http://blogs.montevideo.com.uy/carolino
Aprenda a cocinar bien, inutil AGREGAR A FAVORITOS
 Clases de cocina para hombres solos e inútiles



Imprimir Recomendar Agrandar Achicar


10.06.2009 11:07
El magnífico "Pollo al Ajillo"




La primera vez que me enfrenté a un "Pollo al ajillo", fue como una revelación.
Debe haber sido hace unos 25 años en un restaurante que ya no está mas.
Para acompañar unas aguas de la vida, o "usquebaugh", el amigo que me acompañaba sugirió pedir el mencionado plato, en calidad de "tapa". Para hacer base, bah.
Como no lo conocía, me pico la curiosidad y consentí con que lo pidiera.

El plato llegó precedido de un espléndido aroma que hizo que mis glándulas salivales, recuerdo especialmente la sublingual derecha y la parótida del mismo lado, comenzaran a trabajar como locas.

La presentación también era espléndida, así que antes de que el mozo dijera "a los platos", ya tenía dentro de mi boca un trozo de ave.
Casi me desmayo, era una maravilla, así que sin tragarlo me puse a intentar desentrañar la receta del manjar.

El mozo se me acercó sin que me de cuenta, y me susurró al oído:
- ¿Estás tratando de averiguar cómo lo hizo, no?
Miré a Sherlock con desprecio y solo asentí, es que realmente estaba intrigado. Podía identificar algunos componentes, como el ajo, el estragón, y algún otro, pero el resto permanecía oculto en las sombras.

Así que apenas me fui de allí, me dediqué a averiguar la receta exacta.
He de recordar que en aquella época no había Internet. Hoy ponemos en el buscador: pollo al ajillo, nos aparecen aproximadamente 60.000 páginas, pero en aquel momento solo teníamos los libros, a los cuales por suerte nunca temí.

En estos años, he podido perfeccionar "mi" propia receta, que no es mejor ni peor que otras, pero que con gusto compartiré con ustedes.

Es un plato que si lo hacemos en forma ordenada, no tarda mucho.

Lo mejor para su elaboración son las supremas de pollo, ya que es pura carne, sin hueso ni piel. Pero es medio caribe, así que si usted tiene un cuchillito bien afilado (ya hablaremos de los cuchillos) y se da maña, lo mejor es comprar un pollo y deshuesarlo.

Hay que cuidar bien las pechugas y los muslos, ya que va a ser nuestro principal material.
Lo mejor -por lo menos para mí- es con el cuchillo abrir de un tajo toda la carne que rodea a lo que vendría a ser el esternón, y luego manualmente de un tirón o siguiendo con el cuchillo el hueso hasta ir separando las pechugas. Seguimos con los muslos, siempre yendo hasta el hueso y luego rodeándolo hasta que salga toda la carne entera.
Si no tiene práctica, se le va a romper todo, pero no se preocupe. Luego de haber deshecho unos 30 o40 pollos va a notar una gran mejoría.
El resto de la carne sáquela como pueda, y la dejamos sobre la tabla de madera.

Dejamos el cuchillito para deshuesar (y lo lavamos) y agarramos la cuchilla grande, la que está bien afilada y que no puede faltar en ninguna cocina.
Armados con la grande, trozamos el pollo en dados de dos centímetros aproximadamente, y los colocamos en una fuente.
Le agregamos unas gotas de vinagre de manzana o aceto balsámico (ahora que está barato) o si no tiene un poco de vinagre de alcohol, salpimentamos y le ponemos un poco de estragón (Artemisia dracunculus), sin exagerar.

Lo dejamos un rato, una hora mas o menos, antes de seguir.
Un clin clin, con amarillo on the rocks, ayuda a esperar.


Los trozos sazonados, luego de un rato, los colocamos sobre papel toalla, para que se absorban los líquidos que se liberan, porque sino cuando lo pongamos a freír nos vamos a quemar y por supuesto vamos a ensuciar todo, que es lo realmente importante, ya que unas quemaduritas a usted no le van a cambiar la vida, con esa cara que parece picada por viruela.


Ponemos a fuego medio, aceite en un sartén, abundante. Si podemos, le pedimos uno bueno a nuestra madre, o a la vecina del 301, si es que terminó bien la historia de la procesadora.

Nota: Con este plato hay que tener cuidado, ya que dado que la ignorancia campea, cuando a una mujer uno le prepara este plato, termina inexorablemente enamorada (a menos que conozca otras facetas de nuestra personalidad, claro).
Entonces como se dice "consúmase con moderación".

Cuando el aceite está caliente, saltamos el pollo, hasta que quede bien doradito y lo retiramos, colocándolo nuevamente sobre papel absorbente (si consigue de estraza, mejor).
Podemos aprovechar para servirnos otro whiskicito, porque ya vamos por el 75 % de la receta, y nos lo merecemos.

Retiramos la mayor cantidad del aceite de la sartén de mamá (o de mamita) y nos preparamos para el ajo (allium sativum), nuestro amigo de todas la épocas, el que nos va a dejar olor en los dedos pero que no nos va a importar.
En esto no podemos ahorrar, agarramos una cabeza de ajo grande, y procedemos a pelar todos sus dientes.

Aquí viene una discusión que ha dividido a la culinaria mundial: ¿los ajos deben estar cortados en trozos grandes o en láminas?
Hágalo como quiera, es lo mismo.
La cuestión es que en un poquito de aceite a fuego bien bajo, debemos dorar la maravillosa verdura.

Antes de seguir, debo cumplir una deuda que tengo con la receta. Mas adelante verán que se recomienda agregar un poco de caldo de carne. Esto podemos hacerlo de dos maneras: una es con un cubito de caldo, que si alguna marca llega a ser sponsor del blog (cosa difícil si las hay), les daría la marca y hasta llegarí a hablar maravillas de sus productos.
Pero como eso es improbable, mi consejo es tener siempre caldo en el freezer, cosa de usarlo en muchas de las recetas de las que aquí hablaremos.
Pero, mientras la instrucción justa y perfecta de dicho caldo no llega, podemos usar el consabido "caldito", aunque, claro, no es lo mismo.



Bien, cuando el ajo ya está medio doradito (no transparente), agrego el pollo que tenía reservado, y a fuego bien suave lo mezclo todo, con el ajo.
Le voy agregando cado (un poco, nomás), hasta que vaya tomando la carne todo el gusto.
Lo dejo que se vaya evaporando y cuando no queda nada de líquido, apago el fuego y lo dejo reposar unos 5 minutos.

Al servirlo, lo puedo espolvorear con perejil picado bien finito (con la cuchilla grande, así que mejor no la lave) y lo puedo acompañar con papas fritas, que queda bárbaro.
Un buen vinito hace el resto.

Acuérdese de lo que le dije de la moderación, no es apto para ser comido con cualquiera.
Otra cosa, cada vez que usted presente este plato a sus invitados, y les vea la cara de asombro de sus invitados, , podrá pensar para sus adentros:
"sos una paloma."

Salud



Sobre mi:
 Inicio  Categorias
 Mis Links
 Archivo

 Contacto