Proceso para contar cuentos
18.07.2015 11:55
Elige un tema, un autor, un período histórico, una biografía, una película, una anécdota, etc.
Acopia material al respecto
Ama al texto y sus palabras como a ti mismo
Aprésalas, deja que den vueltas en tu boca,
Sopesa cada sonido,
Cuida la entonación
Siéntete a gusto en escena
Disfruta la sensación de serenidad y control
No te apresures
Hay que bañar de sensaciones al interlocutor
Haz de tu cuento una acción real, fértil, con un propósito
Infunde en otro lo que ves dentro de ti.
Lo que digas debe reflejar imágenes, no palabras.
Despierta la memoria afectiva
No permitas que la imaginación descanse
No transformes las frases en picadillo.
A contar se ha dicho: no importa tanto el buen decir y la técnica, importa la pasión (no desmedida) que pongamos al contar, las pausas bien ubicadas, el no dejar “caer” el texto, la lectura subtextual. Tantas cosas!!! Todo requiere aprendizaje, estudio constante, mucha práctica y humildad!!!
Nos seguimos escuchando! Caszacuento, escuela de narración oral siempre los y las espera! Formando narradores orales en el Teatro Solís desde hace 11 años en forma initerrumpida!
17.07.2015 11:49
“Todo buen cuento -lo sabemos- debe tocar alguna fibra íntima en el lector. Necesariamente. Por eso un buen cuento no es el que surge de las puras ganas del autor, ni es el que deviene de un intento catártico. Un buen cuento es el que nace sencillamente de la inevitabilidad de su existencia. Es decir: se lo escribe porque no se puede dejar de escribirlo. Es como si el cuento viniera empujando desde adentro del autor, abriéndose paso a pesar de todas las resistencias que uno tenga, y de alguna manera explota en las páginas que lo contienen. Y mejor que explote así, para que no le explote a uno adentro.
El destino de un cuento, como si fuera una flecha, es producir un impacto en el lector. Cuando más cerca del corazón del lector se clave, mejor será el cuento. Para ese efecto, el texto debe ser sensible: debe tener la capacidad de mostrar un mundo, de ser un espejo en el que el lector vea y se vea. Esto es lo que se llama identificación (el lector piensa que le pasó o le podría pasar lo mismo) y eso le creará una empatía, una solidaridad con lo contado, que hará que el cuento se le torne inolvidable. Es lo que podríamos llamar el alma del cuento, que es una alma viva, que emite sonidos, titila, respira. Esa respiración, en los grandes cuentos, será eterna, y ese cuento será clásico sólo en la medida en que las diferentes generaciones y culturas lo acepten, reinventen y repitan.”
Fragmento de Mempo Giardinelli,
16.07.2015 11:39
“El cuento debe poder leerse con un solo impulso de atención” Edgard A. Poe
“El cuento es un tiro al blanco” Cortázar
“Si en el primer párrafo se nombra un trabuco colgado a la pared, éste debe dispararse en algún momento del cuento” Chéjov
“Un buen cuento está contado desde adentro” Cortázar
“Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento” Horacio Quiroga
“El buen cuentista debe poseer el don mágico de dar verosimilitud a los hechos que se narran, por imposibles que sean. Es labor del artista hacer las situaciones y comportamientos verosímiles y eficaces, pues lo inusual, lo excesivo, lo inesperado, son objeto frecuente del cuento” Jaime Hagel Echeñique
Fuente: revista Puro Cuento, Nº 35 B.A.
02.08.2014 16:56
Aunque en algunos puntos no coincido, transcribo igual, siempre es bueno escuchar otras voces.
"1-Lo primero es encontrar el cuento que quiero contar, ese que necesito decirle a otros y compartirlo.
2-Debo leerlo más de una vez, tratando de entender su mensaje.
3-Hago un esquema de los sucesos del cuento, de esas acciones que no pueden faltar porque perdería el sentido o no se entendería y la fijo en mi memoria.
4-Re- escribo el cuento partiendo de esa cadena de sucesos que conozco.
5- Ahora que lo he escrito con mis propias palabras lo vuelvo a leer para ver que personaje o suceso quiero recrear, destacar, darle mayor o menor peso según mi propio punto de vista que no necesariamente tiene que ser el del autor. En esa labor si necesito modificar algo del texto original, ya sea el principio, del desarrollo o del final lo hago. Dejo listo el material para decirlo oralmente.
6- Digo el texto en mi versión oral del mismo. Si es muy largo lo voy diciendo priemro en partes hasta que puedo decirlo de una vez completa.
7- Ejercito mi versión oral y la disfruto marcando las intenciones, las pausas necesaria, venciendo las dificultades que tenga en la dicción, pruebo el volumen que necesita cada parte, ensayo nuevas posibilidades.
8- Voy fijando y estudiando todos los gestos que han salido espontáneamente al ensayar mi versión oral y compruebo que son coherentes con lo que dice el texto. Pienso y estudio el movimiento, si es necesario, hacia donde y en que momento y los fijo. Repaso todo de nuevo encontrando niveles para el texto si los necesita.
9- Pienso y establezco una manera de introducir el cuento: si voy a presentarlo hablando de él con el público, si solo voy a decir el título y el autor, si no voy a decir nada y utilizaré un fragmento del texto poético o de una canción u otra cosa. Voy a pensar mucho en el final, en la frase con que cierro el cuento, el gesto, la intención, la fuerza o la dulzura necesaria para que todo el que es presente entienda que el cuento terminó.
10- Voy a pensar en la belleza de la puesta en escena del cuento, desde el cuidado de mi propia persona al presentarme, el vestuario que utilizo, si necesito o no algún elemento, música o apoyo para el resultado sea un hecho artístico.
11- Lo voy a contar de la manera más natiral posible, entregándome a todos los que me miran y yo miro, como si estuviera diciéndoles con el cuento: esta soy yo y me entrego a ustedes con amor, recíbanlo.
12- Voy a escoger muy bien el cuento que voy a contar de acuerdo al público a quién voy a ofrecer, al lugar, al momento. Hay cuentos que funcionan para todos los públicos y en todos los lugares, pero otros no porque pueden resultar agresivos para un sector de la población o porque sólo el hecho de no entender de inmediato lo que estoy diciendo porque de lo contario se rompe la comunicación.
13- Voy a cuidar mucho la belleza de mis palabras sin que sean huecas o rebuscadas porque lo que estoy construyendo oralmente es una obra de arte. No voy a tener en mi versión oral frases chabacanas ni de mal gusto, tampoco un metalenguaje que solo entienda yo. Voy a cuidarme de no tener muletillas verbales que empobrecen la interpretación y voy a pronunciar bien todas y cada una de las palabras sin caer en sonidos silabantes ni exageraciones afectadas.
14- Voy a disfrutar mucho ese momento de contar mi cuento porque es único, efímero e irrepetible, porque aunque vuelva a contar el cuento nunca será el mismo, ni la situación, ni el público."
Del libro La palabra viva. Herramientas para contar cuentos de la cubana Elvia Pérez.
Sobre el arte de contar cuentos
Dice Dora Pastoriza de Etchebarne (Argentina):
“Si el narrador elige un cuento literario, tendrá que eliminar algunas partes, trasladar el texto al estilo directo, simplificar el lenguaje, agilizar la acción, introducir las onomatopeyas si no las trae, y agregarle las frases de apertura y cierre, características de los cuentos folklóricos.” (Pastoriza de Etchebarne, 1986, pág. 46)
Dice Francisco Garzón Céspedes (Cuba):
“Cuando se trata del arte de contar, la literatura debe atenerse a las reglas del juego de la oralidad… Un narrador oral escénico va a interiorizar el texto, va a conocer su esqueleto y lo va a reinventar cada vez que lo cuente y de igual modo va a improvisar sus modos vocales y sus lenguajes no verbales (F. Garzón Céspedes 1995, pág. 49 y 121)
Dice Daniel Mato (Venezuela)
...” hemos preferido, como ya se argumentó referirnos a la actividad como “ arte de narrar” y al intérprete como “ narrador”, en el entendido de que se trata de un arte autónomo cuyas características llevan a incluirlo tanto en lo hipotético conjunto de las artes verbales como también en el hipotético de las artes escénicas y que sólo tienen un sentido analítico frente al carácter continuo de la experiencia creadora”.
En el caso de la narración lo primero que resalta es que el narrador debe poseer un ingrediente especial- sintético e irreductible- que puede denominarse “gracia”, “salero”, chispa, donaire, ángel, y de otras múltiple maneras según nuestro gusto idiomático.
El arte de narrar es voz y dicción, dinámica y expresión corporal, significado y sentido, simbolismo y reproducción imitativa, casi todo tiene cabida en el acto narrativo, capaz de amoldarse si problemas a las exigencias de cada nuevo contexto societario. Inclusive la narración de viejos mitos aborígenes suele transmitir un mensaje renovado cuando el narrador se desempeña en forma apropiada, adivinando- por así decirlo- los requerimientos inéditos de un auditorio con mucho afán de interactuar y participar.”
Uruguayos en catálogo de Literatura Infantil y Juvenil de Uruguay
Si te gusta la literatura infantil y juvenil, acá transcribo los autores que aparecen en el catálogo LIJ de Uruguay
Ricardo Alcántara; Isabel Amorím; Gabriela Arman Ugón; Gabriel Aznárez; Judith Baco: Daniel Baldi; Camilo Baráibar; Roy Berocay; Viviana Bordón Martínez; Virginia Brown; Adriana Cabrera Estevez; Alicia Alba Cabrera; Horacio Cavallo; Cecilia Curbelo; Mario Delgado Aparaín; Waldemar Fontes; Elsa Lira Gaiero; Fernando González; Fabio Guerra, Mali Guzmán; Leonardo Haberkorn; Magdalena Helguera; Federido Ivanier; Ruth Kaufman; Verónica Leite; Sergio López Suárez; Germán Machado; Ignacio Martínez; Raquel Martínez Silva; Gabriela Mirza; Zulma Mastronianni; Luis Neira; José María Obaldía; Susana Olaondo; Sebastián Pedrozo; Walter Pernas; Susana Pérez Gomar; Sylvia Puentes de Oyenard; Mauricio Rosencof; Ema Sanguinetti; Lía Schenk; Rafael Varela; Marcos Vázquez; Helen Velando; Sandra Viglione.
Escritores in memoriam: Julio C. Da Rosa; Francisco Paco Espínola; Serafín J. García; Juana de Ibarbourou; Mario Levrero; Adolfo Montiel Ballesteros; Juan José Morosoli; Julián Murguía; Elena Pesce; Horacio Quiroga; Fernán Silva Valdez; Constancio Vigil
20.04.2014 21:01
Especial para grupos de narradores orales ¿Qué pasa cuando terminamos el curso Formación de narradores orales? Partamos de la premisa que tener un diploma no nos hace narradores/as, sólo la práctica, el estudio, el contar en forma permanente nos permite ir adquiriendo experiencia que deberemos rever casi en el día a día. Esta guía es especial para los que forman grupos para contar, lo que es igual a decir que formamos parte de un equipo de trabajo. ¿Qué características se necesitan? Objetivos comunes Comprensión de objetivos organizacionales Número reducido de participantes Distribución de roles y tareas; convergencia de esfuerzos. Coordinación con un líder a la cabeza Compromiso personal y participación Complementariedad, que cada miembro domine una parte del proyecto Habilidad para integrarse Organización ( duración y normas de funcionamiento) Administración y control del trabajo en forma permanente. Procesamiento de la información. Predisposición para zanjar diferencias. Límites y disciplina. Comunicación abierta entre todos los miembros. Si uno falla el proyecto fracasa. Confianza mutua, aceptando el éxito del grupo primero y dejando de lado el personal. Nadie tratará de destacarse entre sus compañeros. Compromiso en sacar el trabajo adelante. Bibliografía: Principio fundamentales para la administración de organizaciones Miguel Á. Vicente, Juan Carlos Ayala (Coordinadores) Autores varios, Ed. Pearson.
23.02.2014 15:16
Dice Dora Pastoriza de Etchebarne (Argentina):
“Si el narrador elige un cuento literario, tendrá que eliminar algunas partes, trasladar el texto al estilo directo, simplificar el lenguaje, agilizar la acción, introducir las onomatopeyas si no las trae, y agregarle las frases de apertura y cierre, características de los cuentos folklóricos.” (Pastoriza de Etchebarne, 1986, pág. 46)
Dice Francisco Garzón Céspedes (Cuba):
“Cuando se trata del arte de contar, la literatura debe atenerse a las reglas del juego de la oralidad… Un narrador oral escénico va a interiorizar el texto, va a conocer su esqueleto y lo va a reinventar cada vez que lo cuente y de igual modo va a improvisar sus modos vocales y sus lenguajes no verbales (F. Garzón Céspedes 1995, pág. 49 y 121)
Dice Daniel Mato (Venezuela)
...” hemos preferido, como ya se argumentó referirnos a la actividad como “ arte de narrar” y al intérprete como “ narrador”, en el entendido de que se trata de un arte autónomo cuyas características llevan a incluirlo tanto en lo hipotético conjunto de las artes verbales como también en el hipotético de las artes escénicas y que sólo tienen un sentido analítico frente al carácter continuo de la experiencia creadora”.
En el caso de la narración lo primero que resalta es que el narrador debe poseer un ingrediente especial- sintético e irreductible- que puede denominarse “gracia”, “salero”, chispa, donaire, ángel, y de otras múltiple maneras según nuestro gusto idiomático.
El arte de narrar es voz y dicción, dinámica y expresión corporal, significado y sentido, simbolismo y reproducción imitativa, casi todo tiene cabida en el acto narrativo, capaz de amoldarse si problemas a las exigencias de cada nuevo contexto societario. Inclusive la narración de viejos mitos aborígenes suele transmitir un mensaje renovado cuando el narrador se desempeña en forma apropiada, adivinando- por así decirlo- los requerimientos inéditos de un auditorio con mucho afán de interactuar y participar.”
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