Durante la última semana, muchos se han preguntado si los polémicos dichos de Mujica afectarían la intención de voto del Frente Amplio. Hasta la tercera semana de setiembre, la fórmula presidencial de izquierda venía creciendo en la intención de voto y realizaba una campaña correcta, centrada en la defensa de los logros del gobierno y la explotación eficiente de los errores de su principal adversario. Sin embargo, los errores cometidos por Mujica reavivaron las esperanzas de sus rivales y abrieron un margen de incertidumbre sobre el resultado de la elección.

La fatídica semana se inició el domingo 14 con un reportaje publicado por el periódico argentino La Nación; prosiguió con la publicación de extractos de libro Pepe-Coloquios en el semanario Búsqueda y los comentarios del Presidente Vázquez desde Washington; y se cerró el domingo 20 con una reunión de la fórmula presidencial con los líderes sectoriales del Frente Amplio, donde el candidato hizo una autocrítica e incluso puso a disposición su candidatura.

En el transcurso de ese lapso, tres empresas de opinión pública se encontraban realizando sus estudios de campo. Los resultados de esos estudios fueron publicados en estos días. Grupo Radar desarrolló su estudio entre el 12 y el 20 de setiembre; Factum, entre el 19 y 20; e Interconsult, entre el 23 y el 24. Si bien es cierto que las repercusiones de los fenómenos políticos sobre la opinión pública no pueden medirse con claridad en un lapso muy breve (la población tarda algunos días en conocer los sucesos y a veces sólo una parte termina por conocerlos), al menos, las tres mediciones ofrecen una primera evidencia sobre las consecuencias que dichas manifestaciones pueden haber generado.

Dos de los tres estudios muestran que la intención de voto por el Frente Amplio decreció en esos días. En la encuesta de Factum, la fórmula frenteamplsita cae dos puntos (46 a 44), y en la de Interconsult, cae tres (45 a 42). La encuesta de Grupo Radar, en cambio, muestra que el Frente Amplio mantiene una intención de voto del 45%. La diferencia entre las dos primeras mediciones y la tercera tal vez estribe en el momento en que se realizó el estudio. Factum midió la intención de voto en el fin de semana clave, Interconsult preguntó en los días posteriores, y Grupo Radar realizó sólo una pequeña parte de su muestra durante los días del suceso.

Por otra parte, las tres mediciones coinciden en que la intención de voto del Partido Nacional se ubica en el 32% (para Factum cayó de un 34% a un 32%, mientras que para Interconsult hubo estancamiento). Este dato es muy interesante pues indica que este partido ha perdido votos desde el mes de julio, no logrando superar actualmente el nivel de votación de octubre de 2004. La intención de voto del Partido Colorado oscila entre el 11% (Factum y Grupo Radar) y el 12% (Interconsult), y los ciudadanos indecisos habrían crecido para Factum (de 6% a 8%) e Interconsult (de 7% a 11%), pero no para Grupo Radar (6%), quizás por la misma razón mencionada en el párrafo anterior.

De esta forma, los resultados de las mediciones de opinión pública permiten deducir cuatro conclusiones: a) las declaraciones de Mujica efectivamente tuvieron impacto; b) la intención del Frente Amplio no sólo se frenó, sino que sufrió un descenso; c) todo lo ganado por este partido desde la conformación de la fórmula a mediados de julio, se habría esfumado a partir de la fatídica semana; y d) curiosamente, la caída del Frente Amplio no estaría favoreciendo a sus rivales, sino que habría generado una situación de incertidumbre en virtud del aumento de los votantes indecisos.

Por tanto, si los errores de Mujica no provocaron un fuerte crecimiento en la intención de voto de sus adversarios, fue básicamente por dos razones. En primer lugar, parecería que lo realizado por el Frente Amplio en el gobierno es suficientemente apreciado como para que mucha gente pase por alto las controvertidas opiniones de su candidato. En segundo lugar, los rivales de Mujica parecen ser incompetentes para captar el supuesto descontento. Los yerros continuos de Lacalle explicarían por qué el Partido Nacional no capta la desafección de la izquierda, en tanto la distancia política e ideológica que Bordaberry mantiene con los electores favorables al gobierno, representaría la razón de su fracaso en la atracción de ese público.

El estado de la competencia muestra entonces que la principal incógnita de la elección todavía sigue por resolverse: ¿Puede el Frente Amplio alcanzar o no el triunfo en primera vuelta? Hasta hace un par de semanas ello era perfectamente posible, pero hoy tal vez sea más probable lo contrario. No obstante, aún quedan algunos asuntos por develar. Como bien señala mi colega Oscar Bottinelli, los electores indecisos y los votantes "dudosos" de todos los partidos, representan en conjunto suficientemente grande como para abrir una opinión concluyente. Ese segmento está en disputa en este momento y sin dudas definirá la elección.

La experiencia indica que a medida que se aproxima la fecha, los electores indecisos y dudosos se vuelven más sensibles a los mensajes políticos. Lo ocurrido en estos días muestra que para granjearse el apoyo de la ciudadanía se necesita algo más que criticar certeramente al rival y no equivocarse. Se requiere también de ideas que entusiasmen y permitan ponerse a la ciudadanía de su lado.

El lanzamiento de la campaña en televisión y radio aporta pocos elementos en este sentido. Más de la mitad de los spots publicitarios son de carácter negativo, esto es, centran su mensaje en la crítica a un rival. Si bien Lacalle hace el esfuerzo con el tema de la seguridad y Larrañaga con el empleo juvenil, esos mensajes encuentran poca fertilidad frente a la amplificación de algunas declaraciones del candidato presidencial (por ejemplo, llamar "atorrantes" a los beneficiarios del Plan de Emergencia). Lo mismo ocurre con la campaña institucional de la fórmula del Frente Amplio, que emite mensajes positivos que se pierden en medio de la discusión en torno a los errores de Mujica. Un segundo en el noticiero de las ocho parece ser más contundente que un segundo en la tanda publicitaria.

Mientras tanto, la ciudadanía espera por el regreso de las grandes ideas. Aquéllas que ilusionen y den sentido positivo a la gesta ciudadana que representa una elección. Absortos por sus errores y los del rival, los candidatos principales y sus equipos pueden estar pasando por alto este aspecto sustancial. Los próximos días serán cruciales. Las próximas encuestas que aparecerán en estos días nos dirán si el escenario descripto aquí se mantiene o si hay cambios que permitan avizorar un resultado.

28 de setiembre de 2009

POST SCRIPTUM. Unas pocas horas después de haberse publicado esta columna, la empresa Equipos Mori divulgó su última encuesta realizada entre los días 18 y 24 de setiembre. Los resultados confirman lo encontrado por las otras empresas: el Frente Amplio cae en su intención de voto pero los otros partidos no logran capitalizar esa pérdida, observándose un aumento de los indecisos. El Frente Amplio alcanza un 44% (cae un punto); el Partido Nacional, un 30% (cae cuatro puntos); el Partido Colorado, un 10% (crece un punto) y el Partido Independiente un 2% (se mantiene). Los indecisos crecen cinco puntos y se ubican el 12%.