Blog de Andrés Scagliola



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01.08.2013 21:26 / Mis artículos

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Artículo publicado en el Semanario VOCES.

La propia definición de Necesidad Básica Insatisfecha (NBI) lleva implícito un componente normativo que nos dice es inadmisible que las personas tengan estas carencias críticas. El análisis de 2011* plantea algunas dimensiones diferentes a los análisis que le antecedieron en 1985 y 1996. Además introduce nuevos indicadores y, lo que es más pertinente en relación a la pregunta de VOCES, fija umbrales más exigentes. De esta forma vamos -como sociedad- redefiniendo lo que es o no admisible en términos de acceso a servicios básicos entendiendo éstos como instrumentos para la realización de derechos.

Las NBI evidencian situaciones de privación dura que resulta de décadas de crisis económica y fractura social. No se revierten en 8 años. Los gobiernos de izquierdas revirtieron la concentración del ingreso y llevaron a mínimos los niveles de pobreza e indigencia. La meta sigue siendo eliminar la indigencia y abatir a un dígito la pobreza.

Siendo pertinentes esas metas, de todas maneras, sabemos que medir la pobreza por ingresos ya no es suficiente para caracterizar la realidad de las personas en esa situación. Es constante la búsqueda de medidas multidimensionales. Esto supone, y adelanto mi visión, que el desafío en la superación sustentable de la pobreza está en los servicios públicos. En servicios sociales de calidad, de corte universal y de carácter integrador, adecuados a cada realidad, a partir de programas focalizados (por ingreso y por territorios) y acciones afirmativas (por población vulnerada). Ambas estrategias deben ser subsidiarias de aquella universalidad.

El nuevo estudio sobre NBI es una buena hoja de ruta para repensar las políticas sociales desde una mirada multidimensional de la pobreza. En este sentido, creo que, como respuesta, debemos esperar menos de las transferencias condicionadas de ingreso y más de una extensión progresiva y sostenida de bienes y servicios cuya carencia releva -y revela- este trabajo: la vivienda decorosa, el agua potable, el servicio sanitario, la energía eléctrica, los artefactos básicos del confort y la educación.

El censo es una fuente de información inigualable. Para que esa información sea útil tenemos que movernos con rapidez. La política social debe incorporar claves fundamentales de este estudio como: la segmentación territorial de las carencias críticas (con especial atención al norte del país y a la periferia de Montevideo); la concentración de las mismas en las generaciones más jóvenes; la enorme brecha de desigualdad en relación a la población afrodescendiente.

El estudio nos vuelve a exigir una respuesta intersectorial y articulada y territorializada: para ello el Estado uruguayo cuenta con el Gabinete Social, el Consejo Nacional de Políticas Sociales que le asesora y las Mesas Interinstitucionales de Políticas Sociales que son su referencia a nivel local.

Es obviamente una cuestión de política; de política pública. No creo en "cruzadas". Pero sí en estrategias que articulen políticas de calidad, diseñadas con buena información (como la que aporta este estudio), sostenidas en el tiempo y sujetas a evaluación. No hay instrumento más poderoso para la construcción de igualdad que las políticas públicas. Así que las políticas de vivienda o las políticas educativas pueden y deben ser pensadas también como políticas de redistribución del ingreso y la riqueza.

Queda claro, entonces, que la agenda de la igualdad -la agenda de la izquierda- no tiene fecha de caducidad y estudios como el recientemente publicado ayudan a renovarla.

*"Atlas sociodemográfico y de la desigualdad del Uruguay. Las Necesidades Básicas Insatisfechas en los Censos 2011" en:

http://www.ine.gub.uy/biblioteca/Atlas_Sociodemografico/Atlas%20fasc%C3%ADculo%20NBI.pdf




27.06.2013 09:37 / Mis artículos

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Fue un 27 de junio de 1973. Ese día las Fuerzas Armadas uruguayas, con la complicidad de sectores de extrema derecha de los partidos tradicionales terminaron con la democracia uruguaya. El Presidente de la República, Juan María Bordaberry, terminó con la República. 

Se inició entonces la larga noche de la dictadura con sus historias de tortura, prisión, muerte, desaparición y exilio; destituciones arbitrarias de funcionarios públicos (entre ellos, mi padre); el intento de adoctrinamiento de las nuevas generaciones en la "moral y cívica" (sic); el empobrecimiento brutal de los sectores populares; y el miedo, el miedo, el miedo cotidiano de lo que Mario Benedetti llamó "el insilio".

Fueron 11 años de un país gris; de días que se repetían, tristes e iguales entre comunicados y marchitas militares por cadena nacional.

Pero también fue el tiempo de la valiente huelga general de los trabajadores y las trabajadoras. Y de la heroica actitud de Líber Seregni que quiero recordar ahora. El General se quedó acá, con su pueblo, para testimoniar que no todo se había perdido; que seguía encendida aquella luz puntual en el camino.

Bien podría ser él el protagonista de aquél poema "1936", de Luis Cernuda, escrito para un excombatiente de la Guerra Civil Española.

"Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana."

 




18.05.2013 16:43 / Mis artículos

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Hace 15 días estuvimos en Salto y Paysandú. La semana pasada en Rivera y Tacuarembó. Le seguirán Cerro Largo y Durazno, hasta completar diecisiete departamentos del interior del país. Se trata de la presentación de lo que hemos dado en llamar Agendas Estratégicas y que tienen por fin último avanzar, en el mediano plazo, hacia Planes Departamentales de Desarrollo Social.

Las Agendas se inscriben, en primer lugar, en un largo proceso de articulación de las políticas sociales a nivel territorial. Con el impulso del Plan de Emergencia y la creación del Ministerio de Desarrollo Social en 2005 se crearon las Mesas Interinstitucionales. Se trata de espacios de coordinación entre organismos públicos tan diversos como el propio MIDES, INAU, ANEP, MSP, MEC, MTSS, BPS, Ministerio de Defensa y Ministerio del Interior, OSE, MGAP, Intendencias y luego alcaldías, en una lista que sigue y es muy numerosa. La contraparte a nivel nacional de estos espacios es el Consejo Nacional de Políticas Sociales.

Para potenciarlas como nuevas centralidades a nivel local, en 2011, las Mesas Interinstitucionales fueron legitimadas y reguladas por Decreto del Poder Ejecutivo. En 2012, el Consejo creó la Comisión Territorial integrada por los responsables de descentralización o gestión territorial de los ministerios y organismos que lo integran. Ahora, en 2013, lanzamos las Agendas construidas participativamente el año anterior y lanzamos los procesos para similar resultado en los restantes departamentos.

En segundo lugar, las Agendas sientan las bases para un trabajo conjunto que vaya más allá de la coordinación de acciones o proyectos puntuales y potencien un trabajo de articulación y, en el mejor de los casos, de planificación conjunta.

Para ello, por un lado, presentan una caracterización compartida de las situaciones departamentales. No es que no existieran diagnósticos por parte de cada uno de los actores. Faltaba una caracterización conjunta. Por otro, y en consulta con organismos públicos y organizaciones sociales, presenta asuntos claves que concentran la atención de los actores del departamento. Algunos son compartidos por diversos departamentos (por ejemplo, el problema de desvinculación de adolescentes y jóvenes de la educación media, o las dificultades de acceso a servicios sociales básicos en áreas rurales o ciudades chicas). Otros tienen énfasis particulares en cada uno (por ejemplo, la zafralidad del trabajo en Salto o los problemas que plantea la frontera en el caso de Rivera). Finalmente, se listan aquellas acciones públicas ya presupuestadas articuladas en torno a líneas estratégicas. El análisis conjunto de las mismas permite no sólo compartir información sino la identificación de superposiciones y descoordinaciones, así como la potenciación de iniciativas a través de la creación de sinergias. Las Mesas a nivel local y el Consejo a nivel nacional monitorearán el progreso de las acciones.

En tercer lugar, y para quienes empujamos la transversalización de la perspectiva de derechos humanos, las Agendas representan un avance en la capacidad de los actores sociales de agendar nuevos temas de política social como la situación de la población afrodescendiente o las personas trans, por un lado, y de exigir la rendición de cuentas de las acciones públicas, por otro.

Vamos así sentando las bases de una nueva forma de trabajo colectivo a nivel local entre aquellos que conocen la realidad de primera mano; vamos generando capacidades de planificación conjunta. Se trata de reforzar esas capacidades para el mediano y largo plazo; de promover procesos en los que el nivel local, con prioridades claras y compartidas, incida en la distribución de los recursos humanos y presupuestales. Sólo así podremos construir efectiva descentralización. Sabiendo que ésta no es mera desconcentración sino creación de nuevas centralidades. Más democráticas cuanto más cerca de la gente.

Podés acceder a las Agendas a través de este vínculo.


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El autor
Politólogo. Asamblea Uruguay, Frente Amplio. Director de la Asesoría Macro en Políticas Sociales del MIDES.

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