acerca de patrimonios varios
algunas reflexiones sobre nuestros "lugares de la memoria"

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03.06.2007 19:59 / CARTAS, PONENCIAS Y OTRAS INTERVENCIONES

GUEVARA Y LA FACULTAD DE ARQUITECTURA (*)

Montevideo, 22 de agosto de 2006 

Sr. Decano de la Facultad de Arquitectura (U.de la R.) Arquitecto Salvador Schelotto

            Vistas las resoluciones del Consejo de fecha 9 del corriente que han tomado estado público, agradezco a usted la consideración de las siguientes reflexiones con respecto a lo actuado. 

            En setiembre de 1963, Ernesto Guevara cerraba en La Habana un encuentro internacional de profesores y estudiantes de arquitectura organizado por la Unión Internacional de Arquitectos con un discurso que concluía con estas palabras: Y (no olviden) que la técnica es un arma, y que quien sienta que el mundo no es perfecto como debiera ser, tiene, debe luchar porque el arma de la técnica sea puesta al servicio de la sociedad, y por eso rescatar antes a la sociedad para que toda la técnica sirva a la mayor parte posible de seres humanos, y para que podamos construir la sociedad del futuro, désele el nombre que se quiera. Esa sociedad con la que nosotros soñamos, y a la que nosotros llamamos, como le ha llamado el fundador del Socialismo Científico, “el comunismo”. El discurso completo -con los énfasis transcriptos- se incluyó con destaque en la revista del Centro de Estudiantes de Arquitectura de diciembre de 1968. En su nota editorial -“En la hora del compromiso”-, un párrafo resumía el mensaje: Debemos prometernos que Líber Arce, Susana Píntos y Hugo de los Santos no cayeron en vano. Que su sangre, unida a la de los mártires del movimiento estudiantil latinoamericano, hará brotar nuevas y más firmes decisiones de combate. El “Che” nos lo ha enseñado: “debemos hacer un tiempo para llorar a los compañeros caídos mientras se afilan los machetes y, sobre la experiencia valiosa y desgraciada de los muertos queridos, hacernos la firme resolución de no repetir errores, de vengar la muerte de cada uno con muchas batallas victoriosas y alcanzar la liberación definitiva”. Ese es nuestro compromiso de hoy y para siempre.  

               Aquí y en el mundo eran tiempos de furia… de sagrada y justa furia para quienes se sentían enterradores del capitalismo y parteros de un mundo mejor. Y ese tiempo tuvo en Guevara un “profeta armado” que trazó una senda de lucha insurreccional con su discurso y con sus actos, una senda que su muerte heroica transformó en encendida antorcha para buena parte de nuestros jóvenes “en la hora del compromiso”. Ese compromiso -con sus múltiples variantes- arraigó fuerte en la Facultad de Arquitectura. Y fue tanta esa fuerza que en 1967 el propio Consejo aprobó dar el nombre de Ernesto “Che” Guevara al Salón de Actos. La resolución no llegó a formalizarse a nivel del Consejo Central, pero la inscripción informal quedó durante años firme en su acceso. La senda estaba trazada y en la Facultad, un cartel ayudaba a encontrarla… 

                 Muchos lo veían y para nada afectaba sus vidas; luego, nada decían ni hacían; algunos, afiliados al viejo club “Animémonos y vayan”, no ocultaban su apoyo; otros, -yo diría que muchos de los mejores-, asumían muy en serio aquello de “rescatar antes a la  sociedad” para que el mundo fuera “tan perfecto como debiera ser”, y estaban dispuestos a dar la vida por ello. Siguieron años de plomo, guerra civil y cruenta dictadura. Dos de aquellos jóvenes fueron asesinados y es justo que tanto dolor no quede en el olvido y que sus nombres perduren en la Facultad en la que estudiaron. Así lo ha dispuesto el actual Consejo y es una decisión justa. Pero decidió también retomar la resolución de 1967 respecto al nombre del Salón de Actos. ¿También decisión justa o injustificado exorcismo?  

               Cuando se retomó la Democracia, el Consejo de la Facultad de Arquitectura fue de los más activos en rescatar los valores perdidos y si bien muchas cosas volvieron a ser como habían sido antes del 73, nunca refrendó la decisión que se había tomado en el 67. ¿Se trató de un “olvido táctico” para no erosionar un espíritu de amplias coincidencias propio de tiempos de la CONAPRO?, ¿ o no estuvo en su agenda porque ese Consejo -que tuve el honor de integrar-, se sentía agente de una “reconstrucción crítica” y no creía que aquel episodio debiera volver a asumirse como referente para nuevas generaciones de arquitectos?. No he encontrado en actas y documentos de la época una mención explícita a estas cuestiones, pero pensé que el tiempo -testigo de tantos “naufragios”-, permitiría poner las cosas en su lugar, haciendo posible un rescate del pasado sin reverencias nostálgicas y ayudando a su vez a saldar viejas deudas con nuestros grandes maestros. Digo, entre muchos posibles, con Carré, Vilamajó, Cravotto o Gómez Gavazzo; o con los gestores del Plan 52, cuyo impulso aún sigue vivo.     

             Pudo ahora el Consejo asumir esa responsabilidad, pero en lugar de hacerlo de cara al futuro, prefirió volver la vista atrás, retomando una propuesta sólo entendible en el contexto en que nació. Y no se está “completando un proceso que comenzó hace 40 años”, sino abriendo otro que habrá de promover un cúmulo de evocaciones y convocatorias en torno a la figura icónica de Guevara. Algunas de ellas serían dignas de la mejor atención -valga como ejemplo el discurso en el Paraninfo, o la ética del mensajero que asume todas las consecuencias de su mensaje-; otras en cambio, ancladas en el pasado, no ayudarán a iluminar ningún camino de futuro ni a sentar las bases de una real memoria histórica. Como nadie piensa que estamos volviendo a esos tiempos ni que haya necesidad de restaurar sus escenarios ¿A cuenta de qué entonces, este ejercicio arqueológico que sólo alienta confusiones? 

             Ojalá prime el sentido común y en la instancia que corresponda, se revise lo actuado. No hacerlo sería un mal augurio.                

Le saluda atentamente:

Nery González (C.I. 816.392-5)arqng@yahoo.com 

Nota: Hago constar que en la fecha, envío una copia de esta carta a la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, con solicitud de su publicación.

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(*) Texto de la nota enviada al Decano de la Facultad de Arquitectura con fecha 22-VII-2006. Posteriormente, en sesión de fecha 17-VIII-2006, el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República refrendó -por 18 votos en 19-  lo actuado por el Consejo de la Facultad. Previo a ello, la nota fue publicada en el Boletín de la Sociedad de Arquitectos, agregando sus editores el siguiente texto: SAU no es responsable por los conceptos vertidos en esta carta y se limita a su publicación previa sanción de su Comité Ejecutivo que solamente hace pública esta carta a solicitud del interesado, entendiendo que no esnecesariamente este el ámbito para debatir el tema. (sin comentarios...)



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