Pasaron las fiestas, comenzó el año, y quien más, quien menos, estuvo o está disfrutando de sus merecidas vacaciones. Tiempo de relajación, de placer y muy en especial para distenderse y olvidar la rutina diaria.
También tiempo para compartir en familia, con amigos, y de salidas “a comer afuera”, sea a un requintado restaurante, o porqué no? a un lugar de comida rápida. Disfrutar de un clásico chivito, una pizza, unas ricas empanadas, o una hamburguesa, no es pecado para ningún gourmet, siempre y cuando no se vuelva un habito del día a día.
Casi sin temor a equivocarnos podríamos afirmar que, la cerveza es la bebida elegida a la hora de acompañar estas delicias de la cocina rápida. Pero, correspondería cuestionarse, si en realidad es viable acompañar con vinos estas preparaciones? Y la respuesta es que sí, cuando la elección del plato y el vino elegido vayan bien y no se “peleen” entre sí, es posible lograr una buena armonización.
Hay vinos especialmente adecuados para maridar con esta gastronomía. Pruebe un ligero Pinot Noir o un Merlot de cuerpo medio con un chivito canadiense. Si la opción es pizza, dependerá del tipo, pero podrá optar entre variadísimos vinos, que van desde un Sauvignon Blanc cuando el tomate y los quesos blandos se imponen, hasta tintos como Carmenèré o Sirah con pizzas de mayor contundencia, como en el caso de una de pimientos, pepperoni y quesos de sabor intenso.
Ya cuando pensamos en empanadas, todo va a depender de su relleno, y también del gusto personal, pero solo para poner un par de ejemplos podemos pensar en acompañar las clásicas de jamón y queso con un rosado seco, y las de carne con Cabernet Sauvignon o Malbec. Inclusive cuando los condimentos y agregados hacen que el sabor de las rellenas de carne sea más potente, podemos arriesgar un maridaje con un Tannat de taninos bien maduros.
Pero seguramente el ejemplo más recurrente a la hora de pensar en fast food es el de la hamburguesa, amada por muchos y rechazada por otros tantos, pero a la cual en más o menos medida en alguna oportunidad hemos tenido que recurrir, llámese por estar apurados o simplemente porque de vez en cuando nos permitimos esa libertad. Pensar en maridar este discutido plato con vinos es imposible si es consumido en las cadenas de comida rápida por todos conocidas, pero si pensamos en consumirla en otro tipo de establecimiento, la cuestión cambia.
Como aclaramos en los casos anteriores, aquí también dependerá del resto de los ingredientes, pero si el caso fuere una clásica hamburguesa con queso, acompañada de unas crocantes papas fritas, una opción válida es acompañarla con un tinto de cuerpo medio. Para ello podríamos pensar en una extensa variedad de vinos, y entre ellos el Malbec, Tempranillo, Sirah, e inclusive porqué no? un Tannat vinificado en su versión rosé, que podría lograr una optima armonización.
Para los más audaces y que se animen a experimentar, los espumantes brut e incluso los extra brut pueden ser excelentes maridajes de todos estos platos. En definitiva solo se trata de platos preparados de manera rápida y no por ello, de baja calidad. El vino siempre es un buen compañero de toda comida; pruebe y experimente, luego nos comenta.
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