, mis antepasados y mis tradiciones. 

Paso la vista en panorámica sobre la ciudad y me disminuyo de tal forma, que mis ojos son los ojos de los estúpidos murciélagos y mis alas las de un depredador que se vuelve cada vez más pequeño ante la mirada asombrada de un niño que juega con su chupeta que se traduce en la forma de un dinosaurio rosado.



28.09.2014 17:26 / DIVAGUES NOCTURNOS

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Nuestro personaje se despierta con la intención de hacer playa, la noche anterior había visto por el informativo que la alerta naranja se estaba alejando del territorio nacional.

Ya al abrir los ojos y ver la hora se da cuenta que algo andaba mal. Las nueve de la mañana y oscuro…no puede ser. El sonido de la lluvia sobre el techo de chapa le da la pauta de que definitivamente algo andaba mal.
-¿Qué es ese ruido? –pregunta a su marido.
-Son manecros, o la invasión de los hombres gota –le dice despreocupado. (El tipo está leyendo a China Mieville…)
Va hacia la ventana y definitivamente, la lluvia está más loca que nunca, ahora es torrencial y sin escapatoria, baja la escalera, abre la puerta y sale. Se da cuenta que está en bombacha y grita. ¡Cosha madre! ¡Cosha madre! Pero al mismo tiempo se cuestiona si alguien en su sano juicio estará en el balneario, se responde que no y sigue en bombacha caminando bajo el techo que rodea la casa. 
Es cuando se da cuenta que hay seres que buscan refugio…¡Insectos! ¡Por Júpiter! Y trata de entrar a la casa en busca del ansiado elemento destructivo, pero no puede, los insectos y seres extraterrestres que se parecen a perros han tomado la casa.
Se dice para si: menos mal que no soy yo la que está leyendo a Mieville. Toma el libro de Morgan “Carbono alterado” y se recuesta en el sillón a la espera de ser llevada a un centro de clonación, con el sonido de la lluvia, ahora acompañada por truenos.
Mónica Marchesky




15.07.2014 17:45 / CUENTOS

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La reunión de delegados se había extendido hasta la media noche. Habían detectado una fuga de información. Alguien estaba duplicando ilegalmente el software erótico “RCS” que tenía miles de adeptos conectados a la red.

El hecho no era grave aún, pero se había tomado la decisión de enviar un “borrado rápido”… cuando pudieran ubicar al responsable. Una de las mejores cazafantasmas que ellos tenían era el Nick Blondine-3.

Blondine-3, era una hermosa mujer, exótica, extravagante y con un cuerpo espectacular. Nadie la había registrado en la intimidad, puesto que cada vez cambiaba su look.

Cuando los ingenieros –híbridos de última generación– con implantes neuronales conectados a la red interna y mundial, se enteraron que ella había sido llamada a la sala redonda donde se reunían los delegados, quedaron expectantes a la puerta de acrílico de dos hojas de la entrada. Sabían además, que para llegar a la sala, debía pasar por entre las pequeñas terminales que, diseminadas por el recinto, parecían formar una tela de araña.

La puerta se abrió lentamente como todas las veces, pero esta vez tenía un brillo especial; en el umbral se dibujó la figura de Blondine-3. Increíblemente atractiva, con un body ajustado al cuerpo de color verde musgo que marcaba sus curvas, una peluca despareja también de color verde, unos ojos gatunos amarillos y toda ella subida a unos tacones aguja que hacían que su cuerpo se contoneara como una gata en celo.

Pasó por entre las terminales sabiendo el placer que representaba para esos híbridos, una gata cibernética que se ocupaba de atrapar a deudores, hackers e ilegales.

                    Sin lugar a dudas, es la mejor elección que pudimos haber hecho –resonó en la sala de reuniones y todos estuvieron de acuerdo, al ver subir por el ascensor transparente de la oficina a semejante espécimen.

                    ¡Señores! ¿A qué se debe tanta urgencia? –dijo Blondine-3, contemplándolos desde la puerta.

Nunca se sentaba a la mesa con ellos; se paseaba como si no escuchara, tocando objetos sin importancia, observando a la red de híbridos que se sucedían allá abajo en la oficina.

                    Es un usuario no registrado –comenzó uno de los delegados–, se hace llamar Ralph124C41+, entra sin registro y sólo puede tener acceso a las actualizaciones. Últimamente hemos detectado que en forma masiva está haciendo copias del programa. Pensamos que el motivo es la venta ilegal.

                    ¿Comando Nº 5, borrado rápido? –preguntó Blondine enfrentándose a los hombres.

                    Sí, borrado rápido –exclamó el delegado– ¡Queremos que el cretino desaparezca! ¡No queremos verlo más en la red!... Es una obstrucción para la recaudación de la empresa… ¡BORRADO RÁPIDO! –gritó casi ahogándose con sus propias palabras.

                    ¿Qué terminal me darán? –preguntó Blondine-3 ahora mirando un extraño trofeo que destacaba en un marco.

                    “El foso” –dijeron a coro.

                    ¿El foso? –preguntó–. Entonces es realmente urgente para enviarme allí.

 

No obtuvo respuesta. Al darse vuelta, solo vio cabezas afirmativas.

El foso era un recinto pequeño, completamente tapizado de terminales en red, donde se destacaba una sola luz al fondo. No había distracciones en el foso, no había ventanas para observar a los híbridos ingenieros, ni las pantallas electrónicas de la ciudad… nada. Nada más que máquinas.

                    Por supuesto que tendrás todo lo que necesites: bebidas, tus maletas de ropa y cosméticos, sexo… lo que desees… ¡Empiezas ahora!

                    Ok –dijo saliendo de la sala y encaminándose a su confinamiento temporal.

Cuando se oyó el golpe de la puerta del foso, al final del pasillo, se dejó sentir un hondo suspiro de alivio en la sala de reuniones.

 

Ralph124C41+ se levantó tarde ese día. Había pasado muchas horas reproduciendo y colocando en sitios de compradores ilegales las últimas actualizaciones de “RCS” Real Cyber Sex, el programa virtual más utilizado en ese momento en la red; pero los consumidores querían otra cosa y no había podido encontrarla.

Él se ocupaba de compradores masculinos. Sabía qué era lo que ellos necesitaban y eso le facilitaba el trabajo.

Había sido despedido de una empresa de software donde trabajaba, porque le descubrieron una cartera de clientes que no estaban registrados y a los cuales él surtía de productos novedosos.

Luego de esto empezó para Ralph124C41+ un descenso que parecía no tener fin. Su vida era un tormento hasta que decidió seguir con lo que había empezado hacía muchos años. Sentía que la depresión le había ganado esta vez y eso se transmitía en su aseo personal y en todo lo que lo rodeaba. Fue en ese estado de torpeza emocional que se sentó un día a experimentar con “RCS”. Siendo un gran consumidor, conocía casi todas las salas, las putas, las emociones sadomasoquistas, pasando por sex shop y ropa íntima que incluía el programa.

La respuesta de los compradores había sido casi instantánea puesto que ya lo conocían y sabían que siempre les daba un buen producto. Hacía una semana que estaba con “RCS” y en lugar de darle luz a su vida, se había transformado en una obsesión.

Su habitación daba una idea de ésta. Restos de varios desayunos y comidas se apilaban a su alrededor, el piso tapizado de ropa sucia, las cerradas ventanas lucían vidrios opacos de grasitud acumulada, un colchón con manchas de sudor reposaba en un rincón; el desorden era total. Parecía la vivienda de un indigente.

Ese día, –se había levantado tarde–, traía consigo una carga enorme, ya que los sitios a quienes él surtía, le habían pedido, durante toda la noche, la nueva actualización de “Blondine-3”. Una puta sex-exotic de última generación y él no había podido encontrarla.

Descalzo, comenzó a caminar por la habitación; se detuvo ante el espejo del dormitorio. Observó su imagen, primero de frente y luego de perfil: cabello sucio, camiseta manchada de las diferentes salsas de tanta comida chatarra ingerida en esos días, calzoncillo raído y una incipiente panza que sobó con satisfacción.

Casi sin darse cuenta, y luego de varios días, se metió en la ducha. Con una toalla a la cintura y casi sin pensarlo, comenzó a juntar el desorden, a lavar la vajilla, a barrer mientras repetía: ¡Esta noche la atrapo, esta noche la atrapo! En su cabeza se sucedían honeypot, detectores de intrusos, firewall, bloqueos temporales; a todos había violado ya desde la mañana, solo le quedaba una insignificante sala de chat, incluida en el programa.

Justo en el momento en que tomaba la aspiradora para continuar con el aseo, su cabeza detectó la sala de chat; la limpieza quedó para más tarde o para…

Corrió a sentarse frente a su computadora.

Blondine-3 se había instalado en el foso y casi inmediatamente pidió su maleta. Al cabo de una hora la transformación fue total. Rosa y negro había sido su elección para entrar a la red del programa y “mostrarse”. Luego, se había escondido toda la noche mientras Ralph124C41+ la había estado buscando. El programa era emitido en todo horario y en esos momentos en que Ralph124C41+ se distrajo con la limpieza, ella había estado jugando. Sabía que el duplicador entraba a la noche y que su casilla de pedidos estaría a tope pidiendo a Blondine-3. Se dijo que ya era hora de mostrarse ante él.

Ralph124C41+, ya instalado frente a la pantalla, se colocó el casco de realidad virtual. Le gustaba el casco, era como entrar a un sueño; las emociones se hacían más fuertes y si bien no se había llegado a una realidad completa, las imágenes eran sugestivamente atractivas.

“RCS” –dijo en voz alta– y la transmisión se inició de inmediato. Al entrar, se fueron formando los pasillos de las salas del programa. Conocía de memoria el trayecto: a la derecha los sado, a la izquierda los homo, otra vuelta y se encontraba con la venta de productos eróticos, en un recodo estaban los adoradores de las máquinas de sexo. Y allá al fondo, en un rincón, había una puerta tan insignificante que nunca le había prestado atención, pero aun así, sabía que se trataba de una sala de chat. Entró. Sobre el fondo de sus lentes, vio todos los que estaban conectados, ninguno era Blondine-3. A menos que estuviera con otro Nick; ella no estaba. Esperó.

Blondine-3 lo buscó en la estructura del programa, –ella también llevaba casco– y lo ubicó en el chat. Sonrió. Era el lugar perfecto para atraparlo. Entró.

Sobre la pantalla virtual se vio su Nick y él se sobresaltó. De inmediato la rodearon casi todos los Nick conectados. Ella tenía la opción de “privado” bloqueada; le gustaba excitar en sala. La conversación se hizo rápida, las imágenes eróticas que largaba se hacían cada vez más fuertes. Todos querían poseerla, tener un rato de sexo con ella, no importaba cuánto dinero hubiera que cargar a la cuenta. Ralph124C41+ supo entonces que ésta era una actualización que valía la pena conseguir. La vendería con tan solo mencionar su nombre.

La querían en persona, verla, tocarla.

Entonces se presentó enfundada en un traje de látex negro, con una peluca también negra con mechones rojo sangre. Senos al aire, ajustados por un corsé. Poco importaba si era bella o si era joven, el placer venía en un buen envase y eso era por lo que pagaban para satisfacción personal.

Ralph124C41+ no intentó acercarse en seguida, observó cómo era su comportamiento desde un rincón de la sala, buscando el momento para atraparla… entonces apareció en su visión el cuadrado de un PV de Blondine-3.

No se sucedieron las preguntas y respuestas clásicas de todo chat, vacías, mentirosas, dando señales falsas la mayor de las veces. Ella le estaba enviando señales directas, el sólo hecho de haber entrado a un privado con él ya era motivo para tantear su billetera y tomar una decisión.

A un hombre adicto a juegos sexuales como era él, una invitación de una nueva puta, aunque fuera virtual, era algo para no dejar pasar. Luego la investigaría a fondo y lograría la clave para clonarla, además de tener un momento de placer, que sería la envidia de todos los hombres de la sala.

Accedió.

Blondine-3 le indicó la clave para entrar a su sala privada, se verían en la intimidad y tendrían sexo. Antes de entrar, Ralph124C41+, tuvo que colocar el código de su tarjeta de crédito.

Entró.

El ambiente tenía una media luz. Ella estaba sobre la cama, incitándolo, dándole imágenes eróticas que llegaban como torrente a los ojos y oídos del ahora indefenso duplicador ilegal. Con sus nalgas descubiertas y sus senos que terminaban en puntiagudos pezones, parecía una imagen onírica. Esa era la imagen que él había descrito en un comentario en alguna parte de la red y ahora se estaba haciendo realidad ante sus ojos. La observó, la tocó, pasó sus dedos y su lengua por ese cuerpo sintético y luego la poseyó. Con un rápido movimiento, Blondine-3 se colocó sobre él, lo apretó con las piernas y de cada uno de sus puntiagudos pezones emergieron sendas agujas que se hundieron en la carne de Ralph124C41+. Su cuerpo se inundó de un líquido que lo recorrió dejándolo insensible; la excitación fue sublime y logró tener otro orgasmo. Al momento, ella le aprisionó las manos y ajustó un mecanismo magnético diciéndole al oído en forma sensual:

                    Ralph124C41+, acabas de ser alcanzado por un borrado rápido del sistema de emergencia del programa “RCS”.

La descarga eléctrica fue tan intensa que lo mató al instante.

Blondine-3 se desconectó de inmediato; aún conservaba en su piel y boca el gusto de un buen sexo. Esos eran los trabajos que le gustaba realizar.

Cuando abrió la puerta del foso, pasó sin siquiera entrar a la sala de reuniones, bajó por el ascensor hasta la planta donde babosos ingenieros la observaban. Esta vez su atuendo era rojo y sus ojos celestes resaltaban enmarcados en una peluca rojo fuego. Caminó por entre las terminales como al inicio de la misión y se dirigió hacia a puerta de salida.

                    Terminal 1 –dijeron desde la sala de reunión de los delegados. Aplique el Comando Nº5 para el software Blondine-3.

                    ¡Señor! –rogó el híbrido ingeniero.

                    Está bien, deje que concluya el programa.

Blondine-3 pasó su trasero por el pasillo y cuando se cerró la puerta de acrílico, recién entonces el hombre cumplió la orden.

 

Nota del Editor: Ralph 124C41+ es una novela de 1911 de Hugo Gernsback, inventor del término Ciencia Ficción y fundador de la revista Amazing Stories. En su honor fue nombrado el Premio Hugo.

 

MÓNICA MARCHESKY

Mónica Suárez Marchesky, nació en Salto, Uruguay, el 27 de Abril de 1959. Poeta, novelista y ensayista. Integrante del Grupo Surrealista del Río de la Plata. Publica con aBrace Editora: Letras en movimiento, Circulo de narrativa II, Cuento gotas VII. Cuentos de un minuto. Un cuento gótico de su autoría fue publicado en: III Premi Literari de Constantí – Narrativa Breu. (Tarragona-España, 2005). Participó en el festival de cuento breve del Centro Toluqueño de Escritores y varios de sus trabajos fueron recogidos en la antología: Los mil y un insomnios (Toluca–México). Primer premio ensayo: En nombre de los pájaros y Primer premio cuento: “El hombre musgo” en concurso Dr. Alberto Manini Ríos. Mención con publicación del cuento “Flores Exóticas” (2007) en el Primer Concurso Nacional de Cuentos Paco Espínola, organizado por la Biblioteca Nacional y Radio Difusión Sodre. Mención con publicación en 6º Concurso de Minicuentos de Antel (2012), convocado por la Biblioteca Nacional y La Máquina de Pensar. Es cofundadora del Grupo Fantástico de Montevideo y en el mismo se le conoce como “Maupassant”. Fundadora de 11/12/13 Grupo Surrealista de Uruguay. Directora de MMEdiciones. Participó en el año 2013 de Ruido Blanco, Antología de Ciencia Ficción Uruguaya.

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http://talleresliterariosmonicamarchesky.blogspot.com/

 

 






21.07.2013 20:46 / CUENTOS

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Gregory se sentía angustiado ese día. Los eventos extramaritales lo estaban acosando. Su amante, una joven morena, había empezado a llevar la relación para otro lado. Para el lado que él temía. Las amantes no pueden entrar a cuestionar nada, se decía frente al espejo del baño de la oficina editorial. En ese momento notó el hecho de que hacía algún tiempo que estaba con la morena, pero, había llegado al punto en el tablero del juego que marcaba: Descartar y volver a empezar.

 Delgado, cabello castaño y anteojos casi invisibles. Era un sinfín de manías y tics que no podía evitar cada vez que se encontraba a sí mismo; una arruguita en la manga, una manchita al lado del botón verificaba si se había afeitado correctamente, y la barba candado, eso era un capítulo aparte, esa barba era su obra de arte y su mejor objeto de seducción y él lo sabía.

Tenía un matrimonio políticamente correcto que había sobrevivido a varias crisis. A veces buscaba nuevas experiencias, pero era más para salir de la rutina que por placer. A los cincuenta años el aburrimiento lo estaba matando.

Mientras gesticulaba ante el espejo descargando su tensión escuchando metal electrónico directamente de un Ipod -conectado como un órgano más a su sistema auditivo- en la oficina se había desatado un torbellino propio de las noticias increíbles.

Gregory se encontraba ajeno a los gritos de sus colegas.

En el momento en que se abrió la puerta y entraron atropellándose tres de sus compañeros, supo que algo grande estaba pasando.

-¡Una nota! –aullaba el supervisor de las noticias del periódico de la noche.

Todos hablaban al unísono sin decir nada.

Se enfrentó al desorden de la oficina y quedó perplejo al ver en la pantalla la noticia.

En medio del océano Pacífico había ocurrido un deslizamiento en las placas del manto, provocando inundaciones. En el lugar se estaba elevando una estructura de piedra de forma piramidal, que parecía no tener fin.

-¡Qué demonios es eso! –atinó a decir y sonó como un eco en el recinto ahora en silencio de rostros azorados.

-¡Es el principio del fin! –gritó alguien al fondo. Y una agitación recorrió los cuerpos tensos.

-¡Quiero ir cubrir la noticia! –dijo Gregory en forma imperiosa.

En el escritorio, tenía a un loco que había detectado una invasión alienígena que utilizaba a las palomas como medio de observación. Una nota casi concluida del derrumbe de estructuras socio-económicas a causa de la caída de la bolsa. Un video hot altamente comprometedor de políticos con putas, además la frivolidad del mundillo magnate, sus modas  y sus escándalos. Pero todo eso podía esperar, esto era algo que nunca había visto. Al fin algo de movimiento –pensó.

Nadie se presentó como voluntario y en un segundo tuvo la respuesta del supervisor.

-¡El helicóptero te espera en el helipuerto! –le gritó por sobre las cabezas estáticas y babeantes en las que se habían transformado sus colegas.

-¡Es la invasión alienígena! -gritaba el loco de las palomas derrumbándose a los pies de Gregory tratando de detenerlo.

Cuando pudo liberarse corrió con su bolso hacia el ascensor que lo llevaba directamente al helipuerto.

Al ingresar al vehículo, el piloto le preguntó.

-¿Tienes inmunidad diplomática?

-Sí, esta vez tengo inmunidad –contestó Gregory. Ambos sabían que esa era la frase que aseguraba que estaba cubierto por todos los flancos y que no era una nota independiente. -Vamos hasta el final con esto. ¿Tienes las coordenadas? –preguntó.

Sin lugar a dudas lo que estaban presenciando era un desastre geológico... o no.

Sobrevolaron la estructura que se detenía en segmentos de tiempo de dos horas y continuaba subiendo otro tramo. Los tramos, de aproximadamente dos metros, eran todos distintos.

Comenzó a tejerse entre los gobiernos y la multitud, especulaciones de todo tipo. Se llamó a científicos, geólogos, expertos en catástrofes, pero nadie sabía a qué se debía esa estructura que a Gregory el deslizamiento hacia arriba que marcaba líneas horizontales, se le antojó como un gran termómetro. Y lo dijo en voz alta en la sala de prensa donde estaban reunidos.

-¿Un termómetro? –gritó el geólogo incrédulo ¿y que mide?

Esa pregunta quedó flotando en el aire sin tener respuesta y continuaron dibujando en la pizarra fórmulas y asociaciones.

El ejército dispuso un grupo de buzos entrenados para la misión de acercamiento.

Se realizaron pruebas radiactivas sin dar resultado positivo, lo que estaba en el mar era algo rocoso con algunas piezas metálicas pero no era radiactivo.

La primera misión se acercaría por debajo, hasta llegar al lecho desde donde provenía.

La segunda a ras del agua y la tercera sería una misión en helicóptero que completaría el examen desde el aire.

Los tres grupos se acercaron al mismo tiempo y a una distancia de tres metros pudieron ver que algo estaba marcando algo. Eran esferas metálicas que caían en huecos; todos los tramos estaban trabajando al unísono, incluso los que estaban en las profundidades del mar. Las esferas se deslizaban sin resistencia y cuando completaban un tramo, la estructura volvía a moverse hacia arriba y así sucesivamente.

En un determinado momento y pasadas las dos horas que habían calculado para el desplazamiento, la gran mole de roca y metal no se movió.

-¿Y ahora qué? –dijo Gregory que no se perdía detalle, siguiendo de cerca la misión aérea.

Fue el minuto más largo de la historia. Todas las personas contuvieron el aliento.

El equipo que se encontraba bajo el agua comenzó a ver movimientos en el plancton, en las rocas, en las especies de peces. Era como si la vida en el mar se estuviera reconstituyendo. Lo mismo pasó en los otros tramos que estaban expuestos. El mundo se repobló de especies extinguidas. Aves de distintos tamaños sobrevolaron el cielo. El agujero de ozono desapareció y el clima se volvió templado en zonas áridas. El deshielo se detuvo y una brisa agradable sopló sobre el mar.

Nadie hablaba, se mantenían expectantes a los cambios a su alrededor. Cuestionaban el fin del mundo y la desaparición del hombre sobre la Tierra.

La vegetación llegó a un desarrollo nunca visto. Grandes árboles, y plantas se apoderaron de todos los espacios.

Entonces en un determinado momento se deslizó el copete de la estructura y comenzaron a salir engendros enormes semejantes a saltamontes, verdes, asquerosos y destructivos, devorando cuanto insecto pequeño encontraban...

-¡Regresemos a la base! – Dijo Gregory al piloto- ya tengo todo lo que necesito.

-No tengo retorno –gritó- creo que es más grave de lo que pensamos, estamos perdidos...

El helicóptero se desplazó por el aire sobre una maraña de plantas. No había ningún lugar de referencia que dijera que allí abajo había una civilización.

-¡El agua! –gritó-. ¡Necesitan el agua para la fotosíntesis y su reproducción!

-¡También nosotros la necesitamos! –la voz del piloto resonó amarga.

Mientras que a Gregory se le hizo un nudo en el estómago, de pensar primero que no tenían lugar de aterrizaje y segundo, que tendría que compartir los recursos naturales con los saltamontes o lo que fueran.

Acuatizaron en un lago y se quedaron sin hablar un gran rato. Atentos a movimientos extraños o ruidos provenientes de las ciudades.

-¿Realmente está pasando esto? –preguntó a media voz al piloto.

-Yo creo que sí... shhhhh

-¿No nos habrán dado algo para fumar o tomar estos pendejos y se estarán burlando de nosotros en este instante?...

-¿Por qué pensás eso? –dijo el piloto mirando a su alrededor.

-Porque esto está pasando muy rápido: hace unas horas veíamos cómo la pirámide salía del mar y ahora estamos siendo colonizados por saltamontes gigantes, ¿No te parece algo extraño?

-Sí, creo que estamos alucinando, pero no contestan de la central, eso es preocupante. ¿Cómo salimos de esta? ¿Qué podemos esperar? –agregó.

-Nada.

-Nada no es resp...

-Seguro que se están cagando de risa –cortó Gregory- los muy...

Pero no pudo terminar la frase porque en ese momento vio cómo uno de los saltamontes  se abría paso entre los bultos del vehículo y tomaba por sorpresa al piloto, devorándolo.


 

 


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Agradezco a la Revista ADAMAR de creación de Madrid y a Dolores Escudero (Lola) por la publicación de "Como ser objetiva en tiempos de sexo" que fuera integrado también en aBrace Revista Cultural.Es lindo ver como una camioneta verde limón llena de fantasmas viaja tanto en el tiempo.

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