Cuando Golda Meir se desempeñaba como Primer Ministro de Israel –la primera mujer en su país y la tercera en el mundo en ocupar dicho cargo, a comienzos de los años 70- se elogiaba su firmeza de modo muy singular y simbólico: “Es el único hombre del gabinete con los pantalones bien puestos”, solía decirse. Para muchas mujeres, claro está, el supuesto elogio era una verdadera ofensa.
Ninguna otra mujer llegó luego al máximo cargo al frente del Ejecutivo israelí y según los sondeos de cara a las elecciones del martes 22 de enero, difícilmente habrá una mujer suplantando al actual Primer Ministro Benjamin Netanyahu. Pero tres partidos están encabezados por mujeres y su rol es clave en la actual política israelí: el laborismo de la ex periodista radial Shelly Yachimovich, el nuevo partido Hatnuá de la ex Canciller y ex jefa del partido Kadima Tzipi Livni y el partido de izquierda Meretz , encabezado por la veterana diputada Zehava Galon.
Stav Shafir, ex líder de la protesta social y hoy candidata a diputada en el laborismo, será la parlamentaria más joven de la Kneset , con 27 años. "Las mujeres podemos hacer todo", afirma.
En el gobierno saliente son tres las ministras mujeres (Limor Livnat ,Sofa Landver y Orit Noked) y 23 son las diputadas en la Kneset, Parlamento de Israel. Entre ellas hay una diputada árabe , Hanin Zoabi, en la lista Asamblea Democrática Nacional. Y para las nuevas elecciones, hay cerca de 20 mujeres candidatas en lugares considerados reales en sus respectivas listas, tanto judías como árabes.En dos partidos religiosos ultraortodoxos, jamás ha habido una mujer candidata, por decisión explícita de dichas listas , que consideran que la política no es lugar para la mujer.
La posición de la mujer en Israel es ambivalente. Por un lado, ha alcanzado muy grandes logros no sólo por la legislación que desde la creación del Estado determina en forma categórica que todo tipo de discriminación está prohibida rotundamente sino también por los cargos a los que ha llegado y la forma en que mujeres se destacan en diversas áreas del quehacer nacional. Por otro, hay quejas sobre salarios desiguales, en los mismos roles, a hombres y mujeres.
Una mujer ha ocupado hasta hace algo más de medio año el cargo de Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de Israel y por otra parte, la influencia de la religión institucionalizada sobre la dinámica nacional, es un elemento que limita y crea serios problemas. Uno de los más conocidos en Israel, que más discusión pública ha creado, es el de la prohibición a mujeres judías de orar en el santuario del Muro de los Lamentos con el manto de oración “talit” y la cabeza cubierta con solideo (kipá), lo cual para los ortodoxos está reservado únicamente para los hombres, con lo que la corriente reformista discrepa..
Según un estudio del prestigioso instituto de investigación suizo conocido como IMD, publicado el año pasado, Israel se halla en el lugar número 11 entre 59 países desarrollados, por la participación de sus mujeres en la fuerza de trabajo, y en el lugar número 24 como países en el que las mujeres se hallan en posiciones ejecutivas.
“Las mujeres podemos hacer todo, de eso no tengo duda”, nos dijo Stav Shafir, quien fue de las principales líderes de la protesta social de hace un año y medio, y hoy es candidata a diputada en el marco del partido laborista. “Es cierto que seré la diputada más joven”, admite Stav con una amplia sonrisa ,a sus 27 años. “Y a veces siento que hombres se preguntan quién soy yo para entender de economía o cosas similares. No hace falta que lo pregunten explícitamente, yo siento claramente lo que significan sus miradas: qué hace aquí esa jovencita, y encima pelirroja, y encima, líder de la protesta social”, cuenta Stav. “Pero no importa…aquí estoy…y yo lograré aportar con mi trabajo, que no tiene por qué ser menos que el de cualquier hombre”.
Las mujeres constituyen el 52% de la ciudadanía israelí, pero su presencia en cargos políticos es mucho menor. Según políticas candidatas a diputadas, el problema es garantizar igualdad de oportunidades, algo que se complica, por ejemplo, cuando las mujeres deben elegir entre el hogar, la familia y la carrera. “Si la infraestructura de trabajo se hace de forma igualitaria, puede ser el hombre el que se dedique a los niños, mientras la mujer, si lo desea, puede estar presente, pero sin tener que coartar su carrera”, es un comentario muy común al hablarse de esta problemática.
Pero ahora, de cara al día en que los israelíes van a las urnas, se considera de crucial importancia el voto de la mujer, como medio que garantice su posición , especialmente ante el intento de ciertos sectores ultraortodoxos de alejar a la mujer del espacio público. Habiéndose registrado intentos de extremistas de determinar dónde pueden sentarse las mujeres en los autobuses que circulan por zonas religiosas o que su imagen no pueda aparecer en reclames publicitarios por las calles, la reacción de los círculos liberales y de centro izquierda en general- de mujeres y hombres por igual-, es llamar a una participación activa intensa de la mujer en la vida pública israelí.
“No hay que votar a una mujer porque sea mujer, sino si es capaz de ejercer un cargo”, comenta Stav Shafir.”Pero debe estar claro que no tiene menos capacidad que el hombre”.
En un artículo publicado días atrás en el periódico “Haaretz”, Shari Eshet, directora de la oficina israelí del Consejo Nacional de Mujeres Judías, escribió un mensaje directo a las mujeres del país: “Tras un año en el que asuntos de género han pasado al frente y están en el centro de la atención, algo que raramente ocurría antes en Israel, la cuestión de si Israel mira hacia adelante o va para atrás en estos puntos para satisfacer a una minoría, depende de tu voto”. Exhortando a las mujeres a estudiar los programas de cada partido y saber qué postura tienen en temas de género antes de decidir a quién votar, Eshet es terminante: “Vota como si tu vida dependiera de ello..porque así es: depende”.
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