La Piedra Lunar
Ejercicio de Libertad de Conciencia

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23.10.2007 09:40 / Mis artículos

La independencia periodística no existe (el periodismo de periodistas sí)
Y ninguna otra independencia, si vamos al caso.
Porque esa palabrita con la que tantos mandaderos se llenan la boca, tiene una doble condición en sí que si se cumpliera se cae la sociedad: debe ser mutua, y no admite restricciones. Porque resulta obvio que, si un periodista es empleado, es dependiente de su patrón, y si no lo es, depende de sus avisadores o de sus lectores y esa dependencia no es evitable ni negociable.
Es obvio que en cualquier medio se publica solamente lo que al editor le interesa - esto es que los contenidos dependen de él - y eso no es violatorio de ningún principio profesional, el producto se arma como quieren los que están designados para armarlo y de otra manera no hay forma de llevar un proyecto adelante.
Ahora, ¿condiciona necesariamente eso la libertad de opinión? No, porque si bien la independencia es imposible no lo es la autonomía, esto es, la capacidad de decidir libremente, que si bien es condición necesaria para la independencia es mucho más fácil de conseguir y menos estúpida de declarar. Porque el cobrar un sueldo no condiciona - necesariamente, hay mamaderas[1] vocacionales, no lo olvidemos - la libertad de un profesional, pero sí anula su independencia.
Lo que no genera es ninguna dicotomía moral, como dice el "Cuarteto de nos" "hay que comer" y eso está perfecto. Como contraparte, el periodismo cultural está sumamente devaluado en Uruguay, tanto, que la práctica más común cuando se jubila o muere el cronista teatral siempre fue ascender al cadete (hay excepciones, sí, claro, pero que fue práctica habitual, lo fue), así que muchos de los que ejercen esta rama lo hacen a canje o gratis, y eso no les aporta ninguna independencia, antes bien, una precariedad insoportable.
Así que la cosa no pasa por el sueldo. Sin embargo, los que se al mejor estilo Urko[2] se golpean el pecho mientras proclaman a quien les oiga su independencia no son periodistas políticos o económicos, sino ¡¡¡deportivos!!! Y no todos, que jamás escuché a mis favoritos - el "Profe" Ricardo Piñeyrúa y Lubo Adusto Freire, por supuesto - hablar de esto más que con desconcierto, el mismo que me produce a mí.
La respuesta se encuentra rascando medio milímetro la cáscara: como Tenfield tiene el monopolio del negocio en lo que a espectáculos deportivos y mamaderas se refiere eso obliga a los periodistas que trabajan para el monopolio a desmarcarse unos de otros. Y lo hacen de la manera fácil: no hacen "periodismo de periodistas" pese a que son "independientes", son esclavos de esta máxima que no se sabe a que moral responde.
Lo anterior no es menor, ya que si bien muchos de los T-boys son obsecuentes - cómo tienta usar un término más gráfico - esto es principalmente un problema para los otros, los que no lo son, como Rafael Cotelo, por ejemplo (que se presenta paródicamente a sí mismo como el alcahuetee de Tenfield en su comedia Stand up) y además condiciona mucho la credibilidad de todos a la hora de alabar algo que la "empresa" como eufemísticamente la nombran haga algo bien ,ya que no nos olvidemos, hasta un reloj roto da bien la hora dos veces por día (si es analógico), pero cada vez que independientmente de tener o no razones válidas alguien vinculado al "grupo" - el otro eufemismo para la parte que trafica con carne humana en la forma de contratos futbolísticos - tiene que expresar su conformidad con el hipotético acierto se ve compelido a vociferar su independencia, con total ignorancia de que tal cosa, viviendo en sociedad, es imposible.
Alcanzaría con ser autónomos. Igual serían poco creíbles, pero no lógicamente imposibles. Lo otro que inverosímilmente declaran incluso mientras se percuten el pecho es que no realizan "periodismo de periodistas" y yo me sumo a Joel Rosemberg para preguntar ¿¿¿¿de qué manual de periodistas salió tal precepto???? Es una expresión - sigo solo - del más miserable corporativismo, que avala, por ejemplo, declaraciones como "será un estuprador, pero es un colega y yo no hago periodismo de periodistas"; porque si es un tabú tematizar lo que los colegas hacen, cuando uno comete un delito - y es un hecho que alguno en alguna parte alguna macana se mandará - si lo periodistas independientes tienen puesta una mordaza, ¿¿¿quién lo denuncia??? ¿¿¿los criminales comunes???
No, porque en su código barriobajero ser "batidor"[3] es lo peor que se puede imaginar, pero me preocupa esta coincidencia de valores, un periodista es eso, un profesional ético, no un buchón - por más que invariablemente cuando se destapa una olla los que son salpicados los acusen de serlo - y sostengo que las dos afirmaciones que me ocupan son imposibles, una en sí misma y la otra por ser incompatible con la ética; y ni hablemos juntas.
También ocurre que el corporativismo no es broma, porque en él se juegan cosas muy importantes como el reconocimiento social; pero imaginemos que otros gremios tomaran idéntica actitud que estos periodistas y los médicos se confabularan, y para hacer imposible una investigación por malapraxis o no se pudiera conseguir un abogado que nos defendiera cuando quien queremos acusar es otro abogado. Me da un escalofrío de pensarlo.(cartelito de ironía). Cuidado con las manifestaciones corporativistas: peligrosamente se acercan a declarar, junto con la murga "Agarráte Catalina": "...de este lado la verdad absoluta, de aquel lado no; de este lado sólo gente buena, de aquel lado no." solamente, que ellos lo hacían como denuncia.
Bernardo Borkenztain
[1] "Googleélo", no sea vago, que soy independiente y no ando con ganas de explicaciones
[2] Término del lunfardo montevideano, que denota obsecuencia contumaz, y cada vez más cerca de ser coextensivo con la obsecuencia periodística.
[3] Delator


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Químico profesional y aprendiz eterno de filosofía, me gusta antes que nada la posibilidad de intercambiar ideas y discutir, de ser posible con nivel, y si no, al menos con cortesía. Lo que no implica que no defienda con fuerza mis puntos de vista. Valoro antes que nada la tolerancia, que no es pasividad. Las opiniones en disenso no solamente son bienvenidas sino que deseadas. Lo que no admite polémica, es que "EL BIEN DE MUCHOS SE ANTEPONE AL BIEN DE POCOS, Y AL DE UNO".

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