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Políticamente incorrecto

Políticamente incorrecto

La columna de Álvaro Ahunchain

Sobre el autor

Nací en 1962. Dirijo Ahunchain Comunicación y asesoro en esta materia a empresas privadas y públicas y partidos políticos. Soy dramaturgo y director teatral, con piezas editadas en España, Francia y Estados Unidos y estrenadas en Argentina, Chile, Venezuela, El Salvador, México, España y Alemania. Ocasionalmente he producido y dirigido televisión. Ejerzo la docencia en la Universidad Católica, el CLAEH y la Escuela del Actor. Facebook: Alvaro Ahunchain Twitter: @alvaroahunchain

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Designar a Graciela Bianchi Ministra de Educación

09.May.2011

 

Léase esta columna como una carta abierta al Presidente Mujica.

Formalmente quiero solicitarle que, como en algunas oportunidades lo ha hecho, "bypasee" la maraña de intereses sectoriales y conceda la titularidad del Ministerio de Educación y Cultura a la Prof. Graciela Bianchi, ex Secretaria Administrativa de ANEP (cargo al que renunció para no ser cómplice de la caída libre de la educación pública) y actual Directora del Liceo Bauzá.

Con una claridad conceptual y capacidad de liderazgo que sorprenden en este pacato Tontovideo, la Prof. Bianchi anunció (y está cumpliendo) la rebelión del Liceo Bauzá a las directivas permisivas de las autoridades de la enseñanza.

Es una noticia que entusiasma, porque revela a una docente que tiene plena conciencia de lo que está pasando y el coraje necesario para enfrentar la inercia del sistema y sus burócratas complacientes.

Ahora se sabe que para atenuar los escandalosos datos de deserción estudiantil, se ha convertido en práctica corriente en los liceos públicos no controlar la asistencia o autorizar que los chicos pasen de año sin importar su cantidad de faltas. También se conoce una insólita propuesta de las autoridades -en la misma línea de atajar la deserción- consistente en permitir que los estudiantes cursen sexto de liceo sin haber aprobado materias de cuarto y quinto. Se cae de maduro que los chiquilines no podrán asistir a todas las clases al mismo tiempo y que con la liviandad en el control de las inasistencias, cada vez aprenderán menos.

La "rebelión del Bauzá", en tanto, implica varias medidas: 

  • elevar el nivel académico
  • utilizar las llamadas "horas de coordinación" que se paga a los docentes (y que Bianchi define como aumentos salariales encubiertos) para que ofrezcan cursos de nivelación extra horario, de modo de salvar las gravísimas carencias que los muchachos traen de años anteriores
  • controlar la asistencia
  • operar en forma contundente contra la indisciplina y la violencia
  • aplicar un régimen de evaluación diferente al anodino que rige actualmente 

El 27 de abril, el Consejo de Secundaria citó a los directores de los liceos, para proponerles la creación de una comisión que reforme los bachilleratos "en los próximos dos años". La reacción de Graciela Bianchi ante este nuevo macaneo fue digna de aplauso. Según Búsqueda, "la directora se paró, increpó a los jerarcas y se fue de manera intempestiva del lugar del encuentro". Al fin una actitud principista ante tanta mediocridad acomodaticia. Al fin alguien que se propone cambiar, contra el mandato de hacer la plancha.

Lo que más entusiasma es que la directora del Bauzá ha sido capaz de alinear a todo el equipo docente del liceo detrás de estas ideas. Cuando estamos acostumbrados a ver una intendenta que no puede contra un sindicato, o un presidente que no logra convencer a la bancada de su propio partido para evitar un dislate, nos encontramos con una jerarca que no sólo lidera a sus subordinados, sino que se convierte en el motor que los representa: en todo momento ella define su accionar como respuesta a las preocupaciones que le hacen llegar los profesores, y manifiesta con meridiana claridad que "de alguna manera tenemos que sacarlos del estado de desilusión y frustración en el que están", según transcribe El País. "Lo que los docentes necesitan es un liderazgo pedagógico al que aferrarse".

Y a esto quería llegar.

La rebelión del Bauzá es ante todo un ejemplo de liderazgo. Debería ser reconocido por el gobierno, al punto de ver allí la punta de la madeja para cambiar de verdad.

La vergüenza educativa no se resuelve pagándole a los muchachos para que estudien o haciéndolos salvar más fácilmente. Sólo se solucionará empoderando a la ciudadanía. Hay que recuperar la exigencia académica perdida, y para eso hay que derribar de la cima del poder a los que llegaron allí por cuota política, y poner en su lugar a los que saben. El ejemplo del Bauzá debe cundir para dar más autonomía a los directores de los liceos y exigirles cambios, cuya eficiencia será evaluada con pruebas estandarizadas a nivel nacional. El que fracase deberá ser removido y el que triunfe, premiado. Los resultados de cada centro deberán ser publicados, para que los padres estén enterados de la calidad académica del liceo al que enviarán a sus hijos. La asignación presupuestal del Estado, consecuentemente, deberá ser mayor en esos liceos que, por sus buenos resultados, conciten superiores índices de inscripción de estudiantes. ¿Es tan difícil?

Sí, en Uruguay lo es.

Porque para cambiar de verdad se necesitan liderazgos fuertes, de los que carecemos trágicamente, tanto en la política (gobierno y oposición), como en la cultura. El único líder reconocible que sigue nuestra sociedad es Marcelo Tinelli y así estamos.

Por eso, el presidente Mujica no debería desaprovechar a alguien con la claridad y ejecutividad de Graciela Bianchi.

No la conozco, pero por lo que nos estamos enterando de ella, no dudo que es la clase de persona que necesitamos para liderar el país.