En pocos meses más, antes de las elecciones para elegir el nuevo candidato del FA y el gobierno nacional, estaré mas cerca y habré recorrido ese largo camino y tiempo, hacia el medio siglo ininterrumpido de afiliado al Partido Comunista Uruguayo. Así como los 38 que tiene el FA y yo de frenteamplista.
Mía y lejana fue la decisión de pertenecer al (famoso) fichero o padrón de afiliados, militantes y cuadros Comunistas.
Fue la decisión de vida más importante, y defenderla, mucho más importante.
Incluyo en esta nota, tipo reseña de pertenencias personales, con la naturalidad de uruguayo, frenteamplista y comunista, seis años en la clandestinidad y otros tantos de prisionero político, más cinco años en México, a partir de mediados del año 1987 hasta fines de 1992.
Por lo tanto declaro nuevamente:
Soy uruguayo, frenteamplista y comunista.
La mayor parte de ese tiempo ocupé variadas responsabilidades, sin mayores destaques ni tachas.
No participé, ni directa ni indirectamente, en la llamada "crisis" o "implosión y diáspora" de principio de la década del noventa, entre "renovadores y ortodoxos", con las posteriores graves consecuencias orgánicas y personales, para miles y sus familias, de comunistas uruguay@s, con profundas repercusiones en la cultura de la izquierda uruguaya.
Como extensión, y una experiencia personal más: Un día amanecí, con el triunfo del primer gobierno de izquierda del FA, en la ciudad de Rivera.
Me encontró ocupando algunas responsabilidades no relevantes en el Cte. Dptal., hasta después del Congreso del FA, Zelmar Michelini, finalizado en el mes de diciembre del 2008.
Hasta el público, notorio y brusco cambio operado por la mayoría de la dirección del PCU, que materializó una especie de alianza electoral hacia junio, incluso todo hace pensar que más allá de octubre, con esa formidable fuerza electoral que es el MPP.
No lo compartí.
Al margen de mi opinión, (que nadie me pidió), acerca del candidato más votado en el Congreso, y mucho menos que opinaba de dicha alianza, considero que este compromiso es extraño al historial y contrario a la concepción teórica de los comunistas y, además, apresurado.
Decidí hacer una pausa, y (parece que) juntos tomarnos un resuello.
¿"Un paso adelante o dos pasos atrás"?
Acatar no fue ni es mi mejor perfil.
¿Que fue lo que cambió, si es que algo cambió?
En mi opinión, después del Congreso, la mayoría del CC del Partido intenta trazar una nueva política de alianzas electorales, que no se compadece de su pasado, confunde su presente e introduce elementos de confusión; estrecha y maniata su proverbial política de unidad, inmediata y futura, más amplia.
No pongo en tela de jucio el papel y la legitimidad de las mayorías del CC, pero no comparto estas decisiones políticas, que en mi opinión son muy importantes y trascendentes, porque se relega el papel del Partido y de su teoría de la acumulación y la unidad sin exclusiones, a cambio de un triunfo en las internas del FA, con el sector más numeroso y con una figura como la del compañero José Mujica, de la cual no es necesario descubrir nada ni abundar acá.
Los compromisos asumidos por el CC, para y con sus nuevos aliados, obligan a ser cumplidos y ser "acatados" por todos los afiliados, votantes de la 1001. No cumplir con lo acordado no es parte integrante de la naturaleza de los comunistas uruguayos.
¿O no?
¿O sí?
¿O como Cantinflas: Ni si ni no, sino todo lo contrario?
Las tortas se están fritando veremos la grasa que queda.
Mis diferencias, o "incomprensión", van mas allá del los resultados electorales, exitosos o negativos del precandidato y de la 1001.
Mi "incomprensión o diferencia" es y será, que no era necesario partir el corazón y confundir la razón de los comunistas, formados y educados en la dialéctica de uruguayos, frenteamplistas y comunistas, para ganar nuevamente el gobierno con el FA, en octubre, con un compromiso que me sabe a oportunismo electoral y achique político, teórico e ideológico.
Sin dudas escoger el candidato del FA es un hecho político de suma importancia, pero no requería tamaño riesgo y sacrificio, posterior al congreso, de todos los comunistas.
Talvez también de miles de votantes de la 1001, que entre la fotocopia y el original, capaz que escojan la pieza original.
El FA ganará las próximas elecciones por encima de todas las peripecias que deberemos de continuar sorteando, las más importantes contra la derecha, que no cree que no es su tiempo de gobernar por voluntad popular.
Lo que quedó claro, negro sobre blanco, es que la mayoría del CC no agotó y se resignó a no buscar, lo que antes se hacia con un solo candidato.
Hoy se precisan tres.
Es un cambio que va a trascender la elección de junio y octubre.
Son públicas, y no trascendidos de prensa, las declaraciones de personalidades políticas del Partido Comunista, del Ejecutivo y del mismo CC, que dijeron que "acatarán" y también las de los que han dicho que no lo harán.
El CC, mayoritariamente, eligió sus propuestas y preferencias. No invirtió el tiempo necesario y no escogió el camino de la argumentación, la persuasión y el convencimiento, para no dejar a ningún miembro "imprescindible", (en épocas de vacas flacas), en la descampada, en su huída hacia adelante con sus certezas.
Midió y calculó como un "daño colateral", a cientos de personas, afiliados, militantes y dirigentes, más votantes de la 1001.
Lo imprescindible para ganar en una campaña electoral, es tener argumentos y convencer, transmitir entusiasmo, seguridad y confianza, a todos, en particular a los militantes, afiliados y posibles nuevos votantes.
Al igual que en otros grupos políticos de la izquierda, cada uno de los comunistas, acumula y tiene altos niveles de información y formación política, ideológica y organizativa.
Hagamos acuerdo, "nada se pierde todo se transforma".
No es menor, para cualquier comunista, preguntarse:
¿Inauguró el CC el tiempo en que es lo mismo "acatar" que no hacerlo?
¿Que algún miembro de la dirección acuse de "traidores", con absoluta impunidad, a militantes y afiliados del Partido Comunista, pasó a ser parte del método?
Además, se deja en el limbo posibles amenazas de sanciones "administrativas", invocando el centralismo democrático y el centralismo a secas.
Creo que así es.
Me consta, no fui el único que a mediados del mes pasado, y por única vez, recibió un llamado telefónico de parte del Senador Eduardo Lorier, con afanes explicativos y aclaratorios, de que no había ningún miembro importante del partido y de la dirección que no acatara lo resuelto. Bueno sería.
Una batalla por avanzar en democracia y profundizarla se da con Rey, caballos, torres, alfiles y peones.
Aunque las postdatas, hechas públicas posteriormente, de varios miembros del CC, dicen lo contrario y no muestran gran entusiasmo electoral, animaron, a mí también, a estas reflexiones personales.
Menos ayuda, que un vocinglero y opaco ex - legislador, (con seguridad de los menos), en nombre de todo un formidable colectivo, descalifique y acuse en público de traidores a quienes no aceptan resignadamente defender sus hipótesis.
El embrollo ya está hecho y las decisiones tomadas.
Llamar al 911 nada cambia. Descalificar, acusar y amenazar, mucho menos. Se podrá vencer, pero no convencer.
En mi condición de uruguayo frenteamplista y comunista, en conocimiento de los resultados del Congreso y de las decisiones posteriores instrumentadas por el CC, decidí ser uno de los miles de uruguayos, frenteamplistas y comunistas, impulsores para que aceptara el compañero Dr. Marcos Carámbula, la segunda candidatura más votada en el Congreso del FA, ser el tercer candidato común.
Decidí ser uno de los miles de frenteamplistas que estamos acompañando una decisión votada por todos los delegados del Partido Comunista, junto a cientos de Delegados de Base, en el Congreso Zelmar Michelini.
No cometo ninguna infidelidad diciendo que sus recientes aliados del CC, no acompañaron con sus votos dicha propuesta, minutos después.
Como la anécdota de Pablo Picaso frente a los oficiales alemanes en París.
¿Quien lo hizo? preguntó uno de ellos, mirando el Guernica.
Ustedes, respondió el genio Catalán.
Además, (confieso), me entusiasma que el compañero Dr. Marcos Carámbula, Intendente de Canelones, haya aceptado y sea uno de los candidatos para ganar.
Aunque no vote, en junio, por lo que siempre voté, 1001.
Los hombres no son salmones, que nadan contracorriente para morir en las fauces y garras de los osos.
Los humanos no nos agotamos y morimos, por desovar, a costa de miles de la especie, para reproducirnos.
Continúa